—Señor García, usted por aquí —dijo Mendraco al ver a Emso García, hermano de Catherine.—Si, Magnus pidió que viniese a librarlo de la desfachatez de mi hermana Cat.—Si, está hecho un estorbo tu hermana —respondió Mendraco.—¿El está adentro? —preguntó mirando hacia el interior.—Si, está con su prometida, su futura esposa.—Sara —deletreó el nombre de la novia de su amigo de infancia.Enseguida apareció ante ellos Sara tomada de la mano de Magnus, quien ya mantuviera una sonrisa pintoresca.—Magnus, ¿Así es el amor? Estas mostrando tu lado romántico que no conocíamos. —inquirió Emso.—Si, mi lado distinto salió a relucir gracias a mi novia —dijo Magnus mientras que los ojos de Emso se fijaran directo en Sara.Al instante, Magnus se sintió incómodo al ver a su amigo mirar distintivamente en su chica.—Eh, ¿no puedes dejar de ver a mi chica? —dijo Magnus en una voz uniforme, solo él sabía cuánto esfuerzo puso para no reventar de celos.—Jaja, Magnus celoso, tu chica realmente es lin
Catherine se fue, pero volvería. Había observado que mientras Clara se negaba, la otra mujer tenía una expresión de querer matar a esa mujer, al igual que ella.Así que vigiló a ámbas mujeres y cuando tuvo oportunidad se acercó a Breah. Le hizo la invitación a la mujer a su auto, esta sorprendida le dijo:—Estoy sucia y en harapos, ¿No te importa?—¡No, no me importa, la daré a lavar, para eso hay personas pobres trabajando, usted no, usted es una dama —dicho eso sacó una tablet con fotos y le enseñó fotografías y titularse de Breah en sus mejores tiempos.Enseguida ella se emocionó, así de fácil era Breah, así que se subió en el auto de la mujer lloriqueando como una magdalena hipócrita y se enjugó las lágrimas, Catherine sabiendo ya las emociones de la mujer, la eligió con palabras dulces a sus oídos y la llevó a un Spa.Las dos mujeres empezaron a recibir un baño de burbujas calientes, Breah no cesaba de decir.—Oh mataba por un baño así, gracias mi reina —mientras que Catherine pe
Catherine nunca pensó en las consecuencias de sus actos, pero hoy estaba en la cúspide de sus malos actos. Gisselle Demon vendió a la culpable de los actos que cometiera.—¡Basta ya! Lo hice por que Catherine García me llamó para denunciar a una persona, me dió las pruebas y me pagó para que el día de hoy la reputación de esa persona estuviera por los suelos —La mujer lloraba mientras se excusaba diciendo eso.—¡Cobarde de mierda! —le gritó Catherine a su antigua amiga, por que algo estaba claro, cada quien trataría de salvar su pellejo.—¿Cobarde yo? Si por culpa tuya me han violado todo el día más de una decena de hombres, ¡Arpía! —sopesó Gisselle.—¡Basta! ¡No vine a oírlas cacarear cómo viejas cotorras! —tan solo a decirles que no habrá contemplaciones de ningún tipo para ninguna de las dos —tronó su voz grave, Magnus, quien estaba hasta el copete de las molestias que le causara Catherine.—Saldrán vivas de aquí, tan solo con ese pequeño rasguño hecho, no habrá una próxima oportun
La vida"Se define al cúmulo de acciones que determina un concepto mas amplio y complejo acerca de lo que es la existencia.Sara, la hija de Breah, una hija no deseada, pero en fin, era su hija. La joven ya había experimentado los desprecios de su madre desde que tuviera uso de razón por lo que no se escandalizaba con lo que hacía su madre.Despertó esa mañana en la que en las noticias se había desatado un enjambre de noticias difamatorias, crueles, falsas en su contra, y así como apareciera, media hora después ya habían sido suprimidas.Sara se sentó en el balcón que daba al jardín, Magnus en su deseo por complacerla había mandado a construir un oasis con una cascada artificial hecha para relajación. Decía Magnus que este jardín con la sinfonía de una naturaleza fluida, diera a Sara y él un despertar maravilloso, había buscado desde que la conoció, sorprenderla día a día.En ese balcón, Sara se sentó mientras le servían café acompañado de su pan tostado favorito.Ella abrió su móvil
¿Qué desea ordenar el señor? —dijo la camarera. Magnus ignoró a la mujer, acababa de ver como ella había puesto los ojos solo en él y había ignorado a su esposa a su lado.—"¿Señor?" —dijo la mesera mirando a Magnus con ojos espectantes.—Mi esposa quiere que venga alguien más a atender la mesa, alguien con educación.—¡Magnus! —llamó Sara a su esposo, luego volvió a mirar a la mesera para disculparse.—Haga caso omiso, mi esposo está bromeando —dijo Sara a la mesera.—Si —dijo la mujer mirando a Sara hasta ese momento.Enseguida llegó el mismo chef y el gerente para darles la bienvenida a la pareja, el sheff que era un amigo de Magnus, no de amistad plena, si no que Magnus elogiaban sus platillos y a él le gustaba cocinar para él, vino directamente a preguntar que deseaba para comer, él iba a prepararlo.Enseguida Magnus enlistó la lista de lo que quería que se sirviera, Sara estaba asombrada, ya que todo cuanto pidió era lo que a ella le gustaba.¿Cómo sabía de sus gustos, o si eran
Magnus no había logrado atrapar a esa persona que se escabulló entre la vegetación de su jardín. Él trajo a 50 hombres a cuidar de su casa, tenía prácticamente rodeado el área donde se hallaba su mujer.Llegó a la empresa, pero sin ánimos de trabajar, para esa gracia mejor se hubiera quedado en casa con Sara.Lo cierto era que estaba preocupado por ella, sentía que había expuesto demasiado a la joven mujer por su vanidad y su ego.Al llegar, notó que todos lo miraban, él hizo caso omiso a esa discrepancia, pues lo único que estaba en su cabeza, era saber si quien era la persona, esa sombra que se escabullera en su propiedad. Debía saberlo.Mandó a Mendraco a buscar los planos de aquella vivienda, lo había construido el abuelo de su padre, don Emilio El Grande.Su Padre le decía que su abuelo era un hombre de mundo, tenía un objetivo, ser el más poderoso y rico de toda la región, no lo logró, pero si aplanó el camino para su siguiente prole.Así fue como se empezara a construir la enorm
La mujer que estuviera en la sala del hospital junto al padre de Sara, se dió cuenta que alguien estaba ahí, ella volvió para mirar a Sara y Sara se suspendió en el aire, se dió cuenta que era idéntica a ella.—¿Papá? ¿Quién es ella? —Sara tragó saliva.La mujer cubría una edad aproximada de Sara, en realidad ella era dos años mayor que Sara.—Hola —saludó a Sara.—Soy Milly, soy...El padre de Sara la hizo callar diciéndole a la mujer.—Esta bien, yo hablaré con mi hija Sara —la joven pasó por su lado, antes volvió a ver a Sara, tenia una sonrisa pícara en su semblante, lo que mostraba que no era una sonrisa de amistad entre ellas, si no de malicia.—Padre, es bastante claro aquí, ¿tiene que ver con ella respecto a lo que vas a hablarme? ¿Porque pides que se vaya, preferiría que se quedara? —la mujer se detuvo y volvió a ver al señor Lenhe.—Después podrán hablar entre ustedes, pero ahora, es contigo que quiero hablar —dijo el padre de Sara.Ella se hizo a un lado y la mujer pasó por
Sara se sentía cada vez más enamorada de Magnus, la atención con ella, su paciencia, sus palabras y acciones lo habían coronado como el mejor compañero que alguien puede tener en el mundo.Cabía reconocer que él era hermoso, un hombre con una estatura de 1. 97 era un hombre elegante que tenia un cofre duro bien trabajado, unas piernas parecidas al de Cristiano Ronaldo, atlético y varonil, siempre vestido en traje de negocios, nunca se le había podido disfrutar de la vista de ese cuerpazo atlético, pero el día que saliera del baño y Sara despertara en el mismo instante, ella quedó petrificada de ver a semejante bombón.—¿Que ves, Cariño? —sonrió serenamente, pero volviendo loca a la mujer que lo miraba espectante.—Nada.—Tienes un buen cuerpo —dijo Sara sonrojándose.—No es que no viera cuerpos de hombres atractivos...uh he visto muchos —se excusó Sara mirando al suelo.Cuando se percató por el olor suave que emanara del cuerpo de él, supo que Magnus estaba a tan solo unos centímetros