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CELEBRANDO EL CONTRATO GANADO

En cambio, Hadrien Collins tenía una familia distante, pero hermosa, sus padres no lo criticaban o lo molestaban, trabajaba en su empresa, su padre de vez en cuando lo visitaba más, era muy respetuoso, Joseph tenía su empresa, pero no hacía nada por estar averiguando, respetaba la privacidad de su hijo.

Hadrien miro la hora, ya eran las 12 del mediodía

—Marttinetti, le invito a almorzar a Ginno’s

—Acepto la invitación, ¡si llevamos a su hermosura! —dijo mirando risueño a Laurita

—¿A Laurita?, claro que sí, no la dejo así, ¡retumbe un terremoto!, jajaja

—Señor Collins, ¡qué cosas dice!, jajaja—dijo Laurita feliz

Ya no soy, ¿su jefe guapetón?

—Siempre será «mi jefe guapetón», jajajaja—dijo ella remordiendo con los dedos las mejillas de su jefe

Salieron riéndose los tres, todos querían mucho a Laurita, siempre ayudaba a todos en lo que podía, se había ganado el cariño de todos y se sentían contentos de verla irse con el dueño de la empresa.

Fueron al restaurante italiano, disfrutaron del almuerzo, a Hadrien le encantaba llevar a Laurita con Él adonde iba, jamás la vio como estorbo o debajo de su estrato social.

Justo su padre estaba almorzando con su esposa y madre de Hadrien allí, los vieron y los saludaron, se unieron a la mesa y todo eran risas.

—Señor Marttinetti, ¡mis padres!

—Joseph Collins

—Mariam Collins

—Mamá, papá, ¡cerramos el trato con el señor Marttinetti!

—Oh felicitaciones, y Laurita bella, no nos has visitado, ¡te has perdido de vista!

—¡Es mi jefe guapetón!, siempre tiene llena la agenda

—“Jefe guapetón”, jajajaja, ¡si es guapo mi hijo! —dijo orgullosa Mariam

—¡Mamá!, jajajaja

—Cuando tendrá una relación seria, ya quiero tener nuera y nietos

—Papá, ¡todavía estoy muy joven!

—Hadrien, va a tener que buscarse una esposa y ¿sabe qué?, un consejo, deje que Laurita le dé el visto bueno, ella sabe lo que quiere «su jefe guapetón»

Y todos rieron de lo que dijo Marttinetti, pero Hadrien se quedó pensando, «es cierto, ya tengo 28 años».

Siguieron en su almuerzo lleno de alegría, Marttinetti pensaba que diferencia con el malgenioso Harper, al terminar cada quien se fue a su casa, pues los padres iban a otra reunión de negocios, Hadrien a la empresa con Laurita y Marttinetti al aeropuerto.

Llegaron a la empresa riéndose, subieron en el ascensor, al abrirse las puertas, Laurita le hacía cosquillas a su jefe y lo hacía reír y todos sonreían viéndolo carcajearse.

—A ver personal de empresas Collins, prepárense para la entrega de pastelería York’s, traerán bizcochuelos para celebrar el contrato Marttinetti disfruten

—¡Gracias, jefe!

Muchas gracias jefecito —se escuchó en todos los cubículos

Al entrar en la oficina dijo —Laurita llamé a cada piso de la entrega de los bizcochos

—¡Bien, mi jefe guapetón!

Hadrien sonrió, quería mucho a Laurita, tomo su celular y llamo a Rubén, su amigo de la infancia, para verse en la Disco más tarde, después hizo lo mismo con Ariel y Lucca

Se recostó tranquilo en su sillón, había logrado el contrato Marttinetti, el más peleado entre las empresas, era un contrato multimillonario.

—Laurita, Harper debe estar enojado ahora mismo por lo que le gane, jajajaja

—¡Debe estar hecho una furia!, y su padre ¡ese hombre me da miedo!

—Es cierto, tiene una mirada de psicópata

Ni siquiera imaginaba lo que había pasado, solo lo conocía en el ámbito empresarial, al final de la jornada, Hadrien llevaba a casa a su querida Laurita y después retornaba a su mansión donde lo esperaba su querida nana con su cena favorita, le encantaba concederle todos los gustos, así lo trataba desde niño.

Llego, dejo las llaves al chofer para que lo lave mientras iba a cenar, bañarse y alistarse para salir con sus amigos, allí es cuando trabajaba el chofer, iba a celebrar el cierre del contrato multimillonario, le encantaba tomar en una disco exclusiva, se iban de juerga, mujeres, bailarinas exóticas, Hadrien era conocido por ser un amante con gustos excéntricos, para eso tenía una mujer que hacía todo lo que Él quería era sumisa con Él.

Tomaban, miraban a las mujeres bailar en el tubo, especialmente a Kristell, era una diosa bailando en ese tubo y las miradas era a su “amo Hadrien”, el cuerpo voluptuoso y perfecto, era la mejor de todas y estaba reservada para Él, el dueño del negocio bien pagado por el empresario Collins no dejaba que la toque nadie.

Rubén aprovechaba cualquier cosa para hacer sus bromas

—Hadrien, ¡mira esa morena de allá!

—¿Qué tiene?, ¡es bonita!

Rubén puso su mirada pícara, Hadrien y sus amigos se dieron cuenta de que se venía una broma en progreso

—Rubén, ¡ten cuidado!

—¡Lo tengo todo planeado hombre!, ¡no te preocupes!—dijo y se fue rumbo a la morena

Lo vieron que algo le dijo y ella asintió con la cabeza, Rubén le puso algo en la mano, todos estaban con los ojos fijos, nadie vio que una mano se posó en el trago de Hadrien y le puso un polvito blanco, la morena se acercó a un hombre, lo beso frente a otra mujer que estaba con Él y empezó una discusión, los amigos se reían de ver a la joven mujer enojada con el que recibió el beso.

—¿Para eso me trajiste?, para conocer a la otra y ¡en mi cumpleaños!

—No amor, no la conozco,

—Y ¿por qué te beso?, que fue ¿por qué le dio la gana?

Justo en ese momento aparecieron amigos de ellos con un pastel cantando el “feliz cumpleaños” y ella los miraba enojada, pero Rubén se acercó a ella y algo le dijo, porque la cumpleañera se rio y le dio un beso al pobre novio, regreso a su grupo de amigos riéndose y todos acá también burlándose del mal rato que le hicieron pasar a la pareja.

—Rubén llego carcajeándose —¿Vieron?, jajaja se armó la de San Quintín, jajajaja

—¡Eres el colmo!, pudo haber una desgracia Rubén

—Nooo, ya lo tenía planeado, jajaja, sabía lo del pastel

Hadrien cogió el trago y se lo tomó, mientras Lucca le hizo una seña a Kristell y se acercó a “su amo”.

—Hola, guapo, ¿quieres hacerlo?

Hadrien la abrazo y dijo

—Sabes que siempre estoy dispuesto, ¡soy un león!, tengo hambre

—Vamos mi león, ¡devórame!

Se levantaron y se fueron a una habitación privada solo para los más selectos clientes, entraron, Kristell empezó su baile erótico para Él, se movía cadenciosa, dándole vueltas con su hermoso cuerpo, danzando, moviendo sus caderas y se restregaba en el cuerpo de Hadrien y muy despacio iba sacándole la corbata, en cada movimiento lo despojaba de una prenda, hasta que quedo desnudo y ella admirando el cuerpazo de su exclusivo cliente.

Sus hermosos y anchos pectorales, sus abdominales, cuál Dios griego, su aroma, al perfume caro que inundaba el lugar, Hadrien le dio la mano, se acostó bocarriba y le hizo señas de que lo acaricie.

Kristell con sus expertas manos, le brindaba unas caricias que hacía que la líbido de Él suba cuál volcán a punto de hacer erupción, pero Hadrien empezó a cerrar los ojos y se durmió, pero no le extraño a Kristell, pues ella le puso la droga en el vaso por orden del gracioso del grupo Rubén, que le tenía preparada una sorpresa a su amigo, una sorpresa genial.

 Rubén, ¿qué broma será que le tienes preparada? Eso lo sabremos en el otro capítulo

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