—¡Es suficiente! No quiero seguir escuchando tus estupideces! —me levanté, pero Luke me tomó del brazo y, esta vez, lo vi muy serio.—Claro que me tendrás que escuchar. Después de esto, si quieres, puedes seguir odiándome —me senté y solté un suspiro—. Sí, así como lo escuchas. Yo conocí a tu padre desde hace mucho tiempo. Cuando era tan solo un niño asustado por los maltratos de mis padres biológicos, sufrí tanto emocional como físicamente por culpa de esos desgraciados. Tu padre me rescató de esa miseria, pero a un costo muy elevado —se limpió otra lágrima—. Tu padre tenía muchos negocios sucios, entre ellos el narcotráfico, el lavado de dinero y también la venta de armas ilegales. Con eso empezó a crecer tanto económicamente, y claro, siempre manejó esa buena imagen ayudando al más necesitado, haciéndose pasar por un buen hombre. Pero la historia no termina así —yo estaba comiendo mi sándwich como si se tratara de una película de acción.—A Andrés Grayson no le bastó con la fortuna
—Ya podemos salir, todo está despejado. Me he asegurado de que no haya nadie rondando la casa —Luke me despertó después de haberme quedado dormida pensando en toda la historia de mi vida y en mi querido padre.—Está bien —me levanto con pereza. Pero la curiosidad me pica por saber cómo están los demás, especialmente Nerea. Luke estaba a un lado de la puerta, la abrió y extendió su mano.Afuera había un coche de color negro.—Te llevaré donde están tus amigos y familiares —el rostro de Luke parecía otro. Era serio, como si el Luke que había conocido anteriormente simplemente hubiera desaparecido y hubiera sido reemplazado por un Luke frío.—Gracias —subí al coche. Me coloqué el cinturón, aún llena de miedo por si los mafiosos aparecieran, pero Luke habló como si me hubiera leído la mente.—Tranquila, no va a pasar nada —aceleró el coche. Su mirada siempre fija en el camino decía mucho del cambio repentino de Luke.Miraba los árboles a través de la ventana, pensando en Luke y en lo que
Cuando entré saludé a Nerea y las demás, pero mi mente no dejaba de pensar en el. En lo que le pasaría. No quería dejarlo solo pero tampoco podía arriesgar al bebé. Tenía un dolor inexplicable en el estómago que no supe bien por qué. Tantas preocupaciones me causaban estrés. —Cariño, estás bien —Rita me abrazó—Jamás pensé que Andrés fuera capaz de hacer todo esto. Creí conocerlo pero veo que no fue así. Lo siento tanto, llora si quieres. No me pude contener más y lloré en los brazos de Rita, era la única mujer que me podía proteger… desde que soy pequeña lo ha hecho. Pero todo lo que Luke me contó sobre mi origen… sobre mis padres. Andrés me encontró en la calle, crecí allí y pase hambre, cosas feas… ¿por qué tenerme allí? ¿Por qué no llevarme con el de una sola vez? Tantas cosas que no entiendo. Y ahora Luke se ha ido y no se por que siento que debería estar con el. El día lo pasamos sentados en el sofá, escuchando las noticias sobre lo que pasaba en la isla. Habían varios ataques
Sus labios iban en sincronía con los míos. Mi cuerpo lo necesitaba tanto que no me pude resistir. —No puedo vivir sin ti —susurra entre el beso—No quiero tampoco. —Yo tampoco, Luke, no puedo estar sin ti un solo minuto —dije, jadeante. Mi corazón latía a mil por hora. Luke me quitó la camisa y me acarició los pechos. Estábamos a punto de tener sexo en el lugar menos esperado y en el momento menos oportuno pero no me importaba. Si iba a morir que sea de esta mejor manera. Lo prefiero así. Luke me acostó en el piso, me quitó mis pantalones y los dejó a un lado. Luke me penetró y me cubrió la boca para que los gemidos no se escucharan. Enterré mis uñas en su piel porque mis hormonas estaban muy alborotadas y tenía muchas ganas. Luke estaba igual. Lo besé con pasión mientras sentía sus penetradas. Entre gemidos, algunos golpes en el piso y besos apasionados Luke y yo tuvimos el orgasmo al mismo tiempo. Para terminar nos dimos un beso lento y suave. No puedo creer que hayamos hecho es
Ambos nos pusimos de pie, Andrés me tomó de la mano y me llevó hacia la puerta de salida. —¿Me explicaras todo? Porque estoy muy confundida, hay mucho caos en la isla y todos dicen que son mafiosos. No entiendo por qué. —le hice saber. —Creí que eras más inteligente, cariño, la mafia está buscándome por culpa de ese muchacho. El los puso en mi contra y ahora estamos en guerra. Necesito protegerte. Asentí. —Esta bien. Cualquier cosa también estoy preparada —le dije, enseñándole mi arma. Andrés sonrió. —Como siempre prevenida —me felicita—por algo te supe entrenar muy bien, porque sabía que cuando llegara un momento como este serías una hija ejemplar. Nos subimos al ascensor, siempre actuando. —Ahora cuéntame, ponme al día de todo lo que ha pasado por aquí. Quiero saberlo todo. He estado al tanto pero confío más en tus palabras para saber cómo es que los ineptos de mis abogados creyeron que tenía un hijo por otro lado. Salimos al estacionamiento seguido de sus hombres. Nos mon
Golpeé la puerta con fuerza, tratando de controlarme, mientras el eco de mis gritos retumbaba en la habitación vacía. La frustración me quemaba por dentro, la rabia mezclada con un miedo incontrolable. Sabía que Andrés podía ser cruel, pero nunca imaginé que su odio llegara tan lejos, ni que estuviera dispuesto a hacerme tanto daño.Caminé de un lado al otro, intentando pensar en una salida. La ventana estaba sellada y las paredes de la habitación parecían de concreto. Revisé cada esquina, cada centímetro, buscando alguna esperanza de escape, pero no había nada. Andrés había planeado esto meticulosamente; no iba a ser fácil salir de aquí.Entonces, recordé el celular en mi bolsillo. Con manos temblorosas lo saqué y, para mi sorpresa, aún tenía señal. Marqué el número de Luke, aunque sabía que sería peligroso si Andrés llegaba a oírme. Me cubrí con una manta y me acerqué al rincón más lejano de la puerta.—Luke… —susurré apenas al escuchar su voz del otro lado.—Amanda, ¿dónde estás? —
Después del sonido que había escuchado, miré un cuerpo que estaba boca abajo. No lo podía creer, era un muerto y el asesino era Luke.—Lo tenía que hacer, cariño, te aseguro que si ese tipo nos hubiera descubierto, nos mataría sin pensarlo. Ellos no tienen clemencia como uno —asentí. Me tomó de la mano y seguimos el trayecto en medio de la oscuridad—. El coche está cerca. Espero que no lo hayan descubierto.Luke caminó junto a mí de manera sigilosa. Su pistola estaba cargada y lista para la próxima detonación.—Estoy harto —escuchamos a unos tipos que venían hablando en pareja—. Te apuesto que estaría con mi esposa disfrutando de una cena, pero mira lo que nos tocó, y todo por el capricho del jefe.Luke me hace señas para que me agache más. Ellos estaban armados y caminando en un camino más elevado que el nuestro.—Yo sé, pero no tenemos otra alternativa; además, la paga acá es muy buena y no la tendríamos en otro trabajo de ocho horas diarias —se quejó su amigo.Luke estaba camuflado
LUKE—Andrés, no le hagas daño a ella, Amanda no tiene nada que ver en estos asuntos, el problema es entre tú y yo—. Andrés me mira con esa mirada llena de maldad, la misma con la que me enfrenté años atrás.—Ahora resulta que dejaste tu oficio para convertirte en abogado; creo que tienes talento—. Se ríe descaradamente.— ¡Vamos, llévenlo a la sala y prepárenlo para mí!—¡No!— grita Amanda, tratando de hacer algo por mí, pero ese sujeto estúpido la lastima tomándola del brazo.—¡Déjala, Andrés!— espeto, luchando entre dos tipos que me sostienen—. Recuerda que está embarazada, maldito.Andrés se gira hacia mí con mucha furia y me da un puñetazo que me doblega.—Cierra la boca cuando estoy delante de mis empleados; tú más que nadie deberías estar agradecido por todo lo que te he brindado—. Me da otro golpe. Siento cómo mis entrañas se retuercen. Escupo sangre y sonrío.—Uno no puede agradecerle a la persona que más daño le ha hecho en la vida—. Me limpio con el pecho—. Tú y yo sabemos q