Vincenzo se encontraba sentado en su silla de su oficina, estaba pensando en la mejor forma de decirle a Kaia la mala noticia y no era algo que quisiera hacer, pero no le podía ocultar por más tiempo eso a su esposa, ella tarde o temprano se iba a enterar. Era algo demasiado devastador. Le habían enviado el reporte de lo que había sucedido y por supuesto que esos detalles no se los iba a contar a su esposa. Se guardaría para él mismo esos horribles detalles.Como si la hubiera invocado, ella salía acompañada de Fabrizio por las puertas del ascensor. Se veía realmente hermosa, cada día que pasaba a ella le sentaba mejor el embarazo.Fabrizio había pedido un día libre en su trabajo para visitarla y a ella le había sentado bien la visita de su amigo, siempre que compartían momentos juntos la pasaban muy bien. Quería salir con su amiga y aunque no lo creyeran, Vincenzo estaba feliz de que la sacara, precisamente ese día, quería alargar el momento para así decidir que le iba a decir cuand
Vincenzo no se hubiera esperado nunca que su esposa se iba a encontrar con que ya todo Roma sabía del duelo por el que estaba sufriendo la familia Leonardi, cuando eso solamente lo debían saber los miembros de la familia, era algo íntimo y privado.— Siento que te hayas enterado de esa manera, yo te lo iba a decir en cuanto regresaras, no era mi intensión ocultártelo.Pudo sentir como temblaba su esposa en sus brazos, a él hubiera gustado haber evitado todo eso, pero no podía hacer nada, muchas personas no tenían tacto para decir tantas cosas hirientes e ir soltando su veneno.— Mi amor, lo sé, pero fue tan feo enterarme así, pero de una manera que no tienes ni la menor idea, la gente es cruel.La noticia se había divulgado tan rápido que de seguro era lo que se había comentado por todos lados hasta llegar a esa tienda, donde Kaia y Fabrizio se habían encontrado a esas personas donde hablaban como si se tratara del chisme de la hora del té. Gente que no les importaba dañar los sentimi
El resto del día Vincenzo se ocupó de los nuevos contratos y de unas reuniones que era imposible que les diera otro día para realizarlas. Apenas pudo comer algo en la oficina y a las seis y media en punto, dejó todo y subió al ático, no sin antes pedirle a Alonzo que diera por terminado el día laboral para ellos dos.— Hola, chicos, espero que todo esté bien. — Dijo Vincenzo mirando a su esposa.Necesitaba que ella estuviera bien, la primera reacción que Vincenzo notó en su esposa era que estaba muy pensativa, de seguro le seguía dando vueltas en la cabeza a todo ese mal rollo que esas mujeres tuvieron en el centro comercial.— Desde luego que sí, cuñado, la hemos pasado muy bien, pero ahora que has llegado es tiempo de que me vaya a mi casa, te dejo para que consientas a tu esposa, nos vemos pronto, Kaia, cuida mucho a mi sobrina.— Muchas gracias, Fabrizio, claro que cuidaré a tu sobrina.Kaia tenía la mente abstraída, a pesar de haber pasado la tarde con su amigo, deseaba con deses
A la mañana siguiente, dejaron el ático y se subieron al ascensor, en el estacionamiento los esperaban sus hombres de seguridad que los llevaron directamente al hangar donde todo ya había sido documentado y solo los estaban esperando a ellos para despegar. Los asistentes de vuelo se presentaron debidamente y les dieron la bienvenida.Ya se encuentran sentados en el avión privado, Kaia no tiene idea hacia donde se dirigen, ya que el piloto no ha anunciado el destino y eso es debido a que Vincenzo así lo ha decidido, solo en cuanto lleguen al lugar le dirá donde se encuentran. Es uno de los regalos de boda que ha preparado para su esposa.— Me imagino que todo esto lo has planeado tú, no sé hacia donde me llevas.— Porque es una sorpresa, te dije que esta sería nuestra luna de miel, pero no donde la vamos a pasar.Entonces ella levantó los ojos y su mirada se posó en los hermosos ojos verdes de su esposo, le agradecía el que pudieran darse un respiro. Su mente y su corazón necesitaban p
Después de haber disfrutado de una excelente hora demostrándose su amor, Vincenzo observaba a su esposa recostada en su pecho totalmente dormida. La deja descansar un rato más, ya que dentro de poco el capitán anunciará que estarán pronto a llegar a su destino.Vincenzo no se cansa de admirar a su esposa, ella y su bebé son lo mejor que le ha pasado en la vida, después de haber pensado que no volvería a confiar en una mujer. Se encontraba con la mejor del mundo y la amaba sin lugar a dudas. — Amor ya hay que vestirnos, estamos a casi nada de descender. ¿Dormiste bien?Le acarició la mejilla con mucho amor, le gustaría quedarse así por mucho más tiempo con su esposa en sus brazos, pero tenían que cambiar, no era lo mismo estar acostados que sentados mientras descendía el avión.— Dormí muy bien, en tus brazos siempre encontramos el lugar perfecto para descansar, te amo. A ella le encantaba estar en brazos de su esposo, era su lugar favorito y aunque había descansado como nunca. Él te
Llegan a un lugar muy hermoso, las paredes de la casa son blancas y se ve resplandeciente por los rayos del sol. Era ciertamente un sueño de lugar para pasear y para desconectar de todo. Es una casa enorme, Kaia había creído que se trataba de una casa de un solo piso, pero esta era de tres, con una terraza hasta la parte superior. A lo lejos se escuchaban las olas y el olor salado era inconfundible. El sonido del mar les llegaba hasta ahí brindando una atmósfera de paz, era un lugar idílico para relajarse.— Wow, es una casa hermosa, mi amor. Es un lugar perfecto para pasar hermosos momentos a tu lado.La brisa del mar sopla el cabello de Kaia que lo trae suelto revolviéndolo por el aire, ella lo acomoda detrás de sus orejas, la vista es magnífica y eso que solo están al frente de la hermosa vivienda. El paisaje era digno de una postal o de una revista en las que anuncian los destinos turísticos.— Espero que te guste. Quería que conocieras este lugar que me trae hermosos recuerdos de
Pero había otros planes, Vincenzo le quería enseñar todo el resto de la casa y la habitación principal, la cual había mandado a remodelar desde que había comprado la casa, lo había hecho todo con mucha ilusión sabiendo que llegaría el día en que estaría en ese lugar en compañía de su esposa. Aunque todo estaba perfectamente decorado, ella podía cambiar lo que quisiera, era la dueña del lugar y podía hacer lo que mejor le pareciera con la decoración, era algo con lo que él quería darle gusto para que ella sintiera aquel lugar como un segundo hogar.—Ven, quiero enseñarte algo antes de que salgamos a ver la hermosa playa. Quiero que lo veas y lo conozcas todo conmigo. Este lugar, lo he acomodado y decorado pensando en ti. Te quiero brindar todo lo que yo tenga.— Muy bien mi amor, creo que los ojos se me fueron de repente hacia las puertas, la brisa del mar me estaba llamando. Nunca vi un mar en tanta calma como este, hace que te transportes a otro lado. Me siento dentro de un cuento m
Kaia estaba encantada, sin lugar a dudas era el mejor regalo de bodas. Nunca pensó estar tan sorprendida como lo estaba con ese hermoso regalo que recibía por parte de su esposo. También era la primera vez que Vincenzo la veía en vivo, y desde luego que estaba fascinado con el resultado, había acertado mandando a todo un equipo de expertos para que se hicieran cargo de la decoración de la casa, el resultado era espectacular. Aunque esta era una habitación pensada solo para ella, por lo que era mucho más femenina y con los toques que él sabía que le iba a agradar mucho a su amada esposa.— ¿Te ha gustado? Me encanta ver como miras con tanta ilusión.Vincenzo era feliz solamente al ver la cara de su esposa, ver tan ilusionada como estaba y viendo todo con una expresión de felicidad. Para él hacerla feliz era una de sus prioridades.— Me ha gustado demasiado, es un lugar perfecto, es el mejor sitio que hayas elegido para nosotros y nuestros hijos. Todo está decorado con un excelente gust