El papasito

Tengo solo unos dos días en los que no trabajo y son los domingos y los lunes, desgraciadamente hoy fue sábado y como todos los días me levante temprano para ir al trabajo, justo ahora me estoy regresando a mi casa.

Estoy sentada hace como media hora esperando a que el chofer vea que ya hay suficientes personas como para explotar la camioneta y así le de la gana le de por comenzar a conducir por su ruta de trabajo, sentí a alguien colocarse al lado de mí otra vez y cuando voltee era el mismo hombre de ayer. Lo sé porque sería muy difícil olvidarse de su rostro y de su barba de candado. Ahora observando bien -lo estoy mirando de reojo-, se ve como alguien con dinero en la cartera ¿Por qué tomaría camioneta alguien con tanto dinero? ¿Se quedaría sin carro o se le habrá averiado?

No entiendo que le sucede, pero si yo tuviera tanto dinero me la pasara pidiendo taxi para llegar a casa en lugar de montarse en estas horribles camionetas.

Algo está raro con este tipo, entiendo que a esta hora uno puede coincidir con algunas personas siempre por ser una hora en la que varias personas estan de regreso a su casa, pero se me hace sospechoso. ¿Y sí es un asesino serial que viene por mi? ¿Y si es de esos que hacen trafico de organos? Peor aún ¿Y sí es un secuestrador?

M****a, calma Penny. Estas cosas no son tan comunes ¿Por qué alguien te querría secuestrarme? No tengo nada de dinero sería una perdida de tiempo.

-¡Epale!

Miraba por la ventana cuando de pronto escuche una voz muy conocida era la voz de Luis, era mi amigo de cuando iba al liceo, me habló a mí pensé que me llamaba a mí y es por eso que giré mi cabeza, miré a Luis saludando al hombre de barba que estaba sentado a mi lado.

-Epale ¿Qué pasó? ¿Qué haces por aquí andando en camioneta como nosotros los humildes?

-Se me descompuso el carro, huevón.

-No joda. ¿Entonces pretendes andar en estas vainas hasta que lo arregles?

Los dos estaban ahí hablando ignorandome, bueno que el papasito con barba me ignoré está bien, no me conoce, sin embargo ese cabeza de huevo de Luis si me conoce y no me ha visto.

-Luis, ¿Ahora eres ciego?

Ahora si me miró y sonrió. Ese imbécil. ¿Cómo puede ignorar tanta belleza?

-Hola, Penny. Coño, pero es que yo que iba a saber que estabas sentada justo al lado de Terry.

-Eso le pasa a la gente que no mira hacia los lados.

Bromeé sonriendo. Luis conocé a este papacito, debo lucirme para poder hacer que esté hombre entre a mi vida, tengo que aprovechar que Luis lo conoce es como si la vida me dijera "Aquí tienes tu compensación".

El hombre tallado por los mismísimos dioses giró su rostro hacía para verme, Dios mío que hombre tan bello.

-Penny, él es mi amigo Terry y Terry ella es Penny una amiga de cuando iba al liceo.

Terry me sonrió, santo Dios se le marca un hoyuelo cuando sonríe.

Calmate, Penny. Relajada piensas mejor, Penny.

-Es un placer conocerla, Penny.

-Igualmente, Terry.

Le sonreí de regreso.

-¿Por dónde vives?

-Por donde quedan los edificios la savoy.

-No seas, pendeja. Dile que vives en La ceibita.

-Ah si se donde es. Tal vez cuando mi carro se arregle pueda llevarte a tu casa.

-Alto ahí, mi pana. Primero tienes que invitar a Penny comer, si eres arrecho.

Me reí coqueta.

-Déjalo, así es mejor para mí. No gastaré pasaje, es más dinero a largo plazo que ir a comer.

-Mira que descarada.

Hablé con ellos durante todo el camino a mi casa, bueno no todo exactamente, hable con ellos hasta que llegue a la entrada del cerró me despedí y comencé mi subida de escaleras para llegar a la casa. Espero que andar subiendo escaleras al menos me ponga fitness.

Llegué y abriendo la puerta divise a Manuel corriendo hacía a mi.

-¡Mamá!

Me abrazó fuerte y yo le correspondí.

-Te voy a traer agua, mamá.

Manuel corrió hacía adentro para llegar a la cocina, él que entra y viene saliendo Peter para hacer eso que acostumbra hacer que es correr para drenar la ansiedad o solo sería manía de él. No estoy segura de porque hace eso, supongo que ha de ser por su autismo.

-Peter ¿Y tú no saludas?

-Hola, mamá.

Dijo serio mientras corría de regreso hacia adentro de la casa.

La casa de mis padres tiene un patio... O mejor dicho un pasillo de patio, es donde se extiende la ropa cuando se lava.

-Papá, échame agua para bañarme.

-Paso todo el día cocinando y quieres también que te eche agua. ¿Ustedes creen que yo soy un burro o que aún estoy jovencito?

M****a como se queja mi papá y solo pasa todo el día metido en la casa.

-¡Ay no papá! Si vas a empezar, me avisas. No quiero andar peleando contigo.

Pasé a mi cuarto si es que a esto dele puede llamar cuarto. Me comencé a desnudar y cuando doy un paso al frente justo después de sacarme los zapatos, piso un maldito LEGÓ del coño de su madre de esos que son pequeños y duelen horrible.

-¡Coño de la madre! ¡¿Quién jugó con los LEGÓ hoy?!

-Ese fue, Manuel.

Respondió rápidamente Gregory para defenderse.

-¡Recoge esa m****a ahora mismo! No me importa si fuiste tú o no.

-¡Sí, mi jefesita!

Gregory hizo un saludo militar y se levantó a recoger las piezas que estaban tiradas en el piso.

Me acosté en la cama, cómo me duele la espalda por pasar todo el día sentada en la oficina.

-Mami ¿Averiguaste lo que te pedí?

Preguntó mi mamá entrando a la habitación. Ella suele decir "Mami" para referirse a cualquier mujer.

-Sí, está a un dólar mamá.

-Verciale, yo lo compre hace un mes a menos de un dólar. Que gafa fui. Debí comprar más ese día que lo ví.

Lo que mamá me mandó a averiguar era el precio del hilo chino que usa para hacer sus dijes y pulseras del curso que dicta.

Me bañe y después de eso me había puesto a ver una película con los niños y Rox.

De pronto caí rendida ante el sueño.

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Me desperté a las 10 de la mañana, revise mis redes sociales en el teléfono un momento antes de levantarme de la cama.

-Que vida. No sé cómo ustedes duermen tanto.

Comentó mi papá mientras caminaba para ir a la cocina.

-Que fastidioso te pones,de verdad. Haz el desayuno en vez de andar hablando tanta paja(1).

-Sí, ya voy porque soy el amo de casa. Las mujeres en esta casa ni la escoba conocen.

Respiré profundamente. Paciencia, eso es lo que necesito. Es mi día libre me voy a relajar.

Al rededor de las 11 o 12, se despertaron los niños. Peter se fue a la cama de mí padres a ver vídeos en su teléfono, los dos pequeños se pusieron a jugar videojuegos y yo me dedique a hablar por teléfono con el papucho que Luis me presento. Quedamos en salir mañana a almorzar.

¿Que podré hacer para adelantar el tiempo? No puedo esperar para ver al papucho.

-Penny, papá pregunta que si te gustaría la arepa con mayonesa o con mantequilla.

-Con mantequilla, Rox.

Ella le grito a papá, desde el cuarto a la cocina mi respuesta. Para eso le hubiera gritado yo.

-Mamá ¿Me puedes comprar un peluche?

Preguntó Manuel acercándose con las manos juntas viéndose inocente. Tengo la sensación de que se aprovecha de su aspecto para conseguir cosas.

-No, Manuel. Que fastidioso te pones. Eso no es necesario ahora. Hay que comprar los útiles de la escuela

-Pero quiero ese peluche.

Cerré los ojos buscando paciencia.

-Manuel, eso no es importante ahora mismo. Pídeselo al niño Jesús. Faltan como 5 meses para eso.

El concierto de Manuel empezó con un chillido y siguió con sollozos

-Coño, casi iba a romper el récord de no haber llorado en unas diez horas.

Comentó, Roxie y Gregory se rió de eso.

-Todos se burlan de mi mamá.

-Porque tu se lo permites. Eso le pasa a todo el que llora.

Eso solo lo hizo llorar aún más. Lleve mis manos a mi cabeza y me la frote rápido.

-Manuel, presta atención. Tienes que dejar de llorar por todo. No tiendo porqué siempre estás llorando. Nadie te pega, todos te compramos cosas y nadie te maltrata.

-Entonces cómprame el peluche.

Ave María.

Logré calmar a Manuel, diciéndole que iba a jugar con él todo el día.

Ser madre es difícil y ser madre soltera, es aún más difícil de lo que pensé.

Jugué con ellos todo el día solo para que se burlaran de que me la pasé lanzándome al vacío de cada carrera en la que me ponían a jugar.

-¿Para esta es la razón por la que me pusieron a jugar? ¿Para burlarse de mí?

Los miré mal.

-Mamá, no es mi culpa que no quieras jugar más seguido para que practiques.

-Lo peor de todo esto niños es que ella quiere comprarse un carro y si maneja como el juego de carreras nos vamos a morir.

Mis hijos se rieron de lo que mi hermana dijo a carcajadas, es como si hubieran escuchado un show de Emilio Lovera(2).

-A mi no me da risa.

-Pero a nosotros sí.

Roxie comenzó a reírse a la par de ellos.

Todos aquí se ponen de acuerdo para joder estoy clara con eso. No hay de otra, no encuentro otra explicación que no sea esa.

Pero no me importa hoy nada de lo que Roxie pueda decirme o que mis niños se burlen, porque mañana tendré una cita con un hombre guapísimo. Me tomaré unas fotos y las publicaré en mis estados, así el estúpido de Bruno las verá y se pondrá celoso, ya que yo si estoy con un hombre guapísimo y él está con esa Flor que parece un bosque lleno de flores con todo y árboles más bien de lo gorda que es esa mujer.

1. Hablar paja: en Venezuela se refiere a que la gente habla muchas tonterías.

2. Emilio Lovera: es un comediante venezolano muy reconocido

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