El amanecer apenas despuntaba, y el sol comenzaba a bañar la habitación con una cálida luz cuando el sonido insistente del teléfono despertó a Amanda y Luke. Amanda, adormilada, se estiró para contestar. Al ver el nombre de Nerea en la pantalla, sintió una mezcla de alivio y sorpresa.—¡Nerea! —exclamó con emoción, intentando no despertar a Melody, que dormía en su cuna cerca de ellos.—Hola, Amanda —respondió la voz de Nerea al otro lado de la línea, su tono más tranquilo de lo que Amanda había esperado—. Antes que nada, felicidades por tu bebé. Me contaron que es preciosa.—Gracias, Nerea. Estoy tan feliz de saber de ti. ¿Dónde estás? ¿Estás bien? —Amanda no pudo evitar que su voz se quebrara de emoción. Había sido demasiado tiempo sin saber de ella.Hubo una pausa, y Amanda notó un leve suspiro al otro lado.—Estoy en Mónaco —confesó Nerea, con un tono de voz que parecía cargado de emociones contradictorias—. Y, Amanda, hay algo que necesito decirte.Amanda se incorporó en la cama,
El día comenzó con un aire pesado para Luke, aunque el cielo estaba despejado y el sol brillaba con fuerza. Amanda seguía durmiendo plácidamente con Melody en brazos, pero Luke no podía relajarse. Había recibido una llamada temprano del hospital, y aunque intentaba mantenerse calmado, el tono del médico al hablarle lo tenía inquieto. Se vistió rápidamente y, sin despertar a Amanda, salió hacia la clínica.Al llegar, el médico lo esperaba en su oficina, con un expediente en la mano y un semblante serio. Luke tomó asiento frente a él, sintiendo cómo su corazón comenzaba a latir con más fuerza, irónicamente, por lo que estaba a punto de escuchar.—Luke, gracias por venir tan temprano —comenzó el médico—. Quería que reafirmáramos los resultados de tus exámenes.Luke asintió, sin decir nada. Había notado algunos problemas recientemente, como el cansancio constante y una sensación de opresión en el pecho, pero nunca pensó que fuera algo grave.—Tras analizar los resultados de tus pruebas ca
Siempre he sido una mujer independiente, trabajadora que está acostumbrada a la buena vida y al dinero. Nunca he optado por matrimonios por conveniencia y menos buscar a un hombre rico para tener dinero si tendría que vivir bajo la sombra de esa persona. Nací para ser la jefa y para ser la protagonista de mi propia historia. A pesar de que mi padre murió hace ya diez años en un accidente de avión me he dedicado a trabajar día y noche para poder hacer crecer este imperio que un día me dejó. Y sí lo he logrado, más allá de todo lo que pude lograr a mis veinticinco años. Ahora vivo en Hawaii, donde tengo varias propiedades y varias empresas en movimiento.La vida me había sonreído de la mejor manera, estoy muy satisfecha con todo. Andrés, mi padre adoptivo, estaría muy orgulloso de la mujer que creó. Porque mi padre hizo buen trabajo pero no tenía este imperio que yo misma cree. Soy una mujer de negocios, inteligente y astuta. Ningún hombre está a mi altura y menos pueden convencerme con
¿Es posible enamorarse a primera a vista? porque este chico... su mirada, su profunda e intensa mirada me están haciendo sentir cosas en mi estómago. El chico solo sonrió de lado, eso me hizo tragar grueso. Me reincorporé, sabiendo que todavía estoy en bikini.Me aclaré la garganta y me puse recta.—Disculpa, no te vi —hablé nerviosa.—Me di cuenta, no hay problema —se acomodó su traje y se dirigió al ascensor justo donde yo me dirigía. Lo seguí, espero que no piense que lo estoy siguiendo, aunque en el fondo quiera averiguar todo del tipo. Las puertas del elevador se cerraron y ambos elevamos la mano para apretar el botón.Nos vimos.Me reí nerviosa.Soy patética.—Tu primero —le hice saber.—Las damas primero, por favor—dijo, tan caballeroso.—Gracias —apreté el botón de la suite nupcial y esperé.—Que curioso —comentó—Vamos al mismo lugar.Hice una media sonrisa y no respondí porque me pareció extraño. ¿Quién más vivirá con el patético de Luke? Ya lo averiguaremos. Las puertas se a
Día del juicio que, obviamente, voy a ganar yo. Nadie en su sano juicio le daría todo este dinero y las empresas a un aparecido, a alguien que estuvo en el anonimato toda su vida y luego decida aparecer para quitarme lo que mi padrastro me dejó. No quiero estresarme por eso antes de todo me tomé mi té de tilo para poder relajarme y no alterarme. Tiendo a ser muy hiperactiva y muy loca a veces. Pero hoy, para que el juez no me vea loca, tengo que verme cuerda.—Llévame a ese juicio, Leonard —le dije a mi chofer, metiéndome en el coche.El viaje fue un poco tenso, a decir verdad estoy nerviosa. Lo peor de todo ese que Luke es tremendo guapo y a veces me hace trastabillar por ese pelo rubio cayéndole por la frente y su porte de chico malo.Ash.Lo odio desde ya.Espero no verlo nunca jamás en mi vida después de hoy.Cuando llegué a los juzgados salí sintiéndome empoderada aunque en el fondo me sentía una gatita indefensa a punto de echarse a llorar. Aparento ser fuerte por mi trabajo y p
Me bajé del coche.—¿Que están haciendo? —les pregunté a los hombres que cargaban muebles.—Mudanza, señorita, el señor Grayson dijo que trajéramos todo para acá.—¿Y en donde está el señor Grayson? —me crucé de brazos.—Adentro —respondió.Me apresuré a entrar y buscarlo, se escucharon voces en el piso de arriba así que subí las escaleras rápido y lo encontré en mi habitación revisando los cajones.—¡¿Que demonios haces?! —espeté—deja eso —le quité mi babydoll de las manos.—Esta es la habitación principal, ¿no? Será la mía.Inhala, exhala. —Esta es MÍ habitación —le dije entre dientes—Así que vete a buscar la de invitados o la del conserje pero aquí no te metes, largo ¡Shu, shu! —lo empujé fuera pero el tipo era fuerte y ni se inmutó.—Oye, tranquila, el juez dijo que tenemos que compartir todo. Mitad y mitad. Así que... ¿por qué no? Ambos dormimos aquí.Otro mini infarto estaba por darme.—¿Me quieres matar verdad? Si, a eso has venido. Yo muerte y tú te quedas con todo. ¿Estás es
—Si hago esto es por tu bien.—Que te importa si me hace daño o no, dame mis cosas y no te metas con mi cocina —le hice saber dándole mi mejor mirada de asesina serial.Pasé a un lado y subí de nuevo las escaleras solo para ver cómo quedó mi pobre habitación. La abrí y... mi cama... mi preciosa cama... no estaban. En su lugar estaba una más grande y con un edredón color azul. ¡Azul! Odio los colores tristes.Estoy hiperventilando.Necesito aire.¡Aire!¿Donde está mi edredón rosa? Además, el azul no combina con las paredes.—¿Te gustó? —escuché su voz.Me eché a llorar.—¿Que te pasa? —su voz sonó preocupada—Amanda, me preocupas.—Mi colchón... mi edredón. Al menos hubieras encontrado uno blanco o... no se, que combine con la pared pero azul... es azul es triste —sollocé.—¿sabes que? Si quieres quédate con esta habitación, yo me iré a otra.Caminé hacia la puerta sintiéndome derrotada.—Amanda, espera... tienes razón. El azul no combina, pediré que traigan el tuyo y todo arreglado, ¿e
Mordí mi labio inferior mientras echaba ojitos a la regadera. Seguía en el baño, es tiempo de salir. Me puse en pie pero rápidamente me volví a meter al agua al ver que Luke iba saliendo también. Llevaba la toalla en su cintura y se secaba la cara con otro. Apenas y me miró cuando salió. Pude respirar tranquila cuando me quedé sola. Salí de la tina y me puse la toalla al rededor de mi cuerpo. Entreabrí la puerta del baño un poco solo para ver si Luke seguía en la habitación. Genial, no estaba. Salí y busqué mi pijama, poniéndomela rápido. Luke entró. Ya tenía su pantalón de pijama puesto. Me pregunto donde se cambiaría. —Si quieres saber donde me cambié fue en la otra habitación. Mi ropa no cabía en tu closet. Gracias a Dios. Ni siquiera le respondí. —¿Me estás oyendo? —insistió. —¿Y que quieres? ¿Que te de mi closet? Estás loquito, Luke. ¿Sabes que tengo mal dormir? Me muevo mucho. Espero que tengas un sueño pregunto porque sino será un problema para ti. —sonreí maliciosa.