Cristopher abrió los ojos lentamente cuando el sonido de su alarma digital, resonó por toda su oscura habitación.Después de que apagó el sonido, se quedó observando a Jane que aún dormía totalmente desnuda en su cama.Si esto hubiese sucedido un mes atrás, simplemente hubiese pensado que se había vuelto loco, y que perfectamente estaba envuelto en una pesadilla.Cuando la veía así, sin que sus ojos se contaran con los de él, este miedo, y esta sensación volvía a golpearlo dentro de su pecho, diciéndole todo el tiempo que estaba cometiendo un error muy grande. Pero en cuanto ella posicionaba sus ojos con los de él, le hablaba y era tan dulce, a él simplemente se le olvidaba todo.¿En qué momento se había olvidado del caos en el que Jane lo había metido? Y ¿En qué momento se estaba empezando a enamorar de ella?Apretó su mandíbula recordando a Isabella y las lágrimas en sus mejillas cuando, discutiendo, le pidió que no cometiera el peor error de su vida. Pero ¿Cómo le explicaba que est
Alison se puso firme cuando la mirada de Leila era asesina, y bajando los ojos a su maleta, se dio cuenta de que, llevaba cosas como si se estuviese yendo del lugar.—Que esté muy bien… señora Ambani… disfrute mientras pueda hacerlo…Alison parpadeó varias veces, y se hizo a un lado cuando la mujer pasó con rapidez a punto de empujarla, y vio como hundió de prisa los botones del ascensor, para desaparecer cuando las puertas se cerraron.Tomó una fuerte aspiración, luego se dirigió a su oficina para tomar su teléfono, y comprobar un mensaje de texto que estaba en las notificaciones.“Los papeles están listos, señorita Ambani, los he enviado a la dirección que me pasó”Un peso menos fue quitado de sus hombros, y no esperó para hacer una llamada rápida a Paul.—¿Paul? —preguntó cuándo la llamada fue contestada.—Señorita Ambani…—Por favor, búscame en media hora, estamos a punto de finalizar la jornada…—Por supuesto, estaré esperándola afuera…Ali finalizó la llamada y tecleó un mensaje
Cuando Paul se detuvo frente a un edificio grande y lujoso en una parte ajetreada de New York, Alison miró hacia arriba, sin saber qué hacer a continuación.—Creo que lo llamaré… —dijo en susurro, pero no obtuvo una respuesta de Paul.Marcó el número de Oliver, y al segundo tono, él tomó la llamada.—¿Llegaste?—Sí, estoy abajo… te esperaré aquí…Hubo un silencio de la otra parte, pero luego lo escuchó decir.—Jane… no voy a atacarte… puedes subir.—Dijiste que ibas de salida, puedo esperar aquí abajo, además, debo ir al hospital con Cristopher… por favor, Oliver, no demoremos esto.Ella pudo escuchar como el suspiro salió de su boca, y cerró los ojos para que ese hombre no complicara más las cosas.—Bien… voy saliendo… —su mandíbula se apretó tanto que le dolió.—Gracias…Al finalizar la llamada, abrió la puerta, dejó la carpeta dentro y estiró las piernas.La tarde estaba terminando y quería aprovechar el tiempo que le quedaba con Cris y Samantha.Estaba ajustando su chaqueta porque
Cristopher tiró los papeles que estaba leyendo en la mesa, y se quitó la chaqueta para dejarla en el sofá. Se sentía sofocado, tanto que incluso había pasado en vela toda la noche, sin poder dejar de pensar, sin poder quitar ese fastidio en su pecho, y el dolor que le había causado nuevamente Jane junto a su hermano. Sus manos se hicieron en un puño mientras negó. No podía creer que aun y con todo lo que había pasado, hubiese podido confiar en una mujer como ella. Apretó su mandíbula cuando recordó verla a los ojos, y su obstinación lo golpeó más fuerte cuando, en medio de la situación, deseaba creerle. Deseaba haber podido escucharla, porque esta agonía era peor que su rabia que explotó haciéndole perder el sentido. Se dio la vuelta. No podía trabajar así, no quería hacerlo, y no lo haría. Caminó rápidamente hacia la salida con la mente perdida, solo pensando que quería ir a casa y dormir por muchos días para no pensar. Quería olvidarse de todo, incluso de que su padre tenía u
Jane se quedó sin palabras cuando Cristopher estuve frente a ella mirándola con atención.Minutos antes estaba caminado desquiciada por el apartamento queriendo matar con sus propias manos a esta mujer, a ver si su cuerpo se devolvía de repente con este acto.El hecho de ver esas fotos en los periódicos le había trastornado el alma, porque, aunque Alison estaba siendo parte de un papel, nunca iba a permitir que invadiera su vida más de lo necesario.Y se lo había advertido a esa zorra.Quizás no le había claro quedado en sus advertencias de que Cristopher solo era de ella, y ahora, este error garrafal, de que él viera el cuerpo de esta mujer en su apartamento, había sido la gota que derramó su paciencia.Definitivamente, iba a sacar a esa mujer prontamente de su vida.—Hola… Jane no está…El hombre parpadeó asintiendo.—¿Quién eres? —preguntó de forma sutil, mientras su mandíbula trataba de gesticular alguna palabra para salir de este embrollo.—Ammm… soy una conocida de Jane… ella, m
Alison se levantó de forma lenta guardando los papeles en la carpeta, mientras sus manos temblaban de la pura adrenalina. —Iré a culminar con esto… y, además, buscaré a Charlotte… Jane se la quedó mirando largamente, y antes de que Alison se girara para tomar también su maleta, ella le agarró el brazo. —¿Dónde está mi teléfono? —Ammm… lo siento… ayer me quedé en casa de Emma, y no pensé que… —¡Demonios! Eres tan despistada. ¿Podemos ir a buscarlo? Alison abrió los ojos, y negó rápido. —No tengo llaves, y Emma no está en este momento en el apartamento, además, si no llevo estos documentos pronto, puede que… —¡Está bien! ¡Vete! —cortó Jane. «Por supuesto que me iré», gritó Alison en su mente, y con un asentimiento, comenzó a caminar para salir de ese apartamento. Desde el momento en que saliera de aquí, esa mujer no tenía ninguna autoridad para con ella, y aunque temía por su propio cuerpo, Jane lo necesitaba también para hacer el cambio. Así que no iba a hacerle daño por ahora.
—No importa lo que vayas a decirme… no sé cuál es tu juego ahora… ni quien sea tu amiga… no volveré a caer en tus artimañas… —Estas fueron las primeras palabras de Cristopher. —Y yo lo sé todo… incluso lo que hicieron Oliver y tú… —Isabella intervino algo precipitada, pero Alison vio como Cristopher puso la mano encima de la de su hermana para tranquilizarla. —No habrá más chantajes aquí… Jane, Isabella lo sabe, y mis padres también lo sabrán… —intentó el hombre de nuevo. Alison quitó los ojos de la mirada enojada del magnate y luego se giró hacia Emma, que tenía el ceño fruncido como si quisiera pelear. Tomó un suspiro largo, uno que le dolió al tener todo su cuerpo en una fuerte tensión. —No tienen que pelear conmigo ahora… es mejor que ambos me escuchen, y luego podrán decir lo que quieran. Tanto Isabella como Cristopher se miraron, pero fue el hombre quien se cruzó de brazos para darle señal de que hablara. Alison comenzó a sacar la carpeta del maletín, y luego la arrimó ha
Capítulo 34 El estremecimiento recorrió la piel de Cristopher, mientras Isabella detallaba largamente a Jane… o a la mujer que estuviera dentro de ella.El magnate solo pudo hacer un silencio, mientras esos ojos le inundaban el alma completa. Aquí estaba ella, con estos papeles, liberándolo de una carga muy pesada que había cargado por años.Y por supuesto que recordaba ese momento cuando la vio por primera vez, cuando sus ojos se encontraron y cuando no se la quitó de la cabeza después de eso. También recordó los gestos de Jane en su cuerpo, pero tampoco era mentira que pensar en la historia que estaba relatando era, literalmente, una locura.Él vio como su compañera le susurró alguna cosa en el oído, y… Alison asintió rápido, para comenzar a levantarse del asiento.—Yo debo irme… Mañana es posible que regresemos a nuestras vidas de nuevo y…—¿A dónde irás? —Cristopher se levantó muy rápido para interrumpirla.—Yo… es necesario que me vaya de New York… Ustedes conocen a Jane, quizás