Un mes y medio después de haber sido dado de alta, transgrediendo las indicaciones del médico, William comenzó a trabajar. Lo único que hacía era sentarse detrás de su escritorio, pero creyó que sentiría la paz que no tenía en casa. Estaba tan confundido de ver, a todas horas, a una esposa que no recordaba haber tomado en santo matrimonio, que corrió a refugiarse en el único lugar que se sentía seguro. Lo que nunca imaginó fue, que Verónica trabajaba en el mismo sitio que él.—Este diseño de aretes puede estar en el próximo catálogo. Es elegante, hermoso. Quizás no sea el más caro de la compañía, pero estoy segura de que causará furor entre los amantes de la joyería —Verónica explicaba sin levantar la mirada de los bocetos que tenía en las manos. Aunque siguieran diciéndole que su esposo volvería a ser el mismo de antes, sabía que escapaba de ella—. Si quieres saber más sobre el diseño, puedo pedirle al propio diseñador que venga.—No es necesario, lo has hecho muy bien —La incomodida
William quería acercarse a Verónica y pedirle que fuera con él a la fiesta, pero no encontraba la forma de iniciar la conversación. ¿Cómo pedirle que lo acompañara como su esposa, si le había dicho que pediría el divorcio? Una mezcla de culpa y nerviosismo lo embargó, cuando ella lo miró y entrecerró los ojos.—¿Quieres decirme algo, William? —le preguntó ella, dejando encima del plato que tenía frente a ella, el cubierto con el cual cenaba—, no me has quitado los ojos de encima desde que te sentaste.Él se acaró la garganta antes de responder —No sé si estás al tanto de la fiesta en la empresa de Maxwell Price. Y me preguntaba si…—No, no iré —respondió ella, sin dejarlo terminar de hablar—, pídele a tu amante que te acompañe.—Sabes muy bien que no es posible. —William se enojó más con la sugerencia, que con la negativa tajante—, Además, Magnolia no es mi amante.—Ella presume de serlo. La tienes trabajando, bajó tu mando.—Ella también es joyera como tú, por eso le di trabajo.—¿Y
William anotó en un papel, todo lo que Pamella y Simon le contaron sobre la última cita que habían tenido él y su esposa. Le sorprendió un poco que hubiera sido tan romántico, cuando no era habitual que actuara de esa forma. Lo peor de todo, era que se estaba llevando por lo que otros decían que había hecho y no porque lo recordara. No podía saber si era cierto o no, solo confiar.—Te ves como si no quisieras estar aquí —le dijo Nicki, caminando a su lado cuando, horas después, comenzaron un recorrido por el pueblo.—Lo siento, yo… estoy haciendo lo posible por recordar, es difícil no tener recuerdos —esperaba que ella comprendiera y decidiera continuar con su viaje.—Tienes recuerdos, solo que yo no estoy en ninguno —Verónica no había querido recriminarle algo que escapaba de su control, pero le dolía y mucho.Pamella y Simon decidieron intervenir, de lo contrario, no habría una reconciliación y ese era el principal objetivo, no que pelearan entre ellos.Pero por mucho que lo intenta
William anotó en un papel, todo lo que Pamella y Simon le contaron sobre la última cita que habían tenido él y su esposa. Le sorprendió un poco que hubiera sido tan romántico, cuando no era habitual que actuara de esa forma. Lo peor de todo, era que se estaba llevando por lo que otros decían que había hecho y no porque lo recordara. No podía saber si era cierto o no, solo confiar.—Te ves como si no quisieras estar aquí —le dijo Nicki, caminando a su lado cuando, horas después, comenzaron un recorrido por el pueblo.—Lo siento, yo… estoy haciendo lo posible por recordar, es difícil no tener recuerdos —esperaba que ella comprendiera y decidiera continuar con su viaje.—Tienes recuerdos, solo que yo no estoy en ninguno —Verónica no había querido recriminarle algo que escapaba de su control, pero le dolía y mucho.Pamella y Simon decidieron intervenir, de lo contrario, no habría una reconciliación y ese era el principal objetivo, no que pelearan entre ellos.Pero por mucho que lo intenta
Verónica dejó caer los hombros, derrotada. Se estaba rindiendo, no podía seguir como estaba. La situación se complicaba con cada segundo que pasaba y ella tenía que cuidar el bebé que crecía en su vientre. El estrés de no saber qué pasaría al día siguiente le comenzaría a pasar factura en cualquier momento.—Me rindo, Hope. Lo mejor para todos es que lo deje irHope abrió la boca para protestar, pero la imagen que la mujer de su nieto estaba proyectando, le decía que no lo hiciera. Ella era muy joven para sufrir por el idiota de su nieto.—No quiero que te sientas presionada por mí. Entiendo por lo que estás pasando. Solo quiero que sepas que estaré aquí para ti, para ese bisnieto que tendrá el amor de toda la familia.—Lo sé. Quiero que sepa que no mantendré a mi hijo lejos de ustedes, lo verán las veces que lo deseen.—William se va a arrepentir de lo que está haciendo, intentará reconquistarte. Solo te pido que le des la oportunidad de pedir perdón, no te cierres cuando eso suceda.
—Tu presión arterial está muy alta, Verónica. El bebé no está creciendo con normalidad, está muy pequeño para el tiempo de embarazo que tienes. Necesito hacerte otros estudios, verificar lo que estoy sospechando. —El doctor no perdió tiempo y le pidió a la enfermera que incluyera otros análisis, aparte de los que ya habían hecho.—¿Y qué sospecha, doctor? —el corazón de Nicki le dio un salto en el pecho, el miedo de perder a su bebé la embargó.Pero él se negó a responder. Sin los resultados de los estudios, no podía darle un diagnóstico.Verónica pensó irse feliz del hospital, había esperado ese día con mucha emoción. Ver cuánto crecía su hijo le dio mucha ilusión, pero ahora no sabía que saldría en ese último examen.Mientras Nicki se alejaba del hospital, Magnolia no le quitaba la mirada de encima. Cuando llegó temprano en la mañana y espero fuera del edificio donde vivía William, su intención había sido salir del auto y molestar. Sin embargo, algo la detuvo, algo que le hizo segui
La sesión con el psicólogo fue un total fracaso. Por más que William lo intentaba, no lograba recordar. Para él, el especialista le hacía las preguntas equivocadas. Solo le pedía dos cosas: que analizara la relación que tenía con su esposa y la que creía tener con su amiga. Sin embargo, no llegaba a ninguna parte, seguía pensando que se tenía que divorciar. Decidido a acabar de una vez y por todas con Verónica, fue directo a su casa desde el consultorio del médico. Durante todo el camino repasó una y otra vez lo que le diría cuando la tuviera frente a frente. Sería directo y sincero.Sin embargo, cuando entró al apartamento no la vio en las habitaciones que acostumbraba a frecuentar. Siguió buscando hasta que la encontró dormida, acostada sobre el sofá. Varios papeles con dibujos de joyas en ellos, yacían esparcidos sobre ella y en el piso.William le pasó un dedo por la mejilla con cuidado, pero ella ni siquiera se movió para apartarlo. Dejando salir el aire en un suspiro profundo, é
La esperanza murió cuando él negó con la cabeza. Ni siquiera estaba seguro de lo que intentaba hacer al forzar su mente.Él se percató como los hombros de ella caían y quiso regresar el tiempo. Decirle que sí, que lo que intentaba recordar era el matrimonio que todos decían que tenían, pero él no recordaba ni un día de esa relación.—¿Puedo llevarte al trabajo? —William quería de alguna forma recompensarla y esa pregunta fue lo primero que se le ocurrió.—Hoy te agradezco si lo haces, quiero discutir algunos bocetos durante el camino —le respondió ella mientras recogía los papeles esparcidosCuando él intentó ponerse de pie para darse una ducha y vestirse para el día que le esperaba, un grito de Nicki lo sobresaltó. Sin embargo, fue tarde, con sus pies descalzos, pisó los cristales de la botella rota que estaban sobre la alfombra.—El ruido de la botella rompiéndose me despertó. Soy una tonta, ni siquiera te avisé —Nicki se acercó a William y leo hizo sentarse.Los pies de él, comenza