Había pasado un tiempo desde que salieron de la ciudad ajetreada y entraron a uno de los barrios de Brooklyn, donde Alison había escuchado vivía la gente millonaria.Pero el escucharlo se quedó corto cuando ella se quedó observando las mansiones que pasaban por el camino.En el momento en que llegaron a una especie de entrada con muchos árboles bastante cuidados y podados en el camino, Alison iba abriendo la boca totalmente embelesada, por la belleza de estructura natural que divisaba al pasar de forma lenta por el camino.Todo esto, hasta que se detuvieron en una mansión, que, con respecto a la iluminación que conservaba ahora que era de noche, se veía irreal para ella.—Yo… pensé que iríamos a cenar… —balbuceó saliendo de su ensoñación, mientras Cristopher apagó el motor frente a la gran construcción.—Sí… aún sigue en pie… ¿Qué pasa, Jane? Te noto excesivamente nerviosa… ¿No es esto lo que quieras? ¿Acaso no es tu mayor deseo que estemos juntos todo el tiempo? Que corresponda a tus
—Gracias por esta noche… —Alison le dijo a Cristopher, mientras él se desajustó el cinturón, cuando llegaron frente al edificio.—Te acompañaré… —aunque era un gesto lindo de su parte, ella negó al ver sus ojos irritados.—No es necesario, debes estar cansado, y mañana tienes trabajo…Otra sonrisa divertida apareció en el rostro del magnate mientras Ali copió el gesto.Le encantaba verlo sonreír de esta forma.—Esa es otra sorpresa, no sabía que te gustaba tanto trabajar…—Me gusta… quiero decir, a la nueva Jane —ambos soltaron otra carcajada, y luego de que invadió el silencio, Cristopher se fue hacia ella para darle un beso corto en los labios.—Hasta mañana, Jane…—Hasta mañana, Cristopher…Ali se bajó rápidamente del auto, y girando hacia atrás le dijo adiós con la mano, entre tanto vio que él se esmeró por asomar su mano también en despedida.No esperó que él arrancara o se fuera, y sin borrar la sonrisa de su boca, caminó hacia la recepción dando las buenas noches a todos los pr
Ali se quedó mirando la puerta cerrada, y luego suspiró largamente tomando la carpeta y guardándola en el maletín. Le había preocupado un poco la reacción de Cristopher, pero esperó mientras estiraba sus piernas y se cruzaba de brazos frente a la vista. Ahora que estaba aquí se preguntaba: ¿Cómo había cambiado su vida de la noche a la mañana?, y de la misma manera ¿Cómo iba a poder lidiar con su vida cuando ya no estuviera aquí? Los toques en la puerta la hicieron girar pensando que era Cristopher, pero cuando vio a una mujer con una bandeja en sus manos, le dio una sonrisa, mientras esta puso la comida encima de la mesa. —Muchas gracias… —caminó hacia ella. —En lo que necesiten, puede llamarme… Ali se sentó con evidente hambre mientras comprobó que había cruasanes, mermelada de mora, y una nuttela especial que ella había agregado al pedido. También había café negro y un mocachino porque lo prefería con chocolate. Al arrimar la silla no pudo evitar sonreír cuando recordó en su
—¿A la playa? —Ali asintió en su auto, el sábado por la tarde, cuando estaban estacionando en el hospital donde se encontraba Samantha.—Me gustaría llevarla al menos por un día… y según el tiempo, mañana será un día estupendo… Coney Island Beach… sería el mejor lugar, sé que está unos 5 kilómetros de aquí, pero, no es tan lejos…—¿Cuándo pensaste esto? —Cristopher apagó el motor y se giró un poco hacia Alison.En este día ella parecía muy fresca, con un vestido corto suelto y unas sandalias bajas que la hacían ver mucho menor de lo que era. Jamás había visto a Jane de esta forma o en esta faceta despreocupada, y aunque había quedado con Benjamín para discutir el tema que no lo dejaba vivir, simplemente no podía despegarse de ella, o pegarse a sus planes.—Bueno… Helena me ha comentado sobre algunos resultados de Sam… —su rostro alegre se había arropado por una sombra oscura, y Cristopher sabía muy bien el estado de Samantha.Así que asintió para que ella prosiguiera.—Siento que… ell
El helicóptero aterrizó en una playa privada, propiedad de Cristopher, cerca de Coney Island Beach, para que Samantha no se sintiera incómoda, porque a veces tenían que proporcionarle oxígeno, y las marcas de su piel definitivamente iba a llamar la atención de otros niños.Por eso había preferido la privacidad.Todo su equipo se ocupó de dejar sus cosas en la cabaña lujosa frente al mar, y unas mujeres se encargaron de la comida especial de la niña y de los que estarían presente durante el día de la playa.En ninguno de los sueños de Ali pudo imaginar vivir dentro de todo esto, y mirando a Samantha que estaba jugando con la arena, solo pudo sentir un embargo en su corazón, porque no eran las cosas lo que extrañaría. Cristopher pudo ver como los ojos de Jane brillaban mirando a Sam y podía jurar que dentro de toda la alegría que exteriorizaba, había algo triste en ella por alguna causa.—¿Te encuentras bien…? —tocando su codo, se sentó en la arena, mientras una sombrilla grande les da
—Has sido tú, Jane…Ali abrió muchos los ojos sin entender su respuesta, pero antes de que se precipitara a decir alguna cosa, los dedos se Cristopher vinieron a su boca.—Sé que muchas cosas nos separan; las mentiras, engaños, incluso llegué a sentir odio por ti… no he podido entender por qué te obsesionaste de repente por esta relación, y estuve confundido mucho tiempo… aborreciéndote. Tu condición, y el que jugarás con la salud de mi padre, terminó por joderlo todo, aquella parte mínima de aprecio que sentía por ti, se esfumó, e incluso que fueras a la empresa solo a vigilarme hizo que te viera como el enemigo. No quería tenerte en mi vida, ni a mi vista…Alison lo miró por mucho tiempo totalmente conmocionada, esta mujer estaba loca sin duda alguna, y esperaba que Christopher nunca se casara con ella.—Christopher… —Ella trató por todos los medios de decirle alguna cosa sin importar qué, pero él parecía decidido a continuar.—Escúchame… —Cris tomó su rostro y luego alzó su barbill
—Cris… déjame un momento con tu hermano, por favor —Cristopher abrió sus ojos entre asombrado y un poco lleno de rabia por su petición, pero Jane tomó su mano indicándole que necesitaba hacer esto.—¿Jane…? ¿Por qué? —Cristopher se veía algo decepcionado.—Te juro que después de esto, hablaremos, debo decirte algunas cosas importantes, recuerda que te lo dije ayer.Él asintió con reticencia, y dando dos pasos atrás, salió del salón sin mirar atrás.Tomando el aire, Ali se giró hacia Oliver, y luego le indicó que se sentara. —¿A qué clase de juego estás jugando, Jane? —Preguntó el hombre sin un ápice de emoción en su rostro—. Debo decirte que me dejas con la boca abierta, tu actuación de ayer, ha sido de aplaudir, incluso te veías conmovida y todo cuando no te importó acostarte conmigo en cada oportunidad que se presentó en todo este tiempo.Alison pasó un trago ante la información, pero se dijo a sí misma que debía ser paciente.—Dijiste… dijiste que me has ayudado para engatusar a C
—Señorita, Ambani…—Siéntese, por favor… —el abogado se sentó colocando su maleta encima de la mesa, y se acomodó la chaqueta para mirar fijamente a su feje.—¿En qué puedo ayudarla?—Quiero disolver un trato firmado… ¿Es necesario tener el documento anterior?El abogado juntó sus manos, y luego preguntó.—Primero me gustaría saber de qué se trata, señorita Ambani.Tomando el aire, Ali comenzó a explicar con el detalle el procedimiento, sin darle tanto énfasis al motivo de las firmas. Y cuando terminó el relato se apresuró por dejar claro un punto importante.—Esto no puede salir de aquí, señor Smith…Él negó rápidamente.—No se preocupe, tiene mi confidencialidad absoluta… ahora, sí es necesario el documento anterior, y las firmas de los tres involucrados. Le sugiero que después de que firmen, ir a legalizar el documento para hacerlo legal.Alison apretó los dientes y afirmó.—¿Puedo contar con usted?—Por supuesto, cuente con mi discreción…—Gracias, después de que tenga todo, lo ll