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- Respondeme Aixa, ¿el niño que está aquí es el nuestro verdad?
- No, es decir, sí es el mío. Es mi hijo y sólo mío-. Respondió Aixa con firmeza.
- Tenemos que hablar Aixa.
- Sí tenemos que hablar, pero como paciente y médico. ¿Ahora cuentame como te sientes?
Preguntó Aixa haciendo como si no le importara que él se haya despertado por fin.
- Me siento bien porque los he encontrado a ustedes mi pequeña.
- Yo me refiero a como te sientes ahorita. ¿te duele algo o te sientes mareado?
- Estoy bien Aixa.
- Para todo paciente incluyendote a ti soy la doctora Lozano.
Dijo Aixa haciendose la dura, y es que en estos años como madre soltera ha desarrollado un caracter fuerte y sobre protector para el pequeño Didier Leonardo.
El pequeño que estaba sentado en el sofa, al esc
- Mamá yo no quiero que mi papá se quede aqui solito-. Dijo el pequeño sin querer bajarse de la camilla. - Cariño no le llames así al señor, él no es tu padre y se va a molestar contigo. - Pero es que yo quiero que él sea mi papá-. Dijo el niño y comenzó a llorar. - El médico vendrá a verte cuando sea el tiempo necesario y te dirá si ya te puedes ir o seguir internado para realizarte nuevos examenes-. Dijo Aixa dirigiendose a Leonardo. - Está bien. ¿Vendrás a turno mañana? - No, mañana tengo libre. - Necesito hablar contigo Aixa, me urge aclarar muchas cosas del pasado. Por favor dame la oportunidad de que hable. - Del pasado no hay nada que aclarar, ya está en el olvido y ahora cada quien vive su vida como mejor le parece-. Respondió Aixa y tomó al niño en sus brazos y aunque él iba haciendo un berrinche no se detuvo, fue a su consultorio a sacar sus cosas y se fue para la casa. En el camino el niño no dejaba de llorar c
- ¿Mamá por qué estás gritandole a mi papá?-. Preguntó el pequeño Leonardo acercandose a ellos, y es que ni siquiera se percataron de que él ya habia bajado.- No es nada mi amor. Este señor ya se iba y yo me estaba despidiendo de él-. Respondió Aixa y de reojo vio como Leonardo se limpiaba una lágrima.- Volveré en otro momento campeón, cuida de tu mamá y portate bien con ella-. Dijo Leonardo con un nudo en la garganta y un dolor inmenso en su pecho.- Mamá dile a mi papá que nos acompañe al parque , por favor, yo quiero ir con él para que los demás niños vean que ahora yo si tengo un papá y que es mucho mejor que ellos.-Hijo por favor ve a traer tu cuaderno para que me enseñes lo que has hecho en el kínder-. Pidió Leonardo para que los dejara a solas, y el niño se baj&oacut
Leonardo llamó a la misma enfermera que le hizo el favor de darle la dirección de la casa de Aixa y esta vez le pidió que investigara si a ella le toca presentarse a trabajar mañana.- Efectivamente señor, la doctora Lozano comienza su turno desde las seis de la mañana y lo finaliza hasta las tres de la tarde.- ´¿Ella puede salir a comer a la hora del almuerzo?- Claro que sí puede señor, de doce del mediodía a una de la tarde, ella tiene libre para hacerlo. Claro, siempre y cuando no esté operando a algún paciente.- Respondió amablemente la enfermera.- Será que me puedes ayudar a invitarla a salir mañana sin que ella se de cuenta que es conmigo que estará. Ya sabes, puedes pedir lo que desees y lo tendrás.- Veré si se puede porque ella es muy audaz, aunque no creo que sospeche porque en ocasiones vamos en grupo a c
- Creo que te falta mucho por conocer más información acerca de las leyes en este país Leonardo. Por si no lo sabes, yo hasta te puedo poner una demanda por todo el daño que me hiciste y al final el que saldrá perdiendo eres tú. La ley es clara y me avala a mi como única tutora del niño porque yo tengo pruebas de que tu nunca me has dado ni un tan solo Lempira para su manutención. - No pienso quitarte a nuestro hijo Aixa. Yo solo quería que te sintieras acorralada y sedieras a lo que yo te pidiera, pero ya he comprobado que tu ya no eres la misma sumisa de antes. Y aunque no me lo creas, me siento muy orgulloso de ti porque a pesar de los obstáculos que la vida te ha puesto, tu has logrado salir adelante y además te graduaste de lo que un día me dijiste que querías ser. - Por mi hijo salí adelante Leonardo, solo él me daba la fuerza para no rendirme en el camino. - ¿Me odias Aixa?-. Preguntó Leonardo aunque ya sabía cual iba a ser la respuesta que ella le dar
Leonardo fue a recoger al niño a la clínica, y como ni siquiera sabe quien es el papá de Aixa pues no lo ha podido contactar para preguntarle si sabe algo sobre ella o para decirle que no se preocupe por el niño ya que está en buenas manos.Sus hombres andan buscando por toda la ciudad el paradero de Aixa, pero no la encuentran. Son tan ineficientes según él porque hace unos años también los puso a que la buscaran y nunca dieron con su paradero y teniendola aqui en la misma ciudad.Pero en aquella ocasión Leonardo no sabía que alguien les ordenó a quienes la buscaban que dejaran de hacerlo pero que no le contaran a su jefe. El señor Miguel Bustamante fue quien les dio esa orden de que no la buscaran, él sabía en donde estaba Aixa porque su detective privado la encontró, pero cuando él vio que ella estaba bien entonces decidió no entrometerse en
- ¿Qué pasa pequeña princesa, por qué te has quedado quieta?¿Acaso me tienes miedo?Si es así no debería de haber una razón.. ¿O tú crees que si la hay?Preguntó el hombre con una sonrisa macabra dibujada en su rostro y comenzó a desatar el pañuelo que ella tenía amarrado tapando sus ojos.- Aixa no deja de llorar por el miedo que esa voz le causa, las lágrimas se escurren por sus mejillas pero a este hombre no le importa.- Sabes, tuve que irme y dejarte aqui solita toda la noche porque tenía que ir a hacer unos pendientes, y además de que aqui no corres peligro porque nadie jamás te encontrará porque estamos en un lugar deshabitado y lejos de la civilización.- ¿Sabes por qué te he traido aqui?¿No lo sabes verdad? Bueno, te contaré que hace unos años atr&aacu
- Daniel, tu me has dicho que no me harías más daño del que tu primo le hizo a Marcela. Y no creo que Leonardo haya sido capaz de matar a alguien, porque eso es lo que tu me estás dando a entender que me vas a matar-. Habla Aixa entre sollozos. - No, no la mató. Pero si yo quiero lo hago contigo y nadie se dará cuenta de que fui yo quien lo hizo. - No lo hagas por favor, yo no te he hecho ningún daño. - Te voy a proponer algo. - Me imagino que algo descabellado. Pero da igual, dime lo que quieres proponer. - Bien, así me gusta. Te propongo dos opciones. La primera es que yo cumpla con lo que le prometí a Marcela de hacerte pasar por lo mismo que Leonardo la hizo pasar a ella. La segunda opción es que yo no te toco ni un pelo y tu te vas a vivir conmigo a mi país, con otra identidad, es decir que ya no te llamarás Aixa, sino que el nombre que yo quiera ponerte. ¿Que dices?. - Dame unos minutos para pensarlo por f
Leonardo le quitó la cinta adhesiva que ella tenía en sus manos y pies y la sacó en brazos hasta el auto en donde estaba su hijo. Estaba preocupado porque según él sus captores han abusado sexualmente de ella.Cuando llegaron al auto, el niño ya estaba dormido y Aixa agradeció que fuera así para que no le viera su cara con golpes. Ella abrazó muy fuerte a su pequeño y lo llenó de besos, estaba muy contenta de verlo. Quería preguntarle a Leonardo cómo es que dieron con su paradero, pero mejor esperará porque se siente sucia y hambrienta y lo que más desea es llegar a su casa y respirar el aire familiar.- Leonardo ordenó a uno de sus hombres que se adelantara y le comprara algo de comer para su esposa y que lo estuviera esperando a orilla de la carretera con el producto en mano para que ella no se bajara y la vieran otras personas.- Estaba muy preocupa