Narra Lars.
Las cosas para mí habían resultado mejor de lo esperado, pues resulta que la pequeña princesa es bastante impulsiva, y le está dando serios dolores de cabeza al león que dice ser rey y está siendo burlado por su propia mocosa que se esconde bajos sus narices y ni siquiera lo ha notado porque según tengo entendido ha enviado por ella incluso a Rusia.
*Que tonto es* se burla Maj mi pantera.
*Así es Maj, bastante, ya verás como pronto lo veremos llorar lágrimas de sangre al rey de la selva, * escuché la risa de mi querido amigo y compañero que siempre ha estado fiel a mí en todas mis decisiones.
*Será grato verlo maullar como gatito adolorido* siguió burlándose y yo me un&i
Narra Maia.En cuanto lo vi sentí como si lo conociera de algún lugar; pero era imposible, de donde lo podría conocer, él es humano y no suelo compenetrar mucho con ellos, sin embargo, algo dentro de mí me deja saber que esté, es diferente, incluso su tamaño lo es, es muy grande, su cuerpo está lleno de músculo que por alguna y rara razón parece que no es trabajado, es como si naturalmente ese fuera el molde de su anatomía.Traté de oler para ver si percibía algún aroma, en especial porque me sentí atraída por él: ese hombre es sumamente hermoso, tanto como lo es su arrogancia y presunción.*No es nuestro mate, creo que debemos irnos, * me dijo mi bestia coneja y al igual que ella pensó lo mismo, pero no me
Narra Lars.Le di indicaciones a Camilo para que tratara a la princesita engreída como se merece y él, encantado, aceptó, es incómodo tener que ocultar nuestros poderes por el simple hecho que esa híbrida está cerca y me enfada saber que me limito a tanto por ella.Debíamos comportarnos como humanos comunes para que ella no se diera cuenta de lo que somos y no se lo comunicara a su padre; no puedo correr ese riesgo hasta que encuentre la manera de anularle los poderes porque antes de matarla me daré el placer de mortificar al león, jugando con su amor de padre.Me quedé esperando a que Fer regresé y de paso empecé a revisar varias carpetas con unas fotos de varias joyas muy costosas que me vendrían bien si quiero seguir aumentando mi fortuna. Trata
Narrador.Lars vio las miradas de sus hombres como sin decirse una sola palabra ni siquiera por medio de la conexión mental, se dejaban claro que debían matar a Maia.— No deben lastimarla, simplemente le darán un susto, solo yo puedo asesinarla, — todos se miraron entre sí y él volvió a decir con voz autoritaria, — ¿Entendido?, — ellos asintieron de acuerdo, sabían que no debían provocar a Lars porque él lo mataría sin temblarle el pulso si tan solo hicieran lo contrario.Ellos fueron en busca de Maia encontrándola en el baño riendo de cada palabra que decía Ana en medio de su ebriedad.—Ese humano tonto no sabe que eres intensa, así que le costará muc
Narrador.Maia estaba atenta queriendo escuchar algo fuera de la habitación, pero no lo lograba percibiendo un silbido bastante molesto que zumbaba en sus oídos y le hacían doler los tímpanos.— Pero ¿qué rayos?, tiene esto — preguntó hablando sola, ya que Ana seguía dormida.Estaba muy inquieta, no le gusto saber que ese hombre que estaba al lado de Lars es un sobrenatural, que por alguna razón ilógica desconoce; sin embargo, no es que le preocupe Lars, sino lo que esté pretende al estar cerca de ellas, más porque fueron emboscadas por unos hombres iguales a él y en ningún momento los defendió, cuando mágicamente Lars siendo un humano pudo hacerle frente. Narrador.Alisan sintió la esencia de Maia y envió a varios guerreros por ella, pero estos no encontraron más que su aroma en ese bar, y nuevamente con los ánimos por el suelo regresaron a la manada, ya estaban cansados de lo mismo, cada vez que tenían una nueva pista de la pequeña princesa cuando llegaban no era nada; sin embargo, Egan estaba pensativo y no dijo nada hasta que llegó junto a su rey.—Esa pequeña, hará que me salgan canas verdes— dijo Nadia en cuanto vio a los guerreros llegar sin Maia.Trató de comunicarse con ella mediante la conexión que poseen y nada, incluso, sintió extrañez porque no la sentía, como los días anteriores que de una manera inexplicable podía sentir a sus bestias, aunque Maia no leENGAÑADO.
Narra Maia.Debía mantenerme alejada del humano que quería su pago y junto a Ana decidimos mantenernos dentro de la habitación con tal de no verlo, rogando a la madre naturaleza a que él se le olvide dicho pago.«No estoy dispuesta a darle ningún pago» pensé mirando por la única ventana que tiene este aposento.—Maia, estoy cansada de esto, volvamos a casa, por más que lo evites tendrás que acostarte con él, ya quiere su pago, viste lo furioso que se puso—, me aconseja Ana, cómo siempre asustada.—¿Sabes lo que nos espera a ambas si regresamos a casa?, — ella movió la cabeza afirmando, — estaremos encerradas, no se sabe por cuánto tiempo, tal vez n
Narra Maia.¡Qué humillación!El Lors, esté, se quedó tieso como un rígido y muy feo palo, mientras yo mordisqueaba sus labios como lo he hecho con Paul, quien siempre me responde al beso, este, en cambio, me miraba, sin hacer o decir nada, así que ofendida. Me aleje de él como si tuviera veneno en los labios y evite mirarlo a los ojos, odiaba ver qué se mostrará divertido.—Eso fue genial—, me permití verlo, asentía con aprobación, pero por una extraña y tonta razón podía leer en su rostro que decía «qué diablos fue eso», mientras se tocaba la boca, — vas aprendiendo, para todo hay una primera vez y para ser inexperta me mordiste, eso es un avance—, y juro que lo matar&eac
Narrador.Mientras tanto, Ana cómo así le dijo a Maia, estaba en la piscina disfrutando mucho de nadar sola, tenía tiempo sin saber lo que era estar dentro del agua.De un momento a otro sintió tristeza tras recordar a su madre, y pensó que hizo mal al salir a escondidas de su casa. «De seguro ella debe echarme de menos» pensó mientras estaba sentada con los pies dentro del agua.Vio cómo varios hombres que le parecieron ser empleados de Lars por sus maneras de vestir, pasaron por su lado, y se sintió desnuda ante ellos, no había visto a nadie allí, por esa razón se quitó la blusa, pero ahora esos dos hombres la miraban con interés.—Hola, guapa. ¿Ya te quedaste sin compañ