Kaia no había dado ni dos pasos cuando sintió de nuevo la mano de su esposo tomando la suya. Vincenzo no iba a permitir que su esposa se fuera de esa manera, ellos tenían que hablar, pero definitivamente ella no podía pensar mal de él. Él tuvo esa situación con esa mujer mucho tiempo antes que Kaia formara parte de su vida y no iba a consentir perder a la mujer que ama por un asunto de su pasado que además ahora ya no le interesa.— No, amor, no podemos estar escuchando todo tipo de habladurías. Lo que dice esa mujer está en mi pasado y no tiene caso que nos afecte todo lo que paso antes en mi vida.Vincenzo quería darle la seguridad a su esposa para que ella supiera y estuviera segura de que ahora solo ella ocupaba sus pensamientos y más que nada su corazón. Las mujeres de su pasado ya no tenían cabida en su presente.— Eso fue muy humillante, no tengo por qué saber de otras bocas lo que has hecho con tu vida pasada, sé que eso fue antes de que te conociera, pero de todas formas eso
Vincenzo se encontraba en una encrucijada, pues sabe que no puede dejar sola a su esposa, pero tampoco se puede acercar ahora que está teniendo esa mala impresión por lo que ha dicho Fiorella. Él no quita los ojos hacia donde se mueve Kaia, la ve tranquila caminando y viendo los aparadores. Aunque le preocupaba mucho la reacción que estaba teniendo su esposa, sabía también que era mejor darle su espacio, pues lo que acababa de escuchar no era fácil de asimilar y lo menos que podía hacer era entenderla.— Simplemente, no puedes esperar a que ella comprenda como eres, a mí no me importa compartirte con las demás. Eres demasiado hombre para esa niñita. Yo sí te convengo, eres tú el que no lo quiere aceptar, deja de cambiar pañales a esa chica y vuelve a mi lado, sabes de sobra lo bien que la pasamos.Fiorella se le pone de frente impidiéndole avanzar. Ella le había seguido los pasos, cuando vio que su esposa lo había dejado solo. Ella no quitaba sus ojos de su objetivo y quería a toda c
Fiorella piensa que ha ganado esta vez, que la esposa de Vincenzo no va a querer regresar con él. Lo que él necesita es una mujer hecha y derecha como ella, que no huya a la primera, había sido todo más fácil de lo que había pensado.— Cuando te canses de esa niñita, Dasha sabe dónde encontrarme. Espero que no tardes mucho en venir a buscarme.Fiorella estaba segura de que tarde o temprano la iba a ir a buscar Vincenzo. Con esto que había ocurrido, ella sabía que su esposa seguiría enojada con él y como consuelo la tomaría a ella como su paño de lágrimas.— Quiero que te quede claro, amo a mi esposa y ninguna loca va a lograr que nos separemos. Vuelve a estar cerca de mí y te juro que lo vas a lamentar y no te estoy amenazando. Ya deja de rebajarte y de estar rogando mis atenciones o las migajas que pueda darte. Yo no te amo y debe quedarte eso claro.Vincenzo no acostumbra ser grosero con nadie y menos con una mujer, pero Fiorella en verdad lo hacía perder los papeles y era mejor por
Vincenzo es una persona distante que no le gusta mostrar sus emociones, y en primer lugar no sentía mucho por las relaciones que había tenido antes, por lo tanto, no interactuaba mucho con ellos. Por lo que simplemente con su esposa era diferente, ella había llegado a su vida para enseñarle el significado del verdadero amor, a pesar de que lo de ellos no comenzó como lo de una pareja normal, ella le enseñó a amar. A ella le demostraba todo el amor que le tenía por esa misma razón, por ella venció los miedos de demostrar su amor, de exponer y de entregar su corazón y solo a ella le pertenecía la mejor versión de él hasta el fin de sus días.— ¿Ya te sientes mejor? No quiero que sigas estando mal por mi causa. Aunque no tengo la culpa de lo ocurrido, me siento responsable.— Muchísimo mejor, pero no estoy al cien por ciento. Sigo molesta e incómoda. No sé cómo tengo mala suerte de haber coincidido aquí con una de las mujeres de tu pasado sombrío.Él sabía que no había hecho nada malo,
Para Kaia saber lo que había hecho su esposo antes con esas mujeres, le dolía en el corazón, le hubiera gustado nunca haber visto a esa mujer. Le preocupaba no ser del tipo de mujeres que le gustaban a Vincenzo, pues Fiorella era como una modelo de revistas. Además, en algo tuvo razón esa mujer, Kaia era una niña para Vincenzo y los separaban quince años de edad y a lo mejor eso le afectó más a ella al haberse topado con esa mujer.Ella se consideraba como había dicho esa mujer, que era insignificante delante de ella y por supuesto que también delante de Raissa, esas dos mujeres eran exuberantes, tenían todo para haber triunfado en el negocio del modelaje o de la actuación. En cambio, ella era solamente una mujer normal y aunque era hermosa, ella misma no se sentía al mismo nivel que dichas mujeres.— No pienses más, si no deseas que regresemos a la casa, te propongo que busquemos una boutique para comprar ropa para dormir, así podemos evitar llegar a casa y no discutir lo que sé que
Ahora los dos estaban frente a frente, no iban a permitir que por culpa de una persona se pelearan y acumularan rencor en sus corazones. Ellos eran mucho más fuertes que mil Fiorellas juntas. Por algo habían pasado por muchas pruebas que demostraban lo fuerte de su amor y de todas ellas habían salido triunfantes y así iba a seguir siendo mientras ellos así lo desearan, nada se podría interponer entre ellos. Su matrimonio era muy fuerte y estaba basado en el amor y en la confianza mutua.Sin decir nada, Kaia va desabotonando la camisa de Vincenzo, ella lo hace con un amor que se podía sentir en el aire, quería realmente cooperar para que todo quedara atrás, ese incidente de esa mujer no debía importarles.Ellos ni siquiera se imaginaban que Fiorella había intentado seguirlos, pero un par de guardaespaldas de Vincenzo sigilosamente se interpusieron en su camino, no iba a tener la oportunidad de seguir importunándolos.Merecían vivir su vida totalmente en paz. Esa mujer tendría que darse
A Vincenzo le habían informado de las intenciones que vieron en esa mujer, él no le contó a Kaia sobre ese asunto, debía estar lo más serena posible, de haberlo sabido no se hubiera quedado una semana más en Santorini, ya bastante había tenido la pobre con todo lo que tuvo que soportar desde que se encontraron con esa infeliz mujer.Lo bueno era que nadie aparte de su familia conocía el sitio donde se iban a mudar, además tenía demasiada seguridad para que alguien pudiera entrar sin ser invitado. Todo iba a estar muy bien supervisado y vigilado para que esa mujer no pudiera irrumpir, ni ninguna otra persona indeseable.Esa semana la habían disfrutado al máximo y las cosas iban sorprendentemente de maravilla. Todo estaba tan perfecto que parecía que ese viaje no había tenido ningún tipo de contratiempos. Quien iba a pensar que, en definitiva, se habían olvidado de los demás. Tanto así que el tema de Chantal se encontraba ocupando un rincón muy apartado, del cual no se querían acordar.
Como lo había dicho Vincenzo, al llegar al aeropuerto los estaban esperando todos, había una limusina afuera del hangar. Ni siquiera los habían dejado llegar a la mansión y por supuesto que se dieron cuenta del tamaño de la barriga de Kaia, además ella se veía más hermosa que nunca.Era cierto que el embarazo la hacía lucir mucho más hermosa de lo que ya era, como bien dicen eso que el embarazo es el mejor momento de la mujer. A decir verdad, los dos estaban radiantes y se veían muy felices. Esos días de descanso les habían sentado de maravilla.— Me alegra que ya estén con nosotros, veo que la luna de miel les ha sentado de lo mejor, además veo que el bebé ha crecido demasiado. Tu vientre es enorme Kaia, parece que en pocos días ha duplicado su tamaño — Dafne estaba muy feliz al verlos y muy ilusionada al ver tan grande la barriga de su nuera.— Es lo que le dije a Vincenzo, en estas dos semanas parece que la bebé, ha dado un estirón muy notable. A lo mejor necesitaba de nuevos aires