A la mañana siguiente, dejaron el ático y se subieron al ascensor, en el estacionamiento los esperaban sus hombres de seguridad que los llevaron directamente al hangar donde todo ya había sido documentado y solo los estaban esperando a ellos para despegar. Los asistentes de vuelo se presentaron debidamente y les dieron la bienvenida.Ya se encuentran sentados en el avión privado, Kaia no tiene idea hacia donde se dirigen, ya que el piloto no ha anunciado el destino y eso es debido a que Vincenzo así lo ha decidido, solo en cuanto lleguen al lugar le dirá donde se encuentran. Es uno de los regalos de boda que ha preparado para su esposa.— Me imagino que todo esto lo has planeado tú, no sé hacia donde me llevas.— Porque es una sorpresa, te dije que esta sería nuestra luna de miel, pero no donde la vamos a pasar.Entonces ella levantó los ojos y su mirada se posó en los hermosos ojos verdes de su esposo, le agradecía el que pudieran darse un respiro. Su mente y su corazón necesitaban p
Después de haber disfrutado de una excelente hora demostrándose su amor, Vincenzo observaba a su esposa recostada en su pecho totalmente dormida. La deja descansar un rato más, ya que dentro de poco el capitán anunciará que estarán pronto a llegar a su destino.Vincenzo no se cansa de admirar a su esposa, ella y su bebé son lo mejor que le ha pasado en la vida, después de haber pensado que no volvería a confiar en una mujer. Se encontraba con la mejor del mundo y la amaba sin lugar a dudas. — Amor ya hay que vestirnos, estamos a casi nada de descender. ¿Dormiste bien?Le acarició la mejilla con mucho amor, le gustaría quedarse así por mucho más tiempo con su esposa en sus brazos, pero tenían que cambiar, no era lo mismo estar acostados que sentados mientras descendía el avión.— Dormí muy bien, en tus brazos siempre encontramos el lugar perfecto para descansar, te amo. A ella le encantaba estar en brazos de su esposo, era su lugar favorito y aunque había descansado como nunca. Él te
Llegan a un lugar muy hermoso, las paredes de la casa son blancas y se ve resplandeciente por los rayos del sol. Era ciertamente un sueño de lugar para pasear y para desconectar de todo. Es una casa enorme, Kaia había creído que se trataba de una casa de un solo piso, pero esta era de tres, con una terraza hasta la parte superior. A lo lejos se escuchaban las olas y el olor salado era inconfundible. El sonido del mar les llegaba hasta ahí brindando una atmósfera de paz, era un lugar idílico para relajarse.— Wow, es una casa hermosa, mi amor. Es un lugar perfecto para pasar hermosos momentos a tu lado.La brisa del mar sopla el cabello de Kaia que lo trae suelto revolviéndolo por el aire, ella lo acomoda detrás de sus orejas, la vista es magnífica y eso que solo están al frente de la hermosa vivienda. El paisaje era digno de una postal o de una revista en las que anuncian los destinos turísticos.— Espero que te guste. Quería que conocieras este lugar que me trae hermosos recuerdos de
Pero había otros planes, Vincenzo le quería enseñar todo el resto de la casa y la habitación principal, la cual había mandado a remodelar desde que había comprado la casa, lo había hecho todo con mucha ilusión sabiendo que llegaría el día en que estaría en ese lugar en compañía de su esposa. Aunque todo estaba perfectamente decorado, ella podía cambiar lo que quisiera, era la dueña del lugar y podía hacer lo que mejor le pareciera con la decoración, era algo con lo que él quería darle gusto para que ella sintiera aquel lugar como un segundo hogar.—Ven, quiero enseñarte algo antes de que salgamos a ver la hermosa playa. Quiero que lo veas y lo conozcas todo conmigo. Este lugar, lo he acomodado y decorado pensando en ti. Te quiero brindar todo lo que yo tenga.— Muy bien mi amor, creo que los ojos se me fueron de repente hacia las puertas, la brisa del mar me estaba llamando. Nunca vi un mar en tanta calma como este, hace que te transportes a otro lado. Me siento dentro de un cuento m
Kaia estaba encantada, sin lugar a dudas era el mejor regalo de bodas. Nunca pensó estar tan sorprendida como lo estaba con ese hermoso regalo que recibía por parte de su esposo. También era la primera vez que Vincenzo la veía en vivo, y desde luego que estaba fascinado con el resultado, había acertado mandando a todo un equipo de expertos para que se hicieran cargo de la decoración de la casa, el resultado era espectacular. Aunque esta era una habitación pensada solo para ella, por lo que era mucho más femenina y con los toques que él sabía que le iba a agradar mucho a su amada esposa.— ¿Te ha gustado? Me encanta ver como miras con tanta ilusión.Vincenzo era feliz solamente al ver la cara de su esposa, ver tan ilusionada como estaba y viendo todo con una expresión de felicidad. Para él hacerla feliz era una de sus prioridades.— Me ha gustado demasiado, es un lugar perfecto, es el mejor sitio que hayas elegido para nosotros y nuestros hijos. Todo está decorado con un excelente gust
Las cosas estaban marchando a la perfección, ellos habían llegado a Santorini con una perspectiva en mente, pasar la mejor luna de miel del mundo y vaya que lo habían logrado. Les sentaba muy bien ese periodo de relajación para desconectarse y hacer cosas que estando en la ciudad no podían hacer normalmente. Salieron ese día a visitar un centro comercial, era la segunda vez que iban, y eran la pareja más feliz del mundo, iban tomados de la mano y nadie se fijaba en ellos, eso era lo que más le gustaba a Kaia, que eran dos personas anónimas y enamoradas en Santorini. A ella le gustaba mucho poder pasar desapercibida, casi como si fueran solo dos turistas más, nunca ha sido de las personas que gocen de llamar la atención.Era una realidad que no había considerado Kaia, aquí cada quien estaba en su mundo, desde luego que había muchos turistas que solo venían de paseo y los que vivían ahí, pero todo estaba en total calma. Era como si estuvieran viviendo en otro planeta. Se respiraba un a
Parecía que no los iban a dejar en paz nunca, ahora se presentaba esa mujer para estropearles su viaje, era el colmo. Ni estando en otro lado podían respirar paz y tranquilidad, parecía que desde que se habían casado todo se trataría de ir sorteando una tormenta tras otra y lo peor que la estaban pasando tan bien y tenía que aparecer de la nada esta intrusa a perjudicar todo.— Mi nombre es Fiorella Petrucci, soy muy amiga de Vincenzo. Hemos vivido muchos momentos juntos, recuerdo nuestras noches de placer. Él y yo hemos hecho maravillas y pasado muchas cosas, que me atrevo a decir que contigo no ha pasado y lo siento mucho por ti y por lo que te has estado perdiendo.Fiorella estiró la mano, para saludar a Kaia, pero esta no le recibió la mano, había visto el descaro de esa mujer y no la iba a tocar por nada del mundo. Por la mente de Kaia pasaba solo una frase, “Que no diga que la ha traído aquí” eso sería el colmo saber que antes estuvo en este lugar con esta mujer.— No Fiorella,
Kaia no había dado ni dos pasos cuando sintió de nuevo la mano de su esposo tomando la suya. Vincenzo no iba a permitir que su esposa se fuera de esa manera, ellos tenían que hablar, pero definitivamente ella no podía pensar mal de él. Él tuvo esa situación con esa mujer mucho tiempo antes que Kaia formara parte de su vida y no iba a consentir perder a la mujer que ama por un asunto de su pasado que además ahora ya no le interesa.— No, amor, no podemos estar escuchando todo tipo de habladurías. Lo que dice esa mujer está en mi pasado y no tiene caso que nos afecte todo lo que paso antes en mi vida.Vincenzo quería darle la seguridad a su esposa para que ella supiera y estuviera segura de que ahora solo ella ocupaba sus pensamientos y más que nada su corazón. Las mujeres de su pasado ya no tenían cabida en su presente.— Eso fue muy humillante, no tengo por qué saber de otras bocas lo que has hecho con tu vida pasada, sé que eso fue antes de que te conociera, pero de todas formas eso