La vida"Se define al cúmulo de acciones que determina un concepto mas amplio y complejo acerca de lo que es la existencia.Sara, la hija de Breah, una hija no deseada, pero en fin, era su hija. La joven ya había experimentado los desprecios de su madre desde que tuviera uso de razón por lo que no se escandalizaba con lo que hacía su madre.Despertó esa mañana en la que en las noticias se había desatado un enjambre de noticias difamatorias, crueles, falsas en su contra, y así como apareciera, media hora después ya habían sido suprimidas.Sara se sentó en el balcón que daba al jardín, Magnus en su deseo por complacerla había mandado a construir un oasis con una cascada artificial hecha para relajación. Decía Magnus que este jardín con la sinfonía de una naturaleza fluida, diera a Sara y él un despertar maravilloso, había buscado desde que la conoció, sorprenderla día a día.En ese balcón, Sara se sentó mientras le servían café acompañado de su pan tostado favorito.Ella abrió su móvil
¿Qué desea ordenar el señor? —dijo la camarera. Magnus ignoró a la mujer, acababa de ver como ella había puesto los ojos solo en él y había ignorado a su esposa a su lado.—"¿Señor?" —dijo la mesera mirando a Magnus con ojos espectantes.—Mi esposa quiere que venga alguien más a atender la mesa, alguien con educación.—¡Magnus! —llamó Sara a su esposo, luego volvió a mirar a la mesera para disculparse.—Haga caso omiso, mi esposo está bromeando —dijo Sara a la mesera.—Si —dijo la mujer mirando a Sara hasta ese momento.Enseguida llegó el mismo chef y el gerente para darles la bienvenida a la pareja, el sheff que era un amigo de Magnus, no de amistad plena, si no que Magnus elogiaban sus platillos y a él le gustaba cocinar para él, vino directamente a preguntar que deseaba para comer, él iba a prepararlo.Enseguida Magnus enlistó la lista de lo que quería que se sirviera, Sara estaba asombrada, ya que todo cuanto pidió era lo que a ella le gustaba.¿Cómo sabía de sus gustos, o si eran
Magnus no había logrado atrapar a esa persona que se escabulló entre la vegetación de su jardín. Él trajo a 50 hombres a cuidar de su casa, tenía prácticamente rodeado el área donde se hallaba su mujer.Llegó a la empresa, pero sin ánimos de trabajar, para esa gracia mejor se hubiera quedado en casa con Sara.Lo cierto era que estaba preocupado por ella, sentía que había expuesto demasiado a la joven mujer por su vanidad y su ego.Al llegar, notó que todos lo miraban, él hizo caso omiso a esa discrepancia, pues lo único que estaba en su cabeza, era saber si quien era la persona, esa sombra que se escabullera en su propiedad. Debía saberlo.Mandó a Mendraco a buscar los planos de aquella vivienda, lo había construido el abuelo de su padre, don Emilio El Grande.Su Padre le decía que su abuelo era un hombre de mundo, tenía un objetivo, ser el más poderoso y rico de toda la región, no lo logró, pero si aplanó el camino para su siguiente prole.Así fue como se empezara a construir la enorm
La mujer que estuviera en la sala del hospital junto al padre de Sara, se dió cuenta que alguien estaba ahí, ella volvió para mirar a Sara y Sara se suspendió en el aire, se dió cuenta que era idéntica a ella.—¿Papá? ¿Quién es ella? —Sara tragó saliva.La mujer cubría una edad aproximada de Sara, en realidad ella era dos años mayor que Sara.—Hola —saludó a Sara.—Soy Milly, soy...El padre de Sara la hizo callar diciéndole a la mujer.—Esta bien, yo hablaré con mi hija Sara —la joven pasó por su lado, antes volvió a ver a Sara, tenia una sonrisa pícara en su semblante, lo que mostraba que no era una sonrisa de amistad entre ellas, si no de malicia.—Padre, es bastante claro aquí, ¿tiene que ver con ella respecto a lo que vas a hablarme? ¿Porque pides que se vaya, preferiría que se quedara? —la mujer se detuvo y volvió a ver al señor Lenhe.—Después podrán hablar entre ustedes, pero ahora, es contigo que quiero hablar —dijo el padre de Sara.Ella se hizo a un lado y la mujer pasó por
Sara se sentía cada vez más enamorada de Magnus, la atención con ella, su paciencia, sus palabras y acciones lo habían coronado como el mejor compañero que alguien puede tener en el mundo.Cabía reconocer que él era hermoso, un hombre con una estatura de 1. 97 era un hombre elegante que tenia un cofre duro bien trabajado, unas piernas parecidas al de Cristiano Ronaldo, atlético y varonil, siempre vestido en traje de negocios, nunca se le había podido disfrutar de la vista de ese cuerpazo atlético, pero el día que saliera del baño y Sara despertara en el mismo instante, ella quedó petrificada de ver a semejante bombón.—¿Que ves, Cariño? —sonrió serenamente, pero volviendo loca a la mujer que lo miraba espectante.—Nada.—Tienes un buen cuerpo —dijo Sara sonrojándose.—No es que no viera cuerpos de hombres atractivos...uh he visto muchos —se excusó Sara mirando al suelo.Cuando se percató por el olor suave que emanara del cuerpo de él, supo que Magnus estaba a tan solo unos centímetros
No hablaré —Dijo aquella persona misteriosa. Su semblante era de alguien que denotaba frialdad, no mostraba nada de emoción, Magnus lo miró con mucha curiosidad.—¿Eres o te haces el tonto? Has estado viviendo en mi casa por tanto tiempo y ¿todavía me hablas así? —lo fulminó con la mirada.—¿Sabes quién soy? —cuestionó Magnus irritado, a lo que aquel personaje respondiera con magestuocidad.—¿Tu casa? ¿De verdad crees que es tu casa? Jaja. Yo podría decir lo mísmo.—Bien, no me hagas ser cruel contigo, me dirás quién eres y que hacías en mi casa y en partes donde era prohibido entrar y salir —gruñó el hombre fuerte, alto y temido por muchos, pero no por este sujeto.—¿Sería por que es mi hogar, mi casa como tú lo llamas? Sabes, pareces tonto y eso que has estado viviendo fuera y con todos los conocimientos ante ti —continuó.—No cabe dudas, la ignorancia está en pleno siglo XXII.No preveía que Magnus lo abofeteara, recibió un golpe en su cara que lo dejó viendo estrellas por unos seg
Tómame, soy tuya —dijo Sara —si un hombre no se volvía loco de pasión al oír decir eso a su chica, no se consideria de carne y hueso.Magnus se volvió y la agarró como animal salvaje hambriento por mucho tiempo sobre la carne fresca.—"Estas volviéndome loco amor mío"—¡Que sea locura de amor si, mi amor! —dijo Sara.Ellos empezaron a tocarse y besarse, su mundo de fantasía había empezado, Magnus tomó a Sara y la cargó levantado sus piernas y cruzando con éstas su extremidad, su sexo con su sexo juntado y rozando era un punto en el que hallaba satisfacción al hacer fricción.—Ohh... —gumió Sara.—Enloqueces mis sentidos amor —rugió Magnus sintiéndose estar sobre nubes aterciopelados.Magnus, un hombre que estaba sobre el botón del llamado lujuria, mujeres a cantidades, vicios, los lujos y la vida loca como dijera Ricky Martin, había estado con muchas mujeres que el quiso estar, pero jamás sintió tanto deseo emanando de su cuerpo, tantas ganas de follar así a una mujer y sentir que to
Marcus salió de aquel carcelario y se cruzó la calle, no entendía como había logrado liberarse.Estaba muy cómodo así, ahora debía preocuparse de dónde meter la cabeza, porque su mundo era aquellos aposentos sub enterrados debajo del subsuelo, escondido ahí, apenas hace unos meses había logrado descubrir tres de las fuentes de salida y entrada a aquellos pasadizos secretos.Las entradas de acceso que Marcus conocía habían sido bloqueadas para el paso, así que muy molesto se fue a sentarse en un lugar abierto y concurrido, no sabía que el parecerse a Magnus le traería muchos problemas.Se había dado cuenta que estaba solo y que no contaba con nadie para resolver sus propios problemas.Se sentía abandonado y sintiéndose destruido cuando apareció una enorme camioneta 4x4 todo terreno, de su interior dos sujetos tiraron a matarlo. Marcus solo quedó petrificado, no sabía que estaba pasando, salió corriendo y cayó entre montón de cajas que estaban arropados para ser movidos.Marcus sentía q