Capítulo 67 – RedescubriéndoseEl sonido del mar era una melodía constante, relajante, casi hipnótica. Isabela cerró los ojos y dejó que la brisa cálida acariciara su piel. El sol acariciaba suavemente su rostro, mientras las olas rompían con suavidad contra la orilla. Allí, en la playa, lejos de todo lo que había pasado, sentía que podía respirar un poco más fácil. Por fin estaba en un lugar donde el tiempo parecía detenerse, donde la paz parecía al alcance de la mano.Gabriel la observaba con atención, respetando su espacio. No la presionaba, no intentaba llenar el silencio con palabras innecesarias. Solo estaba allí, a su lado, brindándole el respiro que tanto necesitaba. Sabía que, por más que lo intentara, no podía apresurar su sanación. Solo debía esperar y estar a su lado.Después de unos minutos, ella giró el rostro hacia él. Sus ojos, normalmente cargados de dolor, parecían reflejar una ligera calma.-No recuerdo la última vez que me sentí así... tranquila -dijo con una voz s
Capítulo 68 – Entre sombras y cariciasLa noche había caído sobre la casa en la playa. El sonido de las olas rompiendo contra la orilla era el único testigo del momento que compartían. Gabriel e Isabela estaban en la terraza, con una copa de vino en la mano, disfrutando del silencio y de la cercanía sin presiones. El suave vaivén del mar y el aroma salino llenaban el aire, creando una atmósfera de calma que contrastaba con las turbulentas emociones que aún latían en ellos.Isabela, con la vista perdida en el horizonte oscuro, rompió el silencio. Su voz fue suave, pero cargada de pensamientos no expresados.-No puedo evitar preguntarme qué habría sido de nosotros si todo hubiera sido diferente.Gabriel, observándola con seriedad, la escuchó en silencio por un momento antes de responder.-¿Diferente cómo?Ella giró su rostro hacia él, sus ojos reflejando una mezcla de vulnerabilidad y reflexión.-Si no nos hubieran obligado a casarnos. Si no hubieras sido tan dominante y yo no hubiera t
Capítulo 69 – Marcada por su amorLa brisa marina se filtraba por las ventanas abiertas de la habitación. La luna iluminaba tenuemente el interior, proyectando sombras sobre las sábanas desordenadas. Isabela estaba acostada sobre el pecho de Gabriel, sintiendo el calor de su piel, el latido pausado de su corazón.Él le acariciaba la espalda con suavidad, trazando círculos invisibles con la yema de los dedos.-¿En qué piensas? -susurró Gabriel, rompiendo el silencio.Isabela alzó la mirada, encontrándose con sus ojos oscuros y penetrantes.-En que, por primera vez en mucho tiempo, me siento en paz.Gabriel deslizó su mano por su cabello, acomodándolo detrás de su oreja.-Me alegra escuchar eso.Ella exhaló lentamente.-Pero también tengo miedo.Gabriel frunció el ceño.-¿Miedo de qué?Isabela desvió la mirada, jugueteando con los pliegues de la sábana.-De que esto sea solo un sueño. De que la paz no dure... de que el pasado vuelva a alcanzarnos.Gabriel la giró con delicadeza, quedand
Capítulo 70 – Un nuevo latido de esperanzaLos días en la casa de la playa transcurrían en aparente calma, pero algo dentro de Isabela no estaba bien. Se despertaba con náuseas, su cuerpo se sentía más cansado de lo normal y, aunque intentaba ignorarlo, su instinto le decía que algo estaba ocurriendo.Una mañana, mientras Gabriel aún dormía, Isabela se encontró de pie frente al espejo del baño, observando su reflejo con preocupación. Llevaba días con retraso, pero el miedo la había paralizado, impidiéndole enfrentarse a la posibilidad.Se mordió el labio y miró de reojo el pequeño test de embarazo que había comprado en secreto el día anterior. Con el corazón latiéndole con fuerza, se armó de valor y lo tomó entre sus manos.Los minutos que siguieron se sintieron eternos.Cuando finalmente vio las dos líneas marcadas en la prueba, sus piernas temblaron.-No puede ser... -susurró, llevándose una mano al vientre.El miedo al pasadoIsabela sintió una oleada de emociones confundiéndola. P
Capítulo 71 – Tentación prohibidaEl doctor les había dado la noticia que tanto anhelaban: el bebé estaba sano. Sin embargo, había impuesto una regla clara que sorprendió a Gabriel:-Nada de sexo por ahora -había dicho con firmeza-. Necesito que Isabela se tome estos primeros meses con calma.Gabriel asintió, aunque por dentro sentía una frustración latente. Tenerla tan cerca y no poder hacerla suya iba en contra de cada instinto posesivo dentro de él. Pero no discutiría. Isabela y el bebé eran su prioridad.Ella, por su parte, no dijo nada en ese momento. Sin embargo, una idea traviesa se formó en su mente.Un juego peligrosoEsa noche, Gabriel se acostó con Isabela entre sus brazos. Acarició su cabello, respiró su perfume y, por primera vez en mucho tiempo, se permitió dormir tranquilo.Pero no contaba con que su mujer tenía otros planes.Isabela esperó a que su respiración se hiciera más lenta. Con cuidado, se deslizó fuera de sus brazos y se acomodó entre sus piernas.Su aliento c
Capítulo 72 – El control de GabrielGabriel no podía apartarse de la imagen de Isabela entre sus piernas. Cada vez que cerraba los ojos, la recordaba con una claridad insoportable: la calidez de su boca, la sensación de su lengua, cómo había jugado con él, torturándolo con placer hasta que no podía respirar. Y ahora, al fin, era su turno.Ella pensaba que podía desafiarlo, que podía tomar la delantera y salirse con la suya. Pero Gabriel Montenegro nunca dejaba una deuda sin cobrar.El plan de GabrielA lo largo del día, Gabriel la observó, con una mirada cargada de una intención que solo ella podía percibir. Isabela lo sentía, pero fingía no darse cuenta. Sabía que él esperaba el momento adecuado, que se estaba controlando, y disfrutaba de la sensación de haberle ganado, aunque solo fuera por un momento.Después de la cena, cuando la luna iluminaba la habitación, Gabriel se acercó sigilosamente por detrás, mientras ella miraba el mar a través de la ventana.-¿Creíste que me iba a qued
Capítulo 73 – Volviendo a arderHabían pasado tres meses desde que Isabela descubrió que estaba embarazada. Su vientre comenzaba a notarse, y aunque la emoción de formar una familia con Gabriel la llenaba de felicidad, también existía el miedo de perder la pasión que los unía con tanta intensidad.Esa noche, cuando se metió en la cama junto a él, no pudo evitar sentirse inquieta. Gabriel había sido más cuidadoso desde que supo del embarazo, como si temiera romperla con sus caricias. Pero ella no quería eso.Quería su dominio. Su intensidad. Quería a Gabriel Montenegro en toda su esencia.Se acercó a él y apoyó una mano en su pecho desnudo. Gabriel, que había estado medio dormido, abrió los ojos y la miró con esa intensidad que siempre la hacía temblar.-¿Qué pasa, Bella? -preguntó con voz ronca.Isabela mordió su labio inferior, indecisa por un momento, pero luego decidió hablar con franqueza.-Te extraño.Gabriel frunció el ceño, confundido.-Estoy aquí, contigo.Ella negó con la cab
Capítulo 74 – Lo que me enamoró de tiEl dormitorio estaba sumido en una atmósfera de calma después de la tormenta de placer que habían compartido. Isabela aún descansaba sobre el pecho de Gabriel, con su cuerpo completamente relajado. Sus dedos dibujaban suaves círculos en la piel de su abdomen mientras su respiración volvía a la normalidad.Gabriel la observaba en silencio, disfrutando la calidez de su piel contra la suya. Pero fue ella quien rompió el silencio con una confesión inesperada.-Creo que eso fue lo que me enamoró de ti.Él arqueó una ceja, curioso.-¿A qué te refieres?Isabela levantó la cabeza y apoyó la barbilla en su pecho, mirándolo fijamente.-A cómo me tomas... A cómo mi cuerpo siempre reacciona antes que mi cabeza. -Sus mejillas se tiñeron de un leve sonrojo-. Siempre fuiste mi debilidad, Gabriel. Mi cuerpo te pertenece desde la primera vez, y creo que mi corazón también te siguió poco después.Gabriel sintió cómo su pecho se llenaba de orgullo al escuchar esas p