—Maldita criada— dijo antes siquiera de explicarle el porqué de su llamada—escúchame bien porque no lo voy a repetir dos veces. Necesito que hagas algo por mí. Dorothy se giró sobre su asiento temiendo que su conversación fuese escuchada por Amelia quien había levantado la mirada al escuchar un fuerte grito que provenía del teléfono de Dorothy. Era obvio que alguien estaba gritándole, Amelia quiso imaginar que era la señora Lennox y que estaba muy enfadada por lo que había sucedido. —Por supuesto— dijo Dorothy mientras trataba de soportar el no decirle un par de verdades que realmente merecía que alguien le dijera— ¿En qué puedo ayudarle? —¿Estás en un lugar seguro?— quiso saber antes de darle la información. Alessandra era una mujer muy desconfiada por esa razón nada se le escapaba. —No exactamente, pero puede decirme sin problemas—expreso Dorothy intuyendo que Amelia estaría en muchos problemas si escuchaba esa conversación. —De acuerdo—resoplo Alexandra— necesito que te deshaga
—Disculpa— le dijo Emily olvidándose por completo que interpretaba a Mila, la arrogante mujer a la que todo el mundo le temía— ¿Podrías ayudarme? —P-por supuesto— dijo Amelia bastante nerviosa, tanto que agacho ligeramente la mirada para no hacerla enfadar— dígame. ¿En qué puedo ayudarla? —Debo ver a mi esposo en el invernadero— expreso, aunque con cierto nerviosismo, ya que no sabia si Mila tendría el conocimiento de saber donde estaba— pero creo que no recuerdo exactamente qué camino tomar. —Claro…—se atragantó al hablar con su propia saliva que se vio obligada a toser— disculpe… Solo debe tomar este camino… —Por favor no hables mientras te recuperas—le indico Emily mientras miraba el pasillo que le había señalado. Dorothy le había dado un tour por la casa, pero por supuesto no exactamente por el interior, así que no tenía ni idea de como diablos era un invernadero. La única referencia que tenía era uno que ella había construido con su clase durante el cuarto grado, pero el
—Es en esa puerta, señora— le indico haciendo una señal con la mano extendida para después inclinar levemente la cabeza. —Muchas gracias— dijo Emily despertando de su trance autoinfligido. —Si eso es todo, me retiro— expreso Amelia con toda la intención de irse y quizás repasar en su mente aquella extraña e inusual experiencia que probablemente nadie le creería. —Sobre lo que dijiste...—dijo Emily en voz alta, causando que Amelia se detuviera en seco. —¿Sí? —Me gustaría...—se detuvo para reformularse la pregunta. ¿Qué pasaría una vez que cambiara a Dorothy?—cambiar a mi asistente de puesto. —¿Dorothy?—cuestiono Amelia sorprendía e intrigada a la vez, no esperaba que fuera la misma señora Lennox quien deseara deshacerse de ella. —¿Hay algún problema con ella? Emily se hacía la misma pregunta, pero no conocía esa respuesta y eso la frustraba, el pensar que tal vez estaba cometiendo un terrible error alejándola de ella. Emily no había tenido enemigos, al menos no uno que r
—Acabamos de llegar—dijo Emily girando hacia él para dedicarle una sonrisa. Observándolo detenidamente, se percató de que John llevaba puesto un pantalón negro y un par de zapatos casuales ademas de una camisa básica blanca, se veía bastante apuesto, de hecho el desgraciado tenía la mala fortuna de verse bastante bien con cualquier cosa que usara, ya que, de por sí era apuesto. Alegre de no haberse vestido con algo ostentoso, se acercó a él y por alguna razón John inclino levemente la mirada hacia Jacob, quien seguía bastante tranquilo mientras dormitaba. En la mente de Emily paso la idea de que si alguien ajeno a ellos, que desconocía la razón que los había unido los veía, pensaría que se trataba de una familia común y corriente. Pensamiento que le ruborizo las mejillas. —Parece que duerme tranquilamente—expreso John retomando su postura recta. —No por mucho, los bebes tan pequeños como él no suelen tener percepción del tiempo así que pronto despertara, ya sea por un cambio de
—C-claro— se vio forzado a decir mientras le servía el postre a la señora Lennox, el cual en realidad él no había preparado y a Emily le parecio bastante apetitoso y es que, aunque en ese sitio le servían bastante comida y variada, en realidad no se comía ni la mitad de todo eso, y no solo porque era demasiado para ella, sino que realmente no le gustaba la comida. Tal vez era el hecho de que estaba acostumbrada a la comida barata que el hospital vendía o el que prefería la comida dulce a lo amargo, pero nada de lo que antes había comido la había preparado para poder soportar esa comida que a Mila tanto le gustaba. Una vez que sirvieron el postre, esas tres personas que habían entrado al invernadero con la frente en alto y una sonrisa, salieron derrotados y desconcertados, ya que ese día, la cocina había estado ocupada preparando los platillos favoritos de la señora y nadie esperaba que los rechazaran así. —¿Estás comiendo bien?— dijo John comprendiendo su situación y es que Emily
—Gracias— dijo Emily algo incómoda con el silencio que vino después de eso, era como si la conversación amena que habían tenido se hubiera desvanecido con su rechazo— ah dijiste que hablaríamos del asunto del documento ¿Cierto? Quiso desviar el tema para dejar el asunto de la mudanza ahí y enfocarse en lo que a John más le interesaba, el documento. —Es verdad— dijo John en cierto tono triste. Emily pensó que tal vez estaba desilusionado o algo por el estilo y la verdad era que sí, John esperaba conocer un poco más a Emily, entender por qué le llamaba tanto la atención— pensaba que la mejor forma de que firmaras el documento sin que ninguno de los dos tuviera problemas legales, era el fingir la muerte de Mila. —Pero, ella ya esta muerta...— dijo, pero se quedó en silencio al ver el rostro firme y apacible de John, estaba molesto. —Lo sé— se repitió a sí mismo— me refiero a que el día en que ya no te necesite y desees irte, podemos decir que iras a un viaje, en el cual podrías te
John tomó de nuevo su copa y bebió un sorbo de ella, para después hacer un extraño gesto. —Se me olvidaba— expreso de pronto—este sábado seremos los anfitriones de una celebración. —¿Tan pronto? ¿No se supone que Mila debe guardar reposo?— expresó recordándole el porqué era muy pronto para ella el que se presentara frente a tanta gente. —Es el cumpleaños de mi padre y aunque él es un maldito hijo de m****a que no merece más que mi desprecio, realmente deseo darle una gran sorpresa— sonrió John con cierta malicia, pero aquello apenas duro un par de segundos, por lo que Emily no pudo notarlo, sin embargo, si pudo entender que tal vez John pretendía vengarse de su padre en esa fiesta y estaba dispuesta a averiguar que era exactamente lo que planeaba. —Si es así, asistiré encantada—dijo con una sonrisa sin saber que John planeaba usarla para su venganza. Extendió el brazo para invitarla a chocar ambas copas con delicadeza y brindar para que todo lo que habían conversado se hiciera real
Dorothy no pudo dormir esa noche, pensando en las fotografías que había logrado sacar de la oficina de la señora Lennox. Tenía mucho tiempo que no hacía algo similar, la última vez que había robado algo de su oficina había sido aquella vez en que Mila se había enfadado con su "Amor secreto" si es que aún se le podía decir así. Había arrojado algunos collares que él le había regalado y algunos habían quedado despedazados. Dorothy los había llevado a reparar, pero no todos habían regresado a su estuche original, sino que los había vendido para sacar un poco de provecho de la situación, por supuesto, pensando lo que le diría a Mila una vez que ella se enterara de que había collares faltantes, pero eso nunca sucedió o al menos por el momento Mila no se había puesto a revisar cuantos y cuáles collares tenía. Mila tenía sus collares favoritos y eran los únicos que utilizaba cada vez que su amante y ella se encontraban, pero eso la hizo levantarse en seco. El padre del señor Lennox estaba