Narra Dalia—¿Cómo que tu consentida? ¿Qué hay de mí? —Estoy molesta y confundida al mismo tiempo.—Se supone que tu madre te debió llevar y no a mi Mariana, a ella la quería mucho. —Lo que me faltaba.—¿Y yo dónde quedo? —Me mira con repulsión—Nosotros sólo queríamos una hija, y estábamos felices cuando nos dijeron que tendríamos una bebé, ya que al parecer la otra bebé no salía en la ecografía, hasta que llegó la hora del parto y ahí nos dimos cuenta de que eran gemelas, sin embargo, Mariana destacaba más que tú, estaba regordetita y hermosa, en cambio tú, delgada y enfermiza siempre debíamos de cuidarte y desatendíamos a u hermana. —No puedo creer lo que me está diciendo. En verdad que no.—Hasta el día que nos divorciamos, ella se la llevó lejos de mí y dejándote conmigo. —Ahora entiendo el por qué no me ponía mucha atención y se casó con está idiota para “cuidarme”. A parte de que ella le lavaba el cerebro en mi contra.—Ahora dime, ¿Dónde vive ella? —Y fue por eso a lo que vine
Narra DamiánMañana llega Dalia a la casa para cuidar de mi pequeño, y como no puedo estar tranquilo, decido ir al club, ya sé que mi diosa ya no trabaja ahí, pero al menos desahogar mis penas.Me siento alejado del escenario y …—¡No lo puedo creer! ¡Es ella!Me habían dicho que había renunciado, entonces ¿me mintieron? No puede ser posible, ¿Por qué lo hizo? Ella hace un anuncio antes de hacer su espectáculo en donde ahora si se retira de los escenarios y dará paso a una nueva artista.…Una vez que termina, sin que nadie me vea, voy en su búsqueda, hasta que la encuentro, la abrazo y ella se sorprende al verme y le hago el pequeño reclamo del por qué me había me habían mentido y ella no sabía bien que decirme, y me da las razones del por que se va, tiene que viajar y no me gustaría que se fuera, así que le pido entonces una última noche con ella, y estaba por negarse así que la beso con desesperación, la cargo y la llevo a su camerino, donde volvemos hacer el amor.Sólo que esa for
Narra Damián—Así es señor, ella era mi gemela. —Se le quiebra la voz y la miro, está llorando. ¿Por qué? No entiendo nada de lo que está pasando.—¿Cómo? ¿Por qué nunca te mencionó? — Ella toma asiento frente a mí y toma aire antes de hablar.—Mis padres se divorciaron cuando teníamos tan sólo 4 años, mi madre se la llevó a ella, mientras que yo me quedé con papá, quien a los pocos meses se casó una mujer despiadada. —Dice con dolor en su mirada.Saca una fotografía y me la entrega, la miro con determinación.—Mi hermana es la que está en medio de mis progenitores. —Era una hermosa pequeña, llena de luz y sonriente, mientras que Dalia, era todo lo contrario, en sus ojitos se notaban tristes y se veía un poco más delgada.—¿Por qué? —Dije en voz alta.—Apenas me vengo a dar cuenta que ella era la consentida de ellos, por eso mamá se la llevó para darle una mejor vida, mientras que yo padecía muchas cosas, hasta la mayoría de edad que decidí salir de casa y conocí a Megan quien me ayud
Narra Dalia.Después de ver la reacción de Damián con mi nueva apariencia, llegó el momento de saber qué fue lo que le pasó a mi hermana. Pero al escuchar que nunca me había mencionado, lo que ya suponía, le di una foto que había conservado desde que me fui de casa, y le dije quién era mi hermana, él la tomó y la estuvo inspeccionando, también le conté mi historia y el porque me abría gustado buscarlas.Imaginaba que algo tenían, creyendo que era su amante y no su esposa, había escuchado de que había fallecido sin suponer que era Mariana.Me cuenta lo ocurrido y no pude evitar llorar, había desead0 encontrarla y decirle cuanto la había extrañado, sin embargo, ya no será así y me duele mucho. No podía evitar este dolor dentro de mí, así que me fui a mi habitación, y al entrar, no vi a mi pequeña ni sus cosas, así que salí para buscarla.—¿Buscas a tu hija? —Me pregunta Martina y yo asiento. Me pide que la siga y así lo hago, abre la puerta que esta frente a la mía y ahí la veo jugando.
Narra DamiánComienzo nuevamente a acostumbrarme a la presencia de Dalia, sin embargo, no a su apariencia, es que no puedo creer lo idénticas que son. Lo que me hace preguntar ¿Por qué Mariana nunca me contó que tenia una hermana gemela? Al igual que su madre, quien desapareció al mes del accidente de su hija. ¿Por qué hacerlo? tiene un nieto.Tocan a la puerta e indico que pueden pasar.—Sr. McCarthy, tiene una junta por la tarde con el sr. Marcus Robertson. Además, aquí le traigo estos documentos que debe firmar. —Dice mi nueva asistente, cuyo nombre siempre se me olvida.—Muchas gracias. —Ella asiente y se va.Si antes decía que Erick Harrison era un prepotente y mujeriego, Marcus le gana y por mucho y, a decir verdad, no me gustó para nada esa confianza que tuvo con Dalia, quien, al parecer, no fue de su desagrado, sino todo lo contrario.>—Claro que no. Ella tiene un trabajo muy importante que es cuidar de mi hijo, su sobrino. E
Narra DaliaLlego al lugar que me había dicho Marcus, le digo a la mujer con cara de pocos amigos que me están esperando y me guía con mala gana hasta donde él se encuentra.—¡Dalia! Gracias por venir. —Se levanta de su lugar para saludarme y la mujer aún no se va.—¿Necesita algo, sr. Robertson? —Se dirige a el con evidente coqueteo, sin embargo, él no la mira.—No gracias. Puede irse. —Dice secamente y yo me quiero reír.La mujercita no dice nada y se va. Marcus me ayuda a sentar.—Eres todo un caballero. —Digo con una sonrisa sincera, y también me sonríe. Es muy lindo. No como otros que conozco.—Eres una mujer muy hermosa y linda, lo mereces. —Es muy guapo.—Ahora sí, cuéntame eso de que eres la niñera del hijo de Damián. —Es verdad, al verlo me había olvidado de ello. Sólo que no le diré que soy hermana de Mariana y que él lo sabe.—Como te había dicho, necesitaba ayuda porque su hermana y novia, se fueron de viaje a acompañar a la hermana de la Srta. Cooper. Y pues me ofreció el
Narra DaliaLos días pasan rápido y ya me he dado la oportunidad con Marcus, es todo un caballero y me ha respetado, y a decir me gusta y mucho.—¿Vas a salir? —La voz de Martina me saca de mis pensamientos.—Si. Tengo una cita con Marcus. —Digo sin evitar sonreír.—Ya veo. Te ves muy guapa. —La miro y se ve triste, sé que quiere que me reconcilie con Damián, pero nunca va a pasar.—Gracias, Martina. —Sonrío un poco incomoda.—Bueno, cuídate. —Asiento con la cabeza y ella se va.Abro la puerta y ahí están mis personas menos favoritas.—¡Dalia! ¡Querida! —Se ha vuelto mas cariñosa Amelia desde que regresaron de Paris, y aunque aun no se ha casado con mi jefe, prácticamente ya se mudó aquí, estaba por renunciar, sin embargo, ella me pidió no hacerlo, ya que mi sobrino aun me necesita.—Buenas tardes, Srta. Cooper. —Digo con seriedad y ella bufa.—¡Dios! Eres de la familia y ¿aun me tratas así? No lo puedo creer. —Así es, cuando regresaron, vieron mi parecido idéntico con Mariana y al pr
Narra DaliaLos rayos del sol me despiertan lentamente, me siento mareada y con muchas nauseas, así que corro hasta el baño hasta vaciar mi estómago.—¡Dios! No vuelvo a beber tequila. —Me digo viéndome al espejo y lavo mis dientes.—Así que bebiste tequila. —Esa voz. Debo estar soñando.Me giro y mis ojos se abren aún más por la sorpresa. Está saliendo de la ducha completamente desnudo.—¿Qué… qué haces aquí? —No recuerdo nada.—Bueno… me enviaste un mensaje diciéndome que te quedarías aquí porque habías bebido demasiado, así que… —Lo interrumpo porque ya recordé todo.—Así que viniste a comprobarlo y de que no estuviera con el idiota de Marcus. —Digo cruzándome de brazos.—Así es. Y por como lo llamas, te enteraste de que está casado. —Dice y yo asiento.De repente se hizo un silencio incomodo, hasta que él carraspea.—¿No te vas a duchar? —Me pregunta, lo miro sin comprender y me mira de arriba abajo y es donde me doy cuenta de que no estoy vestida. Abrí los ojos de sorpresa y sent