Capítulo 3

3

—¿Aún lo amas? —oí la pregunta de Aarón detrás de mí, pero lo ignoré—Ya veo…—el hijastro de mi padre se posicionó delante, bloqueado así mi paso—Pensé que no te gustaba los perros callejeros.

Lo miré con odio.

—No te compares con Hugo, él es mil veces más hombre que tú…

Aarón me observó indignado y no era para menos, ¿Qué hombre en sus cinco sentidos le gusta que pisoteen su masculinidad—No creo que ese gilipollas logre hacerle sentir a una mujer lo que todas sienten al estar debajo de mí…

Toqué mis mejillas al sentir un calor infernal—Eres un asqueroso. —Mascullé retomando mi camino.

—Nuestros padres quieren cenar hoy en familia.

Se burló despacio.

—¿La boda es el sábado?

—Sí. ¿Entrarás gritando como loca en la iglesia para que no lo hagan?

Lo pensé por un minuto, pero al final terminé declinando la idea, llevaba toda mi vida viendo a Harold sumergido en los deberes de la universidad de nuestra familia que ahora, por primera vez sentía que papá era feliz.

—¿Tú madre lo ama? —Aarón me siguió hasta mi salón de clases.

—Mi papá nos abandonó cuando supo que venía en camino, y el tuyo le devolvió las ganas de ser mujer a Bárbara Sullivan, vivimos en España hasta que cumplí veintitrés años, luego conoció a tu padre cuando fueron abrir otra sede de la la universidad Western en Madrid y desde entonces él ya sido esa figura paterna que jamás tuve…

Rayos.

—Yo…—Jadeé como estúpida—Yo, yo, no…

—Ja, ja, ja, ja, ja—. La risa de Sullivan rompió el silencio del aula de diseño de modas—¿Te creíste esa estupidez?

Tomé mi libro de dibujo y se lo tiré en el pecho—¡Eres un sucio y apestoso!

Las mejillas de Aarón se tornaron rojizas por la risa explosiva y sus carcajadas, luego de algunos minutos limpio la humedad de sus ojos para luego hablar con seriedad que este asunto ameritaba. —Mi mamá si ama a tu papá, es un buen tipo…

—Creo que tu mamá es muy linda…

—Y tu papá igual…

Un silencio incómodo se apoderó de ambos.

Pasé mi mano por detrás de mi nuca, entre tanto Sullivan miraba hacia todos lados quizás buscando que decir.

—¿Seremos familia ahora? —Me extiende la mano y la tomo.

—¿Hermanastros?

—¡Hermanastros!

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¡Bendita sea la hora que acepté tenerte como familia, Aarón Sullivan!

Papá junto a Bárbara sonríen felices en la mesa donde Harold reservó para nuestra deja “Familiar”

Mi nuevo hermanastro ha llegado con una tipa morena y delgada que prácticamente le está rogando con cada movimiento que se la folle. Giró los ojos al mirar como la mano ruda y enorme del español se desliza con precaución por debajo de la mesa tomando por sorpresa a su acompañante.

—¿Hace cuánto conoces a mi hijo, Maribel?—Pregunta la futura señora Western mientras se lleva hacia los labios el borde de su copa de vino tinto. Papá besa su mano esperando la respuesta del imbécil moja bragas.

—¿Ayer?

Me tapé la boca con ambas manos al ver como el vino que se tomaba Bárbara salió disparado de su nariz. No pude evitar reírme a carcajadas y es que esto era tan típico de Aarón, las mujeres se volvían locas por él y claro, mi hermanastro no estaba para perder el tiempo.

—¿Están saliendo desde ayer? ¿Ósea se hicieron novios ayer? —Volvió a insistir la madre del pelinegro—¿Es así, Aarón?

Su hijo me miró y negó. —La conocí en la fiesta de Romina.

Me tocó golpear mi pecho porque me estaba ahogando con mi propia saliva, ¿Acaso ese estúpido me está echando la culpa de su vida lasciva y promiscua?

—¿Ella es tu amiga, Mina? —Agregó papá observándome con cautela, pero todo empeoró cuando Aarón asintió.

—Mi hermana me dijo que…—lo señalé con el dedo porque creía imposible que me estuviese metiendo en sus problemas—Maribel y Romina toman la misma clase, mamá…—Aarón sacó la mano de la braga de la tipa para luego agarrar la copa de cristal delante de él—¿Ella se puede quedar hoy con nosotros en casa de Harold?

No pude evitar golpear la mesa logrando que todos los comensales nos observaran.

—¿Por qué van a dormir en mi casa, papá?

Harold prensó su labio inferior para acto seguido secar la comisura de sus labios con una servilleta de tela blanca—Mi matrimonio con Bárbara será en dos días, así que les dije que, ¿Para qué esperar tanto si pueden irse a vivir con nosotros ya?

¡Imposible!

—¿Dónde va a dormir el hijo de ella?

—¡Romina! Su nombre es Bárbara, no ella… Además, Aarón tiene veintisiete años y una vida antes de ser mi hijo, así que él decidirá si se queda con nosotros o no…

Todos lo quedamos viendo y juro por el cielo que jamás he sido una mujer de creencias ni religiones; pero ahora mismo le estaba rogando a quien fuese quien me estuviese escuchando que ese moja bragas negara irse a vivir con nosotros.

¿Qué iba a pensar la universidad si se enteran que ese perro pulgoso es mi nuevo hermano?

¡Lo más probable es que todas las mujeres a las cuales le rompa el corazón querrán golpearme a mí! ¡No, no, no! ¡Dios, sálvame de esto! Mis ojos cristalinos lo observaron suplicantes, Aarón entendió mi desespero y con una sonrisa de triunfo y aunque creí que estábamos en tregua por el amor de nuestros padres, soltó un claro y contundente…

—¡Me encantaría vivir con ustedes!

¡Maldito traidor!

¿Qué gana viviendo con nosotros siendo un adulto? Papá lo ingresó a nuestra universidad para que estudiará una maestría que necesitaba para su profesión, ¿Pero no debería independizarse e irse lejos de su madre y ahora de mi padre?

—Necesito aire…

Mascullé levantándome contundentemente de la mesa, papá me pidió que volviera a sentarme, pero el aire me estaba faltando en mi cuerpo. Desde ayer mi vida ha sido un completo caos, primero Bobbie besándome a la fuerza, luego mi primer encuentro con Aarón y luego la noticia del matrimonio de papá.

Las lágrimas se escurrían por mis mejillas, quería huir de aquí y perderme lejos, quería conocer un lugar donde ni papá, ni Bárbara ni mucho menos Aarón existieran, necesitaba ahora mismo a Hugo conmigo, pero sabía que las cosas imposibles no suceden por arte de magia en este mundo.

Sentía que mi mundo se estaba desplomado y así lo sentí cuando caí de rodillas luego de haberme tropezado con alguien que venía saliendo del baño de caballeros dentro del restaurante italiano que papá nos había traído a mí y a su nueva familia.

Un par de ojos color avellanas me observaron sorprendidos—¿Estás bien?

Asentí avergonzada—Lo estoy…

¡Trágame tierra!

Ese tío era demasiado guapo y pijo, Dios, ¿Por qué estas cosas me suceden a mí? Su piel era pálida como la nieve, su cabello negro como la oscuridad mientras sus enormes ojos me mostraban el misterio que rodeaba al chico del baño.

—¿De verdad? Creo que tu rodilla derecha está sangrando, soy médico, si quieres puedo revisarte…

Jesús…

Me ha mirado a los ojos…

¡Yaaaaaaaaa!

M*****a sea, Romina deja de cantar dentro de tu cabeza y conecta todas tus ideas; respira. Un chico guapo y caliente te quiere tocar… Bueno, en teoría no me quiere tocar, pero siiiiiiiii, me quiere tocar.

—Estoy aquí con mi padre y…

Sullivan apareció rápidamente arruinando mi perfecta atmósfera de conquista. Adiós posibilidades de tener nuevo novio.

—Conmigo, hermano…—Aarón me jaló del brazo para ocultarme detrás de él—¿Quién eres tú?

El tipo guapo del baño me miró por encima del hombro del gilipollas de Sullivan para luego sonreír—¿Es tu novia?

¡La pregunta me ofendió!

¿De verdad creen que yo podría salir con alguien así?

—¡No! —Casi se me sale el pulmón por mi grito, Dios, ayúdame a no humillarme sola—Somos hermanastros… Su madre se casará con mi padre y bueno, está en plan de hermano mayor…

Aarón torció la boca mientras que el chico misterioso volvió a sonreír mostrándome su perfecta dentadura.

—Entonces, ¿Te parece si te veo mañana en mi consultorio? Oh… —Sacó una pequeña pero elegante tarjeta de presentación y por primera vez pronuncié su nombre.

—Samuel…

—¿Y tú eres? —Espetó intentando llegar hasta mí, pero Aarón me tomó del brazo arrastrándome de nuevo hacia la mesa con nuestros padres. Sullivan se llevó la mano hacia la cabeza para luego quejarse ante Harold.

—¡Estaba con un tío mayor que ella! —Vociferó quitándome la tarjeta de la mano, su madre dejó lo que estaba haciendo para prestarnos atención—Me dijiste que la cuidara, y eso es lo que estoy haciendo… ¿Tengo que estar detrás de ella todo el tiempo? Sí es así… Pido que mi habitación esté al lado de la de ella…

—¿Qué?

Me quejé, su acompañante tocó su espalda baja, pero Aarón estaba tan enojado que separó de ella con grosería y arrogancia.

—Si eso te hace sentir más tranquilo, hijo…

¿Papá acaba de aceptar esta locura?

—¡¿Por qué?! Samuel sólo fue amable y…

Mi hermanastro soltó a reír a carcajadas—¡Todos los tipos solo te la quieren meter!

—¿Y tú no lo harás con la chica tetas grandes?

También me levanté de la mesa después de él.

El pelinegro y yo quedamos cara a cara sabiendo que ninguno de los dos daría el brazo a torcer y supe que, Aarón Sullivan es una pesadilla…

Lo peor vino después, ¿Durmieron bien hoy? Porque a mí, los gemidos de ese par de idiotas no me dejaron pegar el ojo en toda la noche. ¡Me quiero morir!

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