Anastasia le comento a mi madre lo preocupada que estaba por su madre, le dijo, casi no la veo, no sé si come o no, a veces me hace el desayuno, cuando regreso tengo que entrar a su cuarto o tocarle la puerta para saber que al menos responde, no sé qué hacer, se está consumiendo, se ha puesto muy flaca, temo que pueda pasarle algo.
Mi madre comentó, no sé qué hacer hermana, me siento culpable de todo, no digas eso, es culpa de papá, no tuya, y él se lavó las manos, dijo mi madre, en ese sentido no los culpo dijo Anastasia, no podía seguir aquí viviendo así, yo nunca los he visto conversar y conociendo la arrogancia de papá tal vez me atrevería a decir que ni siquiera lo intentó.
Bueno hermana, dijo mi madre, eso ya no importa, a papá que lo juzgue Dios, lo que importa es mamá, si sigue así ya sabemos lo que puede pasar, será que la
A mí me encanta la vida, diría que estoy enamorada de ella, soy una mujer sentimental, apasionada, pero a la vez muy centrada, o tal vez vieja prematura, aunque no lo creo, a veces no encajo con el perfil de la gente de mi edad. Mi primera aventura amorosa la tuve a mis 23 años con Patrick Keller, un antropólogo suizo que conocí en la universidad, que llegó a mi País a investigar algunas de nuestras etnias indígenas, él tenía 41, fue un amor intenso, se robó mi corazón, se llevó mi virginidad y una parte de mí que no podré compartir con otro hombre jamás.Durante el tiempo que duró ese romance perdí la noción del tiempo, sin duda, al menos en su momento, fue una persona importante en mi vida, para él no sé qué fui, de hecho, se fue tal como llegó, así de repente y más nunca supe nada d
Mi abuelo fue un tipo influyente en la vida de todos nosotros sus descendientes, pero particularmente en la que mas influenció, de mayor manera, fue en mi, de hecho me incliné por un equivocado interés por ser Ingeniero, al igual que él, no tuve su éxito, ya que no me gusta la carrera, creo que la terminé más por complacer a mis padres que por otra cosa, amén de que he heredado su talento y de alguna manera me he beneficiado de ser su pariente cercana, pues siempre me aborda su presencia aunque no esté llego a un lugar saben que soy la nieta del Ingeniero Fabián Valverde.Lo que no me agrada mucho, digamos que su prestigio y reconocimiento, primero no me pertenece y me molesta, a veces siento que invade mi personalidad, no es fácil llevar en la espalda la responsabilidad de ser la nieta de un tipo como mi abuelo, pero, aunque me guste o no es mi abuelo y es un vinculo del que no puedo desprenderme au
Mi abuelo Fabián tenía una vida profesional familiar y social muy agitada, estaba involucrado en la mayoría de proyectos de obras civiles de nuestro país los cuales dirigía su ejecución, con frecuencia lo invitaban a dar conferencias no sólo en su país, sino en otros países.Las obras de las que estaba a cargo, bien fueran estas públicas o privadas, incluyendo las de su empresa, las supervisaba personalmente con su equipo, no le gustaba delegar ese tipo de responsabilidades, sus colegas lo consideraban un excelente profesional comprometido con el buen desempeño de sus obras y lograr el éxito que se había propuesto con el proyecto, era además un visionario en la mayoría de sus obras, se percibía el olor del perfume del futuro, generalmente el común del pueblo e inclusive en su entorno profesional no lograban captar la magnitud de su visión futurista.
Podrías por favor responderme, madre, dime algo ¿por qué mi padre se viste de esa manera todos los martes y jueves, a dónde va?¿A dónde va? La abuela enmudeció, era su estilo característico, no responder y mucho menos a preguntas como estas, Ernesto sentía un profundo amor y respeto por su madre, pero sabía que si no insistía ella jamás iba a responderle, por lo que le dijo de una manera que a ella le sonó a irrespeto, madre me puedo quedar aquí todo el día si así lo prefieres, pero por favor respóndeme, ella seguía como si no estaba escuchando, pero el muchacho guardo la calma, en ese momento sentado en la mesa amablemente le dijo, está bien madre le voy a preguntar a mi papa, ella se dio vuelta intempestivamente y le dijo, no hijo no le preguntes a tu papá, Ernesto que ya conocía lo ocurrido dudó de su madre y le pregunto ¿por qué ? si no quieres que le pregunte dímelo, Ernesto, no se hijo, él sale pero yo no le pregunto, Ernesto se volvió un tanto inquisidor diciendo “yo creo
En ese momento se sintió bajo, un ser despreciable, había herido el honor y la dignidad de su propia familia y sabia que las consecuencias lo perseguirían el resto de sus días.Cuando pudo medio reponerse de enfrentar a su hijo, en ese momento tan confuso, continuó, fue una decisión difícil hijo, tuve que asumir las consecuencias del hecho en el momento que Sandra me informó de su embarazo, no supe qué hacer.Ernesto escuchaba atentamente, no se me ocurrió nada, debía asumirlo, te confieso que jamás he podido apartarme de Sandra, te repito, ha sido el amor de mi vida.Ernesto sintió por momentos que quería atacarlo y decirle todo lo que estaba sintiendo, se sentía defraudado, le preocupaba su madre, cómo lo podría tomar y cómo, de seguro, iba a afectarle, por ello preguntó, ¿y mi madre lo sabe?, él respondió, si, l
Finalmente Elena y Marian volvieron a su país a visitar a su familia. Elena, por su parte, ya había tomado la decisión de radicarse, definitivamente, en Europa, no le había preguntado a Marian qué decisión tomaría, aunque sabía que regresaría a Francia, en este sentido Elena le había asesorado que si regresaba a Francia lo hiciera con el compromiso de seguir estudiando, Camile, según le comento Marian a su hermana, se quedó contrariada y cuando le informó que volvería en un mes, Camile se mostró indiferente.La llegada de las hermanas aceleró las intenciones de Ernesto y la propia Elena de resolver la situación, aunque según Ernesto no era algo para resolver, sino para admitir, era un hecho cierto que estaba ahí.Elena pensaba diferente, sabía que su madre estaba herida y aunque igual sabia que poco podría hacer al respecto,