Han pasado dos semanas desde ese beso con Maximiliano. Dos semanas en las que él ha mantenido la distancia, tal como lo prometió. No sé cómo tomarlo, si bien o mal. Por un lado, me siento aliviada de no caer en tentación, de no dejar que mis sentimientos me dominen. Sin embargo, por otro lado, me hace falta sentirlo cerca, hablar con él, conocerlo mejor. A medida que paso los días, me doy cuenta de que no llevamos mucho tiempo conociéndonos, y hay tantas cosas que quiero saber sobre él.Además, me pregunto cómo puede ser que me sienta de esta manera. ¿Es normal sentirse así después de un beso? ¿Es normal sentir esta conexión con alguien que apenas conozco? Me siento confundida, como si mi mente y mi corazón estuvieran en guerra. Por un lado, mi mente me dice que debo mantener la distancia, que debo ser fuerte y no dejar que mis sentimientos me dominen. Por otro lado, mi corazón me dice que debo seguir mi instinto, que debo explorar esta conexión que siento con Maximiliano. En consecue
MILAEntro en el despacho con la bandeja de comida, y mis ojos se encuentran con los de Maximiliano. Esos ojos verdes que me atraviesan, que me hacen sentir como si estuviera desnuda ante él. Me pongo nerviosa, mi corazón late con fuerza en mi pecho, y mis manos tiemblan ligeramente mientras dejo la bandeja encima de la mesa.—Buenas noches —le digo, intentando sonar calmada y serena, pero mi voz sale un poco temblorosa.—Buenas noches, Mila —me responde él, con un tono agrio y distante que no me gusta. Me hace sentir como si estuviera hablando con un extraño, no con el hombre que me ha besado y me ha hecho sentir cosas que nunca había sentido antes.Me siento un poco incómoda, pero trato de comprender su actitud. Tal vez esté estresado o preocupado por algo, y no es el momento adecuado para hablar sobre lo que ha pasado entre nosotros. Así que me limito a sonreír.—Espero que te guste la comida. La nana la preparó especialmente para ti.Maximiliano asiente con la cabeza, pero no dice
MILALo miro y aun no puedo creer que me masturbe, pensando en el.Llegamos al restaurante y me sorprende la elegancia y la sofisticación que emana de su interior. El restaurante se llama "Le Coeur de la Nuit" y su ambiente es verdaderamente único. Al entrar, me siento transportada a una época pasada, donde la elegancia y la refinación eran la norma.El restaurante está decorado con un estilo clásico, con paredes de piedra oscura y techos altos que parecen desaparecer en la oscuridad. Las luces son suaves y cálidas, y se filtran a través de lámparas de araña que cuelgan del techo, creando un ambiente íntimo y acogedor.La música es suave y calmada, con un toque de jazz que se escucha en el fondo, pero no es lo suficientemente fuerte como para distraer de la conversación. El sonido es más bien un murmullo suave que se mezcla con el susurro de las conversaciones de los demás comensales.Pero lo que más me llama la atención es la iluminación. Las luces son tan suaves que parecen crear so
MILANuestros labios se encuentran en un beso apasionado. Su lengua es cálida y suave, y se desliza dentro de mi boca con una gentileza que me hace estremecer.El calor que emana de su cuerpo es intenso, y puedo sentir su corazón latiendo contra mi pecho. Paseo las manos por los pectorales, sintiendo los músculos gruesos palpitar en mi palma, Su beso es peligroso, porque me hace sentir que estoy al borde de un precipicio, listo para saltar y dejar que me consuma.Pero no quiero escapar. Quiero quedarme aquí, en este momento, con sus labios sobre los míos y su cuerpo contra el mío. Quiero sentir su calor, su pasión, su amor.Y así, me dejo llevar por el beso, permitiendo que me envuelva en su calor y me lleve a un lugar donde nada más importa excepto nosotros dos.—Basta —digo, mi voz temblorosa.Maximiliano me mira fijamente con una expresión tan intensa que pone a vibrar cada parte de mí.—¿Por qué te sigues negando a eso que sentimos? —pregunta, su voz llena de convicción.Trato de
MILAConvencerlo no fue fácil.Me tomé un momento para respirar profundamente, tratando de procesar todo lo que estaba sucediendo, y le dije que necesitaba tiempo, tiempo para organizar mis pensamientos, para planificar mi futuro. También necesitaba tiempo para que pudiéramos conocernos mejor, para que pudiéramos ver si lo que sentíamos era real.Me sentía abrumada por la velocidad a la que todo iba sucediendo. Habían pasado demasiadas cosas en un muy poco tiempo y no estaba segura de poder soportar la avalancha que se venía encima. La idea de que Maximiliano le pidiera el divorcio a su esposa era demasiado para mí. Me sentía como si estuviera en un torbellino, sin control, sin saber qué iba a suceder a continuación.Necesitaba tiempo para reflexionar, para pensar en lo que quería y en lo que estaba dispuesta a hacer. No quería que todo sucediera tan rápido, no quería sentirme como si estuviera perdiendo el control. Quería tomar las riendas de mi vida, quería decidir qué era lo que qu
MILA—Esta noche cenamos nuevamente—me dice mientras me besa el cuello y solo asiento.—Lo que quieras pero por favor déjame ir—le pido porque me acorrala—dijiste que íbamos despacio.—Es imposible resistirme a ti—deja las manos en mi cintura—eres demasiado hermosa y hoy estas muy atractiva.—Estoy muy nerviosa —le digo a Maximiliano con una sonrisa nerviosa.No solo es por mi primer dia de trabajo. tambien es por la forma en que me mira, la forma en que me toca, me hace sentir como si estuviera en una nube.Y sinceramente tengo tanto miedo a estos sintimientos, a estas sensaciones que me estan uniendo a el poco a poco—¿Por qué? —pregunta Maximiliano acariciándome la mejilla.—No sé si podré trabajar contigo —respondo, sintiendo un poco de rubor en mis mejillas—. Me siento un poco abrumada.—No te preocupes, Mila —dice Maximiliano, tomándome la mano—. Estoy aquí para ayudarte. Y creo que podríamos trabajar muy bien juntos.—Espero que sí —respondo, sintiendo un escalofrío al sentir
En verdad creo que me cago un murciélago para tener tan mala suerte.Estoy parada en el pasillo de la empresa, intentando calmar la situación que se está volviendo cada vez más tensa. Alita, la esposa de Maximiliano, está fuera de sí, su rostro enrojecido por la ira y la humillación.—¿Cómo es posible que tengas a tu amante trabajando en la empresa? —grita Alita, su voz resonando en el pasillo—. ¿Cómo puedes ser tan descarado?El aire se vuelve tenso y pesado, cargado de electricidad. La voz de Alita es como un cuchillo que corta el silencio, dejando una estela de tensión y hostilidad. La atmósfera se vuelve opresiva, como si estuviera atrapada en una habitación sin ventanas.—Señora Alita, por favor, no se altere —digo, intentando sonar suave y tranquilizadora—no es lo que piensas y todo tiene una explicación.Pero Alita no está dispuesta a escuchar, por el contrario intenta venírseme encima y es Maximiliano que la toma del brazo, impidiendo que se me acerque.—¿Una explicación? —gri
MAXIMILIANOCamino como un león enjaulado, dentro de mi oficina, observando cómo el doctor examina a Mila después del incidente con Alita. Nunca me imaginé que Alita llegara tan lejos, que fuera capaz de quemar a Mila con café caliente. Me siento culpable por no haber podido prevenirlo, por no haber podido proteger a Mila.Pero actuamos rápido, tomamos los primeros auxilios y esperamos a que llegara el doctor. Ahora, el doctor está examinando y yo estoy ansioso por saber el resultado, pero con ganas de matar de una vez y por todas, el estorbo llamado Alita.—Las quemaduras no son graves —me dice—, pero la piel está lastimada. Le voy a recetar algunas pomadas y medicamentos para que mejoren.Me siento aliviado al saber que las quemaduras no son graves, pero todavía me siento culpable por lo que pasó.—Gracias, doctor —le digo—. Me aseguraré de que Mila siga sus instrucciones.El doctor asiente y se vuelve hacia Mila que se limpia las lágrimas.—Señorita, usted necesita descansar y cuid