—¿Te interesa, cierto? ¡Sabía que eres una interesada, ahora, recibe la maleta y agarra al mocoso y vete de la casaCharlotte analiza rápidamente, pues tiene que pensar que va a responder, ese señor fue capaz de propinarle una bofetada, y lo peor es que ella está sola, y el bebé está en la cuna, y quizás ese loco maniático puede hacerle daño.El señor Brown, la está mirando fijamente, atento a cada gesto que ella estimule en su rostro.—¡No tengo paciencia!— gruñó —asi que dame una respuesta definitiva, porque si no, no tendré piedad de tí y de ese mocoso— la amenaza y para asustarla más, se acerca al bebé Justin Charlotte se asusta al verlo cerca del niño, su corazón se empieza a acelerar y sus ojos se tornan llorosos. —hay muchos que pagan una cantidad de dinero por adoptar niños y así evitarse tantas cuestiones de papeles, aunque no lo hago por el dinero, soy un hombre millonario, pero con tal de deshacerme de algo que es un obstáculo, lo hago— sonríe malicioso y la vuelve a mira
Charlotte disfruta de las caricias de James, aunque su vergüenza es inevitable, James la está haciendo sentir tan deseada que ella se deja llevar.En cuanto James deja su semilla, Charlotte tiene su respiración agitada, es tanto que lo ama, que besa los labios de James tomándolo por sorpresa.Aunque él la quería alejar, sintió que no pudo, ese beso torpe de ella enciende la llama de la pasión.—señor, hemos llegado— informa OwenCharlotte deja de besar a James, y lo mira con una amplía sonrisa. —tengo algo muy importante que decirte —si es por lo que te dije que serás mi heredera, no acepto un no por respuesta, confío en tí y se que no me vas a fallar —tambien quiero hablar de eso, pero lo que te tengo que decir es que...—lo hacemos después, tenemos que salir del auto, acomoda tu vestido— ordena y ella suspira al no poderle contar lo que pasó con el cabecillaSin embargo obedece, acomoda su vestido y luego su cabello. —no temas, estoy a tu lado, compórtate como tal, la señora Brown
Samuel está preocupado por la situación, camina hacia donde está James, para alcanzar a Charlotte, pero fue muy tarde, Charlotte ya lo vió todo y luego la ve correr. —¡James!— lo menciona con enojó y James se separa de Antonela—¡Agradece que no golpeó a las mujeres! ¡Me tienes harto! No me importa que seas la protegida del cabecilla, te voy arruinar— la señala con enojó—pero mi amor, lo único que quiero...— James la interrumpe—¡Cierra la maldita boca!— dijo muy enojado y camina hacia donde está Samuel—¡Necesito un trago!— dijo enfurecido —¡¡Charlotte te ha visto!!—¿Qué carajos?—¿Cómo mierdas quieres que ella te ayude? ¡Lo único que haces es meter la pata!—esa zorra me beso, quiero que la hundas, ¿Hacia dónde se fué Charlotte?Samuel le indica, y James sale corriendo a buscarla, y para sumir mas su enojo, observa como él señor Rulli, tiene cargada a Charlotte. —¡Detente!— ordena y se acerca como alma que lo lleva el diablo —señor Brown...— lo saluda —iba a llevar a su esposa
James se quedó en silencio por segundos, luego reaccionó y colocó el documento sobre la cama —no me pidas algo que está fuera de mi alcance, firma ¿Será que lo puedes hacer?— pregunta algo disgustadoCharlotte lo mira, mientras las lágrimas se deslizan por sus mejillas, y sin más, agarro el bolígrafo y firma. —¿Contento?— pregunta sarcástica—puedes quedarte a dormir en esta habitación— James se coloca el pantalón y luego sale de su habitación, cierra la puerta de un portazo, dejando a Charlotte sola —¿Por qué Charlotte, por qué te enamoraste de él? ¡Eres mi terca!— se reprende ella misma..—¡Maldicion!— James golpea la pared del pasillo, está enojado, al llegar al despacho, Samuel lo estaba esperando —pense que te habías ido— lo fulmina con la mirada —¡Tienes que ver esto!— Samuel le pasa su celular móvil, dónde a su padre, el cabecilla Brown, le están haciendo una entrevista—¿Es cierto que su hijo James Brown, su heredero, se casó?—mi hijo solo está jugando con esa mujer, no e
Charlotte vuelve a mirar a su alrededor, el temor se apodera de ella. —¿Qué esperas?— la voz de la pelirroja la pone más nerviosa, sí esa mujer no tuviera un arma, Charlotte grita, pero la tiene bajo amenaza y ella piensa en su bebé Justin.—por favor... Dile al cabecilla que está noche me marchó —¡No puedes desobedecer al cabecilla!—solo dígale que está noche, lo juro por mí hijo, está noche me marchó, quiero despedirme de mi hijo, por favor—La pelirroja la fulmina con la mirada, y luego la abraza, tratando de ser amistosa, para no llamar la atención de los escoltas. —tienes hasta la noche, o si no ese bebé va a morir, y tú serás la culpable ¿Entendido?— Charlotte asiente con la cabeza Charlotte observa como la mujer se marcha con una amplia sonrisa en sus labios, actuando tan normal que los escoltas no se percatan de nada.Ella abraza a Justin y se coloca de pie rápidamente mirando a su alrededor. —por favor, llévame a la mansión— pidió tratando de ocultar su temor —como ordené
—¡Soy la señora de esta casa!— espetó —no desobedezcas mis órdenes, quiero sorprender a mi esposo, pero estás siendo un obstáculo— lo mira con enojó por lo que Owen le dice—lo lamento señora, puede marcharse— se hace a un lado y Charlotte se quería disculpar por la forma en que le habló, pero guardó silencio y se apresura a salir de la mansión.Los nervios que siente en estos momentos, no la dejan pensar con claridad, sin embargo, un auto se acerca, y ella al ver, es aquella pelirroja.—¡Sube al maldito auto!— ordena, y Charlotte mira hacia los lados —¡Rápido!— gruñó y ella se sube al auto, con los nervios a flor de piel.La pelirroja conduce para salir del largo camino y encontrar la vía principal, donde justamente está ingresando James Brown.El hombre está ansioso, por todo lo que debe decirle a Charlotte.—¿A dónde me llevas?— pregunta —¡Con mi jefe! Él te dará el dinero, eres bien estúpida, si yo estuviera en tu lugar, agarro ese dinero y me largo de vivir una buena vida —afo
—por favor, no me mates— súplica Charlotte al ser arrastrada por el suelo, su rostro está lleno de sangre, su cuello y su precioso vestido con el que quería que James al menos la pudiera verla—¡Cállate!— la pelirroja la jaloneo más, y agarra la maleta del dinero, vuelve a agarrar a Charlotte para así, salir de la casa.—¡Qué alguien me ayude por favor!— Charlotte ya se está sintiendo débil—eso te pasa por estúpida— sube la maleta al auto y luego a Charlotte en el baúl, para luego cerrar y poner seguro —¡Auxilió...!— Charlotte se siente débil, además, necesita oxígeno y estar encerrada le dificulta más —que suerte tienen las pobretonas— dijo la pelirroja con desprecio, para luego subirse al auto y conducir, prende un cigarro y empieza a fumar mientras escucha música electrónicaCharlotte con su poco aliento, intenta salir, pero un golpe que se dió en la cabeza, la hizo quedar inconsciente.La chica ruda, conduce hacia una callé solitaria, dónde un auto color negro mate, espera su
Charlotte pasa saliva, ahora sus rodillas arden y están sangrando, está recordando todo poco a poco y la desesperación se apodera de ella.Cómo mujer valiente, se coloca de pie, sosteniéndose de la pared sucia y rayada, para luego tocar el metal, y como arte de magia, la pared de metal, se abre. Ella retrocede mirando atemorizada. —¡Rápido! Es hora del baño— la voz prepotente de una mujer de aproximadamente 40 años, la hizo sentir un escalofrío en su cuerpo —¿Baño? ¿Señora que hago en este lugar?— Charlotte mira hacia los lados y cae en cuenta que está en prisión, está privada de su libertad—¿Qué haces?— se ríe a carcajadas —¡Eres igual a todas las reclusas! ¡Mueve tu maldito trasero! O si no, seguirás sucia, maldita drogadicta—¡Espere! Yo no soy drogadicta, jamás he consumido drogas, le suplico por favor, ayúdeme— Charlotte cierra los ojos, por el fuerte dolor de cabeza que le está dando—¡Cállate zorra! Aquí no tienes corona, de paso asesina, aquí pagarás por haber asesinado a l