Capítulo 64 – Una nueva vidaEl amanecer se filtraba suavemente por las cortinas de la mansión Montenegro. Los primeros rayos de sol iluminaban la habitación, bañando todo con una luz cálida y acogedora. El peligro había pasado. Ricci estaba muerto. La pesadilla había terminado. Sin embargo, en el interior de Isabela, las sombras aún persistían.Se despertó sobresaltada, con la respiración agitada y el corazón latiendo desbocado. La pesadilla la había arrastrado de nuevo al abismo de su miedo. Aún sentía el ardor de la quemadura en su vientre, la huella de un sufrimiento que no lograba disiparse. Aún escuchaba la voz de Ricci, resonando en su mente como un eco perturbador, susurrándole al oído, amenazándola.Pero entonces, al girar la cabeza, lo vio a él.Gabriel.Estaba a su lado, observándola con el ceño fruncido, atento a cada uno de sus movimientos. El dolor que se reflejaba en su rostro la hizo sentirse vulnerable, pero al mismo tiempo, le transmitió la seguridad de que ya no est
Capítulo 65 – Reconstruyendo los pedazosEl sol de la mañana iluminaba la habitación con su cálido resplandor, pero Isabela aún sentía el frío en su piel. La marca de la quemadura en su vientre era un recordatorio de lo que había vivido, de la crueldad de Ricci y de cómo su cuerpo aún temblaba al recordar sus manos acercándose.Gabriel estaba sentado en la orilla de la cama, observándola con atención. La conocía demasiado bien para ignorar sus silencios.-Bella... -su voz era un susurro profundo, cargado de preocupación-. ¿Cómo te sientes hoy?Ella respiró hondo, pasando una mano por su cabello.-No lo sé, Gabriel. Es como si una parte de mí estuviera aquí, pero la otra... sigue atrapada en ese lugar.Gabriel apretó la mandíbula. Odiaba que ella tuviera que sentir eso. Odiaba no haber llegado antes.-Voy a hacer que lo olvides -murmuró con determinación-. Lo que sea que necesites... dime cómo puedo ayudarte.Ella lo miró, con los ojos llenos de emociones.-Solo necesito tiempo.Gabrie
Capítulo 66 – Aprendiendo a vivir de nuevoLos días pasaban lentamente para Isabela. Cada noche seguía despertando con sobresaltos, cada ruido fuerte la hacía estremecer. Pero había algo diferente ahora. Gabriel estaba a su lado, dándole el espacio que necesitaba sin alejarse demasiado.Esa mañana, cuando bajó a desayunar, lo encontró sentado en la mesa, con un periódico en una mano y una taza de café en la otra. Su mirada se iluminó al verla.-Buenos días, Bella.Ella se forzó a sonreír.-Buenos días.Él notó su esfuerzo. Sabía que cada paso que daba hacia la normalidad requería de toda su valentía. Isabela era fuerte. Siempre lo había sido.-¿Tienes hambre? -preguntó, señalando el desayuno servido sobre la mesa.Ella asintió y se sentó frente a él. Tomar un desayuno juntos solía ser una rutina, pero después de lo que pasó, cualquier gesto cotidiano se sentía diferente.Tomó una tostada y la mordió lentamente. Gabriel la miraba con discreción, asegurándose de que no se sintiera incóm
Capítulo 67 – RedescubriéndoseEl sonido del mar era una melodía constante, relajante, casi hipnótica. Isabela cerró los ojos y dejó que la brisa cálida acariciara su piel. El sol acariciaba suavemente su rostro, mientras las olas rompían con suavidad contra la orilla. Allí, en la playa, lejos de todo lo que había pasado, sentía que podía respirar un poco más fácil. Por fin estaba en un lugar donde el tiempo parecía detenerse, donde la paz parecía al alcance de la mano.Gabriel la observaba con atención, respetando su espacio. No la presionaba, no intentaba llenar el silencio con palabras innecesarias. Solo estaba allí, a su lado, brindándole el respiro que tanto necesitaba. Sabía que, por más que lo intentara, no podía apresurar su sanación. Solo debía esperar y estar a su lado.Después de unos minutos, ella giró el rostro hacia él. Sus ojos, normalmente cargados de dolor, parecían reflejar una ligera calma.-No recuerdo la última vez que me sentí así... tranquila -dijo con una voz s
Capítulo 68 – Entre sombras y cariciasLa noche había caído sobre la casa en la playa. El sonido de las olas rompiendo contra la orilla era el único testigo del momento que compartían. Gabriel e Isabela estaban en la terraza, con una copa de vino en la mano, disfrutando del silencio y de la cercanía sin presiones. El suave vaivén del mar y el aroma salino llenaban el aire, creando una atmósfera de calma que contrastaba con las turbulentas emociones que aún latían en ellos.Isabela, con la vista perdida en el horizonte oscuro, rompió el silencio. Su voz fue suave, pero cargada de pensamientos no expresados.-No puedo evitar preguntarme qué habría sido de nosotros si todo hubiera sido diferente.Gabriel, observándola con seriedad, la escuchó en silencio por un momento antes de responder.-¿Diferente cómo?Ella giró su rostro hacia él, sus ojos reflejando una mezcla de vulnerabilidad y reflexión.-Si no nos hubieran obligado a casarnos. Si no hubieras sido tan dominante y yo no hubiera t
Capítulo 69 – Marcada por su amorLa brisa marina se filtraba por las ventanas abiertas de la habitación. La luna iluminaba tenuemente el interior, proyectando sombras sobre las sábanas desordenadas. Isabela estaba acostada sobre el pecho de Gabriel, sintiendo el calor de su piel, el latido pausado de su corazón.Él le acariciaba la espalda con suavidad, trazando círculos invisibles con la yema de los dedos.-¿En qué piensas? -susurró Gabriel, rompiendo el silencio.Isabela alzó la mirada, encontrándose con sus ojos oscuros y penetrantes.-En que, por primera vez en mucho tiempo, me siento en paz.Gabriel deslizó su mano por su cabello, acomodándolo detrás de su oreja.-Me alegra escuchar eso.Ella exhaló lentamente.-Pero también tengo miedo.Gabriel frunció el ceño.-¿Miedo de qué?Isabela desvió la mirada, jugueteando con los pliegues de la sábana.-De que esto sea solo un sueño. De que la paz no dure... de que el pasado vuelva a alcanzarnos.Gabriel la giró con delicadeza, quedand
Capítulo 70 – Un nuevo latido de esperanzaLos días en la casa de la playa transcurrían en aparente calma, pero algo dentro de Isabela no estaba bien. Se despertaba con náuseas, su cuerpo se sentía más cansado de lo normal y, aunque intentaba ignorarlo, su instinto le decía que algo estaba ocurriendo.Una mañana, mientras Gabriel aún dormía, Isabela se encontró de pie frente al espejo del baño, observando su reflejo con preocupación. Llevaba días con retraso, pero el miedo la había paralizado, impidiéndole enfrentarse a la posibilidad.Se mordió el labio y miró de reojo el pequeño test de embarazo que había comprado en secreto el día anterior. Con el corazón latiéndole con fuerza, se armó de valor y lo tomó entre sus manos.Los minutos que siguieron se sintieron eternos.Cuando finalmente vio las dos líneas marcadas en la prueba, sus piernas temblaron.-No puede ser... -susurró, llevándose una mano al vientre.El miedo al pasadoIsabela sintió una oleada de emociones confundiéndola. P
Capítulo 71 – Tentación prohibidaEl doctor les había dado la noticia que tanto anhelaban: el bebé estaba sano. Sin embargo, había impuesto una regla clara que sorprendió a Gabriel:-Nada de sexo por ahora -había dicho con firmeza-. Necesito que Isabela se tome estos primeros meses con calma.Gabriel asintió, aunque por dentro sentía una frustración latente. Tenerla tan cerca y no poder hacerla suya iba en contra de cada instinto posesivo dentro de él. Pero no discutiría. Isabela y el bebé eran su prioridad.Ella, por su parte, no dijo nada en ese momento. Sin embargo, una idea traviesa se formó en su mente.Un juego peligrosoEsa noche, Gabriel se acostó con Isabela entre sus brazos. Acarició su cabello, respiró su perfume y, por primera vez en mucho tiempo, se permitió dormir tranquilo.Pero no contaba con que su mujer tenía otros planes.Isabela esperó a que su respiración se hiciera más lenta. Con cuidado, se deslizó fuera de sus brazos y se acomodó entre sus piernas.Su aliento c