Los ronroneos de mi gato se escuchan por toda la habitación, despego la vista de mi computador y veo como se sube a la cama para restregarse sobre la pantalla.—Salem, no puedo consentirte –Acarició sus orejas con mis dedos —. Debo seguir buscando empleo si no queremos seguir siendo una carga para Jimena.Llevaba semanas llevando mi hoja de vida a diferentes empresas, tenía más de tres meses sin trabajar y ya me sentía una completa inútil.Jimena es mi hermana mayor, la cual me ayudaba con los gatos del apartamento; luz, agua e Internet mientras conseguía empleo.Yo me abastezco de comida con lo poco que había ahorrado este tiempo.Ya me quedaba poco de aquellos ahorros y mi desespero aumentaba día tras día.Cierro mi computador al terminar de revisar algunas propuestas laborales; cuando estoy justo por levantarme de la cama, mi teléfono suena a mi lado y rápidamente lo tomó contestando la llamada.- ¿Bueno?- ¿Habló con la señorita Catalina Mejía?- Se comunica con ella ¿en qué le p
Mis ojos examinan cada parte de su rostro en total silencio, sus perfectos ojos, su nariz, sus labios carnosos y la bella ladina sonrisa que se dibuja en su rostro.—¿Ya terminó de inspeccionarme o aún le falta? —Susurra con cierta arrogancia.—¿Qué diablos le pasa?— Me separó de él rápidamente —. ¿Acaso no se fija por dónde va?.Sus ojos me inspeccionan de arriba abajo e introduce sus manos en los bolsillos de su pantalón.—Señorita, creo que la que no se fija es usted –Da un paso adelante acercándose un poco –. Usted venía distraída y con la vista en el suelo.—Yo venía saliendo del baño de damas, usted iba entrando —Guardo silencio unos segundos —. Ni siquiera se que iba hacer dentro del baño de niñas, en tal caso usted es el culpable.—Señorita... —Hay estás –Es interrumpido por la voz de una mujer. Observó acercarse a una mujer pelirroja quien trae un traje negro señido a su cuerpo, tacones negro, un labial carmesí y su pelo perfectamente peinado el cual se mueve al son de s
En mi cabeza no dejaba de dar vueltas, lo sucedido esta mañana. Su mirada me había atrapado por completo, eran tan intensa que no podía dejar de mirarla. Admito que me hizo enojar un poco el haber chocado con ella, pero cuando la vi sus ojos me dejó paralizado, pero aún más su manera de responderme. Sonrió negando al acordarme de mirada, la cual me inspeccionaba descaradamente, incluso su mirada de vergüenza al verme en la sala de juntas. Me levanto de la silla, acomodo mi saco, salgo de su oficina en la cual me dejó solo y rechazándome la invitación a comer. «Vaya Mujercita» Cuando salgo todo mi buen ánimo se esfuma al ver a Julia parada a un lado del ascensor tecleando en su teléfono. Sujeto el puente de mi nariz y suspiro con pesadez tratando de comportarme lo más sereno con ella. Levanta su mirada un momento sé su teléfono, me observa y por cómo lo hace sé que está molesta, pero a estas alturas me importa un carajo. —Bastian... —Camina hasta quedar frente a mí. —Julia...
Me encontraba en mi oficina pensativa aún en todo lo sucedido en el baño del restaurante con el señor Cabal hace exactamente unas semanas.Aún mi cuerpo tiembla de nervios por haberlo tenido tan cerca.Sus ojos, su cabello, su nariz, su boca. Haberlo tenido a centímetros de mí hizo que una ola de calor me recorrerá por todo el cuerpo.¿Pero por qué?Su cercanía hizo que mi cuerpo se sintiera indefenso, pero a la vez sentía el impulso de tocar todo su cuerpo.No llevaba ni veinticuatro horas de conocerlo y ya había causado desastre total en mí, odio tener que aceptarlo, pero el muy maldito me atraía y mucho.«Es un Mujeriego»Desde aquel día, cada vez que nos topábamos me trataba indiferente y eran pocas las palabras que cruzábamos. Al parecer mi reacción no le agrado y era de esperarse. Está acostumbrado a tener a las mujeres rendidas a sus pies, pero yo era la excepción.Estas semanas para mí habían pasado muy rápido, había hecho una excelente amistad con los chicos, incluso con Mart
— ¡Eres un idiota!— ¡Oh! Ya entramos en confianza que me tratas de tú y no de usted —Ríe divertido y mis ganas de matarlo aumentan. —Dejemos de formalidades, cuando ese puto convenio habla de portarme como toda una novia cariñosa frente a las personas —Ruedo los ojos fastidiada —. Maldigo la hora en que firme ese documento sin leerlo.— Ya es tarde para lamentarnos —Me cruzó de brazos y se para frente a mí —. Era mejor hacerlo hoy que hacerlo el día de la cena de gala.— Es que ni de la cena de gala me habías dicho —Retrocedo —. Para la próxima, avísame antes de cometer este tipo de cosas. —Lo siento, no lo tenía pensado, pero recordé la gala y no hay mejor momento para presentarte como mi novia que esa gala.— Una gala que es mañana —Musito irritada —. No sé ni qué diablos ponerme para ir a esa gala.Sonríe ampliamente, me toma de la mano y agarra mi bolso del escritorio.—¿Qué haces? —Mascullo asustada.—Ya lo verás.Al salir de la oficina, Chad, Fernanda y Mily nos miran con sor
Ni siquiera volteo porque conozco perfectamente la voz de aquella persona.— Señorita Monte, buenas noches —El señor Cabal estrecha su mano —. Es un gusto verla por aquí.—Igualmente, señor Cabal, por nada del mundo faltaría —Me volteo y me mira con asombro —. Señorita Mejía ¿Qué hace aquí?Su mirada me recorre de pies a cabeza, miro su vestimenta y vaya que no, no dejo nada a la imaginación.— Es mi invitada —Bastian se para a mi lado y me sujeta por la cintura.Su gesto no pasa desapercibido ante los presentes, me sonríe ampliamente y ese gesto hace que un cosquilleo se instale en mi vientre.El anfitrión pide la atención de los presentes, llama a la tarima al señor Cabal y se disculpa para ir a ella.—Tomemos asiento — Masculla su madre, Anahí me sonríe y asentimos.Tomamos asiento, su madre y Anahí toman asiento frente a nosotros, Bastian se sienta a mi lado y a su lado Julia. El señor Cabal empieza a explicar el motivo de la gala, le da las gracias a las empresas y los dueños de
Sabía que esta relación iba a causar revuelo en la empresa y no estaba equivocada. No henos terminado de pasar la entrada de la empresa cuándo ya todas las miradas estan en nosotros.Bastian camina a mi lado mientras toda su atención esta en su móvil,entramos al elevador y marca el número de nuestro piso. Antes de que el elevador llegue, guarda su móvil en su bolsillo y coloca su mano en mi cintura mientras en la otra sostiene su portafolio. El elevador se detiene, pita anunciando su llegada y abre sus puertas. Al salir las miradas de Milagros, Fernanda, Marta e incluso Chad caen en nosotros con evidente asombro. —Buenos días —Decimos a la vez recibiendo la misma respuesta al unísono. —Tengo muchos pendientes por atender —Deja un beso en mi mejilla —. Luego te veo, a ver si salimos almorzar juntos ¿Te parece?— Hablamos luego eso —Mascullo y asiente marchándose a su oficina con Mily detrás de él.Camino a mi oficina y antes de llegar la voz de Julia me detiene. —¡Vaya! Señorita
Alfredo sostiene unas revistas en sus manos y me mira señalandolas.—Me voy unos días y cuando regreso tienes la ciudad revuelta —Entra a mi departamento —. Hermano me puedes contar ¿Qué significa esto? ¿De que me perdí?Tira las revistas sobre mi sofá y se sienta en el.—¿Qué haces aquí a estas horas? —Observo mi reloj —. Es casi media noche amigo.—No podía irme a mi casa sin antes saber que diablos era eso de que ya hiciste oficial tu relación.—Así es amigo—Me mira asombrado—. Ella es Catalina, mi novia.—¿Desde cuándo? No entiendo nada amigo, necesito un trago. —Se levanta caminando al bar, busca dos vasos colocándole hielo, un poco de Wisky y regresando entregándome uno.—Catalina es mi novia desde hace unos días y dentro de poco pienso pedirle matrimonio y casarme con ella.—Hermano, te conozco desde niño y se que enamorado no estas, ¿Esto es por lo de tú abuelo?Suspiro y asiento —En gran parte si, a ti no te puedo mentir, pero también me gusta mucho Catalina y pasar tiempo