—Emily—pronuncio su nombre en un susurro con cierto toque seductor. Olvidando el hecho de que se parecía a su esposa, Emily había logrado despertar en él, un sentimiento que pensó nunca volvería a sentir. Deseo.Ella, sin pensarlo dos veces, se acercó a los labios de John y le dio un beso sutil, uno que John no dudo en responder, ambos gozaron del tacto que sus labios ofrecían, pero entonces él lo meditó un momento. —Emily...—volvió a repetir mientras sostenía su muñeca entre su mano, ya que esta se había colocado sobre su pecho. La deseaba, es decir, estaba sintiendo algo más que solo cariño por ella, pero más que eso, también necesitaba de otro tipo de afecto, pero algo en su interior le dijo que lo que estaba pasando no debia ocurrir, no solo porque Emily compartía la misma sangre que Mila, sino porque no quería cometer el mismo error dos veces— detente por favor, no hagas nada de lo que posiblemente podrías arrepentirte mañana.Emily estaba mareada, pero no exactamente ebria como
Emily se sintió avergonzada por haber sido descubierta precisamente por ese vejete, aunque en realidad no se sorprendió mucho de verlo ahí, sabiendo el pasado que había tenido con su hermana y las miradas que le había echado desde el momento en que había pisado el salón de la mansión.No podía creer que incluso en ese momento que se suponía les pertenecía a ellos dos como "Marido y mujer" ese odioso hombre se justificara diciendo que estaban molestando a los muertos.Si bien era cierto que incluso antes de que los interrumpiera, ella misma había pensado en Mila, lo cierto es que le molestaba más que ese hombre se interpusiera entre ellos dos como si fuera su dueño.—Tiene razón querido—expreso Emily aferrándose al brazo de su supuesto esposo. John inclinó la cabeza un poco para ver su rostro. De pronto Emily tenía una expresión un tanto sería y un tanto molesta, así que dedujo que incluso ella estaba enfadada de ver a su padre ahí, debia ser muy molesto para Emily que su padre estuvier
—¿Estás bien?—cuestiono Emily, una vez que perdió a su suegro de vista. John no había reaccionado de la mejor manera, pero en vez de reclamarla su mala actuación, comprendió, a la perfección, el porqué John no había podido contenerse. Su padre había herido donde más le dolía a su hijo, su orgullo. —Perdóname, yo no suelo ser así—expreso, temiendo que aquella escena le diera una mala impresión a Emily, quien parecía un poco asombrada y también desconcertada. Lo cierto era que esos besos que había compartido con ella, habían sido auténticos y de verdad, por un instante medito la opción de llevar a Emily de ese sitio lúgubre y continuar con lo que hacía en un sitio más cómodo y romántico, pero no esperaba que su padre apareciera como un maldito animal carroñero, esperando carne para comer. —No te preocupes por nada—expreso Emily suponiendo que el padre de John había matado toda la pasión y por consiguiente, ya no podrían seguir en lo suyo, pero a pesar de que ese hombre era un odioso ac
John no se atrevió a decir nada, debido a que tenía sentimientos encontrados sobre lo que Emily le había dicho, además de la presencia de su empleada, quien se había quedado pasmada frente a ellos, así que en ese momento lo único que hizo fue tomar su mano, inclinarse levemente y besarla.—Te veré mañana, querida—expreso mientras soltaba su mano con cierta delicadeza y al mismo tiempo decepción, por no poder responderle a Emily como se lo merecía una mujer como ella.Al día siguiente, luego de una noche bastante tranquila, Emily despertó con un extraño sentimiento en el pecho, ya que, había soñado con John Lennox, aunque lo que había soñado seguramente había sido por causa de la abstinencia a la que el padre de John los había sometido a los dos, por su supuesta falta de decoro frente a los muertos o al menos eso era lo que había dado a entender.Emily no sabía a ciencia cierta lo que sentía por él, aunque después de permitir que la besara como lo había hecho la noche anterior, seguro
—Espero que te guste—dijo John recordando qué Emily tenia gustos más dulces, así como era su temperamento y su trato hacia los demás. Emily notó qué John tenia cierto interés en averiguar su opinión, así que sin perder más tiempo. Tomo un cubierto y comenzó a probar el primer platillo qué estaba más cerca de ella. Se trataba de una tarta de moras y frutos rojos qué tenía un sabor especialmente dulce, pero sin llegar a lo hostigarle el paladar, por lo que ese primer platillo había pasado sus estándares; sin embargo, antes de poder expresar su opinión, John tomo la palabra: —Finalmente estoy cerrando los negocios de Mila —declaró con cierta pena, es decir, luego de tener que meter a Emily en todo ese problema, era normal sentirse así. Emily levanto el rostro del desayuno hacia John y desde su lugar lo miro entre alegre de que pudiera terminar con los problemas en los que Mila lo había dejado mal parado y también un poco aliviada de que hasta ese momento no hubiera mencionado lo que
—¡Mierda, John!—bramó Gina exasperada—¿Esa bruja te volvió a seducir? ¿Qué acaso no puedes pensar con la cabeza en vez de lo que tienes entre las piernas?—¡Basta, Gina!—alzó la voz John cansado de sus insultos—¿Quieres callarte de una vez para que pueda explicarte? ¡Por Dios!—¿Y que me vas a decir que no hayas dicho ya?—protesto ella ya sin esperanzas de que John entendiera de razones.John se quedo en silencio mientras encontraba la fuerza para hablar, porque el hecho de que Mila fuera una desgraciada, no significaba qué él no tuviera corazón para guardar un poco de luto.—Mila, ella murió, Gina—declaro con cierta tristeza, quizás por el recuerdo de aquella Mila con la que se había casado.Gina soltó una carcajada porque intuyo qué estaba hablando en sentido figurado, es decir, que tal vez estaba hablando sobre su comportamiento o su personalidad.—No digas estupideces, John. Sabes que esa bruja nunca va a cambiar, por mucho que te lo haga creer—declaró Gina cruzándose de brazos mie
Momentos atrás, Emily había recibido una llamada del detective qué llevaba su caso:—¿Diga?—murmuro Emily mirando su entorno para ver si no había ojos o quizás oídos atentos a lo que ella hacía.—Buenos días, señorita Johnson. Espero no interrumpir su desayuno—expreso el hombre algo apenado por la hora y aunque tal vez no era excesivamente temprano, no era usual llamar a sus clientes por la mañana; sin embargo, tenía algo importante que comunicarle.—No, por supuesto que no, por favor, dígame. ¿Sucedió algo?—cuestiono Emily algo extrañada por su llamada.—Sí, de hecho, llamo para comunicarle el avance de mi investigación y según los exámenes que se realizaron a las muestras que me envió, son compatibles un 99% por lo que no hay duda que la mujer que encontró era su hermana gemela, además también hice otro examen a las muestras que pude obtener de la tumba a la que me dio acceso y desgraciadamente descubrí que se trata del cuerpo de un pequeño que fue secuestrado al nacer...De pronto y
—N-no, claro que no, querida. Es solo que me sorprendiste, hace meses que no te veo—expreso su padre con cierto nerviosismo, temiendo que finalmente su hija menor le quitara la máscara del rostro frente a John y finalmente le revelara la verdad, pero cuando Gina le sonrió con cierto descaro, supo que tal vez se lo reservaría para otro momento, cuando quizás ambos estuvieran a solas y así pudiera convencerlo, porque Mila también estaba ahí y seguro que ella no permitiría que Gina hablara sobre su relación. Lo que él no sabía es que Mila estaba muerta y Emily en realidad estaba pensando en lo que él le había revelado y como poder comunicárselo a John.—Estuve ocupada, pero quise tomarme un tiempo para venir a saludar a mi hermano y también a mí... sobrino—expresó Gina con cierto resentimiento, puesto que sospechaba que el hijo de Mila no era precisamente de su hermano, pero claro como siempre no tenía ninguna prueba, todo lo que tenía eran conjeturas e indicios, porque las pruebas que ha