Me quedo pensativo, me parece haber escuchado esos nombres antes. No sé donde, pero estoy seguro que los he escuchado en algún lugar. Sigo trabajando en la computadora, hasta que viene Ester a avisarme que ya subieron. Cubro a Evelin con mi saco y después de repetirle a Ester que la cuide muy bien, me voy al encuentro de los americanos. Al llegar, observo una rubia muy arreglada en un estrechisimo vestido, y a un rubio alto de traje.—Buenas tardes —saludo frunciendo el ceño, no me agradan. — Mi nombre es Gabriel D´Alessi. Soy el dueño de la compañía, estaba por irme cuando me avisaron que tienen interés en mostrar algo.—Mucho gusto, Rusell Smith y Miranda Miller —se adelantan y me extienden su mano— disculpe usted, que hayamos insistido tanto en hablar con usted, pero creo que le interesará nuestra conversación.—Muy bien, les doy quince minutos. Mi tiempo está muy restringido, solo lo hago porque me interesa en estos momentos encontrar factibles proyectos. Así que no pierdan el
No sé que tengo, duermo sin parar, no supe ni cuando me dormí en el auto, me desperté al llegar a la casa y sentir los brazos de Gaby cargándome de nuevo.—¿Llegamos Gaby? Bájame, yo puedo caminar.—Ya te tengo en mis brazos cariño, quédate quieta. Mira, ya entramos.—¡Es hermosa, esta entrada de la casa Gabriel! — exclamo, ante lo lujosa de la sala por donde hemos entrado esta vez.—Sabía que te iba a gustar Eve, es el ala de la casa de mamá. Creo, que te vas a sentir mejor que en la que yo vivía hasta ahora.—No entiendo, ¿cómo el ala de la casa de tu mamá? ¿No vivían todos juntos?—Sí, lo hacíamos. Ante mi curiosidad me cuenta que a su mamá, le encantaba reunirse con sus amigas, siempre estaba rodeada de ellas. Y hacía muchas actividades de beneficencia, por otra parte, su padre también hacía lo mismo. Por lo que ambos, decidieron por ser la casa tan grande, tener un área para cada uno, con su estilo. Y en el centro, era la que habitábamos los tres.—Vaya, que interesante. Per
Gabriel me hace toda una demostración de como llama a la servidumbre. Que le responden de igual manera y les pide que nos sirvan allí. Y sigue explicando todo lo que debo de hacer.—Ja, ja, ja, tu casa es muy sofisticada, Gaby.—Nuestra casa Eve, nuestra. Al poco tiempo, entran los sirvientes con bandejas en sus manos. Gaby y yo, nos hemos lavado las manos en un pequeño baño que hay en la glorieta. Arreglan la mesa hermosamente con cristalería muy fina, y luego se retiran.—Ven linda, le dije a Manuela que te hiciera una crema, que siempre me hacía cuando enfermaba de niño. Si no te gusta, mandaremos hacer otra. Pruébala amor. —Sí, deja ver. Oh, está muy buena Gaby, me la comeré completa. También, probaré de todo. Parece que el jardín, el aire fresco y tu amor, me han abierto el apetito.— Amor, come estás muy pálida, cariño. Cuando llegue tu papá, le diré que te vea.— Yo también quiero que me vea, me siento muy débil. A lo mejor, es por todo lo que pasó hoy. Fueron muchas emoci
Me he quedado de una pieza, cuando Gaby me ha preguntado lo de la boda religiosa. No es que no quiera casarme, es más, le prometí a papá que haría una boda en la iglesia, para que él me llevara del brazo, es su sueño hacerme una boda grande. Pero ahora, con tantas deudas que tenemos, no creo que sea el mejor momento para realizar una boda.—Gaby, es lindo. Pero, ahora no podemos casarnos amor. Serán muchos gastos, no conoces la cantidad de amigos que tiene mi papá, y estoy segura de que los invitará a todos, siempre ha soñado con eso.—No te estoy diciendo, que sea ahora mismo Eve. Haremos la boda, cuando termine todo. ¿Quieres una boda religiosa verdad? ¿Eres católica igual que yo Eve? ¿No me digas, que perteneces a otra religión?—No, Gaby, no pertenezco a otra religión, soy católica igual que tú. Pero la boda, tiene que ser después.—¿Entonces, si aceptas casarte conmigo, por una ceremonia en la iglesia, y hacer la fiesta de la boda aquí en este hermoso jardín?—¿De qué hablan chic
Lo miro con amor mientras dice que quiere que nada empañe nuestra felicidad. Quiere que me sienta feliz en nuestra casa. Que nuestro bebé, para donde quiera que mire, vea lo hermoso de la vida. —Nuestro amor Eve, es limpio, y quiero que siga siendo así. Quiero verte florecer aquí, en este lado lleno de flores, serás mi reina entre todas ellas. Te imagino ya, con tu barriga grande, disfrutando y riendo feliz. Quiero que sientas, lo maravillosa que es la vida y nuestro amor Eve. Que seamos realmente felices tú y yo aquí. Te amo Eve.—¡Gaby! Te voy a cambiar el nombre, te voy a poner Eros, el dios del amor. ¿Cómo puedes decir, tantas cosas tan hermosas? Ven acá, te ganaste un beso y un abrazo.—¿Solo un beso y un abrazo Eve? ¿Puedo seguir enamorándote para ganarme algo más?—¡Amor, estoy agotada! ¿Puede ser mañana en la mañana?—Está bien linda, solo jugaba. Sé que tienes que descansar. Ven mira Eve, este es el baño, ya está listo, aquí detrás está el botón, si necesitas algo, solo tiene
Es increíble la cantidad de sobres apiñados por todas partes, pero voy hasta el buró y comienzo a registrar, al abrir la segunda gaveta, me encuentro un sinfín de fotos. Comienzo a sacarlas. —Papá mira, somos nosotros. Mira, esa era nuestra casa de Minnesota. Y esta, de Florida. —Es verdad, Eve. Gabriel coge las fotos asombrado. Comienza a hablar de ellas diciendo que era muy hermosa de niña, me enseña una que dice que es aquí en Italia, que es de un parque cerca de su casa. Pero por alguna razón, papá nos dice que las miraremos otro día, y sin más nos las quita y las guarda cerrando la gaveta, vi una mirada extraña que intercambiaron Gabriel y mi padre. ¿Ya empezaste a alucinar Evelin? —Papá, ¿por qué no pruebas con tu fecha de nacimiento? —Me concentro en lo que nos interesa, abrir la caja fuerte. Papá me mira y dice que va a probar. Mientras recuerda que su padres siempre tenían la contraseña escrita en un lugar visible. ¿Dónde la habrán puesto? Se pregunta sin acordarse dond
Papá me abraza muy fuerte en lo que dice que es igual a sus padres. Ellos no lo perdonaron en vida, y él nunca leyó el testamento. Me cuenta de que en vez de desheredarlo, pasaron todo a su nombre. Hasta sus cuentas, y me muestra que tenemos no sé cuántas propiedades y un montón de dinero.—No llores papi —trato con cariño de tranquilizarlo. — Al menos, sabes que te querían mucho. Asiente y me enseña que tengo una cuenta a mi nombre también con mucho dinero. Lo cual no esperé. El tío Romano le pregunta ahora si va a sacar todo su dinero como me dijo al llegar. Papá se apresura a aclarar que no, que había dicho eso porque las deudas de Gabriel son muy grandes. Pensaba que tenía que utilizar todo lo que ganó trabajando durante su vida, y hasta venía decidido a hipotecar las propiedades.—Me alegro saber que no las cerrarás, eres el cliente mayor que tengo —confiesa el tío. Le doy el número de las cuentas de mi esposo, y la cantidad que hay que depositar en cada una mostrando el mens
Entra al despacho de su padre gritando y le informa que Gabriel pagó todas sus deudas porque su esposa es millonaria.—¡No tiene dinero! ¿De dónde sacaste que es millonaria? —Le contesta molesto.—¡Me lo dijo Gabriel, y pagó todo el dinero que debía de un solo golpe! ¡Me lo restregó en la cara, que se lo había dado su mujer que era millonaria! ¡Ya lo tenía todo arreglado, con el estúpido ese hijo del director del banco! Gabriel, se había marchado, pero regresó para pagarlo todo.—¿Qué pagó todo lo que debía de un solo golpe? ¡Eso es imposible! ¡Ningún banco le iba a conceder un préstamo de ese tamaño, más sabiendo que ha incumplido con todos los pagos desde hace tres meses! ¡Nos encargamos de eso!— Dice Ricci poniéndose de pie incrédulo. Mará Isabel sigue contándole lo que pasó. Esperó que se marchara, viendo como salía muy feliz con un sobre en la mano. Entró al banco, y el estúpido empleado estaba llorando del miedo, porque cuando su padre se entere, que él hizo que se fuera uno