PARTE DOS: EL PLAN DE UNA VENGANZA CAPÍTULO TRECE Un día en el al oscuridad era capaz de encontrarse, un día en que más los rayos de sol despejaban todo a su paso siendo el regalo para los que tenían el alma pura, siendo esa mañana el regalo que todos necesitaban para sentir que podían encontrar otra oportunidad siempre.Un día que iluminaba todo a su paso. Llegaba hasta el más oscuro de los rincones menos al alma de aquellos que más daño habían hecho en la vida. Y entre todos esos demonios, Gonzalo y Rosario, con la gran diferencia que era el alma de Gonzalo la que buscaba limpiarse.Frente a él estaba la tumba de la persona que él creyó viva por todo ese tiempo. Tiempo podía seguir pasando y aun sería difícil de entender cómo todo ese pasó frente a sus ojos y él no lo quiso ver. Victoria había muerto. Y los únicos culpables eran ellos.— ¿Lo ves? No hay nada que pueda preocuparnos —dijo Rosario, viendo a su esposo de rodillas en la tumba de Victoria. —La mujer que viste no era
PARTE DOS: EL PLAN DE UNA VENGANZA CAPÍTULO CATORCEY fue de esa manera en la que Victoria se entregó a la conversación que estaba teniendo con Richard. La historia de su vida fue contada, no había más que esconder ahora que se sentía lista para enfrentar lo que sea que viniera, ahora que sentía que había alguien a su lado dispuesto a ayudarla a cambiarla y proclamar por su venganza.¿Qué había de la mirada de Richard que cambiaba o que bajaba por cada vez que ella continuaba con su historia? No era necesario que sus labios lo dijeran, Richard estaba sintiendo dolor por aquella historia que jamás pensó Victoria guardara en su interior.Y es que la mujer que siempre veía caminar por los pasillos, su sonrisa, la mujer con esa mirada llena de vida, la mujer que mencionaba a su hijo y parecía que estaba viviendo mil años más era la misma que guardaba un oscuro secreto al que se estaba abriendo por completo, mostrándose transparente como Richard siempre deseó.—Y esa es la explicación a l
PARTE DOS: EL PLAN DE UNA VENGANZA CAPÍTULO QUINCE Seis de la mañana y como Ricardo una noche anterior había dicho, un cambio se avecinaba, no solo un cambio en ella sino, un total cambio en su vida. En la vida que ella misma había querido cambiar siendo guiada por la sed de venganza que podía ser rota porque la realidad es que las venganzas eran como un hechizo y al final, todos los hechizos son capaces de romperse. —Señorita Verónica Dantes —dijeron tocando la puerta al momento que tocaban la puerta y sin pedir permiso, entraban sin más.Somnolienta Victoria miró a las personas que entraban. Era una fila de gente que vestía muy bien. Incluso si ella misma no lo creía, incluso si el espectador no podía creer que en pleno siglo veintiuno alguien se atreviera a comportarse de esa manera, parecía ser un cuento de hadas donde los sirvientes, maestros y todos ellos que iban a hacer de ella una persona más especial de lo que ya era, iban por la doncella para comenzar a hacer los cambio
PARTE DOS: EL PLAN DE UNA VENGANZA CAPÍTULO DIECISEIS En la casa de los Bracamontes, sin poder enfocar sus pensamientos y sus rezos en la misma dirección, ahí se encontraba Gonzalo, viendo a su hijo jugar como lo que era, un niño pequeño que no sabía de los pecados de su madre o los pecados de su padre. Por un momento pudo ver al hijo que mató en su pequeño hijo. Ya no tenía ningún caso seguir pensado de la mima manera cuando él había sido el único culpable de la muerte de Victoria y del pequeño que llevaba en el vientre.Era solo un hombre inmaduro para que permitiera que todo eso pasara. Su esposa, la mujer que había llegado tan feliz a darle la noticia por la que el mundo esperaba, sin dudad siempre fue una persona egoísta, una persona que solo pensaba en él pero ahora que tenía a su hijo ahí, casi a su lado podía decir que el Gonzalo que fue había quedado atrás.Aquella mujer de nombre Verónica y a la misma que había lastimado terriblemente en el brazo era tan parecida a Victori
PARTE DOS: EL PLAN DE UNA VENGANZA CAPÍTULO DIECISIETE TRES DÍAS DESPUÉSJustamente tres días habían pasado desde el momento en que su propio esposo comenzó a reclamar aquellas razones por las ella había hecho lo que hizo. Una sonrisa se hizo en su rostro al mismo tiempo que pensaban en todo lo que iba a caer sobre aquella mujer tan parecida a Victoria Bracamontes. Si Rosario lo había hecho una vez, si ella había jugado con el mal y todo había salido bien, ¿qué le hacía pensar que esta vez no sería lo mismo? La única diferencia era que ahora ella se quería divertir un poco más, con Victoria no tuvo la oportunidad de hacerla caer de rodillas mientras pedía por su vida pero con Verónica quería que la historia fuera completamente diferente. Se quería divertir, esas eran las palabras en que podía describir lo que estaba por venir en el futuro.Era una pena que fuera ella la que había llegado a la vida de Ricardo de esa manera. Ricardo era medio de hermano de Rosario pero al final, ¿y es
PARTE TRES: EL ÚNICO PRIMOGÉNITO CAPÍTULO UNODe pronto fue la mirada de Ricardo y la de Verónica la que bajaron al mero instante en que el pequeño, con la cara reposando en sus dos manos, le hizo aquella pregunta que nunca debió de salir de sus pequeños labios. Eso era lo último que ella hubiera esperado de su pequeño hijo. Que preguntara cosas que no debía. — ¿De qué estás hablando? —Preguntó Verónica claramente nerviosa.A su lado, Ricardo se decidió a observar a Verónica. Ella estaba actuando como nunca hubiera imaginado que vería a Victoria actuar. La sonrisa se hizo en su rostro en el momento en que vio lo nervosa que estaba. Ni siquiera sabía por qué le hacía gracia que ella actuara de esa manera.— ¿Señor Ricardo? —Preguntó el ´pequeño ahora viendo la manera en la que él estaba viendo a su madre.— ¿Sí? —Contestó él sin quitarle la visa de encima a Verónica.— ¿A usted también le gusta mi mamá?Una vez más esas palabras llamaron la atención de los dos. Ahora Verónica no era
PARTE TRES: EL UNICO PRIMOGÉNITO CAPÍTULO DOS Todo quedó en silencio por un momento. No habían palabras que expresar por parte de ninguno, el único que parecía estar consciente de lo que Ricardo Montemar había dicho era el pequeño Carlos Daniel.Ni por parte de Rosario ni por parte de Verónica habían palabras que expresar. Ricardo estaba mintiendo de la peor manera pero es que él mismo no podía imaginar que Verónica fuera descubierta por su propia hermanastra. Todo el show se vendría abajo y sobre todo, Victoria no sería capaz de conseguir su venganza. —Mamá, ¿es eso cierto? —Preguntó el pequeño mirando hacia arriba para alcanzar la mirada de su madre, quien lo llevaba de la mano. — ¿El señor Ricardo es mi papá? ¿Por eso venimos a vivir aquí?Verónica miró a su hijo y después miró a Ricardo. No había manera de que ella pudiera huir más que seguir la mentira.—Di que me estás mintiendo, di que eso no es cierto —llamó Rosario. — ¿Cómo puedes tener un hijo ya?No era momento para qu
PARTE TRES: EL ÚNICO PRIMOGÉNITO CAPÍTULO TRES En la mente de Verónica solo estaba lo que él le había dicho anteriormente. Él pretendía ser el padre de su hijo como si se tratara de aquella secretaria que llegaba a una empresa y pretendía ser la secretaria del CEO más guapo de aquella compañía.Frente a ella estaba Ricardo, el mismo que no tenía palabras para Verónica. Todo se le había salido de las manos con el solo hecho de saberla en peligro frente a su hermanastra, frente a la persona que le había hecho daño hasta querer y desear y hacer todo porque ella y su pequeño hijo murieran. — ¿Y qué es eso de lo que tenemos que hablar? —Preguntó Verónica sentándose frente a él. —Me dijiste que había un plan el que teníamos que seguir y bien, aquí estoy. ¿Qué es eso de lo que tenemos que hablar?— ¿Te ofrezco algo de tomar?— ¡No vengo a probar cuál es el mejor de tus vinos, vengo a hablar de un asunto que tú dejaste a medias, señor Montemar!— ¿Sobre Carlos Daniel?— ¿Qué pretendía