MILACamino por el pasillo, sosteniendo mi vestido para no tropezar. De repente, escucho una voz detrás de mí.— ¡Mila! ¿Qué te pasa? —pregunta Alisa, alcanzándome.Me detengo y me doy la vuelta para enfrentarla.— Vi a Maximiliano —le digo, intentando mantener la calma—. Estaba en una actitud muy rara con un hombre.Alisa frunce el ceño.— ¿Qué tipo de actitud? —pregunta.Me encojo de hombros porque ni siquiera sé que decirle.— No lo sé, pero algo malo pasa —le digo, sintiendo una sensación de inquietud en mi estómago.Alisa me mira con curiosidad y tiro mi cabello atras tranquilizandome porque todo se ve en calma hasta ahora.— ¿Qué crees que está pasando? —pregunta.Sacudo la cabeza.— No lo sé, pero necesito saber qué es lo que pasa —le digo, decidida a descubrir la verdad.Seguimos caminando por el pasillo, buscando a Maximiliano. De repente, escuchamos un ruido proveniente del baño. Nos miramos y decidimos acercarnos.— ¿Qué crees que sea? —pregunta Alisa en voz baja.— No lo s
MILAAbro los ojos lentamente, sintiendo una sensación de calidez y ternura en mi espalda. Me doy cuenta de que estoy boca abajo, y que sus manos grandes y fuertes están posadas sobre mi piel, acariciándome suavemente.Siento sus labios en mi espalda, dejando una trayectoria de besos suaves y tiernos. Me estremezco ligeramente al sentir su calor y su proximidad.Me relajo y me dejo llevar por el momento, sintiendo una sensación de tranquilidad y seguridad en sus brazos. Sus manos y labios me hacen sentir viva, me hacen sentir que soy la única persona en el mundo.Me dejo llevar por el momento, permitiendo que sus caricias y besos me transporten a un lugar de paz y tranquilidad. Me siento en casa, me siento con él.— Eres una mujer muy especial, Mila —me dice, con una voz llena de emoción.Sigue dándome besos, activando mi piel. Ayer apenas llegamos del evento durmió conmigo, hicimos el amor y fue muy lindo despertar a su lado.— ¿Qué es lo que ves en mí? —le pregunto, con curiosidad.
MAXIMILIANOEstoy sentado en mi oficina, hablando con Aleksi sobre la primera entrega del cargamento del nuevo prototipo de armas.— La demanda es alta —le explico a Aleksi—. Todos quieren este prototipo.— ¿Quiénes son los compradores? —pregunta Aleksi, con curiosidad.— Italia, Estados Unidos, China y Japón —respondo, enumerando los países—. Todos están dispuestos a pagar un buen precio por este prototipo.Aleksi asiente con la cabeza, impresionado.— Es un gran logro —dice—. Este prototipo es revolucionario.— Lo sé —respondo, sonriendo—. Es por eso que todos quieren tenerlo.Aleksi se inclina hacia adelante, con una expresión seria.— ¿Estás seguro de que podemos cumplir con la demanda? —pregunta.— Sí —respondo, confiado—. Tenemos todo bajo control. La producción está en marcha y estamos listos para enviar los primeros cargamentos.Aleksi asiente de nuevo, satisfecho.— Excelente —dice—. Esto va a ser un gran éxito.—Eso espero—estoy extresado por lo sucedido ayer. No me gusto pa
ALISAImpactada.Asi estoy mientras de pie, observo la pintura, rodeada de la oscuridad de la noche. La única luz proviene de la luna que se filtra a través de la ventana, iluminando el cuadro que Aleksi me ha regalado. Mi rostro está reflejado en la pintura con una precisión y belleza que me deja sin aliento.— ¡Aleksi, esto es increíble! —exclamo—. Dibujas muy bonito.Aleksi se acerca detrás de mí, su voz baja y suave envolviéndome en una sensación de calma y seguridad. Puedo sentir su calor radiando hacia mí, su aliento cálido en la oreja, enviando escalofríos por mi espalda. Pero no siento miedo, no siento ansiedad. En su lugar, siento una sensación de tranquilidad, de confianza. Me gusta la forma en que me hace sentir, me gusta la forma en que su presencia me envuelve. Y por primera vez en mi vida, no le huyo a un hombre. No me alejo, no me escondo. Me quedo quieta, disfrutando de su cercanía.— Solo dibujo lo que me interesa —dice.Me vuelvo hacia él, mis ojos buscando los suyos
ALISALa suavidad de la sábana toca mi espalda mientras estoy tendida en la cama, nerviosa ante la imponencia de Aleksi. Él se acerca a mí, su mirada ardiente y llena de deseo.— Ábrete de piernas —me dice, su voz baja y sensual—. Quiero probarte.Mi corazón late con anticipación mientras Aleksi se acerca a mí, su boca cerca de mi piel. Puedo sentir su aliento cálido y suave.Aleksi comienza a besarme suavemente, sus labios trazando líneas suaves por mi piel. Mi cuerpo comienza a responder a sus caricias, envuelto en una sensación de placer y relajación.La habitación se vuelve silenciosa, solo interrumpida por el sonido de nuestra respiración. Aleksi continúa besándome, su boca explorando mi piel con suavidad y pasión.— Eres tan hermosa —me dice, su aliento cálido en mi piel—. Tan delicada y tan apasionada.Su boca comienza a descender por mi cuerpo, dejando un rastro de besos y caricias que me hacen estremecer de placer. Me siento como si estuviera flotando en una nube de sensacion
ALISA— ¿Sabes, Alisa? —dice él, sonriendo—. Nací en la mafia.Me sorprende un poco, pero trato de mantener la calma.— ¿De verdad? —pregunto, intrigada.Aleksi asiente con la cabeza.— Sí, desde muy pequeño he pertenecido a la familia. Mi padre era un hombre poderoso, y yo sabía que algún día tendría que seguir sus pasos.Me pregunto cómo debió haber sido crecer en un entorno así.— ¿Alguna vez deseaste algo diferente? —pregunto, curiosa.Aleksi se encoge de hombros.— No lo sé. Creo que siempre supe que este era mi destino. Pero a veces me pregunto qué habría pasado si hubiera elegido un camino diferente.Me doy cuenta de que hay una parte de él que siempre ha estado atrapada en este mundo.— ¿Y ahora? —pregunto—. ¿Te sientes atrapado?Aleksi me mira, sus ojos oscuros y profundos.— No lo sé, Alisa. Creo que estoy tratando de encontrar mi propio camino, pero es difícil cuando tienes una familia como la mía y tantas responsabilidades, un amigo que cuidar y tu palabra.Me siento un po
MILA—Toma, Alisa, bebe esto —le digo, ofreciéndole una taza de té caliente—. Te ayudará a relajarte.Alisa me mira con ojos asustados, pero acepta la taza y da un pequeño sorbo.—Gracias—bebe.—¿Te sientes mejor? —le pregunto, mientras me coloco detrás de ella frente al tocador.—Sí... gracias, Mila —responde, con una voz temblorosa.Comienzo a peinar su cabello con suavidad, intentando calmarla.—No te preocupes, Alisa. Estás a salvo ahora. Aleksi y tú están protegidos —le digo, intentando tranquilizarla.—Pero ¿qué pasará si vuelven a encontrarlos? —pregunta, con una mirada asustada.—Tranquilízate, Alisa —le digo, mientras sigo peinando su cabello—. Sé que Aleksi y Maximiliano no van a dejar que nada te suceda. Ellos te protegerán con su vida.Alisa me mira con una expresión de agradecimiento y ansiedad, como si estuviera luchando por encontrar consuelo en mis palabras.—Pero ¿y si no pueden? —pregunta, con una voz temblorosa.—No pienses en eso —le respondo, intentando calmarla—.
MILA—Está muy afectada —le digo a Natalia, preocupada—. Ya han sufrido dos persecuciones y esta última fue mucho peor que la primera.Natalia asiente con la cabeza, comprensiva.—Eso se le pasará —dice—. En el momento que acepte la vida que tendrá con Aleksi.—Ya lo comprendo —respondo—. Sé que aceptar estar con Maximiliano significa riesgos, pero debo tener una mentalidad más fuerte. Y apoyaré a mi amiga.Natalia sonríe.—Eso es lo que más necesita Alisa en este momento —dice—. Comprensión y apoyo. Dejar que asimile las cosas, que las piense detenidamente y que tome una decisión. Porque al final, el que permite que esas cosas le afecten o no, es ella misma.Asiento con la cabeza, comprendiendo.—Tú te adaptaste muy rápido a este mundo de la mafia —le digo a Natalia, curiosa—. ¿Cómo lo hiciste?Natalia suspira, su mirada se vuelve distante.—Yo siempre nací y crecí rodeada de toda esta violencia —dice—. Las persecuciones, las muertes, las torturas... eso para mí no era algo nuevo. Au