Cuando entraron, las miradas se pusieron sobre ellos, en especial sobre la joven dama que caminaba del brazo de Emmett, era tan hermosa, como un bello elfo, piel tan clara como la porcelana, ojos azules profundos, cabello rubio y unos hermosos labios tan rojos como el carmesí, inmediatamente robaba miradas y corazones de muchos de los hombres que se encontraban en la fiesta, como él había anticipado deseaba esconder a su preciosa esposa y no mostrarla nunca al mundo, sin embargo quería que ella estuviera feliz y mantenerla en una jaula de oro haría imposible eso

La figura de que poseía Keira hacia que muchas mujeres le tuvieran envidia, ella era 100 por ciento natural a diferencia de muchas jóvenes que recurrían al bisturí para lucir más presentables, ella era tan perfecta de los pies a la cabeza que parecía una diosa en medio de muchas almas mortales, nadie podía negar el hecho que no había belleza que se le comparece a excepción del hombre que sostenia su brazo y la llevaba