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MI DESASTRE.
MI DESASTRE.
Por: Reeven
Castigo Y Pastel.

Mi nombre es Ruby Robledo y soy madre soltera de una jovencita de 16 años. Me gano la vida siendo la solución a los problemas de Graham Cooper y su enorme empresa, Cooper Corp. Literal, soy su salvación en todo, incluso en su vida familiar y personal.

Como ya había mencionado, me encargo de la vida académica de su único hijo German Cooper. Es un atleta nato y sus notas no son tan increíbles, pero lo compensa siendo un chico dulce y muy caballeroso. En cambio, ver las notas de excelencia de Sofía me hacen reconsiderar la propuesta de Graham. Por ella sola gano la beca en la universidad local, pero sé que está apta para mucho más, Stanford es una de ellas.

—¿Mamá iré a la biblioteca, me das dinero para rentar una computadora?

—¿No encendió de nuevo? —Negó. —Te juro que estoy ahorrando para una. —Me iré al infierno, es mentira.

—Lo sé, tranquila no hay prisa. —Tome mi billetera y no traigo efectivo.

—Vamos a la oficina, ahí podrás usar la mía.

—Iré por mis cosas. —Dios me premio con una hija que no merezco. —¿Llevamos lo otro? —Negué, no es un buen momento.

Ha sido muy duro para ella mudarse, cambiar de escuela y ahora batallar por necesidades básicas. Pero salirme de la casa de mis padres era fundamental y vivir en la gran manzana no es barato.

—Lista. —Pedí un auto a la oficina y llego de inmediato. Orden de Graham, al menos no tengo que preocuparme por el transporte. —Mama, German está aquí. ¡Dios mío santo! ¿Quién gano? —Casi me da un ataque al verlo llegar con un ojo morado y su ceja inflamada.

—Tu padre dijo que no era nada de qué preocuparse. —Ya sabía que se había peleado, de hecho, fue el motivo de nuestra discusión y de mi renuncia fallida.

—¿Puedes ayudarme? No quiero que se vea esto mañana en la escuela.

—Sofía trae las verduras congeladas de la nevera. —Lo senté en un banco de la cocina y mala idea está más alto que yo. —¿De nuevo fue el idiota de Travis?

—Si, estrelló un banco en el vidrio de mi auto. Cuando le reclame se puso agresivo y me golpeó.

—¡Pero se lo regresaste! —Mire al a Sofía.

—Esta en el hospital ahora. — ¿QUE?

—¡COOL!

—Sofía no es COOL, iremos ahora mismo a hablar con el director.

Sofía.

Mamá es como la madre de German, si no fuera por ella, este chico no tendría amor.

Subimos al auto de German el cual adoro, es un charger y esta dañado. Mataré a ese idiota por meterse con mi auto.

—¿Puedo conducir? —Germán me entrego las llaves, pero mamá me las quito.

—Licencia señorita. —La odio.

—Sigue extraviada. —Odio mi vida, subí al auto y tome la portátil de German, ni siquiera debo pedirla, ya que él siempre dice que todo lo suyo es mío.

—Tienes muchos pendientes.

—Si, algunos.

—Puedes quedártela, estaré suspendido una semana. —Ha intentado regalármela tantas veces me es feo decirle que no. —La ocupará más que yo.

—Prestada.

—Como quieras. —Mamá llamó a don gruñón para que se vean en la escuela y ya está ahí.

—Llevaremos el auto al taller. —Le pedí a uno de sus hombres que se llevara el auto.

—¿Es enserio? —Está furiosa. Me sorprende que mi madre le pueda gritar así a su jefe. —Vez a tu hijo golpeado y lo único que dices es que van a reparar el auto.

—Ya lo reviso el médico de la empresa, está bien.

—Exigiremos que Travis sea expulsado y que pague los daños, ¿Entendido?

—Está bien. —Diablos, mamá sí que sabe cómo doblegar a un hombre y eso que ni siquiera es su esposo. Bueno ni siquiera me puedo imagino a estos dos casados. —Hola Sofía.

—Don Gruñón. —Mira sorprendido a mamá.

—Tú te lo ganaste ya que siempre que te ve estas gritando.

—¿Así me llamaras después de que tu madre y yo nos casemos? —¡QUE!

—¡GENIAL!

—No es genial grandote ¿Te vas a casar?

—No me voy a casar. —Dijo mi madre desesperada.

—Por ahora, pero en un mes sí.

—Graham cierra la boca. —Lo hizo. —Ustedes dos adentro, ahora.

Mamá y Graham entraron a la oficina solos, solo se escucha mi madre decir: cierra la boca Graham.

—¿No te agrada que nuestros padres se casen?

—No te ofendas, pero no quiero un padre como don Gruñón.

—No te ofendas, pero yo si quiero una madre como Ruby. —Lo mire sonriente.

—Lo sé, y ya lo es. Ve donde está ahorita.

—Es la única que le habla así a mi papá, siempre se hace lo que tu mamá dice. —No pude evitar reírme, pero es verdad. Desde que mamá entró a esa empresa se hace lo que ella dice, es la que defiende a morir a German y don Gruñón no dice nada al respeto. —Yo siempre he pensado que mi padre está enamorado de ella, de su fortaleza de madre y como lucha por salir adelante cada día. —Puede ser. —Yo la admiro.

—Igual que yo.

—Hora de irnos.

—¿Me van a expulsar? —Por favor que no, por favor que no.

—No, pero tampoco Travis. —Dijo mi madre. —Pero si pagará los daños del auto.

—Tendrás que limpiar los sábados después del partido. —Oh diablos. —Por un mes. —Pobre.

—Lo siento grandote.

—Puedo con eso tranquila. —Al salir todos subimos al auto de don Gruñón para ir a nuestra casa.

Ruby

Estoy furiosa, no expulsaron a ese idiota. Seguirá molestando a German, esa escuela es horrible pero increíblemente prestigiosa, reconocida y costosa.

—¿Puedo quedarme esta noche? No quiero estar a solas hoy. —Y se bien por qué.

—Claro que sí, aún está aquí tu pijama y la ropa de repuesto. —No es la primera vez que lo hace. —Entren, tengo que hablar con Graham a solas.

—Lo hicieron.

—¿Ahora que hice?

—¿Tienes mi agenda?

—Si, está en el auto.

—Revísala y cuando te des cuenta intenta arreglar tu metidita de pata. —Lo deje solo, al entrar ya está Sofía lista en la cocina con las velas encendidas.

—Está en la habitación ¿Lo hacemos ahora?

Entramos a su habitación cantando las mañanitas, se sorprendió tanto de ver que alguien si recordó su cumpleaños.

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