Alfredo sostiene unas revistas en sus manos y me mira señalandolas.—Me voy unos días y cuando regreso tienes la ciudad revuelta —Entra a mi departamento —. Hermano me puedes contar ¿Qué significa esto? ¿De que me perdí?Tira las revistas sobre mi sofá y se sienta en el.—¿Qué haces aquí a estas horas? —Observo mi reloj —. Es casi media noche amigo.—No podía irme a mi casa sin antes saber que diablos era eso de que ya hiciste oficial tu relación.—Así es amigo—Me mira asombrado—. Ella es Catalina, mi novia.—¿Desde cuándo? No entiendo nada amigo, necesito un trago. —Se levanta caminando al bar, busca dos vasos colocándole hielo, un poco de Wisky y regresando entregándome uno.—Catalina es mi novia desde hace unos días y dentro de poco pienso pedirle matrimonio y casarme con ella.—Hermano, te conozco desde niño y se que enamorado no estas, ¿Esto es por lo de tú abuelo?Suspiro y asiento —En gran parte si, a ti no te puedo mentir, pero también me gusta mucho Catalina y pasar tiempo
La llegada de Anahí a la empresa me hacía sentirme un poco mas cómoda. Su calidez y su confianzas al tratarme como si fueramos íntimas amigas de años me hace sentir todo su cariño.Anahí había llegado a revolucionar la empresa, en cada piso solo sabian hablar de su llegada, más de una la miraba con asombro, otras con curiosidad y algunos con cara de embobado.La que sin duda alguna no estaba contenta con su llegada era Julia, habia bastado verla esta mañana cruzar miradas para darse cuenta de ello.Con todo y eso en mi mente solo podia pensar en algo y era lo sucedido en la mañana con Bastian. El beso, sus caricias y sus palabras daban vuelta en mi cabeza una y otra vez."Pude haber escogido a Julia o a otra chica, pero te escogí a ti porque desde el primer momento que te vi me encantaste, todo lo que te he dicho es cierto y no me arrepiento de nada porque me gustas y no voy a dejar de intentar conquistarte."Sus palabras habían hecho que mi corazón latiera a mil, quizás tenia razón
La noche transcurre entre risas, música lenta y miradas coquetas de Bastian. Hace mucho no me sentía tan bien cenando con alguien y había olvidado por completo esta sensación.— Vaya desde adolescente, eras todo una casa nova —Bromeó y niega.—Era un chiquillo inmaduro en ese entonces, luego madure, pero el compromiso y los noviazgos no llamaban mi atención, así que prefería mantener relaciones sin ataduras y eso para mis padres no era lo correcto.—Yo digo que le tienes miedo a los compromisos —Tomo un sorbo de mi copa.—Le temo al interés de las mujeres, la mayoría de las mujeres que se me acercaban solo buscaban mi dinero o la atención de los medios, algunas no eran realmente lo que esperaba.—¿Y qué esperas en una mujer? —Pregunto curiosa.—Ya no espero nada —Susurra con una sonrisa.— ¿Por qué?—Porque... —Su teléfono timbra interrumpiéndolo, lo saca mirando la pantalla —. Lo siento, es papá y no es de llamarme así.—¿Bueno? — Guarda silencio unos segundos — ¿Debe ser ahora mism
El resplandor del amanecer se cuela por el gran ventanal, podía sentir la respiración de Bastian en mi espada mientras su mano reposaba sobre mis piernas.Me giro lentamente, lo miro detenidamente y sonrió al ver sus facciones tan relajadas, su cabello totalmente despeinado.No sé en que diablos me metí ni a que nos llevara esto, solo sé que me disfrutaré cada momento con él hasta que esto termine. Dejo un suave beso en la punta de su nariz, me levanto con cuidado de la cama para no despertarlo, tomo mis bragas del suelo y la camisa que me dio colocándomela yendo al baño. Busco en su mueble de baño algún cepillo de diente, para mi suerte encuentro uno nuevo. Lo saco de su envoltorio, lavo mis dientes y luego de ello lavo mi cara. Recojo mi cabello en una bolita, lo amarró y salgo del baño encontrándolo aún dormido. Salgo de la habitación, camino por el pasillo y bajo las escaleras con cuidado, quedando sorprendida al ver todo limpio. ¿Dónde están las copas que dejamos ayer en la s
Había pasado todo el almuerzo observando a Alfredo y las miradas de él hacia Jimena.Esta se mantenía en total silencio, observando o escuchando la plática de los demás en la mesa.—Catalina ¿Tus padres ya saben de la boda? —La tía de Bastian me pregunta con una gran sonrisa.Jimena levanta la mirada y me mira fijamente. No sé si es por la pregunta del compromiso o por lo recién mencionado.Ella sabe que ese tema es muy delicado para mí y no soy buena para hablarlo.—Nuestros padres murieron en un accidente cuando Catalina tenía dieciséis y yo diecinueve, al ser la mayor tuve la obligación de sacarla adelante.Un silencio sepulcral se hace en la mesa y todas las miradas caen en nosotras.—¡Oh!, lo siento mucho chicas, perdonen mi imprudencia —Musita apenada. —¿No tienen más familiares? —Pregunta inocentemente Marlén, su prima. —Papá era hijo único y mamá nunca nos habló de su familia, así que solo somos nosotras y eso fue suficiente para salir adelante. —Ahora nos tienen a nosotros
La mañana de el domingo fue completamente maravillosa aún con los desaires de Antonia, la cuál no despersiciaba una oportunidad para destilar veneno sacando de onda a una Jimena qué al parecer se levanto con el pies izquierdo porque anda de un humor bastante irritable.Desde el desayuno se mantuvo muy callada y seria,al terminar Bastian nos recomienda colocarnos traje de baño antes de salir a conocer y pasar el resto del día. Durante el paseo a los establos y montar caballo se mantuvo de la misma manera respondiendo solamente si y no a lo que se le hablara o preguntará.Después de recorrer las tierras de la hacienda,Bastian nos guia por un sendero. Anahí, Alfredo y Jimena nos acompañan. Se detiene unos pasos frente a nosotros, se baja detiene al caballo y me ayuda a bajar. Alfredo ayuda a bajar a Anahí, veo su intención de ayudar a Jimena pero esta lo esquiva y amarra al caballo a un árbol. —¿Dónde estamos? —Jimena se acerca a nosotros. —El límite de la laguna —Responde Anahí—. D
¿De dónde los conocía?Catalina me miraba con nerviosismo, su mirada la delataba mientras que Alonso, él nuevo inversionista la miraba fijamente haciendo que mis celos se alborotaran por completo. —Catalina trabajo en nuestra empresa hace un tiempo —Responde Alessio, él otro inversionista —. Fue una buena empleada. —Y lo sigue siendo —Responde mi padre alegre —. Sin duda mi hijo no se equivoco en tomarla como empleada y por su puesto como su prometida. —¿Cómo? —Musita confundido Alonso —. ¿Prometida?Catalina se acerca a mi, sujeto su cintura y dejo un beso en su cabeza asintiendo. —Si, Catalina es mi prometida. Ambos hombres la miran con asombro mientras ella los mira con su semblante serio. Es evidente que algo pasa, nunca la había visto tan seria.—¿Podemos empezar? —Pregunta Anahí a nuestras espaldas. Papá toma asiento en su silla, Milagros le indica a dónde sentarse a los hermanos Mancini, ayudo a Catalina a tomar asiento y me siento a su lado. La reunión empieza y no me
—Me alegra que hayas seguido con tu vida y que te vayas a casar Catalina, eres una buena mujer y te mereces lo mejor. —Gracias Alessio —Me sonríe —. ¿Qué me cuentas de ti? —Bueno todo sigue tal cual como cuando te fuiste a la excepción de que papá me dio la confianza de hacerme cargo de la empresa. —Hizo bien, tienes más cabeza que tu hermano para llevar la empresa. —Ni lo digas, he tenido que solucionar algunos líos que nos ha traído la inmadurez de Alonso —Niega serio —. Y tengo miedo que esta no sea la excepción. —¿Por qué lo dices? —No dudes que trate de buscarte para hablar contigo y temo que eso pueda traer problemas con tu prometido. —Alonso y yo no tenemos nada que hablar, lo nuestro acabo hace meses y todo quedó dicho. —Ambos conocemos a Alonso y sabemos lo terco que puede ser —Asiento —. Solo espero esto no te traiga problemas con tu prometido que por cierto se ve que esta caído contigo. —Bastian es un excelente hombre y podría decir que lo mejor que me ha pasado ha