A partir de entonces, los amigos del grupo comenzaron a comentar que Vicente tenía un amor que podía competir conmigo. En comparación con el vestido blanco de Beatriz, me gustaría llevar la camiseta blanca y los vaqueros, lo que me hacía ver como un marimacho.

En el cuarto año de la universidad, Beatriz estaba convencida de que si no lograba conquistar a Vicente, perdería toda oportunidad con él.

Vicente era muy particular conmigo, por lo que, al ver el desequilibrio, ella empezó a meterse conmigo, tratando de provocar a Vicente para llamar su atención.

Beatriz, incluso, robó mi investigación científica y quiso publicar un trabajo junto con Vicente, pero fue descubierta por mi tutor, y luego, decidió a denunciarlo, alegando que había abusado de ella. A partir de ahí, continuó el rumor de que la había aconsejado yo para que tuviera enchufe con el tutor, intentando ganar la simpatía. Lo que causaría una impresión duradera en la memoria de todos antes de la graduación.

No pude soportarla y testifiqué en su contra, la expulsó la universidad por su comportamiento inadecuado.

Vicente fue testigo de todo, y solo comentó:

—No era necesario.

Estaba yo tan enfadada que no hablé con él durante seis meses.

Cuando terminé de recordar los pasados y entré en la sala, vi que Beatriz ya estaba sentada con mal aspecto. Pero sus manos bajo las sábanas no se escondían bien, temblando de excitación. Soñaba con estar en ser parte de ese grupo social, y no esperaba haber nacido en él y que hubiera ocupado su lugar yo.

Mi madre le acarició la cabeza, culpándose por haberla perdido y al girar la cabeza y ver mi fría expresión, mi madre se sintió un poco avergonzada. Rápidamente se me acercó y me consoló, cogiéndome de la mano:

—Pues, considera que tienes una hermana mayor, y tú seguirás siendo mi hija.

La mirada débil de Beatriz se volvió instantáneamente resentida, sus ojos eran como un cuchillo, clavándolo en mí con fuerza. No podía creer que me valorara tanto aunque no era su propia hija. ¡Cómo me atrevía a seguir ocupando su sitio cuando había regresado ella!

No me interesó su posición, pero me dejó una impresión profunda su actitud, así que me hizo muy reacia a verla vivir como vivió.

Para ganar la simpatía, comenzó a contar lo que le había sucedido a lo largo de los años, llorando a moco tendido, al mencionar su sufrimiento.

Mi madre estaba enfadada, maldiciendo por qué su hija no había recibido la atención que merecía, por lo que mi padre ordenó inmediatamente que investigara lo que hicieron sus padres de acogida. Sin embrago, lo detuvo Beatriz:

—No, papá, no es necesario. A partir de ahora, podré vivir bien con ustedes.

Tras recibir el alta hospitalaria, Beatriz se fue directamente a casa de la familia Hidalgo sin ni siquiera coger su equipaje, donde Pasó todos los días en compañía de mi madre, comprando, haciendo los arreglos florales. Las dos estaban tan unidas como si hubieran nacido juntas.

Mi padre, por su parte, tenía cierta ansiedad, preocupando porque Beatriz no había crecido con ellos y no podía ser una hija cariñosa. Sin embargo, al ver a Beatriz tan feliz con su esposa, se permitió relajarse.

Pero Beatriz quería más que eso: quería pisotearme y superarme. Ahora ella era la verdadera hija de la familia Hidalgo, por qué seguía yo disfrutando de todo lo que le pertenecía.

Por esto, se propuso una nueva meta: sacarme de la familia Hidalgo.

Fue así como comenzó a hablar mal de mis verdaderos padres, insinuando que la habían cambiado intencionadamente. Sin embargo, recordaba yo que sus padres eran profesores universitarios, por lo que no podía evitar lamentarme de que hubieran criado a una hija como ella, siendo que tenían tanta cultura.

Incluso Vicente se quedó incrédulo cuando me oyó decir las cosas malas que hizo Beatriz. ¡Me sentía tan irritada escuchándola!

Esa noche, después de cenar, Beatriz se metió en mi habitación, observando la fastuosa decoración de mi habitación, se enrojecieron los ojos, empezó a actuar.

—Teresa, he vuelto y me he aprovechado de tus cosas, no te enfades. Las cosas buenas de la casa te las seguirán dando prioritariamente.