El CEO Mendoza, no volteó atrás, se había dado cuenta de que su querido abuelo no era el hombre que él había pensado que era. Su naturaleza era demasiado frívola y egoísta. Rafael pudo ver la verdadera cara del padre de su padre, no era íntegro, no tenía sentimientos por nadie, era frío, no se preocupaba por él realmente, y... sobee todo no lo quería de la misma forma que él. — Cómo pude equivocarme tanto contigo abuelo. Siempre pensé que tú eras la persona que más me quería en el mundo después de perder a mis padres... — Esa noche a Rafael se le hizo una profunda herida en el corazón, su propio abuelo se la había hecho. Durante la madrugada había sido llamado constantemente del celular de su abuelo, pero no respondió, al final apagó el teléfono para intentar descansar, ese día había sido el más feliz de su vida, y también el más triste, era como si su querido abuelo hubiese muerto para él. Al día siguiente al llegar a la compañía, Emma se encontró con Elena justo en recepci
Emma ahogó un gemido, el ardiente beso de Rafael le calentó la piel... y algo más. Si él se lo pidiera se entregaría sin reservas de nuevo a sus brazos y a sus besos. — Deja... Deja ya de besarme, por favor Rafael... No seas malo conmigo. — La pelirroja suplicaba al CEO que dejara de tocarla y de besarla. Kui... kui... kui... El pequeño cobayo se ponía intranquilo como si supiera que su dueña y madre estuviera a punto de ser cómoda por un feroz lobo. — No voy a hacerte nada... Aquí... Además parece que alguien aquí está intranquilo por su dueña, cobayo, ella es mía, deberías devolverlo a la tienda, Emma. — ¿Qué...? !A los hijos no se les devuelve Rafael! El señor CM es como mi cobayijo, no voy a abandonarlo. — Ahhh... ¿Por qué lo llamaste como yo? Es un cobayo, ¿Acaso me odiabas tanto? — No... Bueno, quizás tal vez un poco... No le dijiste que estabas comprometido, te lo callaste Rafael, ¿Qué carajos pretendías hacer? — Emma se cruzó de brazos. Rafael se puso de p
El despacho se quedó en total silencio, ni el abogado, ni la mujer que decía ser la mejor amiga de la que acababa de admitir que había sido la amante de Ethan Mendía, se hubiesen esperado tal confesión. Elena estaba muda, no pudo decir una palabra. — Déjame explicarte, fuí la novia y asistente de ese desgraciado por años, y al parecer también muy estúpida porque nunca me di cuenta de que estaba casado y que tenía una hija, lo supe apenas ese día por ese mensaje que le enviaste, y por supuesto lo enfrenté y terminé con él de inmediato. — ¡Emma...! ¿Tú...? — ¡Te juro por lo que más quiero que yo no sabía nada, Ethan me mintió siempre. Nunca me habló de ti o de Ali, ese canalla miserable jugó con las dos! Aún así me siento muy culpable por causarte dolor, tú eres alguien que no merece que nadie le cause daño. ¿Esperó... Espero que puedas perdonarme algún día, Elena...? La joven pelirroja estaba realmente afligida y apenada con su amiga. — Está bien, te creo Emma, sé la cl
Los videos y fotos eran pruebas contundentes, el jefe y los compañeros de trabajo de Ethan lo estaban viendo con sus propios ojos, y debido a que la compañía tenía un estricto ambiente conservador, razón por la cual Mendía se negaba a firmarle el divorcio a Elena. Todos los vieron de la forma más despreciante. — ¿Y todavía te atreves a decir que no eres tú, eh? ¡Mírate en estas fotos, Mirate en estos vídeos. Eres tú siendo infiel a tu esposa, debería darte vergüenza, Ethan Mendía! El ejecutivo se acercó a mirar más de cerca lo que tenían en su contra, solo para darse cuenta de que si, en realidad era él, hasta entonces pudo reconocer de quien se trataba, Emma no se había quitado los lentes y el cubrebocas, pero eran los lugares conocidos a cuando ellos tenían una relación de noviazgo. — ¡Emma... eres tú! ¡Maldita perra, vas a pagar por esto! ¿Dónde estás? — Para cuando Ethan levantó la mirada buscando a la mujer que había llegado a exponer sus aventuras extra maritales. Ella
El asistente Rogelio sentía ahogarse estando en el mismo espacio que su jefe, ahora se veía furioso, incluso el sonido que hacía al teclear su computadora personal era brusco. El celular del CEO volvió a timbrar, el hombre echó un vistazo a la pantalla, se trataba nada menos que de Joana. — ¿Dime? — ¡Rafael, tenemos que hablar, has estado prácticamente desaparecido, no te has mostrado interesado para nada en nuestra boda! ¡Necesito saber a qué lugar iremos de luna de miel para preparar mis atuendos! — Joana, tiene razón, tenemos que hablar, te veo en el restaurante Olimpia en... — El CEO checó su reloj. — En media hora. — ¡De verdad Rafael, ahí estaré sin falta! Aprovecharemos para platicar sobre mi atuendo para la noche de bodas... ¿Rafael sigues ahí? ¡Rafael...! El empresario había colgado la llamada sin siquiera despedirse, en realidad el hombre no soportaba ni siquiera escuchar la voz de la rubia. — Jefe, ¿Va a salir? ¿Si gusta puedo acompañarlo? — No, está b
A pesar de que Emma sintió escalofríos solamente de escuchar las palabras del CEO y su amenazante tono. Tomó al señor CM, su bolso, y salió de la oficina para subir al elevador. — Señor CM, creo que algo le sucede al malhumorado CEO Mendoza, su voz estaba diferente, muy seria, como cuando les habla a sus socios. ¿Tú... creés que estará molesto conmigo por algo? El sonido peculiar del elevador se escuchó y la bella asistente salió con el cobayo. El apuesto empresario bajó del coche para tomar la jaula de las manos de la asistente y a abrirle la puerta a ella. Antes que todo sea un completo caballero, molesto y todo le abrochó el cinturón de seguridad a la pelirroja antes de subir y conducir hasta su villa. — Rafael, esta no es la ruta que lleva para mí departamento, ¿Dime qué pasa? Estás muy callado, y tú expresión es... Das un poco de miedo. Pero el CEO estaba concentrado en conducir, ya había dejado instrucciones a su mayordomo, pidió estricta privacidad en la villa para
La declaración de amor de la bella pelirroja, llenó de felicidad el corazón del CEO, la volvió a besar haciéndole sentir su calor. — Yo te amo mucho más... Quiero tenerte conmigo siempre... ¿Te quedarás cierto? — El hombre acariciaba suavemente la espalda de Emma. — Siempre voy a estar a tu lado Rafael, tienes mi corazón contigo, tienes mi amor contigo, solo tú eres dueño de mi deseo. — Me sienta bien escuchártelo decir, siempre quiero que sea así, solo yo puedo ser tu dueño. — El CEO levantó el rostro de su mujer para que lo mirara a los ojos. — Debes entenderlo bien, puedo ser demasiado posesivo con alguien que importa tanto como tú. puedo llegar a asustarte pero eso es por qué... Te amo, te amo Emma... La pareja se volvió a dar besos y caricias, Rafael tuvo que contenerse para no volver a tomarla de nuevo. Era solamente su segunda vez, sabía que además de hacerla sentir placer, la había hecho sentir dolor, quería que se acostumbrara a él poco a poco. — Rafael, ¿Qué pas
El aire en la sala de estar era denso. Rafael quería fulminar con la mirada a su amigo. Había abrazado a su hermosa Emma estando semi desnuda, su respiración parecía la de un león enfurecido. — Rafael, ¿Qué significa esto? — Alexander movía las manos haciendo una señal de pregunta a su amigo en susurros. Estaba por voltear a señalar a la bella pelirroja cuando... — No voltees a verla subiendo las escaleras o te saco los ojos Alexander. — Rafael respondía con los dientes apretados. — No te conocía que fueras tan posesivo, nunca antes te mostraste así, además me parece muy canalla de ti parte que tengas aquí a Emma estando comprometido para casarte con otra mujer, ¿Acaso la piensas hacer tu amante, o ya lo hiciste? El CEO ruso era directo y no se iba a callar lo que pensaba. — No voy a hacer tal cosa. — ¿Entonces que es esto? Si yo me atreviera a hacer algo así con una buena chica, mi madre se decepcionaría de mí por completo, ella siempre nos ha inculcado el respeto h