Pasaron tres días sin que Valentino se apareciera por el departamento, sin embargo, ese día la chica que estaba quedándose hospedada, la interceptó y le dijo—Necesito conversar contigo Macarena.
—No tengo absolutamente nada que hablar contigo—espetó seria.
—Me llamo Martha, no soy la amante de Valentino, soy su prima por parte de madre, solo vine a pasar un par de días. Además soy su amiga y confidente desde que éramos niños, no tie
Luego de su declaración de culpabilidad, Meredith gritó —¡Es mentira! No hagas eso Macarena. Tú eres inocente, di la verdad, por favor—expresaba llorando, los guardias de la sala se acercaron y la sacaron—Él no vale la pena hermana, no dejes que su odio te afecte. Juro que te vas a arrepentir Valentino, de todo lo que estás haciéndole a Macarena.A Macarena la sentenciaron a dieciocho años de prisión. La trasladaron nuevamente a las instalaciones del cuerpo de criminalística, el inspector Oropeza utilizó todas las influencias que tenía a su alcance para que no la trasladaran a un centro penitenciario.
Cuando Valentino escuchó las palabras del inspector su dolor fue en aumento, sintió que perdía el aliento y que le faltaba aire, sentía que se ahogaba, se obligó a respirar haciéndolo profundamente, tratando de captar el mayor aire y con una voz de angustia expresó —Eso no puede ser verdad, Macarena no pudo haber estado embarazada— al momento recordó la vez que habían tenido sexo sin protección, él le había comprado la pastilla del día después para que se la tomara, también le había dicho duras palabras diciendo que preferiría no tener ningún hijo que tenerlo con ella, no veía ning&uac
Valentino llegó a su apartamento hizo sus maletas, no incluyó muchas cosas, no tenía sentido, solo usaría lo estrictamente necesario. Revisó los objetos que había dejado Macarena antes de que se la llevaran detenida.De inmediato a su mente acudieron los recuerdos de ese día, sintió su corazón encogerse, se recostó en la cama que ocupaba en la habitación de huésped, debajo de la almohada encontró una bata de ella, la abrazó y empezó a llorar, dejo que las lágrimas corrieran libre por su rostro, sus heridas eran profundas, decían que llorar equilib
Valentino observaba por la ventana de la cabaña, la fuerte lluvia caía con fuerza sobre la montaña, siempre era así en esta época del año, durante cuatro años consecutivos había podido presenciar los avatares del clima en la zona, luego de ello, un intenso frío se apoderaba del ambiente, durando hasta la primera quincena de enero. Aunque para él todos los días eran iguales, no sentía diferencia entre uno y otro, desde que Macarena había muerto, el dolor, el desosiego, la tristeza, se había apoderado de su alma atribulada por la culpa, aunque intentaba cambiar de actitud, poder sentir esa felicidad de antaño, no
Macarena dio la vuelta en su gran cama, tratando de evadir el ruido que hacía su despertador, indicando que había llegado el momento de levantarse para ir a clases, estudiaba quinto año de bachillerato en el Colegio San Ignacio de Loyola, pero en verdad cada día se le hacía más difícil cumplir con su ritual de las mañanas, por más que trataba de abrir sus ojos, era un esfuerzo sobrehumano para ella, le costaba tanto, desistió de hacerlo, se colocó una almohada sobre su rostro y siguió durmiendo, prolongando todo lo posible levantarse.
Valentino iba con su padre dos vehículos detrás del carro donde iba su hermano menor, cuando lo vio impactar sobre un vehículo gris tipo sedán que se saltó la luz roja, todo sucedió en fracciones de segundo y sintió un sudor frío recorrer su cuerpo y el miedo lo atenazó, pero eso no evitó que dejara su vehículo parado en plena vía, y caminara hacía el lugar del impacto, mientras marcaba desde su celular al 911, pidiendo la llegada de Protección Civil y una ambulancia, se dirigió primero al carro de su hermano, quien por un milagro se encontraba bien, estaba consciente y aunque se veía muy golpeado, aparentemente las lesiones no eran graves le dijo—Gian Piero, por favor no te muevas hasta que lleguen los paramédicos y te atienden
UN AÑO DESPUÉSHabía pasado una semana, desde que habían acudido al cementerio con motivo del primer año del fallecimiento de su madre, le llevaron hortensias blancas y pasaron el día en el cementerio, le contaron como habían sobrellevado la vida desde su ausencia. Su padre se había negado a ir, nada había sido sencillo, pero tenían que continuar sus vidas. CAPÍTULO 4. EMPEZANDO OTRA VEZUn año y seis mesesLa lluvia caía torrencialmente en la ciudad, arrastrando consigo los desechos que habían dejado los comerciantes y la gente a su paso en las aceras, producto del ajetreado díCAPÍTULO 4. EMPEZANDO OTRA VEZ