Narrador.
Lera estaba muy feliz con el cambio de su hijo Lucas después que él reclamó a su mate. Ya había dejado de lado la loca idea de vivir entre los humanos e incluso no quería irse de casa, puesto que no hace más que estar al lado de su mujer demostrando lo amoroso que es. E igual su padre se sintió orgulloso al saber que su hijo no rechazó a su pareja por ser humana. Por mucho tiempo al ver su temperamental tan fuerte pensó que sería alguien tan arrogante como lo fue él al principio y eso le causaba temor, pero ahora ya no le preocupa más que el nacimiento de su princesa y claro saber qué está sucediendo con su sobrina Nadia, pero tanto Lera como Amber dicen que Nadia será más feliz que cualquier ser que haya existido. Solo que no explicaban por qué o como si supieran algo diferente
Narra Alisan.—gracias por ser tan específica— le respondí a la doctora y se sorprendió por mi manera de hablarle, porque no suelo agradecer.Mi reina seguía acostada quejándose, seguido me ve acude a mis brazos, la envuelvo brindándole seguridad y Asad al sentirla así de cerca ronronea como ya es costumbre.Le agarré por el mentón para hacerla mirarme a los ojos — iré a la madriguera que está muy cerca de aquí, para traer a un doctor, mi madre estará a tu lado, mientras no estoy ella cuidará de ti hasta que yo regrese—ella abrió grandemente sus ojos y asintió.Narrador:Lid
Narra Alisan. Sus suaves y dulces labios, son adictivos para mí y no puedo dejar de besarlos. Sus paredes aprietan mi miembro viril enviando olas de placer a todo mi cuerpo, y el suyo caliente se pega al mío, mientras sus garras se clavan en mi espalda, a la vez que la penetro como tanto quiero hacerlo. Desperté sobresaltado, gotas de sudor se deslizan por mi rostro, el calor me azota, pero puedo identificar que no es de un caliente del celo si no es calor por el sueño tan subido de tono que he tenido. <<Iré a tomar una ducha>> pienso y al levantarme abro los ojos de golpe cuando siento a Mabel totalmente desnuda tumbada sobre mí, sus manos acarician mis pectorales. Unos diminutos y sexis gemidos salen de sus labios entreabiertos mientras mueve sus caderas sobre mi masculinidad. Cierro los ojos y me dejo llevar por la rica sensación que me produce sentir su
Narrador.El padre de Alisan salió de la manada y fue rumbo al inframundo; al llegar pidió una audiencia con Keren y este por saber de quién se trata lo aceptó.—Viejo amigo que rareza verte por aquí— le dio Keren la bienvenida a Arturo (padre de Alisan)—Así es Keren amigo mío, hace muchos años que no venía al inframundo, he sido muy mal amigo— le respondió él correspondiendo al abrazo.—Creo que puedo intuir el porqué de tu visita— sonrió Keren mientras le decía esas palabras.—No lo dudo, por eso eres el rey demonio—bromeó Arturo, sonriendo junto a Keren.
Lidia empezó a llorar—que dices Nadia, yo… yo nunca podría estar con tu pareja—las pocas palabras que salían de sus labios eran forzadas porque aún sus heridas están totalmente abiertas y el dolor no la dejaba hablar con fluidez.—¿sí? ¿Estás segura? —le preguntó y empezó a reír con sarcasmo—y con Maikel que hiciste—le respondió antes de marcharse apretando los puños para no estamparlos en la cara de Lidia. Hecha una furia salió del palacio, tratando de respirar aire fresco.Narra Alisan.Me molesta que Nadia aún desconfíe de mi amor a pesar de que le he confesado que la amo y no sé cómo decirle para que me entienda que nunca he estado c
—hoy te mataré y me llevaré a tu juguete porque mi amo si sabría valorarla— sus palabras esconden algo— y muy bien— agregó de nuevo con insinuación antes de que Asad la atacará abalanzándose sobre ella, y la demonia astuta se materializó dejando a mi león desorientado y no lo vi venir, pero estábamos siendo rodeados por muchos demonios quienes lo atacaron con unas dagas largas de puntas filosas azules luminosas que parecen ser hechas de una luz cegadora. Todos lo atacaron al mismo tiempo y aunque el mando a muchos a volar por los aires y a otros los despedazaba cada vez que algunos clavaban esas armas en su cuerpo se debilitaba y sus heridas no sanaban. El dolor punzante de mi pecho se hizo grande y sentí deseos de hacer arder todo, un grito desgarrador salió de mis labios cuando vi que nuevamente fue herido y como si mis deseos de que ardiera
En el inframundo; el padre de Alisan fue atacado por los demonios quienes le impidieron salir de allí deteniéndolo y por más que quiso defenderse lo inmovilizaron tras herirlo en los costados con unas armas especiales que sirven para debilitar a los Leones y lobos.Keren, quedó de ir luego a visitar a su nieta, por tal razón no pudo detener a los demonios, ya que la emboscada fue muy lejos de su territorio.—Mi hijo te dará una muerte lenta y dolorosa—le gritó él a Omer cuando lo vio llegar al calabozo.—Tu hijo es un idiota que mataré luego que le quite a mi coneja— el demonio aún no conoce a Nadia y ya siente que le pertenece. No es que sienta amor o le guste, está fascinado por lo poco que sabe del poder que le han comentado que posee Nadia y para él eso es suficientemente atractivo para hacerlo sentir maravillado.—Tú y cuantos demo
Narra Nadia. Sus besos tortuosos después de unos cuantos minutos recorrían mi abdomen y volvían a subir a mis pechos, pero sin chupar mis pezones, era un juego desesperante que me estaba llevando al límite de la locura. Volvió nuevamente y bajó un poco más besando mi pelvis y los lados internos de mis muslos. Dejando que su aliento sumamente caliente me acariciara esa zona que moría por ser atendida por mi rey, sin embargo, soltó mis piernas y nuevamente subió a mis pechos en donde ahora rodeo toda la areola con su habilidosa lengua creando millones de espasmos en mi parte baja sin haberme tomado o tocado allí. Mi sensibilidad a sus toques y juego lo hacen gruñir, porque no paro de escucharlo y el sonido de sus rugidos en vez de molestarme me prende más; tiró de uno de mis pezones deslizándolo entre sus dientes, pero sin causarme daño alguno. Esperaba más cuando giró mi cuerpo poniéndolo boca abajo con un estilo dominante— lo siento muñeca, pero no puedo detenerme má
Narra alisan.—Déjalo pasar— le pedí a Egan cuando al fin estaba dentro de mi estudio. Es el abuelo de mi reina, pero igual me intriga su visita. Egan asintió saliendo con rapidez. Mi amigo se había vuelto más distante y no le culpo, yo no he sido el amigo que debía ser, no obstante, no me arrepiento porque cuando se trata de Nadia puedo alejarme del mundo de ser necesario y él también debió de comprender que el día que me acoplé a mi coneja desde ese instante el destino la puso dentro de mi mundo, aunque me negara estaba destinado a que ella estuviera a mi lado y yo al suyo.—Que trae por estos lares al rey del inframundo— le pregunté directo, nunca me ando con rodeos y más cuando se trata de seres tan fuertes como él.<