Álvaro se estacionó afuera del departamento de Valeria. “Gracias por traerme, nos veremos después”. Ella alcanzo la perilla de la puerta, pero Álvaro la detuvo. “Podemos volver a vernos”.
Valeria lo observo. “Claro, llámame y saldremos algún lado”. Le dijo, recordando que fueron las mismas palabras que le dijo a Benjamín, pero él nunca la llamó.
Alba y Damián salieron al aeropuerto dos días después, su luna de miel seria en Paris, disfrutarían del hermoso lugar durante dos semanas.
Valeria se quedó a cargo de la fábrica y Álvaro de la empresa. Esas semanas Álvaro salió con Valeria un par de veces, un día disfrutaban de una deliciosa cena en un lujoso restaurante, la conversación era entretenida de vez en cuando ella reía de las ocurrencias de Álvaro.
Ahí mismo Benjamín también comía con una mujer, pero la conversación era aburrida, ella hablaba de marcas de lujo y del dinero que tenían ciertas familias, estaba cansándose de ella.
Miro de reojo
Pasaron dos semanas y la casa todavía no estaba lista, Brenda visitaba a diario a su madrina y tenía encuentros con Alba, pero su suegra siempre defendía a su ahijada , Alba quedaba mal en las situaciones y Brenda disfrutaba de esto, Damián regreso del trabajo temprano, quería cenar con su esposa y su familia, después del viaje el trabajo se acumuló y no tenía mucho tiempo para estar con Alba, entro a la casa, vio a Brenda y su madre muy sonrientes en la sala, las saludo subiendo a su habitación. Al entrar estaba todo obscuro en la cama Alba recostada dormida, él se recostó en la cama abrazando a Alba por la cintura, ella solo estaba medio dormida abrió sus ojos y le sonrió. “Llegas temprano”. Damián la beso. “Si, quería cenar con mi esposa y la familia, lo siento he tenido muchos pendientes”. Ella asintió besándolo. Damián acomodo su cabello para observar más su rostro. “Vamos a bañarnos para bajar a cenar”. Damián se levantó y la cargo para llevarla
La acomodaron en una de las sillas y la sirvienta llamó al médico. Damián estaba asustado, su madre siempre fue muy sana. “¿Qué pasa mamá?, ¿Que molestias tienes?”. Margarita fingió el dolor. “Me duele el pecho”. Minutos después el medico revisaba a la señora en su habitación. Ella estaba nerviosa y muy agitada, no quería que supieran que estaba fingiendo. Don José y Damián la miraban en silencio angustiados, ella realmente se sentía mal por mentirles, pero era la única forma de que Damián se quedara. El doctor giro para mirar a los dos hombres. “La señora ha estado muy agitada eso afectara su corazón en determinado tiempo, traten de que este tranquila y en un ambiente cómodo, les pediré que la lleven al hospital a un chequeo completo”. Ellos atentos escucharon y aceptaron, el señor José acompaño al médico a la salida y Damián se quedó con ella. “¿Qué pasa mamá porque estas nerviosa y ansiosa?”. Ella miro la puerta para que su esposo no escuch
Al entrar el señor José, Margarita bajo. “¿Qué paso?, ¿A dónde fue?”. El señor José la miro muy molesto en silencio y giro para ver a Brenda, él tampoco estaba contento con que estuviera quedándose en la mansión. Observo a su esposa. “Ya estas feliz… espero que no te arrepientas de todo lo que haces…” Subió las escaleras sin decirles nada más, casi al lLegar se giró para ver a Brenda y decirle. “Tu madrina ya está mejor, no necesitas quedarte más, tu madre también necesita que la cuides”. ellas lo miraron y se miraron entre si confundidas. Brenda apretó sus puños, pero contesto amablemente. “Si padrino, gracias por dejarme quedar estos días, solo quiero lo mejor para mi madrina”. Alba llego a su propia mansión, estaba lista desde muchos meses antes, ya tenía los muebles y la limpiaban una vez a la semana, entro con una de sus maletas, encendió las luces mirando todo a su alrededor, empezó a quitar las mantas que cubrían los muebles de la gran
Alba acaricio su hombro. Diana estaba escuchando, no entendía mucho este tipo de relaciones. Valeria suspiro. “He pensado alejarme de Álvaro… terminar lo que sea que tenemos”. Alba la miro detenidamente. “Pasado mañana llevare a mi padre con unos familiares a Veracruz, ¿Quieres acompañarme?” Valeria asintió. “Si necesito tiempo para pensar”. Alba miro a Diana. “Y tu... ¿Quieres acompañarnos?” Diana se negó. "No, me quedare en la fábrica, Mario me llevara con sus padres”. Las chicas subieron a la habitación a dormir, Valeria ya estaba decidida después de hablarlo con sus amigas, al día siguiente ella cito a Álvaro en un restaurante. Ella estaba sentada observando a la gente pasar por las calles, Álvaro abrió la puerta y la vio, camino hacia ella y beso su frente. “Hola, es muy temprano, ¿Cómo esta Alba?”. Valeria lo observo mientras se acomodaba en el asiento. “Ella está bien... Álvaro debemos hablar…” Álva
Después de dejar a su padre, Alba y Valeria se quedaron un rato en la playa, Valeria le contó lo que paso con Álvaro y con Benjamín, alba la escuchaba atentamente mientras ambas miraban las olas y disfrutaban de la brisa del mar. “Entonces… ¿Ahora que vas hacer?”. Le preguntó Alba. Valeria respiro profundo y se dejó caer en la arena boca arriba poniendo sus brazos en la nuca. “Quiero estar sola por un tiempo… No más hombres…” Después de un rato Valeria volvió a sentarse, miraban juntas las olas del mar, Valeria sonrió y le comentó a Alba. “Sabes... aquí en el mar me siento libre… Alba solo asintió y disfrutaron un rato más del paisaje y la brisa del mar. ........ Dos días después Damián regreso, Héctor su asistente estaba muy ocupado en la empresa así que Álvaro lo recogió en el aeropuerto. “Entonces… ¿A dónde vamos?”. Preguntó Álvaro después de estar hablando de negocios todo el camino.
Una tarde llego a su casa, su madre Martina tenía días sin saber de ella. “¿Dónde estabas Brenda?, te he llamado muchas veces y no me contestas”. “Martina no molestes tengo asuntos que resolver”. Martina se acercó a ella y vio su cuello lleno de marcas. “¿Con quién estabas? Tiene que responder por ti”. Brenda se carcajeo. “Hay Martina eres tan patética, las cosas hoy en día son diferentes, además debo disfrutar de mi vida hasta que me case con Damián”. Martina le agarro la mano. “Sigues con esa idea, ese hombre ya está casado hace años y se ve que es feliz con su esposa”. Brenda se soltó de su agarre agresivamente y Martina cayó al piso. “No me importa, Damián va a ser mío o de nadie más entendiste”. Martina la miraba mientras se levantaba. “Esa obsesión tuya te a va llevar a la ruina, debes olvidarlo”. Brenda la tomó de los hombros y empezó a gritarle. “¡Nunca!, nunca dejare de amarlo, soy la única que merece ser su esposa, so
Margarita bufo. “Eso no se planea solo se hace y se encarga un bebe que tan difícil puede ser”. Álvaro frunció las cienes. “Mamá no digas esas cosas donde están tus modales”. Margarita lo reprendió. “Tu mejor ni digas nada que te he presentado tantas mujeres y no escoges a ninguna, ya deberías sentar cabeza y casarte”. Álvaro sonrió recordando a una chica en particular. “Pronto tendrás noticias mamá, me casare pronto”. Margarita no le creyó nada, Brenda por su parte apretaba tanto el tenedor, estaba furiosa por las palabras de su madrina. Había perdido mucho la confianza de Margarita con sus arranques de locura y mal comportamiento. Investigo sobre su padre y encontró que era esquizofrénico, estaba internado en un hospital psiquiátrico acusado del delito de violación e intento de homicidio. Ella tenía que hacer mucho esfuerzo para soportar a Margarita y tenerla bajo control, pero ya en ocasiones no funcionaba. Damián miro a su
Rafael regreso a su oficina, su asistente Carlos estaba revisando unos papeles, cuando vio a su jefe entrar, Rafael se dejó caer en el asiento pesadamente cubriéndose la cara. Carlos lo miraba extrañado su jefe siempre fue serio y sin emociones. Solo unas cuantas veces mostraba sus sentimientos y eso lo hacía solo o con el presente, más que su asistente eran amigos de la infancia, Carlos siempre lo siguió, sabía que Rafael era muy inteligente tenía un IQ muy elevado, termino la preparatoria en solo dos meses y empezó en la facultad de medicina desde muy joven. Carlos se esmeró en terminar la carrera de administración para poder trabajar con él. Carlos lo miraba. “¿Qué paso?”. Rafael se acomodó en su escritorio. “Conocí a la mujer más hermosa del mundo, ella es inteligente y trabajadora, es perfecta… solo tiene un defecto…” Carlos lo miraba esperando que Rafael le dijera. “Ella está casada…” Carlos levantó una ceja. “Me dices que fue amor a pri