Capítulo 54 ¿Cómo salgo de esta situación?— ¿Qué pasa Reinaldo?—le repitió Zacarías la misma pregunta a Reinaldo— ¡Despídeme de Abigaíl! ¡No te diré más! Solo te pido, no… Más bien te exijo que no le hagas daño o te la verás conmigo— ¿Qué derecho crees que tienes para…?—le dijo molesto por el curso de la conversación y la amenazaReinaldo no se quedó a responder y salió muy rápidamente, su corazón se estremeció, sentía un fuerte dolor en su pecho, debió controlarse, llamó a su asistente, lo espero durante un tiempo con la mano en su pecho y cuando este llego le indicó que lo llevara al médicoPronto tendría toda la información sobre Abigaíl, tenía a un investigador averiguando, le había costado obtener información, pero ya estaba cerca de tenerla completa, donde vivió, con quien, en fin, todo… Todo coincidía, ella es la hija de Alfonsina, su gargantilla, el dije, la canción todo lo llevaba a ella, ¿Entonces? ¿Dónde estaba el amor de su vida? ¿Por qué permitió que Abigaíl se metiera
Capítulo 55 Cita a ciegas—Abigaíl, yo no soy responsable de lo que hagan ella, no me puedes culpar—eso no es justo, si alguien detestaba a esas mujeres era el mismo—Como no eres responsable, te dejas tocar, besar, apretar, abrazar, y ni siquiera te perturbas porque yo lo esté viendo—ambos hablaban en voz muy baja, solo para sus oídos, aprovechando que Emma la niñera estaba en el baño—y apenas un hombre es amable conmigo ya te molestas y haces un escándalo—No es lo mismo, yo jamás tendría nada con esas mujeres y Liam Johnson está buscando la forma de acercarse a ti, él te quiere para sí mismo— ¡Él es mi amigo! Mi mentor, mi maestro— ¿Lo admiras mucho? —le pregunto con pesar—Sí, es un músico renombrado y siempre anda en busca de nuevos talentos para formarlos, no es egoísta, utiliza todos sus recursos e incentivar nuevos talentos—Si es una maravilla—le dijo irónico—Bien, claro que sí, él podría disfrutar su dinero en sí mismo, y no lo hace, otorga becas, da clase, instruye, debe
Capítulo 56 ¡El le debía una explicación! —Ya no te quejes tanto—le dijo Robín, bastante molesta, habían tenido algunas salidas desde su encuentro en casa de la abuela Perla y en verdad se había sentido muy bien en su compañía. Santiago la hacía sentir especial, así que decidió dejar de pensar y esperar por un hombre como el doctor Brian Norton, que no le daba ni la hora, años esperando por él, ansiando su amor y nada, incluso ahora estaba saliendo con otra mujer, así que se dio una oportunidad con este fortachón romántico, y hasta ahora le agradaba, eso mismo deseaba para Abigaíl, una oportunidad. Una mujer no podía estar esperando por siempre, ni ser el juguete de un hombre y la veía como a su hermana menor sentía que debía ayudarla Cuando la conoció estaba sufriendo mucho, su sufrimiento fue interminable y ahora estaba un poco más recuperada, pero sentía temor, ese hombre estaba dándole vueltas y cuando se cansara de ella, ella volvería a lo mismo, y se quedaría sin su hijo, ni
Capítulo 57 Te prometo, que lo resolveré — ¿No te parece que últimamente tienes muchos admiradores, estás segura de que se lo encontraron por casualidad? —Abigaíl no entendió lo que le pasaba a Zacarías, tenía algunos minutos haciéndole preguntas y parecía molesto —Claro que sí, eso me dijo Robín —No puedes coquetear con ningún hombre, está completamente prohibido, si te observo coqueteando con algún hombre me voy a poner muy celoso, nadie puede coquetear contigo solo yo —Bueno y tú no puedes coquetear con ninguna mujer, ni dejar que te toqueteen, si lo haces pensare que es tu amante —le dijo con amenaza — ¡Te has vuelto loca! ¡¡¡Nunca he tenido sentimientos por ellas y mucho menos las amo, son ideas locas que se han metido en su cabeza!!! ¿Quieres dejar de pensar en ellas? Zacarías la mantuvo atrapada entre sus brazos con la mirada fija en ella. Llegado un momento, le tomó el rostro entre las manos. Ella tomó aire. Sabía que debía retroceder a su sesión de besos, resistirse a la
Capítulo 58 ¡Espérenme!Zacarías suspiró profundamente cuando estaciono delante de la mansión de los Montemayor. La situación resultaba incómoda, ya no se sentía bien apagando los incendios que iniciaban Clara y Reinaldo, él tenía una vida y ninguna mujer entendería que corriera hacia Juliana cada vez que esta lo necesitara.En el trayecto hacia su casa, Juliana había vuelto a llamar innumerables veces, solo atendió la última llamada diciéndole que estaba en camino.Zacarías abrió la puerta y rodeo el automóvil, sin animarse en entrar. Un ruido hizo que girara la cabeza bruscamente y allí estaba Juliana quien acudió corriendo hacia él y lo abrazo fuertementeInstintivamente, la aparto con un leve empujón, la vio dar un paso atrás y con sus altos tacones, casi se cae si Zacarías no la sostiene. Antes de que él pudiera soltarla, ella se aferró a su cuello.—¡¡¡Zacarías!!! ¡¡¡Es horrible!!! Mamá y papá se pelean sin parar, no lo soporto, no puedo quedarme aquí esta noche, quiero ir a tu
Capítulo 59 ¡Lo haría de nuevo!Abigaíl durante el trayecto reflexiono en lo dicho por la abuela Perla. La soledad aún podía presentarse cuando un anciano tiene familiares, eso era una sensación que podía ocurrirle sin duda alguna a cualquier anciano, sobre todo si ha perdido a su pareja o familiares de la misma edad.Anteriormente, sus cuidados a la abuela se debían a su edad avanzada, ahora entendía que la abuela Perla no solo necesitaba sus medicinas para todas sus dolencias, carecía de afecto y lo necesitaba en grandes cantidades.Tomando en cuenta eso, la abrazo lo más que pudo en el trayecto y durante su recorrido por el Centro Comercial. Dado que ella caminaba lento, la espero, le daba su espacio, pero siempre a su lado. En adelante, no ahorraría en sus abrazos y cuidados.Entendía que nunca es mucho el afecto que se le demuestra a un anciano, es mejor darle mucho de todo, abrazos, besos, cariño, escuchar sus narraciones de hechos pasados y aunque antes no había sido muy expres
Capítulo 60 Crisis de celos Zacarías la observo con el último vestido que se había puesto de color verde esmeralda, al igual que los otros vestidos que se había puesto anteriormente reflejaban su belleza, tenía una mirada preciosa, su cabello caía en cascadas sobre su espalda desnuda, el vestido destacaba la figura de su duende, quien para nada parecía un duende sino un ángel, una sirena, una diosa, su diosa. Zacarías se quedó sin palabras para describirla. La luz que procedía de la lámpara encima de su cabeza y también a los lados, le daba un reflejo especial a su rostro que contribuía a crear un efecto sorprendente. No podía dejar de verla, ni pudo evitar pensar en ella en un escenario con su música. En realidad no visualizo el vestido, solo la miraba a ella, no era el vestido lo que le daba esa imagen hermosa, era ella, toda ella la que proyectaba esa belleza tierna. Sin poderse contener, murmuro— ¡Me gusta ese vestido! ¡Me gusta como le queda ese vestido! —En realidad, Zacarí
Capítulo 61 ¡No te perdonaré una segunda vez!—Lo siento en verdad jefe—realmente estaba arrepentido—Te considero mi amigo, nos criamos juntos, jamás pensé que me mentirías y he descubierto que me mientes Santiago—Exactamente, no fue una mentira, fue más bien una… omisión—quiso explicarle claramente—Es lo mismo, estabas almorzando con ella y el dichoso médico y cuando te llame no me lo comunicaste—Pensé que era un almuerzo nada más y no recordé comentarlo, mejor dicho no le di importancia, además fue del todo inocente, quizás ese fue mi error—Sabías que él le envió flores a Abigaíl, el mismo día del almuerzo y el mismo día que la conoció, ese hombre va rápido y tentando a su suerte—Por favor, jefe discúlpeme, no le di tanta importancia a su presencia ese día, de hecho por eso no recordé mencionarlo, y él estaba almorzando con todos, no solo con ella—No te perdonaré una segunda vez Santiago—le dijo con furia—no te toca decidir a ti que decirme y que no, en lo que se refiere a Ab