A la mañana siguiente Alexander dejó a Sam dormido en la cama, estaba muy relajado después de todo lo que ocurrió en los últimos días. Ni si quiera todo lo que hizo anoche con su omega le agotó, más bien le renovó. Hacía meses que no estaba dentro de su omega, cosa que le pareció eterno. Y después de mucho tiempo pudieron unirse. Luego de levantarse de la cama le cubrió a Sam con la sábana y fue al baño a darse una ducha. Después de bañarse y vestirse le dió un beso de despedida a Sam en la frente, y se fue a hablar con sus guardias. Gracias a Sebastián no había gente de más curioseando por la resurrección del Rey, sólo estaban Michael que se quedó por órdenes de Eva, y Zhi que se quedó por órdenes de Sebastián, por si Alexander se sentía mal y tuviera que hacerle un chequeo, también por el embarazo de Sam. Todavía eran las ocho de la mañana pero ellos ya estaban despiertos, Zhi y Michael estaban en el comedor tomando el desayuno. Cuando vieron llegar a Alexander entrar en el co
Alexander se levantó de golpe con la cara perpleja.—Sam, qué tiene que ver él con esto?Merlín movió su cabeza negando.—No lo sé, al menos aún no. Pero le vi en mis sueños, y sabes que nunca me equivoco.Uno de los ancianos fulminó a Merlín, luego desvió su mirada.—Pensé que si venía a hablar con ustedes me daríais respuestas, pero sólo me habéis dado más dudas.Alexander les dió la espalda después de decir eso, se arregló la chaqueta que tenía puesta y les dijo.—Por lo visto no me quedará más remedio que hablar con el viejo.Cuando él se dió la vuelta para retirarse, Merlín le detuvo gritando.—Espera su Majestad.Alexander se dió la vuelta mirándole, se sentía muy irritado y eso se podía ver reflejado en su sombrío rostro.—Le pido que controle sus emociones por su bien, si habla con Mimir en ese estado no conseguirá las respuestas que quiere.Alexander apretó sus puños con los ojos cerrados, luego suspiró calmando su ira, para finalmente dar la vuelta viendo a los ancianos.Abri
Cuando él se retiró los sirvientes levantaron la cabeza, y se pusieron a murmurar entre sí como buenas chismosas que eran.—Los rumores eran ciertos, es realmente bello.—Verdad? Qué me dices de sus ojos son iguales a los de-—Ejem.El mayordomo las interrumpió con su tos.—No están aquí para meterse en la vida privada de sus majestades, sino para trabajar.Fulminó a la que habló de los ojos de Sam y la dijo con una mirada siniestra.—Sabes que está prohibido hablar de ese sujeto, menos delante de la reina, o es que además de ser una chismosa eres también una descerebrada?La sirvienta se encogió de hombros con la cabeza agachada.—Lo siento.El mayordomo parpadeó, luego desvió su mirada.—Espero que no se repita, así que pónganse a trabajar.Las sirvientas obedecieron las órdenes del mayordomo y se pusieron a preparar algo de comer para sus reyes.Al llegar Alexander en la habitación con su luna le dejó encima de la cama, y él se sentó a su lado, ambos se acurrucaron.Él puso sus mano
Pese a que Alexander estaba besando a su omega, era imposible para Sam aguantarse las ganas de gemir. Su alfa le agarró el trasero, masajeándolo y apretándolo. Su miembro se estaba endureciendo, lo rozó con el de su omega. Le quitó la enorme camisa que tenía puesta, luego admiró su hermoso cuerpo. Sam intentó taparse escondiéndose bajo las sábanas, pero su alfa le detuvo apartándolas. —No escondas tu hermoso cuerpo. Las mejillas de Sam se pusieron como un tomate. —Pero estoy gordo y feo. Desde que el vientre de Sam se volvió grande, ya no se sentía hermoso. Si ya de por sí su baja altura, su pálido y delgado cuerpo no le daba confianza en sí mismo, ahora menos. —No digas tonterías, eres la persona más hermosa del mundo. Alexander le besó en la frente sonriéndole. Le volvió a besar, esta vez en la boca. Abrió sus delgadas piernas y le introdujo dos de sus dedos. Cuando Sam se sintió invadido por los dedos de su alfa agarró con fuerza las sábanas con los ojos cerrados, comenzó
El fuerte grito llegó al lugar donde estaban Alexander y compañía, cuando lo oyeron fueron corriendo por donde provenía. Más tarde llegaron a la habitación, Sam estaba en el suelo gritando y llorando sin parar, estaba sujetando su cabeza como si le doliera. Alexander corrió a abrazarle y le susurró. —Ya todo está bien... Ya no llores. La voz de Alexander no conseguía llegar a Sam, no pensaba con claridad. Lo único que veía era el cuerpo inerte de su alfa. Alexander miró a Zhi para que le administrara algún medicamento, o algo que le tranquilizara. Michael estaba muy preocupado, había prometido a Eva cuidar de su hijo pero ahora estaba sufriendo. Se puso en frente de él para hacerle reaccionar. —Sam, Sam, me oyes? Él siguió llamándole durante un tiempo hasta que él dejó de gritar, cuando Michael se dió cuenta se sintió aliviado. Él al igual que Zhi y Alexander, pensaban que Sam había reaccionado pero estaban equivocados, él ya no les veía a ellos sino a los que asesinaron a Al
Rubí finalizó el silencio con esa pregunta, el tono que empleó fue de mofa. Se aguantaba las ganas de morirse a carcajadas, fingía preocupación mientras que por dentro estaba muy feliz. Esta era la mejor noticia que la pudieron haber dado, loco Sam, sería desterrado y le arrebatarían a sus cachorros, y ella se quedaría con Alexander, sus cachorros y la corona. Un final perfecto para ella. Sam movió la cabeza apartándose del abrazo de su alfa, tenía el rostro pálido. —Qué está diciendo esa mujer? Eva ya no pudo más, tomó el brazo de Rubí con fuerza y la sacó a la fuerza de la habitación, y después cerró la puerta con fuerza. Bum. Alexander besó en la frente a Sam, le acarició la mejilla mientras le sonreía. —No escuches lo que dice. Sam se volvió a acurrucar en los brazos de su alfa, todavía estaba muy aturdido y se sentía agotado. Después de sacar a Rubí arrastras de la habitación la soltó, tenía el rostro ensombrecido del coraje. —No aprendes verdad? Rubí chasqueó los di
Ella frunció el ceño, ignorando por completo a Sebastián. Eva prosiguió con lo que tenía en mente al ver que los guardias que había llamado habían llegado. —Saquen a la señorita Rojo, y queda estrictamente prohibido que acceda al palacio mientras mi hijo viva aquí. Ha quedado claro? Los guardias asintieron, pese a que Rubí venía de una buena familia, le tenían muchísimo miedo. Sólo un necio provocaría la ira de Eva. Ellos se acercaron a Rubí, y la agarraron a la fuerza. —Suéltenme...no se atrevan a tocarme o se lo diré a mi padre. Ella forcejeaba con los guardias para que la soltaran, les pateaba y gritaba como loca. Los gritos de Rubí disminuyeron a medida que se alejaban, hasta que dejaron de oírla. Alfred dejó a Eva y a Sebastián a solas y fue a la cocina para que le trajeran la comida a Sam. —Qué te hizo Rubí?. Sólo con recordar las palabras de Rubí el rostro de Eva oscurecía, y sus ojos se volvían rojos de ira. Desvió su mirada con una cara de enojo que no era capaz de
A Alexander le preocupaba la cara pálida que tenía su hermano.Sebastián se acercó a él, puso una silla cerca de la cama y se sentó en ella.—Debo pedirte, implorar que te controles. Yo no te crié para que le hicieras todas esas barbaridades que me dijeron que le hiciste a tu omega, siempre quise que fueras una persona de bien y que no te dejaras controlar por tus impulsos.Ya bastante se había aguantado Sebastián.Desde que supo lo que ocurrió quiso echarle un sermón a Alexander, pero después de todo lo ocurrido no tuvo tiempo para tocar el tema.Alexander agachó la cabeza apenado por el sermón que le estaba echando su hermano.—Desde pequeño Merlín estuvo cuidando de tí, preparándote para que no fueras como los demás Licaón. Pero al final hiciste lo que tanto te dije que nunca hicieras.—Lo siento, yo nunca quise hacerle daño.Esa disculpa no fue suficiente para Sebastián, seguía muy molesto con él.—Y crees que con una disculpa se soluciona todo?Alexander negó con la cabeza, ni si