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Despertar a su lado

El día ya había amanecido, pero Ana seguía dormida mientras los ojos de Carlos se clavaban en ella.

Tenerla durmiendo en su habitación, en su cama, sólo aumentaba el odio que sentía por ella, pero necesitaba mantener oculto este sentimiento para poder ejecutar con éxito su plan.

Carlos había renunciado a su plan anterior de fingir que había pasado la noche con ella, al fin y al cabo no serviría de nada haberse acostado con ella sin su permiso. Tal vez eso la asustaría y eso no era lo que él quería.

Ana se movió de un lado a otro dando señales de que se despertaría, así que Carlos le rodeó la cintura con la toalla y esperó a que notara su presencia.

" Buenos días", dijo al ver que ella no abría los ojos y decidió llamarle la atención.

"Buenos días! "Espera, buenos días?"

Conocía esa voz, pero no era la de Clara, sino la de su jefe. "Qué coño he hecho" lentamente llevó sus ojos a la figura masculina casi desnuda que tenía delante.

"Por favor, dime que lo que estoy pensando no ha ocurrido", se preguntó a sí misma.

Rápidamente miró su cuerpo que estaba cubierto por la sábana y deseó llevar ropa, pero cuando la levantó se dio cuenta de que sólo llevaba ropa interior y gritó.

"De qué se trata?"

Carlos se acercó a ella, pero ella le dio una patada.

"No te acerques!" le advirtió ella, pero él se limitó a sonreír al ver su desesperación.

"Qué crees que ha pasado aquí?"

"Qué le parece?"

Claro que acostarse con él no debería haber sido algo malo, pero no recordar nada daba miedo.

"Déjame explicarte... bebimos, el conductor nos trajo a mi piso y como estabas muy borracho pensé que era mejor dejarte dormir aquí."

"E?"

"Y qué?"

"Sabes, tú estás casi desnudo y yo, bueno, me veo así."

Ana señaló su ropa esparcida por el suelo.

"No, no dormimos juntos... quiero decir, lo hicimos, pero sólo dormimos."

"Y por qué sólo llevas una toalla? Y por qué estoy sin ropa?"

"No sé tu ropa, pero tú sólo llevas una toalla porque ya casi es hora de ir a trabajar, así que me he duchado."

"Seguro que no ha pasado nada?"

"Si no me crees solo mira tu cuerpo."

"Eh?"

"Todavía te queda algo de él, y no es por presumir, pero si realmente hubiéramos pasado la noche juntos ahora estarías toda "marcada" y seguro que recordarías todos los detalles."

Esas palabras la hicieron sonrojarse, mostrando claramente la vergüenza que sentía en ese momento.

"Ana, no es por ser una pésima anfitrión, pero cuándo piensas ir a trabajar?"

"Qué hora es?"

"Tienes media hora para estar en el trabajo."

"Eso es todo?"

Saltó de la cama y, envuelta en una sábana, intentó coger su ropa.

"Espero que te guste la negra porque era la lencería más bonita que encontré."

Dejó una caja sobre la cama y se fue.

"Tienes que estar loco!"

Ana estaba incrédula ante lo que veían sus ojos "lo peor es que es de mi talla"sus ojos estaban puestos en la lencería que él había colocado sobre la cama. "Un auténtico chiflado, pero con buen gusto."

Miró la ropa que yacía en el sillón.

"Disculpe, olvidé mi camisa."

No sabía cómo los pantalones de un hombre podían ser tan bonitos o era la persona que los llevaba la que los dejaba así. De todos modos, Ana no podía negar que su jefe era un gran partido y además un hombre muy guapo.

"Ana?"

Carlos notó sus miradas en su trasero.

"Sí?"

"No vas a prepararte?"

"Sí, lo haré, lo haré..." no pudo disimular sus miradas al culo de Carlos. "Unos con tanto y otros con casi nada" susurró.

"Qué has dicho?"

"Nada! Dónde está el baño?"

"Delante de ti."

" No me había dado cuenta."

"Me di cuenta" sonrió y se marchó.

"No sonrías así o me derrumbaré", pensó para sí.

Todo lo que Ana podía pensar era que si su medicación estaba acabando con su libido, el alcohol la estaba provocando.

Al entrar al baño, se topó de frente con una enorme bañera y dio unos pasos hacia atrás, pero luego de respirar hondo, logró tomar su ducha.

"Ha pensado en todo", dijo al ver un cepillo de dientes precintado en el lavabo.

"Vas a tardar mucho?" gritó desde el salón.

"Estoy terminando."

Ana eligió un vestido azul que se ajustaba muy bien a su cuerpo.

"Necesitas ayuda?"

le preguntó, viéndola intentar subirse la cremallera del vestido.

"Creo que sí."

Ella le dio la espalda mientras él le subía la cremallera del vestido.

"Levántate el pelo."

Su voz ronca tan cerca de ella hizo que se le erizaran hasta los pelos de la cabeza.

Se levantó el pelo para mostrar el tatuaje de la nuca.

Ana levantó su cabello mostrando su tatuaje en la nuca.

"Que pasó? Se rompió la cremallera?"

preguntó cuando se dio cuenta de que no había terminado de subirle el cierre del vestido.

"Este tatuaje, ¿qué significa?"

Cuando sintió su tacto se llevó involuntariamente la mano derecha a la nuca, tocando la mano de Carlos sin querer.

"Significa... no rendirse nunca."

Ana se apartó un poco, pero sintió cuando la mano de él en su cintura la acercó más a él y así terminó de abrocharle el vestido.

"Ahora es mi turno!"

Carlos colocó dos corbatas de diferentes colores frente a ella.

"hum, rojo."

"Vale!"

Ana se colocó frente a él y, a diferencia de la otra vez, cuando le había puesto la corbata en el coche, se dio cuenta de lo alto que era realmente.

Viendo su dificultad para ponerse la corbata, se limitó a abrir un poco las piernas, quedándose un poco más corto.

"Extraño el olor de tu crema hidratante."

Su comentario hizo que Ana lo mirara a los ojos, pero pronto desvió la mirada.

"Ya está!"

Carlos recogió su maletín y se dirigió a su coche.

" Buenos días, Sr. Carlos, buenos días, Srta. Ana." les saludó el conductor.

" Buenos días", le sonrió.

"Antes de ir a la empresa, pásate por el hotel de Ana." - le abrió la puerta del coche para que subiera.

"Creía que llegábamos tarde."

le dije mientras sentaba a su lado.

-

"Lo estamos! Pero como dije, echaba de menos el olor de tu crema hidratante."

La forma en que hablaba la desconcertaba.

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