POV: Caín
Recosté a la castaña en la cama mientras corría a llenar la tina con agua caliente. Necesitaba quitarle el frío, pero era algo que mi cuerpo no podía hacer.
Me acerqué ha ella para cargarla, y aún entre temblores intentó hablar.
—Sabia que me... me salvarías—musitó entre el castañear de sus dientes. Sonreí cargandola hacía la bañera.
—Yo siempre te salvaré pequeña.
Sumergí el cuerpo de Luciana en el agua caliente. Un sonido de satisfacción salió de sus labios al momento que sintió el calor.
—Tengo que...
Señalé su vestido y está asintió muy apenas, se estaba quedando dormida aunque yo diría inconsciente por todo lo que h
Christopher: Observarla mientras dormía me daba una sensación de paz, aunque en estos momentos otras personas intenten arrebatarme eso, y no solo a mí, también a toda nuestra gente. Nadie lastimara a los que amo. Convoqué una junta con los ancianos, con el consejo he incluso estuvo presente todo el clan de Caín y mío. Se han enviado oficios a todos los Alphas del mundo. A más tardar dentro de un par de días tendremos el castillo lleno de los Licántropos más poderosos, el Alpha Ikender de Alemania en uno de mis amigos de batalla desde hace siglos. Confío siegamente en él. —Christopher— levanto la cabeza encontrándome con Hansel del otro lado de la puerta, me hace una seña para que abandone la habitación. Un suspiro cansado sale de mis labios. —¿Qué sucede?—pregunto saliendo de la habitación. —Hay algo que debes saber y, creo que
POV: Luciana.Decir que mi vida había cambiado en los últimos par de meses era poco a pensar. Porque realmente había cambiado. Se había transformado completamente.La mansión de Caín era un verdadero desorden, había vampiros en cada esquina, y por si fuera poco el tonto renacuajo con aires de murciélago me encerró en "nuestra" habitación, esto porque uno de sus hombres intentó clavarme el diente.—Pensé que este viaje sería más divertido—. No he hecho otra cosa más que estar dándole vueltas a este lugar. Creo que Andrea y yo llegamos en un mal momento.Un suspiro cansado sale de mis labios al leer otro mensaje de mi madre preguntando cómo van las vacaciones. ¿Como le diré que no pienso regresar tan rápido como debería? Son exa
—¿Andrea estás bien?— Alan me miraba con curiosidad. No obstante yo aún no podía digerir lo que acababa de decirme. ¿Jonathan su mate?. Esto estaba mal, esto debía ser un error. No lo podía creer.—Cielo ¿en donde estás?— escuché la voz de Christopher, pero aún seguía inversa en mi mente. Una parte de mi era incapaz de articular palabra.Frente a mí se colocó él, viéndome de la misma forma curiosa y a la ves preocupada de su hermano.Vamos Andrea habla.—Cielo, ¿estás bien?Sentí que mi estómago se revolvía con fuerza, quería vomitar necesitaba hacerlo. Me puse de pie rápidamente corriendo hacía una esquina, me arrodillé en el suelo devolviendo el desayuno. Sent&ia
El otoño suele llevarse lo que alguna vez fue hermoso, lo que alguna vez estuvo lleno de frescura y vida. Es como una marea invisible que con su paso hace descansar.Cada ser vivo, tiene una escencia, un complemento oscuro y lejano que lo hace especial. Adverso...Solía observar a las personas caminar por las calles, ir en sus autos, cuidar de sus hijos en un parque, verlos jugar. Solía notar todos aquellos detalles que pocos, lograban ver.Hay una historia detrás de cada persona, y dentro de ella un millar de capítulos, capítulos enteros, sin terminar, o sin un certero significado.Había perdido la cuenta del tiempo que llevaba escribiendo, soñando, deseando.Desperté en una habitación pequeña, sobre un colchón nuevo. A mi lado solamente contaba con una
La desesperación es un sentimiento profundo, una sensación asfixiante llena de sufrimiento. Es como ver cientos y cientos de caminos, tener a la persona que amas al final de uno de ellos y no saber cuál elegir.Me había preparado, lo había hecho con rabia, coraje he ira. Maquiel podía tener a Andrea a su disposición, pero no ganaría está guerra. Yo tenía algo que él no.—Realmente debes estar desesperado para pedirme ayuda... Christopher.Apreté mis manos en puño y miré con enojo a la mujer que se encontraba sentada sobre una roca en medio del bosque.—Si me ayudas te daré tu libertad—aseguré, temiendo incluso de mis propias desiciones.Maán era una espíritu que solamente deambulaba en lo más oscuro del bo
—¿Estás seguro que debemos confiaren ella?— Era la quinta ocasión que Hansel me hacía esa pregunta, aveces las hadas pueden ser un gato irritantes. Asentí con la cabeza, la idea de que haya liberado a Maán para ayudarnos no era bien vista por la mayoría.—Christopher, ¿estás consciente de que vamos a luchar con un puñado de Híbridos, igual o más poderosos que tú?—Lo sé Hansel, pero ninguna de esas creaturas está tan furioso como yo—espeté. Salí de mi despacho, ya era momento de avanzar.***Suspiré y me recargue en el escritorio, ese lobo solía tener un temperamento fuerte, Andrea no estaba bien podía sentirlo.—Hermana—levanté la cabeza al escuchar a Gisell. El hada de c
—Alpha estamos entrando al territorio enemigo.—Continuemos —ordené. Cada licántropo, vampiro y ser sobrenatural que estuviese de nuestro lado se encontraba aquí.Estaba atardeciendo, y el viento frío atraía la última nevada de invierno. Sentía la angustia de mi Luna, y lo único que deseaba era tenerla conmigo sin importar a cuántos debería mandar al exilio.Nos detuvimos frente al territorio de Drelcot, varios híbridos nos observaban, sin saber el As que tenía bajo la manga.—Que esta noche la Diosa luna nos de la fuerza que todos necesitan, para vencer a quienes nos han retado—y entonces, la batalla comenzó.El clan Red Moon estaba a mi lado, liderado por Caín Borgery, el vampiro que durante este poco tiempo se había ganado m
Sentía que todo esto no era real y sin embargo, era ingenua al pensar en ello.—Yo no tengo ningún poder Lía, soy, una humana—solté. Las palabras habían calado en mi garganta obligándome a bajar la cabeza.—Te equívocas—dijeron ambos. Los miré con vergüenza al no poder hacer nada para ayudarlos.—Eres más que una humana, eres nuestra Luna, eres la mujer más importante de nuestra especie, simplemente tú—. Simplemente yo...Christopher:—Eres un traidor, un hombre despreciable, no mereces nada de lo que has conseguido. Porque lo has echo a base de muerte—gruñí internamente.—Sí tienes razón, y no tengo ni una pizca de resentimiento—apret&e