Emily debía admitir que lo quisiera o no, la madre de Mila sabia vestirse muy bien y lograba que cada traje o vestido que portaba, se le viera tan sensual y llamativo en su cuerpo. —¡Dios, Mila!—la sermoneo Alessandra mientras se aproximaba a las escaleras por donde ellos bajaban. Cuando el empleado puso la carriola sobre el piso con cuidado, Alessandra lo miro al bebé con curiosidad, ya que aquella primera vez, simplemente no había podido hacerlo adecuadamente debido a John— son tan tiernos mientras son pequeños. Emily no respondió, pero sí sonrió un poco y acomodo la cobija del pequeño bebe de Mila. —No esperaba verte tan pronto—le apremio Emily, no se había aparecido esos últimos días, aun sabiendo que su hija acababa de salir de una operación de emergencia. Emily se preguntó qué habría pasado si John nunca la hubiera conocido, si ellos dos no se hubieran visto en primera instancia. Ella por supuesto seguiría con su vida, pero John, seguramente estaría camino a la cárcel y e
El padre de John se encontró con Alessandra en el camino, pero debido a la rabia qué sé notaba en el brillo de sus ojos y en sus murmullos cargados de maldiciones, no se atrevió siquiera a saludarla.Venía del balcón principal donde él y Mila solían comer y hablar de un futuro prometedor juntos, de hecho parecía que había estado con ella, así que no dudo en aproximarse para saber qué estaba ocurriendo, pero antes siquiera de poder dar la vuelta al pasillo, se dio cuenta de que su hijo se dirigía precisamente a ese lugar, así que se detuvo en seco.Parecía últimamente que ambos se llevaban bien, bastante bien de lo común, él suponía que era debido al rencor que Mila sentía por él, por haberla abandonado, así que mientras no aclarara las cosas con ella, no podía acercarse, al menos no si su hijo estaba rondando por ahí. Incluso llego a pensar que tal vez su presencia se debia a que ya sospechaba sobre su relación y de ser verdad, tal vez debia abstenerse de buscar a Mila, al menos por e
La fiesta que John había planeado era excepcional, nada de lo que Emily hubiese visto antes, era como estar en un antro a las tres de la mañana, entre luces de neón y pulseras de todo tipo de colores, solo que no había condones flotando en el aire, eso era de muy mal gusto para una fiesta de ese estilo, pero a pesar del buen ambiente que se vivía, Emily no lo estaba disfrutando.Ella estaba un poco angustiada por Jacob, veía a cada rato su teléfono esperando algún mensaje de ayuda de Amelia, pero al parecer ella no tenía ningún tipo de problema, ya que no había recibido nada, ni siquiera una llamada.John, por otro lado, había decido saludar a viejos amigos, conversar como hacía mucho tiempo no lo hacía, pero desde su lugar vigilaba muy bien a su padre, quien había decidido embriagarse desde el primer instante, al principio se había mantenido al margen con sus propios amigos, los pocos que tenía en el país, pero después de cenar, había tomado copa tras copa, decepcionado por supuesto,
—Mila no merece tus lágrimas—expresó John tratando de animarla, pero en la mente de Emily transitaba la idea de que habría pasado si nunca la hubieran separado de su lado, si nunca hubiera caído en las manos de Alessandra, para Emily ella era la verdadera culpable de que su hermana hubiera cometido tantas equivocaciones.—Tú no entiendes—logro decirle entre lagrimeos sutiles y tiernos sollozos. Ella no lloraba por la Mila que todo el mundo había conocido, sino por la persona que pudo llegar a ser, pero no se lo permitieron—nos separaron, la secuestraron y ahora... ella está... muerta, pero lo peor es que ninguno de nuestro padres lo saben.John enderezó un poco la espalda hacia atrás después de escuchar a Emily, aquel era un asunto que desconocía, es decir, que habían secuestrado a Mila. ¿Por qué? ¿Dónde? ¿Cuándo?No había pensado en esa posibilidad hasta en ese momento. Era claro que Mila y Emily eran idénticas, dos gotas de agua que no podían distinguirse físicamente, pero sí interio
—Emily—pronuncio su nombre en un susurro con cierto toque seductor. Olvidando el hecho de que se parecía a su esposa, Emily había logrado despertar en él, un sentimiento que pensó nunca volvería a sentir. Deseo.Ella, sin pensarlo dos veces, se acercó a los labios de John y le dio un beso sutil, uno que John no dudo en responder, ambos gozaron del tacto que sus labios ofrecían, pero entonces él lo meditó un momento. —Emily...—volvió a repetir mientras sostenía su muñeca entre su mano, ya que esta se había colocado sobre su pecho. La deseaba, es decir, estaba sintiendo algo más que solo cariño por ella, pero más que eso, también necesitaba de otro tipo de afecto, pero algo en su interior le dijo que lo que estaba pasando no debia ocurrir, no solo porque Emily compartía la misma sangre que Mila, sino porque no quería cometer el mismo error dos veces— detente por favor, no hagas nada de lo que posiblemente podrías arrepentirte mañana.Emily estaba mareada, pero no exactamente ebria como
Emily se sintió avergonzada por haber sido descubierta precisamente por ese vejete, aunque en realidad no se sorprendió mucho de verlo ahí, sabiendo el pasado que había tenido con su hermana y las miradas que le había echado desde el momento en que había pisado el salón de la mansión.No podía creer que incluso en ese momento que se suponía les pertenecía a ellos dos como "Marido y mujer" ese odioso hombre se justificara diciendo que estaban molestando a los muertos.Si bien era cierto que incluso antes de que los interrumpiera, ella misma había pensado en Mila, lo cierto es que le molestaba más que ese hombre se interpusiera entre ellos dos como si fuera su dueño.—Tiene razón querido—expreso Emily aferrándose al brazo de su supuesto esposo. John inclinó la cabeza un poco para ver su rostro. De pronto Emily tenía una expresión un tanto sería y un tanto molesta, así que dedujo que incluso ella estaba enfadada de ver a su padre ahí, debia ser muy molesto para Emily que su padre estuvier
—¿Estás bien?—cuestiono Emily, una vez que perdió a su suegro de vista. John no había reaccionado de la mejor manera, pero en vez de reclamarla su mala actuación, comprendió, a la perfección, el porqué John no había podido contenerse. Su padre había herido donde más le dolía a su hijo, su orgullo. —Perdóname, yo no suelo ser así—expreso, temiendo que aquella escena le diera una mala impresión a Emily, quien parecía un poco asombrada y también desconcertada. Lo cierto era que esos besos que había compartido con ella, habían sido auténticos y de verdad, por un instante medito la opción de llevar a Emily de ese sitio lúgubre y continuar con lo que hacía en un sitio más cómodo y romántico, pero no esperaba que su padre apareciera como un maldito animal carroñero, esperando carne para comer. —No te preocupes por nada—expreso Emily suponiendo que el padre de John había matado toda la pasión y por consiguiente, ya no podrían seguir en lo suyo, pero a pesar de que ese hombre era un odioso ac
John no se atrevió a decir nada, debido a que tenía sentimientos encontrados sobre lo que Emily le había dicho, además de la presencia de su empleada, quien se había quedado pasmada frente a ellos, así que en ese momento lo único que hizo fue tomar su mano, inclinarse levemente y besarla.—Te veré mañana, querida—expreso mientras soltaba su mano con cierta delicadeza y al mismo tiempo decepción, por no poder responderle a Emily como se lo merecía una mujer como ella.Al día siguiente, luego de una noche bastante tranquila, Emily despertó con un extraño sentimiento en el pecho, ya que, había soñado con John Lennox, aunque lo que había soñado seguramente había sido por causa de la abstinencia a la que el padre de John los había sometido a los dos, por su supuesta falta de decoro frente a los muertos o al menos eso era lo que había dado a entender.Emily no sabía a ciencia cierta lo que sentía por él, aunque después de permitir que la besara como lo había hecho la noche anterior, seguro