La bella pelirroja quería ser la dueña de ese apuesto hombre, quería sentirlo suyo. De pronto las palabras brotaron de sus labios por si solas. — ¿Quieres ser mi novio, Rafael? El CEO jamás en su vida pensó en que se le declararan de esa manera. Mucho menos ella, su hermosa Emma. — Debes saber que soy un hombre decente, si acepto será como una antesala para que me desposes. No puedes utilizarme y después botarme. Tengo una reputación que cuidar. Emma sonrió, ese CEO era todo un caso, ella jamás lo dejaría ir, ni lo botaría como si no le importara. — Prometo que no lo haré, siempre te voy a cuidar y a tu reputación también si aceptas ser mi novio, ¿Qué me respondes? — ¿Cómo? ¿Piensas declararte así nada más sin ni siquiera invitarme a una romántica cena? Me estoy comenzando a sentir... Barato y usado. — El CEO retrocedió y se mostró indignado. — Oh... Cariño, no era mi intención hacerte sentir así, ahora mismo reservaré un lindo restaurante, pasaremos una hermosa v
El gemelo Lombardi apretó su vaso con todas sus fuerzas, de no haber sido por qué era extremadamente grueso. Lo habría roto y se habría terminado cortando. — Entonces... ¿Harás las cosas correctamente con ella? Emma no es una mujer con la que puedas jugar y botarla, tampoco la puedes convertir en tu amante. Lo sabes, ¿Cierto? — La voz del gemelo era sería y fría. Los demás hombres presentes no entendían que sucedía. Se suponía que Doménico debía estar feliz por qué su amigo no iba a cometer suicidio en vida. — A ver un momento ¿Qué está pasando aquí? — Aleksey Ivanov estaba muy intrigado con el asunto. Las reacciones de sus amigos no eran nada normales. — Emma me gusta, se lo he dicho a Rafael. No soy un hombre que se ande por las ramas, pero al parecer ellos... Han decidido estar juntos. — La confesión tan directa de Doménico, dejó sorprendidos y sin palabras a los trillizos Ivanov, era verdad que el CEO Lombardi no se andaba con medias tintas. — Eres mi amigo desde
En el departamento, Emma se había alistado para la cena con Rafael, ella estaba preciosa en un vestido verde esmeralda de falda amplia a las rodillas. Unas lindas zapatillas de pulsera le hacían juego, ella se estaba poniendo los aretes cuando tocaron a su puerta, la pelirroja se apresuró a abrir. — Pasa Rafael, ya casi estoy lista, solo traigo mi bolso y podremos irnos. Más sin embargo apenas terminó de decir las palabras, como un hombre demente Ethan la tomó por los hombres fuertemente con toda la intención de atacarla. — ¡Creíste que me ibas a perjudicar y que no iba a tomar venza, eh! ¡Te voy a hacer pagar por haberme arruinado la vida maldita zorra mojigata! — Ethan... Sueltame, ¿Después de haberme mentido por tres años y no decirme que eras casado, todavía te atreves a venir a reclamarme? ¡En verdad que eres un cara dura sin vergüenza! — ¡Yo no tengo la culpa de que seas una mujer estúpida y que no te hayas dado cuenta de la verdad! !Ahora he venido por lo que p
Mientras el CEO Mendoza esperaba información en la sala de espera, se escucharon varios pasos de zapatos de cuero caminar por el pasillo. El CEO ruso Alexander Ivanov y sus hermanos, Aleksey y Alexandro, llegaban a la clínica, pero como ellos todavía se encontraban en el bar, los hermanos Lombardi habían escuchado lo sucedido y también habían decidido venir. — Rafael, ¿Qué ha pasado? ¿Cómo está Emma? Alexander preguntaba pero en realidad todos querían saber cómo se encontraba la joven pelirroja. — Alexander, ¿Había necesidad de que trajeras un ejército contigo? — El CEO Mendoza mal miró a su amigo. — Disculpa Rafael, estaban cerca cuando me llamaste y escucharon lo que pasó, me fue imposible deshacerme de ellos. Pero dinos, ¿Qué fue lo que pasó? — El Miserable de Ethan Mendía, un ex novio de Emma que la engañó, era casado y nunca se lo dijo. Ese infeliz la atacó y estaba a punto de... — No lo digas, está bien, entendemos. — Alexander Ivanov puso su mano en el hombro
De pronto Rafael se vió solo en la habitación con Emma, ella seguía dormida, en su frente después de darle los puntos le habían puesto una gasa. — No te mereces que te pase esto... — El CEO acariciaba una mejilla de la bella pelirroja. La asistente al sentir la caricia, poco a poco comenzó a despertar. Sus verdes ojos se dejaron ver. — Rafael... — Ella lo llamaba. — !Estoy aquí princesa, estoy aquí contigo! Todo está bien, estás un poco herida, pero... Pronto vas a sanar... La pelirroja recordaba lo que había sucedido, la experiencia había sido horrible, ella lloró en los brazos del CEO. — Necesito saber, ¿Ethan... el...? — ¡No, no lo logró hacer, afortunadamente llegué a tiempo y eso no sucedió! Ese desgraciado no te tocó, lo prometo... Rafael se dedicó a confortar a su mujer, le daba cariño y palabras dulces para que se relajara, ella seguía asustada y no soltó su mano hasta quedarse dormida de nuevo. A la mañana siguiente, cuando despertaron, el empresario le
Serena después de recuperar su café, encaminó sus pasos al estacionamiento, su hermana Keliena Ivanov la esperaba en el coche, ellas eran tan parecidas que cualquiera podría decir que eran gemelas. — Serena, ¿Por qué te demoraste tanto? Ya vamos muy retrasadas para nuestra visita. ¿Te paso algo? Te ves de muy mal humor. — Ni me preguntes, un cavernícola que no se fijó por donde iba me tiró el café y todavía quería que le pidiera disculpas. ¿Puedes creerlo? !El que estaba distraído era él! — Vaya, si que tuviste un mal comienzo este día. Pero... Yo te veo con un café en la mano, ¿Lo volviste a comprar o el distraído ese te lo compró de nuevo? Me lo ha comprado su hermano, resulta que son gemelos, muy apuestos por cierto, pero uno es un encanto, caballeroso y amable, mientras que el otro es malhumorado, gruñón y grosero. Cómo una moneda con dos lados totalmente diferentes. Dentro del centro comercial, Dominic pasaba a su hermano un café. — Estás que no te aguantas ni tú
A Emma se le inundaba el corazón de amor al darse cuenta como Rafael le demostraba lo mucho que le importaba. Ella comenzó a teclear en su teléfono. — Estoy bien, las hermanas de Alexander Ivanov están aquí conmigo, ellas son... Encantadoras. Entonces el CEO entendió las palabras de su amigo, él enviaría a sus hermanas a cuidar de Emma, se sintió tranquilo al leer el mensaje de su mujer. — Me alegra que estés bien, seguiré trabajando, procura desayunar y descansar, te veré más tarde. Apenas envió el texto, el CEO volvió a concentrarse en la junta, la reunión iba para largo ya que se iban a tocar temas importantes sobre las inversiones. El empresario siempre era profesional, su rostro permanecía inexpresivo, sus socios le tenían mucho respeto y admiración por su carácter íntegro, honesto, y los nervios de acero que siempre tenía. (...) Los CEOS Lombardi se encontraron en la compañía como habían acordado. Para ese momento ya tenían una pista de Mendía, en una sala de em
En la exclusiva clínica en dónde Emma estaba hospitalizada, se escuchaban un par de pisadas de zapatos de cuero. Tras subir al elevador y bajar en el segundo piso, unos nudillos tocaron a la puerta. — Emma, ¿Esperas a alguien? — Preguntaba Kei. — No... A nadie que yo sepa. — ¿Podemos pasar? — La voz del CEO Dominic Lombardi se escuchó del otro lado. — ¡Por supuesto!... Chicas ellos son los amigos de los que les hablé. ¡Están aquí, que bien! Las hermanas Ivanov fijaron su atención a la puerta hasta ver entre a los amigos de su nueva mejor amiga. Grande fue su sorpresa al darse cuenta de quiénes se trataban. Serena se quedó estática por unos momentos, no podía creer que el mismo hombre con el que se había cruzado por la mañana, y que le había gritado que se fijara por dónde cambiaba, fuera el mismo que era amigo de Emma. — !Tú...! En cambio Keilana se había quedado sorprendida por el gran atractivo de los hombres que claramente eran gemelos, su cabellos oscuro, sus oj