CAPÍTULO 22: DEMASIADO TARDE.Adeline respiró profundamente al salir del banco y miró a Lucien con gratitud.—Gracias, Lucien. De verdad… gracias por ayudarme.—No tienes que agradecerme nada —respondió él con una suave sonrisa, y sin pensarlo mucho, le acomodó un mechón de cabello que se había soltado.Adeline sintió cómo el rubor subía a sus mejillas y bajó la cabeza, avergonzada.—¿Necesitas ir a otra parte? —preguntó en voz baja.—No… yo… No quiero abusar de ti.Lucien negó con una sonrisa.—La verdad es que tenía una comida de negocios, pero la cancelé. Acabo de descubrir que me gusta pasar tiempo contigo.Ella lo miró sorprendida. Y él se inclinó un poco más y, con suavidad, volvió a acomodarle un mechón de cabello suelto.—No tengo nada más que hacer hoy… —le susurró—. Soy todo tuyo.El corazón de Adeline comenzó a latir con fuerza. Nerviosa, se apartó un poco.—Bueno, entonces… vamos.El auto avanzó en silencio hasta que Lucien, de repente, rompió la calma con una pregunta que
CAPÍTULO 23: NO ESTABA MINTIENDO.La respuesta de la mujer dejó a Adeline sin palabras.―¿Qué?Y de inmediato sintió cómo la ira se encendía en su pecho al escuchar el nombre de Giovanni. Todo su dolor, su impotencia, su rabia se concentraron en un solo punto. Era él, él había sido el causante de todo esto. Su mente intentaba procesarlo, pero no podía entenderlo.¿Cómo era posible que alguien pudiera ser tan cruel? ¿Por qué se empeñaba en hacerle daño? El cuidado de su abuelo corría por cuenta de su padre, entonces, ¿cómo lo había logrado?La chica detrás del mostrador tragó saliva antes de responder.—El señor D’Angelo utilizó su influencia para que el hospital negara la cobertura y ordenara el traslado de su abuelo a una instalación pública.Adeline abrió los ojos, incrédula, mientras la realidad la golpeaba como un puñetazo en el estómago. Giovanni había dejado morir a su abuelo como una especie de represalia personal, una venganza contra ella. Estaba castigándola, y había usado al
CAPÍTULO 24: FRIALDAD ABSOLUTA.Giovanni quedó atónito ante la bofetada. Su rostro ardía, pero nada se comparaba con el vacío en su pecho al ver a Adeline frente a él, rota, devastada. Lo peor era que lo miraba como si ya no fuera más que una sombra en su vida.—¿Vienes a ver tu obra? ¿A satisfacer tu maldad?Él la miró, sin entender.—Adeline, yo… lo lamento, no se…Ella soltó una risa amarga, fría, carente de emoción, excepto odio. Porque si alguna vez había sentido amor por él, ahora todo ese amor se había convertido en desprecio.—Qué hipócrita... qué cínico eres, Giovanni D’Ángelo. Como si fueras capaz de sentir algo más, siendo la basura que eres.Las palabras de Adeline lo atravesaron. Pero sabía que esto era consecuencia de sus errores, de no haberla escuchado cuando tantas veces ella intentó hablarle. El arrepentimiento lo golpeó como una ola. Dio un paso adelante, con la intención de enmendarlo, de pedir perdón.—Adeline... yo... de verdad, no sabía lo de tu abuelo. Si hubie
CAPÍTULO 25: EL ÚNICO BASTARDO.—¿Qué haces aquí, Dayana? —preguntó Adeline, sintiendo cómo el dolor, apenas aplacado, volvía a surgir con una intensidad aplastante.Dayana esbozó una sonrisa arrogante, llena de crueldad.—¿No lo adivinas? —dijo con satisfacción—. Gio me regaló esta casa. Por eso saqué la basura, tu basura, Adeline.Ella apretó las manos con tanta fuerza que las uñas se clavaron en su carne, pero no sintió dolor. Ya nada podía lastimarla más de lo que ya estaba. Quiso reír en ese instante, pero todo lo que sentía era un profundo vacío.«Mentiroso», pensó, recordando cuando le dijo que esa casa siempre sería de ella, que sería su hogar, pase lo que pase. «¿Es esto lo que querías? ¿Humillarme más, hacerme sentir insignificante?»Contuvo las lágrimas que amenazaban con salir y dio un paso hacia adelante, su voz cargada de una amarga resignación.—Está bien, no me importa. Solo me llevaré mis cosas.Pero Dayana no estaba satisfecha. Ella quería más. Quería verla rota, des
CAPÍTULO 26: UNA ELECCIÓN.Dayana, al reconocer el sonido del auto y ver a Giovanni acercarse, no pudo creer su suerte. El plan original era llamar a Giovanni y acusar a Adeline de atacarla, pero que él lo viera con sus propios ojos era incluso mejor.«Es hora, Dayana», pensó, «es hora de dar tu mejor actuación».—¡Mi bebé! —gritó fingiendo desesperación—. ¡Mi bebé! ¡Ayuda, mi bebé!Giovanni llegó en pocos segundos, su pecho se apretaba al ver la confusión y la violencia en la escena ante él. Sus ojos se movían rápidamente entre Adeline, que intentaba levantarse con dificultad, y Dayana, que gemía en el suelo.—¿Qué... qué está pasando? —preguntó vacilante.Dayana fue la primera en hablar, su voz temblando con una mezcla de llanto fingido y dolor falso.—Gio, mi amor… nuestro bebé… ella... ¡ella! —las lágrimas corrían por sus mejillas mientras se agarraba el vientre—. ¡Me duele tanto, Gio! No quiero perder a nuestro bebé... ¡no quiero que le pase nada!Él permaneció inmóvil por un segu
CAPÍTULO 27: INTENTO DE ASESINATO.El médico se quitó el estetoscopio con una sonrisa tranquilizadora, miró a Dayana y luego a Giovanni, quien esperaba en silencio. Su mente iba una y otra vez a Adeline.—Todo está bien con el bebé, no hay nada de lo que preocuparse.Giovanni escuchó en silencio, pero sin relajar la tensión de su cuerpo. Y cuando el médico se fue, dejó que un pesado silencio invadiera la habitación antes de mirar a Dayana con una expresión fría.—¿Quieres decirme qué estabas haciendo allí?Dayana se puso nerviosa al instante, pero rápidamente se obligó a mostrarse calmada. Su rostro adoptó una expresión triste mientras lo miraba.—Fui a ver a Adeline —respondió con suavidad—. Me enteré de que su abuelo murió, y quería apoyarla en ese momento tan difícil.Giovanni la miró con escepticismo y Dayana bajó la mirada, fingiendo más tristeza.—A pesar de todo lo que ha pasado —continuó—, ella sigue siendo mi hermana, y la quiero. Solo quería que supiera que… a pesar de todo p
CAPÍTULO 28: ¿QUÉ ME ENAMORÓ DE TI?Un día después, el Lamborghini negro de Giovanni se detuvo frente a la entrada de la mansión D’Angelo. Giovanni salió del auto, aún vistiendo la misma ropa del día anterior; había pasado la noche en el hospital con Dayana. Sin embargo, Adeline no salía de su cabeza y por eso estaba allí, porque necesitaba escuchar su versión. Necesitaba saber qué había pasado realmente.Él no la creía una asesina.Durante todo ese tiempo, especialmente desde que ella aceptó el divorcio, algo había cambiado dentro de él. Al principio pensó que se trataba de su orgullo herido, luego creyó que eran celos al verla tan cerca de Logan, pero ahora lo veía claro: se había enamorado de ella. Y ya no quería seguir luchando contra lo que sentía.Aunque era inesperado, Giovanni sabía que sus sentimientos por Dayana habían muerto hace mucho tiempo. Y que todo su comportamiento frío durante el matrimonio con Adeline había sido una forma de castigarla, de hacerla pagar por llevarlo
CAPÍTULO 29: UN MUNDO EN RUINAS.Giovanni se dejó caer en la cama con el diario en sus manos, sintiendo el peso de su corazón, latiendo con fuerza. Lo abrió con nerviosismo, y apenas vio la elegante caligrafía de Adeline, el miedo se instaló en su pecho. Respiró hondo, pero el aire se atascó en su garganta. Sabía que lo que estaba a punto de leer no lo dejaría indiferente.— 12 de marzo de 2023“Hoy he conocido al hombre más guapo e increíble que jamás he visto. No sé qué tiene, pero algo en él me atrapó desde el primer momento. Creo que me enamoré a primera vista. Aunque no sé si él pueda corresponderme… Lo único que sé de él es su nombre: Giovanni D’Angelo.”Las palabras lo atravesaron como un cuchillo. Y sintió un nudo en la garganta, las manos le temblaban mientras seguía leyendo. La dulzura en las palabras de Adeline lo abrumaba. Ella se había enamorado de él desde el primer momento, con una inocencia y sinceridad que él había sido incapaz de ver.Giovanni sintió que el pecho le