Alexa y Cristopher llegaron al sitio donde harán la construcción, pero para sorpresa de ambos, el lugar está habitado por personas.
— ¿Cómo es posible que el Sr. Sanders me haya dado las escrituras de terrenos donde aún viven personas? aquí no podemos construir nada. Debo llamarlo y hablar con él inmediatamente - comenta desconcertada Alexa.
— Alexa, si ese Señor te dio las escrituras de estos terrenos significa solo una cosa: pretende desalojar a estas personas de aquí, y adivina a quien hará que los corra de este lugar.
— ¿QUÉ? ¿crees que hará que yo saque a estas personas de aquí? a muchos de ellos los conozco desde que era una niña. siempre han sido nuestros vecinos.
— Pues seguramente es lo que hará que hagas.
— debo llamarlo ahora mismo — Responde mientras saca su teléfono y llama al Sr. Sanders, quien le atiende rápidamente.
— Aló, Srta Alexa ¿a qué debo su llamada? Pensé que hablaríamos a mediados de la semana para elegir el dia del comienzo de la obra.
— Sr. Sanders — habla en un tono muy serio — he venido junto al topografo de mi empresa para ver y evaluar el suelo donde se hará la construcción pero resulta que el lugar está habitado por personas.
— ¡Ah! Es eso. Verás, ese terreno es mío y esas personas están invadiendo mi propiedad. El juez ya dictó una orden de desalojo, la cual le envié a cada uno de ellos — responde tranquilamente — tienen hasta mitad de semana para salir del lugar.
— Pero estas personas tienen años viviendo en este lugar ¿Cómo es eso posible?
— Bueno, la mitad del terreno era del estado y yo lo adquirí, la otra mitad tenía hipotecada sus casas y yo las compre. Sólo hay una por la cual aún estoy haciendo ofertas de compra pero su dueño se rehúsa a vender.
— ¿Si? ¿Cuál casa es esa? — pregunta con curiosidad.
— La casa del Sr. Evans.
A Alexa le recorre un frío por la nuca al escuchar aquello. Esa es la casa del papá de Sebastián, la misma que quedó abandonada desde aquel día en que él la dejó plantada en el altar de la iglesia del pueblo << amaré demoler esa casa, ojala el Sr. Sanders logre comprarla para hacerla añicos >> piensa Alexa.
— Cualquier novedad con respecto a esa casa se la haré saber. Sin embargo, el resto de personas debe desalojar el lugar para poder empezar la construcción de nuestro proyecto.
— OK. Esta bien — responde fría y cortante la chica, quien tranca el teléfono en seco.
— ¿Y? ¿Qué te dijo? — pregunta Cristopher.
— Dice que la mitad de este terreno se lo compró al estado y la otra mitad la adquirió pagando las hipotecas de los dueños... No hay nada que podamos hacer, todas estas personas se quedarán sin hogar esta misma semana.
— Es una lástima... Lo que aún no entiendo es ¿porqué el Sr. Sanders quiere construir su casa aquí? Es un lugar apartado y este pueblo no es tan grande — dice Cristopher.
— Además, antes me dijo que no quería adquirir ningún terreno en la ciudad porque seguramente tendría que demoler el lugar para luego construir y eso representaría más gastos. Aún así, aquí se deben demoler decenas de casas para poder llevar a cabo el proyecto — agrega Alexa — eso es más difícil y caro aún.
— Bueno, los ricos y sus caprichos incomprensibles — sonríe el chico — tú debes saber de eso Alexa.
— Ya cállate Cristopher — dice la joven mientras camina a la camioneta y se sube en ella para volver a casa de su madre - Sigo siendo la misma con o sin dinero y lo sabes.
En el camino la joven pasa por en frente de la casa de George, el chico que la ayudo en la iglesia el peor día de su vida.
Al pasar en el auto ve que hay alguien trabajando en frente de la casa, el hombre está sin camisa, sudoroso y con sus perfectos músculos al aire y Alexa siente cómo sus ojos no se pueden despegar de encima de aquel tipo.— ¡Alexaaaa! ¡CUIDADOOO! — le grita Cristopher haciéndola volver en sí y mirar hacia el frente.
La chica frena bruscamente para no atropellar a un pequeño niño que iba manejando en su bicicleta en medio de la calle.
— ¡Hey! ¿Estas bien? ¿Qué te pasó? — pregunta desorientado Cristopher — ¿te sucedió algo? ¿Te mareaste o que cosa?
— No, no no, yo estoy bien. Sólo me distraje un segundo.
El hombre con el que había estado distraída Alexa sale corriendo hasta el sitio del casi accidente y toma al niño entre sus brazos para calmarlo. El pequeño había caído de su bicicleta a causa del susto que le había provocado el fuerte frenazo de la camioneta que se escuchó en medio pueblo.
— ¿ESTÁS LOCA? ¡Casi atropellas a mi hijo! — exclama eufórico el hombre.
— ¡¿George?! — es la respuesta que atina a dar Alexa — ¿eres tú?
El hombre la mira con cierta curiosidad pero aún enojado.
— ¿Cómo sabes mi nombre? — responde el tipo.
— Soy yo... Alexa ¿te recuerdas de mi?
— ¡¿Alexa?! — el hombre hace una pausa — Es un gusto verte después de tanto tiempo, pero deberías tener mas cuidado.
La chica se baja del auto y se disculpa con su viejo amigo, quien no le presta mucha atención y recoge la bicicleta del niño.
— ¿Es tu hijo? — pregunta Alexa.
— Eso fue lo que te dije antes — responde George.
— En verdad lo siento mucho — responde Alexa quién aún sigue buceando entre las líneas de cada musculo del pecho descubierto de George.
— Sólo ten más cuidado Alexa, podrías atropellar a alguien por estar distraída — le responde mientras toma sus cosas, da la espalda junto con el niño y se va del lugar hacia su casa.
— <<Soy una idiota >> piensa Alexa mientras lo ve alejarse << pero si que está hermoso >>
— ¡Hey! ¿Qué fue eso? — pregunta Cristopher apenas Alexa se sube al auto.
— Lo conozco de antes.
— Pero al parecer nunca lo habías visto así.
— ¿A qué te refieres? — pregunta ella desconcertada.
— Pues estabas babeando completamente por el. Si ni fuese sido por qué casi atropellas a ese niño, aseguraría que te lanzarías encima.
— ¡¿QUEEE?! Claro que no. Te equivocas — responde nerviosa.
— Si claro. Debería de prestarte un pañuelo para que te limpies la baba que botaste al verlo... ¿Fue él quien te distrajo? ¿Cierto?
— obvio que no. Además ¿porqué estás tan interesado en saber? Parece que estuvieses celoso — esta vez Cristopher es quien se queda en silencio.
Ambos vuelven a casa. Cenan junto a los padres de Alexa y duermen. A la mañana siguiente se levantan y realizan su rutina para luego volver a la ciudad.
— Mamá, ayer vi a George... Está muy cambiado.
— Si, hace un mes volvió al pueblo para quedarse.
— Vi que tiene un niño.
— Si. Su esposa murió, creo que por eso está de vuelta.
— ¿Que? Eso es algo muy triste — responde — <<Sería la mamá de ese niño con gusto >> se dice a sí misma mientras recuerda a George sin camisa << ¿qué rayos estoy pensando? >>
— Ya debemos irnos Alexa — dice Cristopher mientras sale con su mochila colgada al hombro.
— Es cierto — responde ella — ya nos tenemos que ir mamá.
— Está bien hija. Entiendo. Ojalá puedas volver pronto.
— Si, antes de que te des cuenta estaré de vuelta. Iré a despedirme de mi papá.
Alexa se despide y junto con su compañero salen de la casa, suben al auto y emprenden nuevamente su retorno.
Casi están por salir del pueblo cuando la chica ve a lo lejos un auto rojo que viene por el camino con dirección al pueblo.<<Odio los autos rojos >> se dice así misma.
Antes de que lo prevea tiene que orillarse para darle paso al auto, ya que la vía de entrada y salida del pueblo es muy angosta y ambos autos no pasan.El auto se acerca lentamente y pasa junto a su costado poco a poco. Su sorpresa es grande cuando ve que quien conduce el auto es Sebastián; si, el mismo que la dejó plantada y al que no veía desde aquel fatídico día, se encontraba pasando frente a sus ojos junto con Cristine, su ex mejor amiga a la cual llevaba de copiloto.
Alexa se quedó congelada por unos segundos, sus manos se pusieron frías y ardían de rabia al mismo tiempo. El furor se vio en su mirada, la cual conducía a cualquiera hacia un abismo oscuro y sin fin. Su rostro palideció y una lagrima salió de su ojo izquierdo y bajó por su mejilla. Pocos segundos después limpió su mejilla y volvió en sí para que Cristopher no se diera cuenta. Sin embargo, le fui imposible cambiar su semblante o detener el ritmo acelerado de su corazón.Alexa vio pasar antes sus ojos a los dos traidores más grandes en su vida. La chica aceleró en auto y no se detuvo hasta llegar a la ciudad. El camino de hora y media se volvió un trayecto de poco más de cuarenta minutos ¡Así de rápido manejo! Todo si decir una sola palabra, algo que no pasó desapercibido para Cristopher.
¿Qué habrá pasado por la cabeza de Alexa al ver a su ex novio y a su ex amiga?
¿Habrán resurgido sentimientos ocultos o habrá nacido su sed de venganza?
Y allí está Alexa, llegando a su casa y olvidando dejar a Cristopher en su departamento.— Alexa ¿todo bien?... Creo que olvidaste dejarme en casa.— ¡Wow! Lo siento Cris. Te llevaré... Debiste recordarme.— Lo hice. De hecho lo hice una cuadra antes de llegar al edificio y lo hice cuando estabas pasando por en frente de él, pero no me escuchaste... No te preocupes, pediré un taxi desde aquí — responde tiernamente.— ¡Que vergüenza! Pero está bien. Lo bueno es que aún es temprano.Ambos bajan de auto, Cristopher toma su mochila y se acerca a despedirse de Alexa.— Nos vemos mañana Cris. Hay que arreglar los papeles para acomodar el desastre que se nos vendrá encima.— ¿Estamos hablando de la construcción de la casa? Porque me da la impresión de que te refieres a otra cosa — dice con una pequeña sonrisa.— ¿ah?... De la construcción, obviamente.— Nos vemos mañana entonces Ale — el joven se acerca a Alexa y le da lentamente un tierno beso en la mejilla con el que roza un poco la parte
A Alexa se le detuvo el mundo. El beso que le ha dado Cristopher ha sido el más hermoso que una vez alguien le haya dado. Ni siquiera cuando fue novia de su tan querido Sebastián supo lo que era que alguien la besara de esa manera: con amor. Sin embargo, a estas altura de la vida se encuentra confundida.¿Un amor tan repentino? ¿O era como decía Cristopher y ella nunca se había dado cuenta de las señales que él se cansó de enviarle?Lo cierto es que ella no sabe cómo responder a tan grande muestra de amor por alguien... No después de haber sido plantada y humillada frente a Dios a ante las personas el día de su fallida boda.Alexa sólo miró a Cristopher por unos segundos y luego se subió a su auto sin decir una sola palabra. Ese día hubiese querido ir a encerrarse en su cuarto, envuelta en sus cobijas y pensar en el asunto durante mucho tiempo, pero por compromisos que ya tenía tuvo que ir a entregar algunos documentos a ciertos clientes y luego de unas cuantas horas fue que pudo regr
El trato ya está cerrado. La multinacional de Alexa será quien lleve a cabo el proyecto de la mega casa del Sr. Sanders. Aún no se entiende cómo un hombre de su talla pretende llevar a cabo una construcción de tales magnitudes en un pequeño pueblo en las afueras de la ciudad ¿Será para conservar su privacidad?, ¿Por qué era el único lugar disponible? ¿O por algún oscuro secreto? Sin importar cuál sea, el ingreso que obtendrá Alexa y su compañía será de millones de dólares libres de impuesto.> piensa la joven, quien aún no puede sacarse de la cabeza que vio a Sebastián junto a Cristine aquel día en el pueblo ni del beso de Cristopher > se dice así misma, esperando encontrar una distracción con el nuevo proyecto.Alexa sabe que debe llevarse consigo a Cristopher al pueblo para trabajar junto a ella. Una parte de ella está llena de nervios y muy con
La tensión en el aire se puede cortar con un cuchillo. Alexa y Sebastián han quedado mirándose fijamente, lo cual no ha pasado desapercibido para sus acompañantes.— ¿Alexa... Está todo bien? — pregunta muy amablemente Cristopher mientras la mira y pone la mano en su hombro. Alexa sólo atina a mirarlo nerviosa. La incomodidad puede notarse en sus ojos.> piensa Sebastián.> se dice a sí misma Alexa <
Un rayo de luz se asoma por la ventana del cuarto de Alexa. Son mas de las ocho de la mañana. El día ha comenzado radiante y lleno de luz. El cuerpo desnudo de Alexa se encuentra envuelto entre sabanas y sobre el pecho fornido y velludo de Cristopher. La joven posee un fuerte dolor de cabeza a causa de la resaca causada por haber tomado vino excesivamente la noche anterior. Alexa abre los ojos lentamente, luego de unos segundos se da cuenta que esta dormida encima de Cristopher y se despierta completamente desconcertada. > Su asombro es mayúsculo cuando descubre que esta completamente desnuda encima de el > se pregunta con cara de espanto. La joven levanta cuidadosamente la sabana en la que esta envuelta para pararse de la cama, al hacerlo puede notar que Cristopher esta sólo en ropa interior.
¿Qué pasó anoche? Esa es la pregunta que ronda no sólo por la cabeza de la Sra Ana sino de Alexa también. Una pregunta que sólo Cristopher puede responder. — ¿Cómo es eso posible Alexa? — pregunta indignado el Sr. Prince — ¿Acaso le estas siendo infiel a Sebastián con este hombre? ¿Y en mi casa? — Añade mientras se levanta y da un golpe sobre la mesa. — ¿Sebastián? — pregunta Cristopher lleno de incredulidad mientras comienza a atar cabos sueltos — > — piensa mientras mira a los ojos a Alexa. Alexa se levanta de la mesa y se va, dejando a su madre para que controle a su padre y le explique todo lo que aconteció. Cristopher se levanta y va tras ella. — Alexa. espera un momento — le dice mientras la alcanza y le pone su mano sobre el hombro. — ¿Qué sucede Cris?— ¿Qué fue eso? — Pues que mi papá está perdiendo la memoria y debo agendarle una cita pronto con un especialista. Eso es lo que significa. — ¡No!
Es lunes por la mañana y el sol brilla entre los árboles, anunciando que el primer día de tortura para Alexa comenzó. Las cobijas de la chica parecen pegarse a su cuerpo haciéndola querer quedarse entre ellas. > piensa mientras se levanta y se alista para salir con Cristopher. Luego de desayunar, Alexa y Cristopher se van juntos al terreno del Sr. Sanders donde los trabajadores y la maquinaria están por llegar. Al mismo tiempo Sebastián se dirige junto con Julián al trabajo en el auto rojo de Cristine, a quien dejó en casa. Ambos carros llegan casi al mismo tiempo y segundos después todos los trabajadores. — Reúnelos en la entrada — Le dice Alexa a Cristopher — Yo llevaré primero estos papeles a la oficina — le dice mientras se dirige a la pequeña cabaña que usarán como oficina. Luego de unos minutos Alexa comienza la reunión, asigna los puestos de trabajo a cada uno de los trabajadores y presenta a Cristopher como su encargado directo y a Ju
Alexa y Cristine se suben a sus autos y se van junto a Cristopher y Sebastián. Ambas pretenden ir todo el trayecto hasta sus casas sin decir una sola palabra y con la imagen del rostro de la otra en mente. — ¿Será que me puedes decir que ocurre Alexa? — Pregunta Cristopher en un tono muy serio — Desde que llegaste a este pueblo te has vuelto otra mujer ¡te desconozco! — añade. Alexa no quiere hablar. Sin embargo, sabe que el tono de Cristopher significa que está preocupado por ella. — No me regañes Cristopher. Estos días han sido muy duros para mi — comenta mientras sus ojos se empañan un poco — quisiera volver a la ciudad y dejar botado toda esta basura de proyecto. — ¿Y porque no lo haces? Eres la Jefa. — Sabes que no puedo hacer eso. Ya firmamos un contrato. Además, mi incomodidad es por algo externo al proyecto. — Entonces mi señorita Alexa, será mejor que nos centremos y trabajemos lo más rápido posible. Ya verás que todo saldrá bien. — le dice con una sonrisa. La chica al