Narra Dalia.Después de ver la reacción de Damián con mi nueva apariencia, llegó el momento de saber qué fue lo que le pasó a mi hermana. Pero al escuchar que nunca me había mencionado, lo que ya suponía, le di una foto que había conservado desde que me fui de casa, y le dije quién era mi hermana, él la tomó y la estuvo inspeccionando, también le conté mi historia y el porque me abría gustado buscarlas.Imaginaba que algo tenían, creyendo que era su amante y no su esposa, había escuchado de que había fallecido sin suponer que era Mariana.Me cuenta lo ocurrido y no pude evitar llorar, había desead0 encontrarla y decirle cuanto la había extrañado, sin embargo, ya no será así y me duele mucho. No podía evitar este dolor dentro de mí, así que me fui a mi habitación, y al entrar, no vi a mi pequeña ni sus cosas, así que salí para buscarla.—¿Buscas a tu hija? —Me pregunta Martina y yo asiento. Me pide que la siga y así lo hago, abre la puerta que esta frente a la mía y ahí la veo jugando.
Narra DamiánComienzo nuevamente a acostumbrarme a la presencia de Dalia, sin embargo, no a su apariencia, es que no puedo creer lo idénticas que son. Lo que me hace preguntar ¿Por qué Mariana nunca me contó que tenia una hermana gemela? Al igual que su madre, quien desapareció al mes del accidente de su hija. ¿Por qué hacerlo? tiene un nieto.Tocan a la puerta e indico que pueden pasar.—Sr. McCarthy, tiene una junta por la tarde con el sr. Marcus Robertson. Además, aquí le traigo estos documentos que debe firmar. —Dice mi nueva asistente, cuyo nombre siempre se me olvida.—Muchas gracias. —Ella asiente y se va.Si antes decía que Erick Harrison era un prepotente y mujeriego, Marcus le gana y por mucho y, a decir verdad, no me gustó para nada esa confianza que tuvo con Dalia, quien, al parecer, no fue de su desagrado, sino todo lo contrario.>—Claro que no. Ella tiene un trabajo muy importante que es cuidar de mi hijo, su sobrino. E
Narra DaliaLlego al lugar que me había dicho Marcus, le digo a la mujer con cara de pocos amigos que me están esperando y me guía con mala gana hasta donde él se encuentra.—¡Dalia! Gracias por venir. —Se levanta de su lugar para saludarme y la mujer aún no se va.—¿Necesita algo, sr. Robertson? —Se dirige a el con evidente coqueteo, sin embargo, él no la mira.—No gracias. Puede irse. —Dice secamente y yo me quiero reír.La mujercita no dice nada y se va. Marcus me ayuda a sentar.—Eres todo un caballero. —Digo con una sonrisa sincera, y también me sonríe. Es muy lindo. No como otros que conozco.—Eres una mujer muy hermosa y linda, lo mereces. —Es muy guapo.—Ahora sí, cuéntame eso de que eres la niñera del hijo de Damián. —Es verdad, al verlo me había olvidado de ello. Sólo que no le diré que soy hermana de Mariana y que él lo sabe.—Como te había dicho, necesitaba ayuda porque su hermana y novia, se fueron de viaje a acompañar a la hermana de la Srta. Cooper. Y pues me ofreció el
Narra DaliaLos días pasan rápido y ya me he dado la oportunidad con Marcus, es todo un caballero y me ha respetado, y a decir me gusta y mucho.—¿Vas a salir? —La voz de Martina me saca de mis pensamientos.—Si. Tengo una cita con Marcus. —Digo sin evitar sonreír.—Ya veo. Te ves muy guapa. —La miro y se ve triste, sé que quiere que me reconcilie con Damián, pero nunca va a pasar.—Gracias, Martina. —Sonrío un poco incomoda.—Bueno, cuídate. —Asiento con la cabeza y ella se va.Abro la puerta y ahí están mis personas menos favoritas.—¡Dalia! ¡Querida! —Se ha vuelto mas cariñosa Amelia desde que regresaron de Paris, y aunque aun no se ha casado con mi jefe, prácticamente ya se mudó aquí, estaba por renunciar, sin embargo, ella me pidió no hacerlo, ya que mi sobrino aun me necesita.—Buenas tardes, Srta. Cooper. —Digo con seriedad y ella bufa.—¡Dios! Eres de la familia y ¿aun me tratas así? No lo puedo creer. —Así es, cuando regresaron, vieron mi parecido idéntico con Mariana y al pr
Narra DaliaLos rayos del sol me despiertan lentamente, me siento mareada y con muchas nauseas, así que corro hasta el baño hasta vaciar mi estómago.—¡Dios! No vuelvo a beber tequila. —Me digo viéndome al espejo y lavo mis dientes.—Así que bebiste tequila. —Esa voz. Debo estar soñando.Me giro y mis ojos se abren aún más por la sorpresa. Está saliendo de la ducha completamente desnudo.—¿Qué… qué haces aquí? —No recuerdo nada.—Bueno… me enviaste un mensaje diciéndome que te quedarías aquí porque habías bebido demasiado, así que… —Lo interrumpo porque ya recordé todo.—Así que viniste a comprobarlo y de que no estuviera con el idiota de Marcus. —Digo cruzándome de brazos.—Así es. Y por como lo llamas, te enteraste de que está casado. —Dice y yo asiento.De repente se hizo un silencio incomodo, hasta que él carraspea.—¿No te vas a duchar? —Me pregunta, lo miro sin comprender y me mira de arriba abajo y es donde me doy cuenta de que no estoy vestida. Abrí los ojos de sorpresa y sent
Narra DaliaDespués de que Damián se fuera a su habitación, decidí ir a dar un paseo por el jardín de la casa, necesitaba calmarme, es decir, debo aceptar de una vez por todas de que él no estaba destinado a mí. Fui realmente una estúpida por haberlo creído de esa manera.¿Por qué tengo que sufrir mal de amores? Siempre me enamoro del hombre equivocado y terminan dejándome por otra o ya están casados.¿Habré sido dura con mis palabras?¡Claro que no! Él me hirió primero al no quererme escuchar que las cosas no habían sido como él las había visto en ese momento. Y no le importó mis sentimientos. Tanto que se hizo novio de esa mujer molesta.Siento una mano sobre la mía y sé muy bien de quien se trata, así que la quito con brusquedad. Le pregunto que es lo que quiere y me pide hablar nuevamente, no pienso escucharlo. Además de que tiene el atrevimiento de decirme cariño, cuando su casi esposa está ahí en la casa. ¿Qué pensaran de mí?Simple, que eres una quita novios. Insiste en habl
Narra DamiánEntré a la casa a los 5 minutos después de que ella lo hiciera, pensaba irme a dormir, pero ¿Quién lo podía hacer después de su rechazo? Una vez más. Al parecer las cosas ya no serán como antes, y ella si dejó de amarme.Saco la botella de vodka y bebo directo de ella, sin parar y sintiendo como quema mi garganta como el mismísimo infierno. De repente me siento mareado y tomo asiento en el sofá sin poder evitar las lágrimas.—¿Por qué Dalia? ¿Por qué me haces esto?No pude mas con este odio que llevo dentro de mí por no haberle dado la oportunidad de escucharla, quizás si me amaba y no tenía nada con ese imbécil.Arrojo la botella contra la pared y no sé por qué, fui y tomé un trozo de vidrio e hice un corte en mis brazos.Escucho la voz de una mujer gritar asustada y me siento desvanecer, veo unas siluetas y no supe más. Creo que fue el efecto del alcohol.…Despierto y me doy cuenta de que no estoy en mi habitación, sino en el hospital. Miro a mi alrededor y veo a Amali
Narra DamiánSigo sin poder creer que todo este tiempo, Dalia había sido mi diosa Isis, pero ¿Por qué no haberme dicho? Tal vez me habría enojado menos. Y ahora en verdad que no quiero saber nada de ella.>—¡Muy seguro! —Digo para mí mismo.—¿Seguro de que? —Entra Carlo interrumpiendo mis pensamientos. Y la verdad no se si contarle.—Nada importante. —Digo evadiendo su pregunta.—Bien, como digas. Esta noche hay una fiesta con los Robertson y obviamente estamos invitados. —Lo que me faltaba, ahí estará ese imbécil de Marcus.—Si no tengo mas opción. —Digo molesto y Carlo me sigue viendo.—¿Qué? —Le miro fijamente.—Quería saber si puedo invitar a Marce. —¿Qué no estaba con la espía esa?—¿Qué no estabas con mi exasistente? —Lo miro sin comprender.—Eso terminó hace tiempo, además, siempre me ha gustado tu hermana, con todo respeto. —Eso es verdad, sólo que nunca se había atrevido a invitarla a salir.—Está bien. Pero te juro que si le haces daño… —Me interrumpe.—Eso nunc