Capítulo 69 – Marcada por su amorLa brisa marina se filtraba por las ventanas abiertas de la habitación. La luna iluminaba tenuemente el interior, proyectando sombras sobre las sábanas desordenadas. Isabela estaba acostada sobre el pecho de Gabriel, sintiendo el calor de su piel, el latido pausado de su corazón.Él le acariciaba la espalda con suavidad, trazando círculos invisibles con la yema de los dedos.-¿En qué piensas? -susurró Gabriel, rompiendo el silencio.Isabela alzó la mirada, encontrándose con sus ojos oscuros y penetrantes.-En que, por primera vez en mucho tiempo, me siento en paz.Gabriel deslizó su mano por su cabello, acomodándolo detrás de su oreja.-Me alegra escuchar eso.Ella exhaló lentamente.-Pero también tengo miedo.Gabriel frunció el ceño.-¿Miedo de qué?Isabela desvió la mirada, jugueteando con los pliegues de la sábana.-De que esto sea solo un sueño. De que la paz no dure... de que el pasado vuelva a alcanzarnos.Gabriel la giró con delicadeza, quedand
Capítulo 70 – Un nuevo latido de esperanzaLos días en la casa de la playa transcurrían en aparente calma, pero algo dentro de Isabela no estaba bien. Se despertaba con náuseas, su cuerpo se sentía más cansado de lo normal y, aunque intentaba ignorarlo, su instinto le decía que algo estaba ocurriendo.Una mañana, mientras Gabriel aún dormía, Isabela se encontró de pie frente al espejo del baño, observando su reflejo con preocupación. Llevaba días con retraso, pero el miedo la había paralizado, impidiéndole enfrentarse a la posibilidad.Se mordió el labio y miró de reojo el pequeño test de embarazo que había comprado en secreto el día anterior. Con el corazón latiéndole con fuerza, se armó de valor y lo tomó entre sus manos.Los minutos que siguieron se sintieron eternos.Cuando finalmente vio las dos líneas marcadas en la prueba, sus piernas temblaron.-No puede ser... -susurró, llevándose una mano al vientre.El miedo al pasadoIsabela sintió una oleada de emociones confundiéndola. P
Capítulo 71 – Tentación prohibidaEl doctor les había dado la noticia que tanto anhelaban: el bebé estaba sano. Sin embargo, había impuesto una regla clara que sorprendió a Gabriel:-Nada de sexo por ahora -había dicho con firmeza-. Necesito que Isabela se tome estos primeros meses con calma.Gabriel asintió, aunque por dentro sentía una frustración latente. Tenerla tan cerca y no poder hacerla suya iba en contra de cada instinto posesivo dentro de él. Pero no discutiría. Isabela y el bebé eran su prioridad.Ella, por su parte, no dijo nada en ese momento. Sin embargo, una idea traviesa se formó en su mente.Un juego peligrosoEsa noche, Gabriel se acostó con Isabela entre sus brazos. Acarició su cabello, respiró su perfume y, por primera vez en mucho tiempo, se permitió dormir tranquilo.Pero no contaba con que su mujer tenía otros planes.Isabela esperó a que su respiración se hiciera más lenta. Con cuidado, se deslizó fuera de sus brazos y se acomodó entre sus piernas.Su aliento c
Capítulo 72 – El control de GabrielGabriel no podía apartarse de la imagen de Isabela entre sus piernas. Cada vez que cerraba los ojos, la recordaba con una claridad insoportable: la calidez de su boca, la sensación de su lengua, cómo había jugado con él, torturándolo con placer hasta que no podía respirar. Y ahora, al fin, era su turno.Ella pensaba que podía desafiarlo, que podía tomar la delantera y salirse con la suya. Pero Gabriel Montenegro nunca dejaba una deuda sin cobrar.El plan de GabrielA lo largo del día, Gabriel la observó, con una mirada cargada de una intención que solo ella podía percibir. Isabela lo sentía, pero fingía no darse cuenta. Sabía que él esperaba el momento adecuado, que se estaba controlando, y disfrutaba de la sensación de haberle ganado, aunque solo fuera por un momento.Después de la cena, cuando la luna iluminaba la habitación, Gabriel se acercó sigilosamente por detrás, mientras ella miraba el mar a través de la ventana.-¿Creíste que me iba a qued
Capítulo 73 – Volviendo a arderHabían pasado tres meses desde que Isabela descubrió que estaba embarazada. Su vientre comenzaba a notarse, y aunque la emoción de formar una familia con Gabriel la llenaba de felicidad, también existía el miedo de perder la pasión que los unía con tanta intensidad.Esa noche, cuando se metió en la cama junto a él, no pudo evitar sentirse inquieta. Gabriel había sido más cuidadoso desde que supo del embarazo, como si temiera romperla con sus caricias. Pero ella no quería eso.Quería su dominio. Su intensidad. Quería a Gabriel Montenegro en toda su esencia.Se acercó a él y apoyó una mano en su pecho desnudo. Gabriel, que había estado medio dormido, abrió los ojos y la miró con esa intensidad que siempre la hacía temblar.-¿Qué pasa, Bella? -preguntó con voz ronca.Isabela mordió su labio inferior, indecisa por un momento, pero luego decidió hablar con franqueza.-Te extraño.Gabriel frunció el ceño, confundido.-Estoy aquí, contigo.Ella negó con la cab
Capítulo 74 – Lo que me enamoró de tiEl dormitorio estaba sumido en una atmósfera de calma después de la tormenta de placer que habían compartido. Isabela aún descansaba sobre el pecho de Gabriel, con su cuerpo completamente relajado. Sus dedos dibujaban suaves círculos en la piel de su abdomen mientras su respiración volvía a la normalidad.Gabriel la observaba en silencio, disfrutando la calidez de su piel contra la suya. Pero fue ella quien rompió el silencio con una confesión inesperada.-Creo que eso fue lo que me enamoró de ti.Él arqueó una ceja, curioso.-¿A qué te refieres?Isabela levantó la cabeza y apoyó la barbilla en su pecho, mirándolo fijamente.-A cómo me tomas... A cómo mi cuerpo siempre reacciona antes que mi cabeza. -Sus mejillas se tiñeron de un leve sonrojo-. Siempre fuiste mi debilidad, Gabriel. Mi cuerpo te pertenece desde la primera vez, y creo que mi corazón también te siguió poco después.Gabriel sintió cómo su pecho se llenaba de orgullo al escuchar esas p
Capítulo 75 – Aceptando la verdadIsabela se quedó en silencio por unos instantes, su mirada perdida en el techo de la habitación. Gabriel la observaba con atención, notando la sombra de duda y arrepentimiento que se reflejaba en sus ojos.-¿En qué piensas? -preguntó él, acariciándole suavemente la mejilla.Ella suspiró y bajó la mirada, mordiendo su labio con nerviosismo.-En todo lo que hemos pasado... en todo lo que hice para alejarme de ti.Gabriel entrecerró los ojos, su mandíbula se tensó al escuchar sus palabras. No quería volver a recordar cada vez que ella intentó escapar, cada vez que luchó contra él en vano. Pero antes de que pudiera decir algo, Isabela continuó.-Me arrepiento, Gabriel. Me arrepiento de haber intentado huir tantas veces.Sus palabras lo tomaron por sorpresa. Gabriel parpadeó, observándola con cautela.-¿De verdad lo dices?Ella asintió lentamente.-Sí... Me arrepiento porque ahora entiendo que nunca debí haber huido de ti. Que todo lo que buscaba fuera de
Capítulo 76 – La esperaLos días pasaban lentamente, y los meses parecían volar. Cada amanecer era una nueva prueba de paciencia para Isabela, quien veía cómo su vientre crecía con cada semana. Gabriel no se separaba de ella ni por un segundo, asegurándose de que estuviera cómoda, segura y feliz.A medida que se acercaba la fecha del parto, la ansiedad en la mansión Montenegro se hacía evidente. Isabela, aunque emocionada, no podía evitar sentir miedo. Había perdido un bebé antes, y aunque los médicos le aseguraban que todo iba bien, el temor a que algo saliera mal la atormentaba en silencio.-Deja de preocuparte, Bella -susurró Gabriel una noche, mientras la abrazaba en la cama-. Nuestro hijo está fuerte. Y tú también lo estás.Isabela apoyó su cabeza en el pecho de él y suspiró.-Lo sé, pero no puedo evitarlo. A veces... tengo pesadillas.Gabriel frunció el ceño y le acarició el cabello.-¿Pesadillas?Ella asintió.-Sueño que vuelvo a perderlo. O que cuando nazca, algo malo pasará.