Mundo de ficçãoIniciar sessão
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¡Nunca serías tú esa mujer para mí!
Era imposible que a Kei no le llamara la atención Doménico, el hombre era un Adonis griego, tan perfecto de pies a cabeza, además a ella no le caía mal como a su hermana. Quizás podía tener una oportunidad con él, ¿Cierto? FLASH BACK — Disculpa a mis hermanos, siempre suelen ser así de sobreprotectores. — Dijo Key con una sonrisa. — No te preocupes entiendo perfecto, nosotros también tenemos una hermana, y también solo muy protectores con ella. hay de aquel que se atreva a lastimarla, se las vería con nosotros. — Que terror, siendo así seguro que es soltera como Serena y como yo. — Nah, Serena está soltera por ese mal carácter que se carga, tú... tú si puedes que estés soltera por qué le tienen miedo a tus hermanos. FIN FLASH BACK. Key también se había dado cuenta de que Doménico sentía algo por su nueva amiga. eso le dolió un poco, quizás lo mejor sería olvidarse de esa posibilidad, y lo peor de todo era que también se sentía atraída por Dominic. Era algo muy difíc
Del odio al amor, solo hay un paso.
La mirada azul violeta heredada de su madre, destelló furia hacia el CEO Lombardia, ¿Qué era lo que se estaba creyendo ese hombre? — Deberías medicarte si piensas que una chica como yo, podría estar con un engreído como tú Doménico, yo nunca, jamás sería una esposa trofeo de ningún arrogante CEO, soy una Ivanov, tengo un título y estoy graduada con honores, y para terminar pronto tú no estás a mi nivel. Las palabras de la joven Ivanov fueron directamente al ego del arrogante CEO Lombardi, él era distinguido, un hombre de mundo, inteligente, políglota, su carrera como eso era exitosa, como podría no estar al nivel de cualquier joven casadera del país que fuera. Los azules ojos de Doménico mostraban furia. — Wow... wow... ¿Pero que es lo que sucede aquí? Aquí hay algo más, ¿Por qué ustedes dos se caen tan mal? Serena, nuestro amigo Doménico fue graduado de honor de su clase en la universidad, tienen una preparación académica que te sorprenderías, habla siete idiomas a la per
No porque sea un hombre muy apuesto puede hacer lo que quiera.
Más tarde los CEOS herederos se marcharon a casa, Doménico seguía de mal humor mientras que Dominic no dejaba de pensar en las hermosas hermanas Ivanov, ellas eran todo lo que había deseado y más, tan diferentes en carácter y a la misma vez tan parecidas físicamente. En la mansión Ivanov, los trillizos llegaban a dejar a sus hermanas sanas y salvas, su padre se encontraba justamente en la sala de estar bebiendo un café y leyendo un libro mientras las esperaba, el ruso era muy protector con sus princesas. — ¡Papá, hemos llegado! ¿No me digas que nos estás esperando? — Kei se acercó a darle un beso a su padre. Ya no somos unas niñas, sabemos cuidarnos solas. — Solo estaba leyendo un poco, además ustedes siempre van a ser mis pequeñas, ¿Y díganme, por qué llegan tan tarde a casa hoy? — Bueno por qué hoy hoy conocimos a la novia de Rafael Mendoza, ¿Te acuerdas de él? Iba en el colegio con nuestros hermanos. — Si, me acuerdo perfectamente de él, un gran estudiante y joven de p
La amenaza del abuelo Mendoza.
Serena se veía muy molesta, su padre y sus hermanos no entendían el por qué, pero como sea se verían pronto ya que él aniversario de los esposos Lombardi sería el fin de semana y todos tendrían que ir a tan importante evento. (...) El CEO Mendoza mientras tanto acostaba a Emma en su dormitorio, le había puesto con mucho cuidado una pijama suya que le quedaba bastante grande, pero que la hacía lucir adorable. — Emma, quiero que sientas que puedes hablar conmigo de todo lo que necesites, yo te escucharé y seré tu apoyo siempre. — El CEO se refería a si quería hablar de lo que había sucedido con Ethan Mendía. — Me asusté mucho, por un momento pensé lo peor, creí que Ethan iba a matarme. Después de todo por mi culpa perdió su trabajo, Elena por fin tomó el valor para divorciarse de él, para ese hombre yo fui el causante de sus desgracias y de su ruina. — La pelirroja estaba triste. — No te culpes, todo eso que mencionas son las consecuencias de sus acciones, él fue quien no p
Debes casarte o perderás la compañía.
El CEO Mendoza no entendía nada de lo que su abuelo se refería, ¿Cómo podía perder la compañía que el había levantado y había colocado en los mejores puestos a nivel mundial. — No me vas a seguir chantajeando como si fuera un niño, ya no estoy dispuesto a permitirtelo, así que te aconsejo que dejes de perder tu tiempo. — La seriedad en la voz del CEO dejaba ver lo molesto que estaba. — No es un chantaje, y tampoco estoy mintiendo, la sociedad que teníamos pactada los Montez y los Mendoza tenía cláusulas muy rigurosas para seguir, ninguno de los dos podía incumplir con lo pactado o las consecuencias serían terribles. ¿Quieres verlas? Ten, te muestro. El anciano hizo una señal al abogado y este le pasó un viejo contrato que comenzó a leer con avidez. Estaba lleno de cláusulas, Pero la que más llamó su atención fue una que decía que no podía cancelar su compromiso con Joana Montez, por qué en caso de hacerlo la compañía pasaría con carácter de inmediato a su familia y a ella. —
La caballería ha llegado.
En el bar Rafael bebía un vaso de whisky tras otro, su mundo se estaba derrumbando de pronto, su futuro estaba en manos de la familia Montez, de aceptar el matrimonio se convertiría en un títere de todos ellos. FLASH BACK — Alexander, ¿Quien te llamó? — No es chismoso Aleksey, voy a salir, se quedan a cargo de la compañía. — Ah noooo, ¿Qué dijiste a estos me les digo? Nosostros dos vamos contigo, ¿Cierto Alexandro? Aleksey y Alexandro estaban trabajando en sus laptops en la oficina de su hermano porque estaban cuadrando una información. — Se trata de Rafael, no los puedo llevar esta vez, saben bien que a él no le gusta ventilar sus cosas privadas y prefiere ser muy discreto. — Si, eso lo entendemos... FIN DEL FLASH BACK Al bar llegaban los idénticos trillizos Ivanov, los apuestos hombres robaban las miradas de los presentes, había algunos hombres que ni siquiera hacían el intento de disimular. Ellos eran demasiado atractivos. — Alexandro, ese hombre de allá s
No puedo renunciar a Emma.
El joven CEO Mendoza ya estaba casi ebrio, enarcó una ceja hacia su amigo Alexander. Lo había llamado solamente a él para contarle lo que estaba pasando y en cambio ya estaba todo un ejército en su mesa. — Alexander, ¿Piensas que te llamé para que organizaras una fiesta o que demonios? Ahora todo el mundo va a enterarse de mi maldita desgracia, o me caso con esa mujer o pierdo todo lo que ha sido de mi familia por generaciones, estoy más que malditamente jodido. Rafael ya arrastraba las palabras, tenía la corbata desordenada al igual que su cabello, cosas que no restaba para nada su atractivo, al contrario parecía verse más varonil y sexy. — Que sorpresa encontrarlos aquí, Sergey Ivanov, Adriano De Luca. Hace tiempo que no teníamos oportunidad de coincidir — Habló Donovan Lombardi. — Es verdad Donovan, el tiempo no pasa por tí, tú y tus hijos parecen trillizos. Hemos venido porque Alexandro dijo que esto era de vida o muerte. — Sergey respondió. — Por esa misma razón est
Rafael va a casarse.
Los tres millonarios y poderosos hombres maduros, comprendían la desesperación de Rafael al no querer casarse con otra mujer que no fuera la mujer que amaba. Pero tampoco se podía dejar despojar de lo que le pertenecía. — Esto no va a ser nada fácil, tenemos que hacer un plan que resulte perfecto, Rafael... Tienes que decirle la verdad a tu novia, ella tiene que saber que te están chantajeando. — Sugirió Adriano. — No puedo decirle que voy a dejarla porque siempre sí me voy a casar con mi ex prometida. Le rompería el corazón, eso destrozaría por completo a Emma. — No hay otra opción, tendrás que pedirle que te espere, que volverás a ella una vez que logres derrotar en su juego a tu abuelo y a los Montez. — No, no quiero perderla, Esa mujercita no aceptará, creerá que el dinero me importa más que ella. La conozco muy bien. Preferiría que viviéramos debajo de un árbol y nos cubriéramos del frío con sus hojas, a qué yo me casara con otra mujer. Me niego, no lo haré, nunca lo h
Último capítulo