PARIS.—No quiere verme. —Hija, entiende que no es su obligación tampoco. —Lo sé, sólo esperaba un poco de atención. Ni siquiera una llamada. —Paris, no es su obligación llamarte, apoyarte o asistirte. Lo que hiciste fue una locura. —No fue una locura, creí que yo era más importante para Stan. Es decir, sabía perfectamente que no me amaba, pero no creí que me dejaría de esa forma y menos por esa mujer —mis ojos estaban llenos de rabia, tenía mi orgullo y mi autoestima por el piso. Por supuesto que no había intenado suicidarme, no me lastime ni una uña, solo quería saber el punto de quiebre de Stan, quería saber y confirmar en primera línea de sus sentimientos por mi. Pero nada, estaba todo muerto, yo estaba muerta para él inclusive desde mucho antes de que Alice llegará. Nos entendiamos muy bien en la cama, un amante excepcional, un hombre inteligente, inteligente por encima del promedio, carismático y educado, tenía unos modales pulcros e inquebrantables. Pero su única de
ALICE.—¡No la toques! —Stan grito justo cuando mi madre estaba por golpearme en la mejilla, sabía que iba a doler pero estaba allí para enfrentar su ira. —Stan, no puedes pedirme que acepte esto —mi madre lo miraba con severidad, por primera vez miraba a Stan con severidad. Casi parecía odiarlo y resentirlo como nunca antes lo había hecho con él. —No te pido que aceptes nada. Te estoy contando lo que va a pasar, no necesito que ni tu, ni nadie acepten mis sentimientos y mi relación —no había duda en la voz de Stan, al contrario parecía estar negociando o tratando con esos clientes difíciles. —Es imposible —mi padre miraba a Stan y yo no podía parar de llorar.—Lo que es imposible para ti, para nosotros es una realidad, estamos dispuestos a afrontar lo que sea que pase.—Stan, tú más que nadie sabe lo que puede suceder. Por favor no hagan esto —la voz de mi padre era un suplica a Stan y aunque yo quería decir algo, no tenía las palabras.—Los únicos perjudicados serán ustedes. Pero
AIDEN.Mientras que la vida es solo felicidad para algunos, para otros es un verdadero infierno. Las cosas podían ser difíciles cuando uno mismo se proponía a que así fueran. Muchas veces teníamos las mejores cosas al alcance de una mano y luego simplemente decidimos querer tener algo que no era para nosotros o que simplemente estaba demasiado lejos de nuestro alcance y como seres meramente pasionales, el deseo siempre es más grande que la razón. Aquello que está tan prohibido nos gusta más que lo que en realidad necesitamos y merecemos.Porque así de idiotas somos las personas que preferimos hacer uso de todos nuestros esfuerzos físicos y emocionales por conseguir lo que creemos que queremos y no poner todo ese esfuerzo en conservar adecuadamente lo que ya tenemos. Simplemente es más fácil creer que eso tan ajeno y que es tan brillante como el oro, es mejor que las cosas lindas que ya tenemos a nuestro lado.—¿Me quieres? —le pregunté mientras no le quitaba los ojos de encima. —¿P
AIDEN. —Aiden, suéltame —extrañamente me dolía la forma en la que me miraba. —Virginia, quiero pedirte disculpas. —Es un poco tarde, Aiden. Y la verdad tampoco me interesa lo que tengas por decir, tomaste una decisión y aprendí a vivir con eso. —No quería que las cosas pasaran de ese modo. —¿Qué esperabas entonces? Que no pasara nada, que todo siguiera con normalidad, que yo siguiera respirando igual, que mi vida siguiera igual. ¡NO! ¡NO, AIDEN! —era la primera vez que ella gritaba— Me jodiste, me jodiste tan duro y tan fuerte que quede muerta en vida. Me abandonaste cuando te pedí que te quedaras, me abandonaste cuando más te necesite, me abandonaste por una mujer que te ha dado la espalda una y mil veces. Virginia estaba siendo honesta y estaba sacando todo el odio de sus sistema, todo ese odio que tenía reprimido durante años, todo el dolor y la frustración, todo eso que yo había hecho con unas pocas palabras, con una acción minima, con solo entrar y salir de la habitación de
STAN.Aun sabiendo que Ismael es mi hijo el temor de perderlo, de perderlos a los dos sigue latente. Luego de la fuerte conversación y controversia con mis padres, las ideas más oscuras y tristes no salen de mi cabeza. No podría concebir una vida sin Alice y sin mi pequeño.Desde que se enteró que soy su padre, me pide cada noche que le lea un cuento, en las tardes luego de la escuela suelo escaparme del trabajo para llegar primero que Alice y pasar con él más tiempo. Jugamos, nadamos, leemos, he aprendido a conocerlo, a entenderlo y a saber que le gusta y que no.—Papi ¿podemos hacerle una sorpresa a mamá?—¿Qué clase de sorpresa tienes en mente?—Un pastel, mamá ama el pastel de...—De chocolate.—¡Si! —la emoción en sus ojos era tan tierna que no pude dudar en abrazarlo.—Te amo hijo —las cosas se sentían tan naturales, veía sobre mi pasado, mi verdadero pasado y sabía que de haberme quedado junto a mi madre biológica no hubiese logrado todo lo que tengo ahora. —Yo a ti papá.Yo n
STAN.El silencio dentro de casa era total, sabía que Alice estaba por allí, el horno había sonado lo que me indico que la torta estaba lista. Subí cuidadosamente y la puerta de la habitación de Ismael estaba abierta, di un par de pasos más y los vi jugando en el baño.—Hola —los saludé y vi como Alice se tensiono.—¡Papá! —me habló el pequeño emocionado—, me quedé dormido, lamento dejarte solo, pero espero que la sorpresa no se arruinara.—Es imposible que eso pasara —me incliné sobre la bañera y metí mi mano entre el agua tibia, el olor de la espuma era tan rico como refrescante, Alice no me miraba—. Todo lo que hicimos saldrá perfecto, lo prometo. Y lo que haremos también —dije mientras buscaba su mirada, pero seguía sin mirarme.—¿Cómo sabes que saldrá bien? ¿Por qué no tienes miedo? —estaba contrariada, su mirada perdida me lo decía. Esa que siempre ponía cuando no tenía control sobre las cosas. —No tengo razones para temer, los tengo a ustedes —por fin sonreí y sus ojos brillar
FLASH BACK * * * 6 AÑOS ATRÁS * * * ALICEVoy corriendo por todo el centro comercial buscando cada cosa que necesito para la sorpresa que tengo lista para Stan, se que es un poco infantil, pues soy apenas una chica que está terminando la secundaría y el ya esta en la universidad, pero lo hago con y por amor así que lo que tengo preparado, sobre todo para un universitario como él. Pero tengo esa necesidad de celebrar que a pesar de lo difícil que es nuestra relación logramos mantenerla escondida durante un año.Me veo en el espejo y no veo a la misma chica, ya no están esos ojos tristes, ni esa sonrisa que no llenaba el rostro. Ahora me veía más interesante y aunque no podía negar que el amor y mi relación con Aiden había sido maravillosa, no podía compararla con Stan, no podía ni siquiera igualarlas.Stan me hace feliz, me llena el alma, me hace sentir plena y me regala tanta libertad que es increíble lo lejos que hemos llegado. Todo con él se siente pleno y perfecto. Será una noche
ALICE.Un mes había pasado desde que supe de Aiden por última vez. Un mes desde esa llamada telefónica en la que supe que mi sueño de que Stan fuese el padre de mi pequeño Ismael, era real.Sabía que los sentimientos de Aiden se habían lastimado y que tenía que pedirle disculpas o al menos darle una explicación sobre lo que era la verdad, pero no sabía cómo iba a recibirme en su despacho, si de buena manera o realmente con la indiferencia que yo creía que debía ser tratada.—Tomen asiento por favor, el joven Aiden los atenderá en breve.—¿Nos atenderá en breve? —preguntó sarcástico Stan— ¿Ese imbécil que se cree?—Es el dueño del lugar y somos nosotros los que lo necesitamos. Deja de ser arrogante Stan —había algo de diversión en regañar a Stan por sus celos compulsivos e innecesarios- —No soy arrogante, solo no lo soporto.—Stan, él puede ser una salida a lo que se viene, sabes que van a caer sobre mi como pirañas y no me van a dejar en paz.—¿Crees que a mi no me dirán nada?—Eres