Oigaaaaaaaaaaaaaaaaaaan!!! jajajajajaja Dios mío acuérdate que somos tus hijas, no dejes que nada malo pase en la relación de Valeska e Ivar, amén. Espero que vayan a redes y me dejen sus opiniones. En el libro MI HERMANA, MI PECADO, las que la estaban leyendo y me hicieron su petición firme sobre el último capítulo, les haré caso así que mañana esperen mucho de Ismael. Esa historia la encuentran también en esta app. Un abrazo enorme y gracias por su apoyo.
Los días transcurrieron con perfecta normalidad. Daven actuaba como si de su boca y sobre todo de sus ojos no hubiesen salido aquellas palabras. Sus ojos me miraban amigablemente, sonrientes, carismáticos, justo como siempre había sido. Y yo por supuesto aproveche la oportunidad para seguir con mi vida y evitar la mirada inquisidora de Ivar cada vez que me dejaba frente al restaurante, porque de alguna manera sentía que le estaba engañando aunque no era así. —Está noche quiero que cenemos, solos tú y yo. —¿A dónde quieres ir? —No lo sé, usa tu imaginación. Dijiste que eres el dueño de la ciudad —pase la punta de mi lengua por sus labios. La sonrisa de Ivar era perfecta, sus ojos brillaban y ese último beso que siempre me daba antes de partir a su trabajo, me daba la energía necesaria para continuar con mi vida. Estaba siendo un día normal, soleado, perfecto, alegre, casi imposible de que se estropeara. —Valeska —Daven me llamó, antes de iniciar el servicio. —¿Si? —Qui
Intenté actuar de la mejor manera frente a Ivar, mirarlo a los ojos y tener dudas no era algo que me hiciera feliz, pero las palabras de Donella tallaban con dolorosa fuerza. Intenté hacerme fuerte y de todas maneras no podía dejar de intentar entender de qué hablaba o a que se refería ella con todo lo que me había dicho. —¿Qué sucede? —Ivar apretaba su frente con fuerza, me detuve a mirar sus manos y sonreí. —Nada. —Sin mentiras. —¿A dónde vamos? —¿Por qué cambias de tema? —Porque no quiero hablar, quiero estar. —¿Estar? —Ivar, el tiempo no se recupera cuando se va, quiero estar contigo, lo demás es… —Es importante porque no estás cómoda, se nota demasiado. —Donella —me di cuenta que se puso rígido en cuanto nombre a esa bruja. —¿Qué sucede? Creí que había sido claro. —Así es, pero ella… Fue importante para ti. —Fue —afirmó—. Es pasado —esas palabras confirmaban de alguna manera lo que Donella había declarado, al menos sus intenciones y sentí que me abrumaba todo en ese
El sexo había sido por decir lo poco, salvaje. Mis instintos más bajos dieron rienda suelta a un sinfín de posiciones en las que Valeska se había dejado dominar perfectamente. —Abre tu boca —le pedí cuando estaba de rodillas y acababa de hacerme una grandiosa felación. Ella obediente como era abrió su boca y allí puse un poco de crema batida que se desbordaba por la comisura de sus labios y armonizaba perfectamente con sus ojos iluminados, su cuerpo desnudo y su pelo enredado en mi mano. —Continúa —le dije y con la crema en su boca volvió a follarme. Mientras me quedaba dormido con la satisfacción física de lo acontecido durante la noche y de haber dejado en claro las cosas con Valeska, me aferré a su cuerpo ligero y me abrace a su olor, a ella por completo.
—Ivar, estoy ocupado. —Necesito que me ayudes. Yo… yo no puedo guardar más el maldito secreto. —Te lo dije desde un principio —Isak que estaba al otro lado de la línea gimió—. ¡Carajo! —Estás follando. —Si. —No te estaba preguntando. —Adiós, Ivar. No te puedo hablar. La llamada se colgó y mientras que Ivar se había quedado entre dubitativo y desconsolado en su propia oficina, Isak estaba disfrutando de las ventajas de tener la libertad en sus manos, aunque en realidad para él la libertad estaba ahora mismo arrodillada y con los labios ocupados en su dura polla. —Ragna… tienes que… —¿Me detengo? —preguntó Ragna con una voz tan dulce que torturó aún más a Isak. Isak pudo decir algo, pero en su lugar optó por presionar la cabeza de la rubia y hacer que sus gemidos se intensificaran, igual que el trabajo que ella estaba haciendo con tanta dedicación. Media hora después Ragna estaba cubierta por una ligera y perlada capa de sudor que hacía que su piel brillara perfectamente de ma
—Ivar —Valeska se posó frente a mí, su falda era corta y las medias negras hacían sus piernas aún más provocadoras. —Estaba… —¿Qué sucede? —me pregunto con sus ojos afilados que no dejaban de mirarme. —Nada. La realidad era muy diferente, mi hermano Isak había prometido que en el lapso de una semana me daría información, me diría la verdad y podría al fin, ser honesto con Valeska. —Es Isak —dije, era una verdad a medias. —¿Está bien? ¿Qué sucede? —Hace 3 días no contesta su teléfono y… se supone que me iba a llamar, se supone que estaba ayudándome. —¿No tienes a nadie que lo pueda localizar? —aquello parecía muy lógico para alguien con tanto poder como yo. Pero aunque con una sola orden yo podía ponerle fin a mi angustia personal, también podría poner en riesgo la seguridad de mi hermano, Acke no tenía idea del rastro de Isak y yo tampoco pensaba darle pistas, quería que dejará a mi hermano en paz. Bastantes traumas tenía ya como para que no lo dejará descansar. Isak no er
—Valeska —la llamé, pero parecía no querer responderme—. ¿Qué sucede contigo? Cuando me asomé al baño ella ya no estaba. La llamé a su celular y finalmente contestó. —¿Dónde estás? —En el trabajo —mire la hora en el reloj y me di cuenta que aún era una hora más temprano de lo habitual para salir de casa. —¿Por qué? —Tenía que llegar temprano. —¿Por qué no me despertaste? —No era necesario, podías descansar un poco más. —Sabes que siempre te llevo. —Y no es necesario, no soy una niña. ¿Qué si estaba molesto? Eso era decir muy poco para expresar lo que estaba sintiendo en ese momento. Ella me había sacado de su lado, sin razón alguna, al menos aparente. —¿Es por tu jefe? —¿De qué hablas? —parecía sorprendida por mi pregunta. Y me di cuenta en simultáneo de la estupidez de pregunta que había hecho. —¿Qué si te pidieron ir más temprano? —intente corregir, pero eso era demasiado falso. —No, tengo trabajo represado por el nuevo lugar y… decidí venir más temprano. —Querías
Mis ojos estaban fijos en Valeska, salía del restaurante a la misma hora, pero no me había llamado y tras sus pasos estaba el chefcito ese de cara linda que yo quería partir en dos.¿Por qué no me llamo? No sabía, pero el auto que le había asignado estaba llí esperando por ella. Se despidió formalmente de sus compañeros y partió con rumbo a casa.—¿Señor?—Vamos a casa. El camino se sentía más vacío de lo que debería ser, ella no estaba conmigo, varios carros adelante se encontraba sola, porque quería estar sola y lo podía entender, siempre necesitamos nuestros espacios, pero lo de ella no se debía a eso, se debía a que algo no le había gustado y no era capaz de decirmelo.—¿Qué me escondes Valeska?Los autos se detuvieron en la imponente entrada de la que era nuestra nueva casa y sonreí recordando las razones por las que estaba ahora en un lugar como ese. Esperaba con devoción que el día que mi hermano pudiera regresar a casa, pudiera jugar aquí con su hijo, de la mejor manera posib
pues sus padres se murieron en un trágico accidente y es su ambiciosa madrastra la que se hace cargo de ella y de su dinero, mientras la humilla de las peores formas y se gasta toda su herencia, la pequeña sufre en carne propia los peores castigos. A sus 17 años su abuela se la lleva de ese infierno, pero debe seguir luchando para cubrir los gastos del tratamiento de su abuela que perdió su dinero, luego de que su hija lo malversara todo. Valeska a duras penas logra mantenerse en sus estudios universitarios y trabaja, no tiene descanso. Hasta que decide enfrentar a su madrastra que la obliga a casarse para así poder obtener el dinero que le corresponde y que le dejaron sus padres. Sin embargo, Jonella tiene deudas que pagar y la obliga a casarse con el hijo rebelde de la familia más poderosa de los países Nordicos. Ivar es un rebelde y peligroso hombre que esconde secretos y una verdad que cambiará la historia para todos. DESCRIPCIÓN DE LOS PERSONAJES: VALESKA NYGÅRD: 21 años, es un