MILAMe siento tan vacía y desesperada. Lleva una semana sin ver a Maximiliano y pensé que las cosas iban a mejorar en mi vida, pero ahora todo se ha vuelto un caos. Me duele el corazón al pensar en él, y la soledad es abrumadora. Además, la situación con Alita y la bratva ha empeorado las cosas, y ahora me siento como si estuviera atrapada en un laberinto sin salida. La tristeza y la desesperanza me están consumiendo, y me siento cada vez más perdida y sola.—¿Crees que tengo una maldición? —le pregunto a Alisa, mi mejor amiga.—No pienses en esas cosas, Mila —me responde Alisa, con una sonrisa tranquilizadora.—¿Cómo no? —le digo, sacudiendo la cabeza—. Desde que nací, mi vida ha sido una tragedia. No conocí a mis padres, murieron. Mi tía me trató como basura. El marido de ella intentó violarme... —hago una pausa, recordando los momentos dolorosos—. Luego conocí a Marko, pensé que me daría un poco de paz, pero resultó muerto. Lo único bueno que he tenido en mi vida son mis hijos y t
MILAQuiero poner un muro entre los dos, pero el sentimiento es mucho más fuerte y no quiero soltarlo, ni esforzarme por hacerlo, aunque tenga miedo de salir herida por la misma razón. Maximiliano aparta sus labios de los míos y deja su frente contra la mía, mientras exhala todo el aire que saca por la boca en mi cara. Su respiración es agitada, y sus emociones están revolucionadas, al igual que las mías.Nos miramos profundamente, y siento que lo difícil no es encontrar a alguien que te ame, sino encontrar a alguien que realmente lo siga sintiendo después de tanto tiempo. Sus dedos se entierran en mis mejillas, pero no me lastiman, mientras me besan y me hacen gemir con las emociones que me atropellan. Pensé que esas emociones estaban muertas, pero ahora están más vivas que nunca.Me abraza tan fuerte que siento que aún no cree que estoy viva, y me besa de tal manera que parece querer comprobar que estoy aquí, presente, y que soy yo, su mujer, a quien besa, toca y acaricia. Sus labio
MAXIMILIANO—Quiero que sepas que eres especial para mí —le digo, mirándola fijamente a los ojos—. Eres diferente a cualquier otra mujer que haya conocido.Bajo la mano a su coño y siento esa humedad que me baña los dedos.—¿En qué soy diferente? —pregunta ella, su voz llena de curiosidad y suelto un jadeo cuando atrapo entre mis dedos su clítoris.Vuelve a jadear y mi polla pulsa con ganas de que la libere y la folle duro como ella se lo merece.—No soy el tipo de hombre que juega con las emociones de las mujeres —le explico—. No soy el tipo de hombre que las enamora solo para llevarlas a la cama. No, yo no soy así. Cuando me comprometo con alguien, lo hago de corazón.Se muerde el labio inferior mientras sigo jugando con su intimidad que no para de soltar los fluidos que muero por probar.—Y ¿qué hay de mí? —pregunta ella, su voz llena de inseguridad—. ¿Qué hay de nosotros?Tanteo su entrada y curva la espalda, ofreciéndome los senos que chupo incapaz de contenerme. Toda ella es del
MAXIMILIANOMe bajo del auto con un sentimiento de ira y frustración que me consume por dentro. El sabor de Mila todavía está en mis labios, pero lo aparto de mi mente, enfocándome en la situación que me rodea. La noticia de que el cargamento que habíamos enviado a China fue robado es un golpe duro que no estoy dispuesto a tolerar.Al atravesar las puertas de la fábrica, el calor y el ruido de las calderas y las máquinas me golpean como un puñetazo en el estómago. Veo a mis hombres trabajando con dedicación, pero yo solo puedo pensar en la traición y el robo que hemos sufrido.Mi rabia crece con cada paso que doy hacia mi oficina. Odio cuando la gente se aprovecha de nuestra confianza y nos roba. Es un acto de cobardía y deslealtad que no puedo perdonar. Mi mente está llena de pensamientos de venganza y justicia, y estoy decidido a hacer todo lo que esté en mi poder para recuperar lo que es nuestro y castigar a los responsables.Al llegar a mi oficina, veo a Aleksi esperándome con una
MAXIMILIANOHemos llegado al sitio donde está la mercancía que nos robaron. Mientras nos acercamos, puedo sentir la adrenalina corriendo por mis venas. Mi equipo y yo hemos estado planeando esta operación durante semanas, y finalmente hemos ubicado la zona abandonada donde se encuentra nuestra mercancía.Antes de proceder, decidimos evaluar el sitio con nuestro dron, que sobrevuela el lugar en busca de cualquier indicio de que sea una trampa o de cuántos hombres hay en el área. Mientras observamos las imágenes transmitidas por el dron, podemos ver que el lugar parece abandonado, pero también notamos algunas señales de actividad reciente.—¿Ves algo sospechoso? — le pregunto a mi hombre de confianza, quien está operando el dron.—No, nada que indique una trampa—responde—Pero sí veo algunos hombres patrullando el área. Parecen estar armadosAsiento con la cabeza, procesando la información.—Bien, necesitamos encontrar la mejor manera de ingresar sin ser detectados. ¿Puedes hacer un reco
MAXIMILIANODespierto lentamente, mi mente confundida y aturdida. Siento un dolor intenso en la cabeza, como si alguien estuviera martillando mi cráneo. Mi oído izquierdo está ensordecido, y solo puedo escuchar un zumbido agudo.Mi visión es borrosa, y todo se ve desenfocado. Trato de moverme, pero mi cuerpo se siente pesado y débil. Siento una sensación de mareo, como si estuviera en un barco en alta mar.Mi mente trata de recordar qué pasó, pero todo es confuso. Recuerdo la explosión, el sonido ensordecedor, la sensación de volar por el aire. Pero después de eso, todo es un vacío.De repente, veo una figura borrosa frente a mí. Es una mujer, con un uniforme blanco y una expresión de preocupación en su rostro. Trato de hablar de nuevo, pero mi voz sigue siendo débil.La mujer se acerca a mí, y puedo ver que es una enfermera. Me habla en un tono suave y tranquilizador, pero no puedo entender lo que dice. Mi mente sigue siendo confundida, y mi cuerpo sigue siendo débil.Vuelvo a quedar
MILAMe quedo paralizada al ver a Alaska ingresar en la habitación. El miedo se me dispara instantáneamente, y mi corazón comienza a latir con fuerza. Espero con ansiedad que no haya escuchado nada sobre lo que mencioné de mis hijos. La referencia que tengo de Alaska es que es una mujer muy peligrosa y manipuladora, y no quiero que sepa la verdad sobre mi situación.Mientras la miro, no puedo evitar pensar en la ironía de su apariencia. Con su cabello rubio y elegante, su rostro hermoso y su estilo sofisticado, parece ser la viva imagen de la perfección. Sin embargo, detrás de esa fachada, sé que esconde un alma muy oscura. Me pregunto cómo alguien tan hermoso por fuera puede ser tan malvado por dentro. Alaska se acerca a nosotros, su mirada escrutadora recorriendo la habitación. Me siento como si estuviera bajo una lupa, y mi nerviosismo aumenta con cada paso que da. ¿Qué hará si descubre la verdad sobre mis hijos? ¿Me hará daño? Me esfuerzo por mantener la calma, pero mi corazón sig
MILADe repente, siento una tensión en el aire cuando Alaska se acerca a mí y me mira de arriba abajo con una expresión desafiante. Me doy cuenta de que Alisa también siente la tensión y se pone en alerta.Mantengo la calma, porque ella me da miedo, pero mi amiga tiene razón en que no debo demostrarlo.—Ven conmigo —me dice Alaska con una voz autoritaria.Aunque tengo miedo de ella, sé que no debo dejar que me trate de esa manera. Me enderezo y le miro a los ojos.—Discúlpame —le digo con firmeza—¿No me escuchaste?.—Yo te escuché —le digo—, pero es que no soy tu empleada para que me trates de esa manera. No voy a seguirte solo porque me lo ordenas.Alaska se acerca a mí, su voz llena de desdén.—Eres basura niña, por favor, no te vengas a dar aquí —me dice—. Lo importante es que tú no eres nadie para que yo te pida el favor.No le bajo la mirada.—No entiendes —le digo—. Si yo soy nadie, entonces ¿qué tienes que hablar conmigo?—Eres una pieza importante en el juego de Maximiliano —