Mis padres y los de Nolan mantienen una conversación muy íntima y familiarizada sin incluirnos a ambos. Él tampoco se ve muy entusiasmado y animado para incluirse en una conversación que se trata de ambos, tampoco es que me tome la molestia en integrarme cuando estoy concentrada en una sola cosa.
O, mejor dicho, en alguien.
No puedo creer lo insoportable que es tenerlo cerca. No recuerdo cómo son las cosas con él, pero parece no ser tan agradables, ni siquiera me observa, prefiere mirar cualquier cosa insignificante de la estancia, como un cuadro viejo de papá antes que dedicarme una mirada.
¿Tanto te preocupa que te observe siquiera?
Es un buen momento en examinarlo, no pienso desperdiciarlo. En algo se debe de matar el tiempo.
No recuerdo muy bien la última vez que nos vimos y que apariencia tenía, pero si recuerdo un poco lo insoportable que era conmigo cuando éramos niños. Supongo en que, si él no era tan agraciado, la pubertad y los años sin verlo le han beneficiado demasiado.
Su cabello castaño va en todas las direcciones, no está peinado perfectamente como el porte de elegancia que debería de mostrar. Unas cejas muy pobladas que se ajustan con unos ojos de color verde olivo, muy atrayentes, por cierto. Su barba le da un toque muy varonil. A pesar de no llevar un traje como su padre, pude notar como sus músculos se ven tonificados en sus brazos, me pregunto si bajo su camisa, justamente su abdomen también está marcado por esa piel trigueña tan resaltante que tiene…
¿Por qué estoy pensando en ello? Debo de concentrarme.
Es molesto que no me dedique ni una mirada. La única que cruzamos fue hace unos minutos para estrechar nuestras manos, de resto se ha dedicado a ignorarme, como si mi presencia no existiera en lo más mínimo.
―¿Cómo es que nunca los he visto? ¿Cómo es posible que no los recuerde? ―hago la pregunta en general para llamar la atención de todos.
Nolan sigue sin inmutarse.
Que obstinado es.
―Sí no has visto antes, Emily ―responde Lauren―. Somos muy íntimos hacia tus padres, solo que preferimos no involúcranos contigo, el ritmo de tu vida tomó un camino diferente, haciendo que te alejaras de nosotros y sobretodo de Nolan.
Su madre observa a su hijo y este ni la mira, prefiere seguir viendo el cuadro de mi padre.
―Probablemente tu cerebro bloqueó ese recuerdo tan significativo para ti como en defensa de no hacerte sufrir por lo cercano que eran ambos de pequeños ―señala Lauren con una sonrisa muy enternecida en sus labios.
¿Significativo? Lo dudo…
―Realmente ibas a conocerlos ayer en la cena de tu cumpleaños ―agrega mi madre―. Pero te fuiste.
Me observa de una manera muy severa, sabiendo en qué lugar me encontraba después de haberme ido de la cena de mi cumpleaños.
Mi cerebro parece rememorar cuando me di cuenta que en nuestra mesa había asientos para seis personas, cuando nosotros solo somos tres nada más, siempre fueron ellos…
Todo en mi cabeza parece hacer un corto circuito.
Por eso papá no quería que mis amigos asistieran, que Brett asistiera. Me iba a presentar a mi futuro esposo, esa gran sorpresa de su parte se la tuvieron muy guardadas todos.
Me siento tan tonta en estos momentos.
La vergüenza me abraza por un momento. Entiendo la seriedad del asunto y que probablemente mis padres no supieron cómo decirles que la futura esposa de su hijo huyó con la noticia.
―Pido perdón, no sabía que ustedes asistirían ―observo a Lauren y Evandro.
Lauren me sonríe enternecida sin preocupación alguna, en cambio, Evandro no sonríe, me observa de manera severa, como si lo que sucedió anoche fue una falta de respeto de mi parte.
Este señor no me inspira a nada bueno.
―¿Hay algo que pueda solucionar mi percance de anoche? ―les pregunto a ambos preparada por lo que tengan que decir.
―Yo propongo en que puedes invitar a Nolan a tu fiesta de cumpleaños ―se adelanta mi madre en proponer.
Rápidamente la observo como si ha perdido la cabeza.
―Mamá, no creo que… ―me interrumpe ella.
―Es una buena idea, cielo ―afirma, muy insistente.
―Eso es magnífico, así pueden conocerse un poco más, es buen momento para que todos se vayan familiarizando con su compromiso, sobretodo ustedes que la noticia todavía sigue siendo un poco sorprendente de creer ―dice emocionada Lauren apoyando la idea de mi madre.
Comienzo a sentirme un poco frustrada al no saber qué pensar al respecto. No creo que sea una buena idea que él asista a mi fiesta cumpleaños, digo, estará Brett, mi novio, quién no pienso terminar por nada del mundo.
―Deberían de convivir en este momento ―propone Evandro esta vez―. Que recuperen el tiempo perdido de anoche.
Lo último lo dice con mucha molestia. Observo a mi padre en busca de ayuda y él rápidamente comprende.
―Emi, salgan al jardín y charlen, los llamaremos cuando esté listo el almuerzo ―papá me sonríe con mucha calidez.
Me levanto del sofá sin decir algo más, Nolan hace lo mismo y nos dirigimos en silencio hacia el jardín trasero.
Caminamos en silencio, recorriendo cada parte del jardín, a pesar que no decimos nada al respecto, siento su presencia detrás de mí y comienza a irritarme un poco. Me detengo y me volteo para observarlo.
―¿Puedes hablarme o mirarme siquiera? ―le pregunto con el ceño fruncido.
Nolan está vez me observa y por un momento se me detiene la respiración. Me estoy dando cuenta que él es más alto que yo, lo suficiente para que tenga que inclinar mi cabeza hacia atrás para observarlo.
Niego para mí misma, debo de concentrarme.
―Mira, realmente no me interesas en lo absoluto.
No dice nada.
―Quiero decir, no sabía que tendría que casarme con alguien.
Tampoco dice algo.
―Fue una sorpresa para mí en que fueras tú. No recordaba tu existencia.
Nada de nada.
―¡Mierda! ¡¿Puedes decir algo?!
Espero unos minutos en que diga algo, él solo me escudriña de una forma muy indescriptible para mí. Todo mi buen humor se va a la basura al darme cuenta en que no tiene caso de mantener una conservación con él cuando realmente no piensa decir nada.
Me siento tan frustrada en estos momentos que la mejor solución es irme a mi habitación y esperar en que este día culmine. Ya siento que he batallado mucho sin tener éxito alguno. Así que lo hago, no lo pienso dos veces.
Lo observo por última vez con la mínima esperanza en que dirá algo, pero no lo hace. Resignada, comienzo a caminar.
Soy una tonta por creer que diría algo.
―Espera, Emily.
Detengo mi andar al darme cuenta que me ha llamado. Me volteo rápidamente y lo observo desde mi lugar.
―¿Puedes acercarte? ―su pregunta suena más como una petición.
Dudo un poco en sí hacerle caso, solo para molestarlo, él puede acercarse a mí sí así lo desea. Sin pensarlo, me acerco hacia él, lo suficiente para mantener una distancia prudente. Me cruzo de brazos esperando en lo que tenga qué decir.
Y el silencio nos abraza una vez más.
Quisiera decir que este silencio con Nolan es cómodo, pero es todo lo contrario. Entre ambos se siente una gran nube de tensión que no sé si es posible que desaparezca.
Frustrada por el silencio inquietante que nos abraza, decido romper todo. Incluso cuando mis palabras pueden sobrar entre nosotros.
―Si tienes algo que decirme, puedes hacerlo.
Silencio total.
―Si no tienes algo que decirme, no me hagas perder mi tiempo y solo déjame ir.
Solo se dedica a observarme meticulosamente.
Respiro frustrada por su falta de comunicación hacia las personas. Y así mis padres quieren que me case con él, que chistoso…
―Mira, realmente no quiero casarme contigo. No te conozco en lo absoluto. No quiero nada que tenga que ver contigo. Yo no quiero nada de esto, así que no me hagas perder mi tiempo si no tienes nada que decirme. Solo finjamos delante de tus padres y los míos que mantuvimos una agradable charla de futuros esposos y acabamos con esta farsa de una vez por todas.
Y sigue observándome con mucha atención. En su rostro ni hay expresión alguna.
Increíble.
―¡Eres insoportable! ¿Lo sabías? ―ya me siento tan molesta en que no diga nada.
Se queda tan callado, como si lo que he dicho ha sido en vano. Un gemido de frustración sale de mis labios. Sigo manteniendo mi postura al estar cruzada de brazos.
―¡¿Puedes decir algo o…?! ―en mi momento de frustración iba a darle un leve golpe en el pecho, pero fue más rápido al interrumpirme.
―¿Puedes callarte? ―es lo que se atreve en decir.
Mis ojos se abren un poco, sorprendida. Me siento indignada esta vez.
―¿Disculpa?
Nolan toma una postura firme, una muy intimidante.
―Escucha, yo tampoco quiero casarme contigo, menos siendo una niña caprichosa y malcriada como esposa ―comienza diciendo muy despectivo y con desagrado―. No tenemos opción, solo nos queda hacerlo. Hay mucho en juego si no lo hacemos.
―¿Cómo qué? A parte de la empresa de mis padres.
La sorpresa parece decorar su rostro por unos segundos, pero se las ingenia para tomar su postura anterior.
―¿Es lo que sabes? ―se atreve en preguntar.
Me encojo de hombros al entender que tengo escasa información de las cosas.
―Solo sé que la empresa de mis padres está dependiendo de la de los tuyos… ―eso parece sorprenderle, intenta ocultarlo―. Espera… ¿Sabes algo que yo no sepa?
―No me compete decirte. Con que sepas que involucra a tus padres es más que suficiente para que lo hagas.
―Pero…
Me dedica una mirada gélida, de esas que determinan que eso es lo último que dirá. Se da cuenta de su error, sin embargo, es algo que no puede enmendar. Tampoco me da mucha esperanza en poder insistir en querer saber más.
―Podemos buscar una solución, pode… ―me corta.
―¿Eres tonta? ―pregunta con mucha amargura―. ¿Quieres que tus padres pierdan la empresa?
Su pregunta hace que el peso de las cosas recaiga en mí. Lo que pudieron decirme mis padres anoche fue que todo depende de mí y este matrimonio que me hará unir lazos con Nolan y su familia, sin embargo, no entendía la razón de dicho compromiso.
―¿Por qué la perderían? ―pregunto, curiosa.
―No es tu asunto ―zanja de inmediato. ¿Algo me está ocultando?―. Es mejor que terminemos aceptando este terrible compromiso.
Auch.
―No estamos obligados, somos mayores de edad, con ayuda de abogados podemos buscar una solución que no nos involucre a ambos ―dije convencida en que puede haber una solución.
Se ríe amargamente.
―¿No te han dicho lo pesada que eres? ―pregunta, irritado―. Lo dices tan sencillo. Estamos más que obligados a este matrimonio, créeme.
―¿Por qué?
―No me pone muy contento en que seas tú ―ignora mi pregunta. Me escanea de arriba abajo con una expresión de repugnancia que trata de ocultar. ¡Qué idiota!―. Pero tampoco es que me disgusta la idea en que tú hayas sido la elección de mis padres cuando pudieron poner una mujer cualquiera.
Un nudo se forma en mi garganta.
Él vuelve a observarme de arriba abajo con su misma expresión. Hace que se me revuelva el estómago de impotencia.
―Sin embargo, no eres para nada mi tipo.
Una sonrisa ácida se instala en sus labios al observarme.
Por mi parte, me enternezco en mi lugar al oír su comentario tan despectivo hacia mi parte. Algo dentro de mí se remueve. Tomo el valor suficiente para mirarlo de la misma forma que lo ha hecho conmigo.
―Te tengo unas grandes noticias ―le sonrío de la misma forma, un poco tensa―. Tampoco eres mi tipo, espero que no te hayas entusiasmado con la idea de que sí.
Él no se inmuta, pero parece que se ha puesto un poco tenso por mi comentario. Vuelve a tomar una postura firme, intenta no amedrentarse por mis comentarios.
Parece que a alguien no le gusta una cucharada de su propia medicina.
―Yo no quería nada de esto ―vuelvo a decirle, resignada.
―¡¿Y tú crees que yo sí?! ―suena muy alterado. Al darse cuenta que no lo ha dicho correctamente, retrocede un poco―. Será mejor que comencemos a llevarnos bien entre ambos o uno de los dos terminará muerto.
Lo último lo dice para apaciguar un poco el ambiente tenso. Bueno, parece que no es tan amargado como parece. O eso quiso pretender para impresionarme, menudo idiota si fue así.
Levemente me río, él no lo hace, el ambiente entre ambos se torna un poco incómodo y prefiero no decir nada, él tampoco piensa decir nada.
Lo que nos queda es disfrutar de la compañía del otro.
Por un momento me puse a pensar si dentro del matrimonio que tendremos serán así los días, porque una cosa es la que no tengo clara…
No sé cuántos días, meses o incluso años tengo que estar con Nolan.
(…)
―¡¿Ese va a ser tu futuro esposo?!
Dice una Susan muy emocionada por ver una foto en mi teléfono de Nolan.
Después de haber compartido un rato con Nolan, nos llamaron para almorzar, no sin antes decirme mi madre en que tenía que arreglarme por ser muy “especial” al tener que convivir con mis futuros suegros y mi esposo.
Haber compartido con su familia dieron a entender que en los Russel abunda mucho los hombres, como una especie de régimen que no ha sido quebrantado por sus descendientes que son como la prueba viviente de ello, siendo una familia grande con cuatros hijos varones. Nolan vendría siendo el segundo en la línea, el cual su padre no dejó de resaltar en que debe de darle el ejemplo a sus hermanos menores.
Solo sé que cada uno se parece entre sí, pero las edades son consideradas.
Mark, el primero de los Russel, con treinta y dos años, mano derecha de Evandro en dirigir la empresa familiar siendo un gran administrador de empresas, casado y con un hijo. Nolan, segundo hijo, con veintidós años, próximo a mano derecha de su padre, siendo un experto en administrador de empresas, desgraciadamente mi futuro esposo. Niklas, siendo el tercero, con veintiún años, cursando modelaje en una academia muy prestigiosa de New York, su estado sentimental es incierta ―conste que lo dijo su madre―. Y, por último, Colin, con quince años, cursando secundaria, es el consentido de sus padres.
Su madre realmente se toma muy en serio su papel como mi futura suegra, me habló muchas maravillas de sus hijos, que dudo que Nolan sea como ella lo describe “un chico cariñoso y caballeroso”, parece ser todo lo contrario. Lo único que sí puedo decir es que ella se encuentra muy entusiasmada con la idea de que su hijo contraiga matrimonio.
Es como el mayor sueño que tiene cada madre.
Mi madre no tuvo mucho que presumir al tratarse de hijos, soy su única hija, la cual alardeó como lo más apreciado que tiene en esta vida, que se siente muy orgullosa de tenerme, y por un momento, tan solo por un momento, olvidé el motivo del almuerzo y de las personas que nos rodeaban.
Solo me bastó en observar al insoportable de Nolan para traerme a la realidad y darme cuenta que no dejó de observarme cuando mi madre habló maravillas de mí.
Y como siempre no mostró ninguna expresión, se mantuvo muy apacible en el almuerzo, solo mantuvo un poco de conversación con mi padre o de vez en cuando que el suyo lo mencionaba en temas relacionados con la empresa, en todo ese tiempo se limitó a darle respuestas tajantes y severas.
Solo había algo que no me encajaba del todo… la relación con su padre, es tan extraña que no pasó desapercibida para mí, probablemente para mis padres sí, solo fui muy observadora.
Evandro no me transmitía nada bueno…
―Tu futuro esposo está buenísimo ―comentó Susan sin dejar de observar sus fotos en I*******m.
―Te recuerdo que tengo una relación de cinco años con Brett, quién es tu mejor amigo ―le resalto lo último con mucha importancia para que vuelva a la realidad.
―¿Sabías que tu querido esposo entra en la lista de los mejores pagados según Forbes? ―comenta ignorando mi comentario anterior.
―¿Cómo sabes eso?
Se posiciona a un lado mío y comienza a mostrarme la pantalla del móvil con un artículo de la revista más famosa de Estados Unidos.
Realmente Nolan se posiciona en el puesto quince, el artículo resalta que al ser una persona joven es increíble que este en esa posición, y que también siga entrando en la lista por varios años consecutivo, ha ido en escala hasta llegar a ese puesto en el que se encuentra.
En su foto se muestra muy inexpresivo, vestido de forma casual y no con un traje que habitualmente usaría para caracterizarse como un prestigioso empresario. Incluso se le ve más maduro por la barba que tenía cuando le tomaron esa foto.
Susan tiene mucha razón…
―Increíble…
―Es más que increíble ―vuelve nuevamente a I*******m donde hay pocas fotos de él, pero las suficiente para saber que la cuenta le pertenece―. Entre ellos se parecen, no solo podrás admirar a tu esposo, sino también a tus cuñados. ¡Tienes premio cuádruple!
No me hice la idea en cómo serían sus hermanos, solo los asocié en que se parecerían a Nolan, y estuve en lo cierto, entre ellos se parecen. Son como una especie en cómo se observan en distintas edades y generaciones.
―Oh.
―¿Oh? ¿Es todo lo que vas a decir? ―cuestiona exaltada―. Emi, ¡reacciona! ¡Tienes a tres chicos guapos!, claramente no cuento al niño a pesar de estar guapo también, pero joder, amiga. Si yo estuviera en tu posición le diría a mi esposo para follar todos los días.
Hago una mueca de desagrado al imaginarme eso.
―No pongas esa cara ―me riñe―. Que afortunada eres de follar con uno, y contemplar a tres de ellos.
―¿Puedes dejar de decir eso? Siquiera es algo que pasará.
Se ríe, y pellizca una de mis mejillas.
―Cuando te cases, me dirás todo lo contrario ―me guiña un ojo.
Niego sin darle la razón a lo que está diciendo.
Una vez más, me vuelvo a sumergir en las incógnitas que han estado abundando en mi cabeza desde que mis padres me dieron la noticia en que contraería matrimonio con Nolan.
Primeramente, ¿por qué mis padres me casarían con alguien tan millonario? Digo, no tenía la noción en que la familia Russel sea tan millonaria, solo que… ¿por qué tendría que casarme justamente con él? Siendo la persona que me hizo la vida imposible en mi niñez.
Segundo, ¿qué tan grave es la situación de la empresa? Ellos se negaron a darme más información, solo se limitaron a que tenemos una gran competencia que está haciendo que las ventas y propuestas se vean afectadas, no parece ser solamente eso, y Nolan lo confirmó con ello.
Tercero, si es tan grave, podría conseguir un trabajo de medio tiempo para ayudarlos con el dinero si es de eso que se trata, es la única respuesta que le consigo para que me estén casando con Nolan, que una lazos con su familia.
Todo es tan incierto en estos momentos para mí, no comprendo del todo lo que sucede, quisiera tener respuesta a todo, que no haya secretos, pero todo parece ser un misterio, un acertijo que claramente, estoy dispuesta a descifrar, no me quedaré con los brazos cruzados esperando recibir las respuestas mágicamente. Se niegan a darme información.
Decido que no es momento para darle más vueltas y me centro en lo importante y por qué me reuní con Susan.
Mi fiesta de cumpleaños.
Al principio estaba escéptica de la idea por la noticia que me dijeron mis padres, pero ella me animó en que no puedo dejar que ese problema sea un impedimento para celebrar mi cumpleaños.
Estuvimos escogiendo la temática, la cual me pareció muy magnifica, era una que quería escoger desde hace mucho tiempo.
Solo espero que nada pueda arruinar ese día.
―Jamás pienso casarme ―dijo la niña pelinegra observando una escena muy cariñosa de sus padres.―¿Por qué? ―le pregunta el niño castaño a su lado.―Si me caso que sea porque estoy segura de hacerlo y que el chico esté enamorado de mí como mis padres lo están uno del otro, no quiero hacerlo porque me veo en la obligación. Actualmente nadie quiere contraer matrimonio, es un poco deprimente ―señala la pequeña con su dedo índice.El niño se ríe a su lado y ella lo observa con el ceño fruncido.―¿Eres creyente del amor? ¿Qué edad tienes? ―su pregunta está cargada de mucha mofa.La niña muy inocente y con las mejillas sonrojadas observa su perfil, detallándolo.―Tengo seis ―le responde primero la última pregunta―. Lo soy porque mis padres lo han demostrado mucho.―No te preocupes, alguien te amará lo suficiente.Ella le asiente sonriente, comprendiendo todo. Solo que, a pesar que sus palabras sean sinceras, están cargadas de mucha mofa, la realidad le da una abofeteada, una que ella ya está
―¡Apresúrate, Emily!Mamá grita desde la planta de abajo para que me apresure en arreglarme. No pueden exigirme mucho, esto de maquillarse es como un ritual en que uno debe de tomarse su merecido tiempo. Tampoco es que quisiera que un delineado me quede más abajo y el otro más arriba.Realmente me esmero mucho en que todo quede perfecto. Hoy no es cualquier día, es tan especial para mis padres y para mí. Siento que, en estos tipos de días, uno debe de brillar más de lo usual.Después de un largo tiempo, considero en que ya me encuentro lista para la gran cena de hoy por mi cumpleaños. Tomo mis cosas, como mi teléfono y mi bolso que mi padre me obsequió esta mañana. En el camino voy revisando mi teléfono y me percato en que tengo muchos mensajes de felicitaciones y notificaciones, las dejaré para después, en estos momentos tengo una cena muy importante.Voy bajando poco a poco por las escaleras y mis padres me dan la espalda, parecen hablar de algo muy importante ya que lo hacen de una